07
MINGHAO
Por algún motivo termino invitando a Jun a mi lugar favorito, ese campo abierto que me hace sentir en paz. Él acepta con gusto y es quien conduce esta vez pues, sorprendentemente, ha memorizado el camino al haberlo recorrido una sola ocasión.
Aunque maneja no se abstiene de cantar las canciones de la radio que ha puesto a todo volumen.
Me quedo mirando su perfil un buen rato y cuando lo nota me lanza un guiño. Mi vista se enfoca en el paisaje detrás del cristal de mi puerta cuando siento mis mejillas calentarse.
Me pregunto cómo un extraño puede convertirse en un amigo y sonrío ante el pensamiento.
Llegamos con el ocaso recibiéndonos con amabilidad. Saco mis materiales de arte y me siento bajo la sombra de un manzano.
"¿Puedo ver lo que pintas?", me pregunta Jun, que aún está parado.
Niego levemente y aferro la tela más cerca de mi cuerpo. "No puedes. Es una pintura secreta", le digo cómo si se tratara de un niño.
Él hace un puchero pero entiende a la primera. "¿Puedo sentarme a tu lado? Te prometo que no veré".
Lo dudo unos momentos pero termino aceptando.
Sus ojos entrecerrados me hacen creer que me espía, pero cuando su cabeza cae sobre mi hombro y su respiración se vuelve pacífica me doy cuenta de que así es como duerme.
A pesar de que mi espalda me mata me aseguro de no mover ni un músculo. La pintura de Jun está casi terminada, aunque había pensado en desecharla terminé cayendo con un gran aprecio hacia ella.
Aunque se trata de una de las pinturas con las dimensiones más pequeñas que tengo, se siente como si fuera una de las más grandes que he hecho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro