NEGRO Y GRIS
Albus Dumbledore caminaba por los jardines de Hogwarts cuando Hedwig apareció en el horizonte. A su lado Severus Snape lo acompañaba como cada tarde, los años de lucha no habían sido en vano para el gran mago de larga barba blanca.
-Ya es hora que te retires Albus, deberías dedicarte a disfrutar de tus años.
-¿Quieres ocupar mi sillón otra vez Severus?- preguntó risueño mientras estiraba su brazo para que la nívea lechuza reposara.
-Podrías cederle el puesto a Minerva, ella es la indicada, yo no disfruté el cargo.
-Ya lo hice pero no aceptó- había desatado el pergamino de la pata ofrecida- ve a la lechucería, allí encontrarás alimento y agua y cuando estés descansada ven a mi despacho- y la lechuza le dio un suave picotazo en la mano y salió volando.
Desenrolló el pergamino mientras tanto Severus transfiguró una roca cercana en un sillón confortable, Albus se sentó sin mirar ya que era habitual en su protegido estar atento a sus necesidades y lo conocía más que nadie.
La expresión en el rostro del anciano lo sorprendió, además se había aferrado fuertemente al sillón- Albus me estás alarmando.
-Sirius Black apareció en Grimmauld Place, Hermione me asegura que es él y me pide si puedo ir a su casa esta misma tarde.
Severus Snape levantó su mirada hacia el lago donde el calamar gigante nadaba tranquilamente y añadió- entonces la paz ha terminado.
-Ayúdame a llegar al despacho, debo responderle que nos espere a cenar.
-Conmigo no cuentes.
-¿Vas a dejar a este pobre anciano enfermo, prácticamente en sus últimos meses de vida que viaje solo y si me ocurre algo, si me caigo y me quiebro?
-Vas a la casa de una sanadora, ella podrá arreglar tus huesos o levitarte en caso que no se pueda hacer algo más- respondió Severus muy serio.
-No sé para que te insisto si sé que adoras estar con ella, no hace falta que te chantajee con mi salud- terminó risueño mientras se aparecían en el nuevo pero mejorado despacho.
-O-O-O-
James permaneció en la cocina mientras su madrina preparaba la cena. Él estaba concentrado en sus crayones y el cuaderno para dibujar que su tío Charlie le había regalado en su última visita. Ése era otro de sus pasatiempos favoritos, dibujar, además de volar con su padre.
Kreacher ayudaba a Hermione, en silencio, pero atento a sus gestos.
Ella sabía que había actuado precipitadamente, debería haber entendido la reacción de Sirius, los rencores entre él y Severus seguían aún latentes en el heredero Black, aunque no estaba segura si de la otra parte estaban presentes también.
Sin querer dejó caer una cacerola al suelo con una de las salsas que preparaba y un suspiro de fastidio e impotencia la dominó. Cuando intentó limpiar el piso el elfo la detuvo.
-Srta. suba, tómese una ducha, prepárese antes que lleguen los invitados y el joven Víktor, tiene una hora todavía, yo me encargo de lo que falta y superviso al amito Sirius.
-¿Actué mal verdad?- Kreacher se había convertido en el único ser que era sincero con ella, directo, sin importarle su temperamento, era políticamente incorrecto.
-creo yo que él se merecía la bofetada pero la entiendo.
-¿justificas que haya llegado a la violencia física?
-No, solo que la entiendo, Ud. lo sabe, su día había empezado mal, bahh, su semana ya era complicada, súmele que él estaba enfermo - señaló a James que estaba distraído con sus garabatos- la fecha, el regreso del joven Black, la captura del mortífago y encima que se atrevió a insultar a el profesor Snape.
-Nada justifica mi actitud- tenía la mirada perdida hacia el jardín que podía ver desde el amplio ventanal que dominaba su cocina- menos con él- la voz había disminuído, era ya un susurro.
-Conociéndolo como lo hago él debe estar tan triste como Ud- se acercó y tomó su delicada mano- pero no se mortifique más, ya tendrá tiempo para emendar este mal paso- agregó mientras ella aguantaba sus lágrimas pues no quería alarmar a su mimado- ahora, su baño caliente la aguarda- casi la corrió de la cocina.
-O-O-O-
Remus y Tonks aún permanecían en Grimmauld Place pues el ex profesor quería aún compartir más tiempo con su amigo. Para él la vida le estaba devolviendo una parte que le había costado años de sufrimiento y que luego de muchas lágrimas y ausencias había aceptado dejar atrás. Pero las evidencias lo abrumaban, se sentía otra vez con fuerzas que lo renovaban y que lo habían aliviado de un profundo peso en el alma. Algo parecido pero mucho más intenso había sentido cuando sostuvo a su hijo por primera vez. Los años vividos en su infancia y adolescencia le habían enseñado que estar a la par de Sirius era ser un poco padre, pero más hermano y siempre amigo.
-Mañana a primera hora paso por ti y vamos al ministerio- le avisó al moreno merodeador.
-Remus, ya le envié al Kingsley un mensaje secreto, nos está esperando en estos momentos, no demoremos más- habló Tonks mientras esperaba a su marido en la chimenea y después de un interminable abrazo entre los merodeadores originales partieron.
-¿Mensaje secreto, acaso tenemos privilegios con el Ministro?- preguntó mientras giraba hacia su ahijado.
-Una idea de Hermione, desde nuestros años en Hogwarts- habló Ginny- ella había encantado monedas de un galeón, pero lo sabías, fue durante el reinado fallido de Umbridge, después seguimos usándolo solo que cada integrante de la orden optó por cualquier artículo que quiere usar para comunicarse- tomó una medalla de oro que colgaba de su cuello y se la enseñó.
-¿Y tú ahijado que usas?
-cuando voy a un lugar muggle todos usamos celulares, un invento de ellos- sacóel propio del bolsillo del pantalón-también idea de Mione-aclaró - pero si estoy trabajando en el Ministerio uso este anillo que encontré en la bóveda de mis padres- se lo quitó y la puso en manos de su padrino, era un verdadera joya de oro con unos signos que no habían podido traducir, ni siquiera Hermione, parecía un código o un idioma perdido como había sugerido la castaña.
Sirius lo tomó y empezó a las risotadas, el matrimonio no entendía la reacción, pero él lo había reconocido, era un regalo que le había hecho a James en una ocasión memorable de su adolescencia.
-Este anillo le obsequié a tu padre cuando éramos muy jóvenes- pudo explicar cuando se calmó- para festejar su debut sexual.
Ginny abrió los ojos muy grandes y comenzó a reir con Sirius hasta casi llorar, no podía contener tanta diversión y Harry tenía una expresión entre sorprendido y avergonzado pero no podía negar que había sido una idea muy creativa, digna de los merodeadores. Sin duda.
Cuando ya solo quedaban resabios de las carcajadas Harry se atrevió a preguntar el significado de la inscripción.
-Tu madre cuando ingresó a Hogwarts trajo con ella un libro que no soltaba por nada, te recuerda a alguien?- Harry sonriendo asintió- era de alguien llamado Tolkien, "El señor de los anillos" se llamaba, un día lo dejó olvidado en la sala común después de una discusión con tu padre, allí lo tomé, comencé a leerlo y saqué la idea del anillo al que se refiere la historia o por lo menos uno de ellos- el matrimonio seguía atento la historia.
-muy linda reseña pero qué significa?- Ginny estaba más intrigada que su marido.
-Sra. Potter- su postura había cambiado - antes que nada soy caballero y como tal hay códigos que no pienso romper- besó su mano.
-Entiendo Sr. Black, pero no lo acepto, entre mi esposo aquí presente no hay secretos de ningún tipo, entonces tarde o temprano lo sabré-Ginny aún secaba sus lágrimas- me alegra que estés de regreso Sirius, de verdad- lo abrazó como podía pues con su barriga era un poco complicado- fuimos pocos los que nos resignamos a tu misteriosa desaparición- lo soltó pero aún sostenía su tatuada mano- ahora voy a buscar a Albus que está en La Madriguera y a intentar explicar la buena nueva a la familia, así que prepárate para la andanada de amigos que vendrán por aquí, me parece que la celebración de la llegada de Ron y Katya va a tener una previa, mi madre estará feliz, ella ama las reuniones familiares y contigo aquí van a multiplicarse- Ginny apoyó la mano de Sirius sobre su vientre- puedes sentir?, hasta el bebé está entusiasmado contigo aquí.
-la bebé- aseguró mientras acariciaba la redondez de su barriga- será una hermosa pelirroja.
-¿tú también?- interrumpió Harry y su padrino lo miró interrogante- Mione hasta aquí era la única en decir que será una niña, siempre acertó con los anteriores por cierto- se había acercado a su esposa y padrino-me parece que si aceptas la apuesta de los gemelos van a alzarse con un buen botín- aseguró mientras le palmeaba la espalda.
-Así lo haré, te lo aseguro.
-O-O-O-
En el Ministerio la noticia del regreso de Sirius se mantenía en absoluta reserva, por lo menos por un corto período de tiempo, ya que era obligación del ministro tener que informar a la sociedad mágica la buena nueva pero había unos pasos burocráticos que cumplir.
Remus le certificó que era efectivamente Sirius Black, se había asegurado de que así fuera, además el que haya aparecido en la Mansión Black era ya prueba suficiente.
-El nuevo jefe del departamento de Misterios no se encuentra en Londres, hoy regresa pero mañana a primera hora Sirius debe venir, conoces el procedimiento Nymphadora.
Tonks resopló fastidiosa al escuchar que la llamaba así pero no protestó- aquí estaremos pero qué ocurrirá con Hermione y Víktor, ellos me preocupan ahora.
-no creo que haya inconveniente con eso.
-no te entiendo Kings, están en un serio aprieto, sabes de sobra que aún hay familias que están al acecho de cualquier evidencia para desprestigiarlos y sobre todo a ella.
-Hermione es la prueba cabal que la sangre no interesa, la magia es única, yo diría que la magia elige al hombre, algo así como la varita elige al mago- ellos asintieron- es más me animo a decir y asegurar que la magia en los nacidos de muggles es más pura que en cualquiera de nosotros que tenemos ascendencia mágica, allí no hay contaminación, no hay mezcla, entienden mi hipótesis?
-totalmente y lo compartimos pero no te desvíes del tema.
-está bien Remus, Hermione es una heroína y Víktor es el nuevo jefe del departamento de Misterios- explicó finalmente para calmar el nerviosismo del matrimonio Lupin.
-¿se lo habías ofrecido?
-desde que asumí, recién ahora aceptó.
-quién lo diría, dejar el Quidditch por un laboratorio y una biblioteca- razonaba Remus.
-me parece que la mala influencia de Hermione es la causa- concluyó Kingsley Shacklebolt.
-O-O-O-
-¡Profesor Dumbledore!- Harry se había sorprendido al verlo aparecer en la sala- no lo esperaba hoy.
-Decidí pasar a visitar a un viejo amigo, hola joven Sirius.
-Brian viejo amigo, no te veo desde antes de ayer- abrazó con cuidado al anciano- estás en mal estado mi viejo.
Albus reía a carcajadas- en cambio a tí hace como una guerra que no te veo, estás igual, no te pasan los años- cuando sintieron que alguien carraspeaba desde la chimenea.
-Hola profesor Snape bienvenido- se acercó Harry y estrechó su mano.
-Sr. Potter, buenas tardes- giró hacia su ex compañero de colegio y con desgano apuntó- Black decidiste aparecer por lo visto.
-Snape, como siempre equivocando las conclusiones, mejor dedícate a espantar alumnos.
-Niños voy a ponerlos en detención clasificando la biblioteca de la Srta Granger- Severus lo miró enfadado y Sirius no entendió el chiste.
-Después te explico- le susurró Harry a su padrino.
-Solo estamos de paso, vamos a cenar con la Srta Granger y el Sr. Krum, es necesario desentrañar qué sucedió contigo Sirius, y estoy casi seguro que ella ya tiene más de una teoría así que voy a entretenerme un rato.
-Solo tú disfrutas cuando ella se entusiasma con alguna presunción, para mí es altamente frustrante.
-Como sea pero me gustaría que me acompañes.
-No me parece una buena idea Brian, menos hoy- intentó disculparse Sirius- además no fui invitado.
-Tonterías, ellos adoran recibir gente así que no quiero excusas, si necesitas cambiarte o ducharte tenemos tiempo de sobra- hablo mientras buscaba ponerse cómodo en el amplio sofá- mientras tanto Harry como siempre nos deleitará con una copita de ese licor de limón tan rico que nunca le falta, verdad hijo?
Sin siquiera intentar contradecirlo Sirius salió de la sala camino a su habitación, sabía de sobra que no era adecuado llegar sin invitación pero deberían, los dos él y ella, dejar sus diferencias de lado y enfocarse en lo que le había sucedido.
-¿Qué le sucedió a Black en la cara?
Harry dudó en responderla con la verdad, pero sabía que tarde o temprano saldría a la luz- fue Hermione.
-No entiendo- inquirió Severus mofándose de la incomodidad de su ex alumno.
-La señorita Granger me dio una bofetada por defenderte, ¿feliz ahora?- explicó Sirius mientras ingresaba a la sala- cuando quieras Brian.
-Con razón no querías venir- comentó mordazmente mientras caminaba hacia la chimenea- debo decir Albus que convencerme de venir contigo fue la mejor decisión que tomaste en mucho tiempo, la cena será dolorosamente entretenida- concluyó mientras tiraba polvos flu y desaparecía en medio de las llamas verdes con una sonrisa en el rostro.
Sirius no se molestó en responder, tragó su bronca y se acercó al espejo que había en el hall de entrada. Los oscuros rizos de su cabello habían recobrado el brillo de antaño. Pantalón y camisa negra, había sido su opción para la cena que completó con un elegante saco gris con bordados negros en la solapa y puños. Pocos hombres en el mundo mágico lucían tan bien con esos colores. Negro y gris. Como él. Como sus ojos. Como su vida hasta entonces.
-Estoy listo, no demoremos lo inevitable.
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