15
MINGHAO
"Quédate quieto", le pido a Jun por quinta vez.
"¡Es muy difícil!", se queja él.
"No sería difícil si no fueras tan hiperactivo", digo. "Piensa en algo que te guste y quizá así puedas dejar de moverte".
Pintar a Jun se había convertido en un curioso hábito del que no me gustaría deshacerme. El chico es lindo, sus ojos son preciosos y no me molestaría verlo toda una eternidad.
"Pensaré en ti entonces", asegura con una sonrisa socarrona.
Escondo mi cara detrás del lienzo y me permito sonreír bobamente ante el comentario.
"Deja de decir cosas así". Mezclo un poco más las pinturas sobre el plato de porcelana que uso como paleta y después observo cómo Jun ha cambiado de posición otra vez. Suspiro sin más remedio que pintarlo de memoria.
"Me gusta decir cosas así", admite.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro