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EL SEÑOR BLACK


El movimiento en la cocina de los Lupin era diverso, Tonks a tropezones como era su costumbre alcanzaba los alimentos para iniciar el esperado desayuno.

-Sirius espera a que sirva a todos- le reclamó dándole un golpe en la mano logrando que dejara el croissant en la bandeja.

-Me muero de hambre- fue su justificación y miraba hacia la puerta de ingreso ansioso de encontrarse con Hermione pero fue Harry el encargado de despejar su ansiedad.

-Tonks, ¿dónde está Hermione?- preguntó el salvador del mundo mágico.

-No pudo quedarse, hoy debía estar temprano en San Mungo y no quería demorarse más de lo necesario- respondió ella y miró ceñuda a su marido.

-Espero que tenga energía para todo el día puesto que Canuto la hizo correr más de la cuenta- agregó Bill mientras dejaba una taza de café caliente en la mesa.

Tonks tomó asiento, se sirvió un poco de leche con chocolate- sí, me dijo algo al respecto, por eso se fue antes, había olvidado unas pociones en su casa- Harry se notó preocupado- nada para alarmarse, solo cansancio.

-Tendré que hablar con ella, Uds. dijeron que había estado de licencia por enfermedad, algo está ocultando- comentó serio Harry.

-Al fin alguien que lo nota- añadió Sirius un tanto molesto- hace varios días que vengo diciendo lo mismo y ninguno se dignó en escuchar, al contrario banalizaron todo.

- Canuto...- había hablado Remus tolerante.

-Ella esconde algo, estoy muy seguro, no me gusta para nada- puso su taza de café de malas maneras en la mesa- ya alguna vez dejé pasar señales iguales y mira cómo me pagaron, nos pagaron- recalcó.

-Sirius- Remus intentaba controlar sus impulsos- ni se te ocurra mencionar que Hermione.....- respiró profundamente para intentar calmarse- ella no es Peter.

Harry no había recibido con agrado la insinuación de su padrino y se hizo notar por la expresión en el rostro.

-Padrino, ella es la razón por la que pude derrotar a Voldemort, sin ella y sin Ron nunca lo habría conseguido.

-No estoy insinuando que esté traicionando- se justificó- me refiero a que esconde algo grande, importante- Sirius miraba detenidamente a todos en la mesa- y me parece que no estoy muy alejado de la verdad, ¿tú qué dices Tonks?, estás callada, distante y sabemos de sobra que no eres así.

La aludida levantó la mano para impedir que su marido hablara por ella- tienes razón, Mione sabe algo que nosotros no, como siempre, pero no soy yo quien debe develar lo que descubrió hace muchos años atrás cuando había decidido seguir con su vida y formar una familia- Harry se sorprendió más que el resto de los hombres con lo que explicaba Tonks- y ella decidirá cuándo es el momento ideal para que lo sepan, ahora siéntate y desayunemos en paz- había cambiado el tono, se notaba maternal.

-Si mamá- respondió Sirius- pero debo apurarme tengo una reunión con un asesor legal en el Ministerio, Nott me dijiste Harry?- su ahijado asintió- es hijo del mortífago que conocimos Remus-también afirmó- pero entonces es de confianza?

-Totalmente, es de mi entera confianza- Harry depositó la taza de café en la mesa- es además el esposo de Luna y eso para mí es suficiente garantía pero además siempre me demostró que vale la pena, nunca fue como su padre.

-Pero es un Slytherin!- reclamó Sirius.

Remus frunció el ceño- no prejuzgues a las personas por la casa a la que pertenecieron, como diría una vieja amiga que ya no está "No juzgues un libro por su portada".

-¿Quién dijo eso tan real?- preguntó Bill.

-Lily Evans, cómo podría olvidarlo!- sonreía Sirius ante el recuerdo- chica sabia y afortunada.

-¿Afortunada por qué?- Tonks se había levantado por más jugo de naranja.

-Por haberme conocido, ¿por qué más lo sería?- explicó logrando que todos al fin lograran sonreír y disfrutar de lo que quedaba del desayuno.

-O-O-O-O-O-O-O--O-O-O-O-O-O-O-O-

Sirius esperaba al asesor sentado en una cómoda butaca mientras la atractiva secretaria buscaba una y mil maneras de llamar su atención.

-¿Desea tomar algo Sr. Black?- preguntó sugerentemente mientras se sentaba en el escritorio.

-Creo que con la vista que tengo desde aquí por el momento es suficiente, quizás más tarde podríamos...- la puerta de la oficina se abrió por lo que tuvo que interrumpir la propuesta y la persona que salió se sorprendió de encontrarlo allí.

-Hola tío- saludó Draco a secas.

-Sobrino- respondió el moreno con un gesto adusto, donde la cortesía había sido la única razón para intercambiar un saludo.

-Sr. Black puede pasar a la oficina ya estoy con Ud.- habló Theodore Nott y dirigió las últimas palabras a su amigo- la sentencia de tu divorcio se oficializa mañana, con lo que firmaste hoy es suficiente a partir de ahora solo espera mi lechuza con el dictamen y ya sabes eres hombre libre al fin.

Las palabras no habían pasado desapercibidas para Sirius. Para el moreno empezaban a caer las piezas de un insólito rompecabezas que solo él armaba.

Sentado frente a frente con el abogado, Sirius se explayó en el tema que lo había llevado hacia esa oficina y que para entonces parecía que lo apresaba.

-Puedo entender su postura Sr. Black- la secretaria había entrado en ese instante y dejado una carpeta con el nombre de la familia Black sobre el escritorio no sin antes dirigir una mirada más que sugerente al heredero de la fortuna en cuestión.

Sirius en esa ocasión le correspondió con un guiño y ella salió presurosa de allí, un carraspeo impaciente de Theo lo trajo de nuevo a la realidad- Sr. Black- habló el castaño- en esta carpeta están detalladas las propiedades que ahora volverán a sus manos, vamos a verificarlas ahora mismo- guardó silencio por algunos instantes y procedió bajo la total atención de Sirius- Grimmauld Place número doce...

-¿Puede preparar los papeles de donación de esa propiedad a nombre Harry Potter?- lo había interrumpido Sirius- así oficializamos una realidad.

-Con mucho gusto, enseguida lo haremos ahora continúo, una Mansión en el condado de Cotswold, una casona en Castle Combe en el condado de Wiltshire y por último el legado del Sr. Alphard Black que se trata de una casona en las colinas de Surrey- Theo siguió pasando hojas con el ceño fruncido- aquí hay algo inesperado Sr. Black.

-No me extrañaría escuchar eso si se trata de mi ilustre familia- comentó irónico.

-Se agregó desde finales de la guerra la mansión de la familia Lestrange, y sin dudas lo más insólito es que ninguna de las propiedades fue habitada, ni siquiera se hizo posesión de ellas durante su ausencia- y agregó extrañado- la única donde se registró mágicamente la apertura por el reconocimiento de su sangre fue la que perteneció a su tío hace aproximadamente cinco años.

-¿Cómo que nadie entró en posesión de esos bienes?- dudaba de lo que estaba escuchando- se supone que en mi inesperada ausencia mis parientes podrían haber hecho uso y mal uso de ellas- su imaginación había recaído en Bellatrix, ya que las propiedades escondían reliquias que podrían haber ayudado en su causa, de eso, él estaba absolutamente seguro.

-Es lo extraño Sr. Black pero la cláusula indica que solo la cabeza de la familia Black puede hacer uso de las propiedades y en su ausencia ¿a quién se referiría?

-Yo soy el último Black- susurró confundido.

-¿Draco cuenta entre los probables herederos?- preguntó Theo.

-Él no debería contar ya que es el heredero Malfoy- se recostó sobre el sillón pensativo- yo fui desheredado a los dieciséis años, antes de la mayoría de edad, en ese caso el heredero sería mi hermano Regulus pero ya conocemos su misteriosa desaparición, a menos que mi hermano esté con vida o haya dejado descendencia masculina, descarto lo primero pero no lo segundo- Theo no entendió a lo que se refería- Como ya lo sabrás mi familia al igual que la de Draco y los Potter son las únicas que solo heredan al primogénito varón- explicó ante la mirada atónita de castaño- me parece que voy a solicitar ayuda a mi ahijado para investigar quién podría haber intentado acceder a la casa de mi tío.

Sirius seguía especulando quién podría haber intentado ingresar a aquel lugar que amaba tanto, donde pasó pocos momentos felices durante su infancia, solo por el hecho de estar junto a su padrino, el rebelde Alphard Black.

-Con respecto a su cuenta en el banco de Gringotts- Theo continuó con el siguiente ítem de la reunión- será mejor reunirnos con el duende a cargo de llevarla, me tomé el atrevimiento de ponerme en contacto con él apenas Ud. me informó los motivos de su presencia...

-podemos dejar de tratarnos de Ud., me siento incómodo, no es mi estilo- solicitó el moreno entonces señalado como la cabeza de la familia.

-con mucho gusto Sirius, en Gringotts nos esperan mañana cerca del mediodía- terminó Theo y acompañó a su cliente hasta la puerta donde la secretaria lo esperaba ansiosamente para entregarle un sobre lacrado que había llegado para él.

-Muchas gracias preciosa, será hasta mañana- saludó coqueto sin abrir la misiva.

-Podría ser hasta que salga de la oficina más tarde si quieres- sugirió ella acercándose para mostrar sus atributos.

-Me encantaría preciosa pero tengo un compromiso impostergable y soy un hombre que cumple con sus compromisos- besó su mano, le dio una última mirada indiscreta y se alejó altivo logrando que ella suspirara sin poder evitarlo.

Theo observaba en silencio desde la puerta de su oficina, sonreía por lo que estaba sucediendo allí y girando hacia dentro susurró- es un maestro en el arte de rechazar a una mujer desesperada.

-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-

Hermione como era su costumbre no dejaba que su vida personal afectara su desempeño laboral. Su mente solamente estaba enfocada en el trabajo que amaba y que le había dado muchas satisfacciones, aunque en contadas ocasiones se había sentido impotente.

La mañana se había desarrollado con pocos sobresaltos, casos que habían podido controlar en colaboración de su asistente y el residente de medimagia a su cargo que la ayudaba en sus investigaciones.

En el poco tiempo que disponía se había refugiado en su oficina privada pues por primera vez en su vida sentía que necesitaba respirar un momento, sentía como si estuviera ahogándose. Necesitaba calmarse y meditar un instante. Golpearon a la puerta pero ella no se había movido de su sitio, prefería estar sola, quería analizar los últimos acontecimientos de su vida pero el destino parece que jugaba en su contra pues la puerta se abrió y se encontró con la única persona que podría contenerla en ese instante.

Draco se acercó a ella y la abrazó, en silencio, sobraban las palabras, su presencia era suficiente para hacerle notar que él estaría siempre presente para ella. Aunque supiera que nunca sería de él, que su destino estaba marcado para otro hombre y que él no tenías las armas para luchar por ella.

-Gracias- susurró ella.

-Cuando me necesites estaré contigo leona.

-Lo sé- secó sus lágrimas, respiró profundamente como si el peso hubiera desaparecido de su pecho- mañana a la tarde en la casa de Andrómeda, dile a Narcisa que los espero allí, quiero al fin aclarar todo esta situación con Sirius, ya no puedo seguir así, esperemos que él encuentre una solución a nuestro... a esto que descubrimos.

-Por cierto, cuando salí de la oficina de Theo, él estaba allí, creo que fue por lo que es suyo- no quería alarmarla pues sabía que las horas estaban contadas.

-Otra razón más para acelerar los tiempos- se alejó de sus brazos, arregló su cabello y agregó-me acompañas a tomar algo, necesito salir de aquí por favor.

Draco la tomó de la mano y cuando abrió la puerta se encontraron Ron y Katya que habían pasado a saludarla lo que provocó malestar en el pelirrojo.

-Veo que estás muy ocupada pasaremos en otro momento- habló sin siquiera saludarla pero cuando intentó abandonar el lugar no pudo conseguirlo pues su esposa no se movió de su sitio.

-Amiga querida, no le des importancia a lo que aquí mi inmaduro marido opine- se giró hacia él- te amo Ron pero en ocasiones eres bastante intolerante.

-en contadas oportunidades presté atención a los celos de mi querido camarada- habló Hermione sin un atisbo de enfado- ven aquí Ron- llamó a uno de sus mejores amigos- hoy necesito de Uds.- y escondió su rostro en el pecho de Ron.

-No tengo celos- le susurró- pero nunca me fié de este hurón- Ron ya no podía ocultar más su sonrisa.

-Comadreja para mí tampoco es agradable verte- habló Draco y tomó la mano de Katya- en cambio Sra. Weasley siempre es un placer verla a Ud.

-hola Draco- saludó ella amistosamente- dejen de niñerías y vamos a almorzar que a eso vinimos, tenemos ganas de comida de hospital.

Entre bromas los cuatro se encaminaron hacia el comedor y Hermione logró recargarse de la buena energía que necesitaba, pues entre los que ella adoraba parecía que nada podía nublar su futuro.

-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-

El moreno había pasado una noche agradable, se entendía porque la anterior había disfrutado con su mejor amigo. La cena la había disfrutado verdaderamente puesto que sus pequeños sobrinos no habían dejado de incomodar a sus padres sobre el método para hacer que los bebés entren en la panza.

Cuando se disponía a desayunar había recordado el sobre que la resbalosa secretaria le había entregado, supuso que era excusa de ella para intentar algo más pero entonces se sintió curioso y lo extrajo, se sentó con una taza de té negro y procedió a leerla.

Harry había ingresado en ese momento- ¿otra invitación?

