MINGHAO

"No entiendo tu pintura", Wen Junhui admite, con sus brazos detrás de su espalda e inclinado su cuerpo a la obra que está enganchada en la pared blanca.

La exposición de mitad del semestre de los talleres es infinitamente extensa. Los talleres de artes son, sin duda, los que acaparan la mayoría de la atención de la facultad.

"No tienes que entender el arte para apreciarlo, Junhui", le respondo yo, "en todo caso yo tampoco entiendo la tuya".

Él sonríe socarronamente antes de dejar de ver mi obra.

"Pensé que no sabías mi nombre".

Me arrepiento de inmediato de haberlo dicho, pues es ahí cuando reparo en que se jactará de eso cada que la oportunidad se le presente.

"Todos saben tu nombre", le corto el rollo, tratando de justificarme.

Realmente no digo una mentira, pues es un chico bastante popular por su manera de ser. Todos parecen ser sus amigos en el campus, y quienes no lo son buscan serlo.

"Y de todos solamente me importa que lo sepas tú", me dice.