-De Andrómeda- respondió automáticamente con el ceño fruncido- pero nunca pensé en que recibiría de ella una nota de este tipo.

-¿A qué te refieres?- preguntó Harry intrigado.

-Usó el blasón de la familia Black- le mostró el sobre de una textura diferente, casi antigua- y se dirige a mí como Capitis et dominus quo familie - habló casi en susurros- y solo mi padre era llamado así, Cabeza y Señor de la familia- explicó.

-¿Puede ser una mera formalidad por tu regreso?

-Me esperaría algo así de Narcisa, no de Andrómeda.

-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O-

Ragnuk era el nombre del duende que se había estado a cargo de las cámaras de las familias ancestrales- Sres. por favor síganme- se dirigieron hacia una oficina separada del restaurado hall- Sr. Sirius Orión Black, es un placer volver a verlo- habló el viejo duende- ahora pasaré a detallarle los movimientos de sus cuentas y de cómo se incrementó su fortuna.

-Un momento, el Sr. Black no hizo ninguna inversión ni extrajo dinero alguno de su cámara- lo increpó Theo.

-Sr. Nott- el duende le dio una mirada despectiva y continuó su explicación- hablo de sus cámaras, puesto que el Sr. Black ahora es el poseedor de dos cuentas más aparte de la que ya le pertenecía que es la que usó hace más de diez años cuando envió a un gato mestizo con una orden de extracción si mal no recuerdo.

-Recuerda muy bien, ahora explíquese porque hasta donde yo sé la mía solo es la setecientos once- la paciencia de Sirius estaba llegando al límite pero notaba que el duende se regodeaba en darle vueltas.

-La cámara de los Lestrange también pasó a formar parte de su fortuna joven Black, además de la que ya pertenecía a su noble familia- la noticia sorprendió a los hombre que lo miraban incrédulos- por su silencio entiendo que no lo sabía Sr. pero al ser la cabeza de familia ahora le pertenecen- dio vuelta uno de los antiguos pergaminos y las palabras que pronunció helaron al moreno de ojos grises, entonces grises como tormenta- y la extracción de galeones de su cámara personal y posterior inversión fue efectuada por su prometida.

Solo silencio sepulcral siguió a las venenosas palabras del duende- Eso es un absurdo total, yo nunca me comprometí con nadie, aparte mi cámara se abre solo con el reconocimiento de mi magia- Sirius había golpeado la mesa.

-la Srta. en cuestión, puedo asegurarle pasó esa prueba Sr. Black, la última extracción la realizó hace cuatro días me atrevo a certificar- sacó un pergamino y se lo alcanzó a Theo quien palideció al notar quien lo había hecho y le pasó el papel a Sirius.

-Brownie?!

Durante una hora Sirius escuchó lo que Ragnuk tenía que decirle, le explicó con detalles el destino que su dinero había tenido, quién había acompañado a Hermione Granger, para todos los duendes, la prometida del heredero Black en cada visita al banco.

La sorpresa que había enmudecido a Sirius y la furia contenida, había empezado a diluirse lentamente al escuchar y entender por qué su Brownie, porque aún la consideraba suya, había osado tocar algún galeón. Por eso cuando salió con una copia de cada movimiento decidió darle una chance para que explicara por motus propio su forma de actuar.

Él tenía mucho que meditar, analizar. Se había sentido traicionado, que habían abusado de su confianza, hasta había recurrido al engaño, se había hecho pasar por su prometida- qué imaginación la de la castaña- resopló muy molesto.

-No me sorprende que recurra a cualquier método para asistir a quien necesita una mano amiga, la post guerra fue más difícil que la guerra en sí, solo quedamos víctimas, de los dos bandos pero que Draco la haya secundado y yo no lo supiera es lo más sorprendente.

-Necesito hablar con ellos, necesito que me expliquen todo esto pero antes necesito caminar- le dio la mano al abogado- en serio Theo un placer haberte conocido, estaremos en contacto, quisiera que a partir de ahora te ocuparas de mis asuntos, yo no nací para esto.

-acepto encantado, a pesar que quisiste cenar a solas con mi esposa- bromeó.

Sirius se relajó por su recuerdo- bella mujer, eres un hombre afortunado, muy valiente también.

-Soy un bendecido, hasta pronto Sirius- agregó y desapareció.

Sirius caminó en silencio por el callejón Diagon. El caudal de información lo había abrumado, pero saber que ella había estado robándole lo desilusionó bastante. No le importaba el dinero, en absoluto, nunca se había jactado de ser rico, al contrario los demás se habían encargado siempre de recordarle su origen, la nobleza de su apellido y él odiaba eso.

Odiaba ser un Black pero sobre todo odiaba ser el último.

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