Tarde en la noche Sirius se dirigía a su habitación cuando al pasar por la biblioteca pudo ver luz debajo de la puerta y una sombra que evidentemente pasaba incesante frente a ella. Empujó la puerta y se encontró con Hermione leyendo su carta.

-malas noticias?-Sirius había sobresaltado a la joven- perdóname no quería asustarte.

-me sorprendiste solamente- habló con la mano en el pecho- ¿y te refieres a la carta?- asintió el moreno- al contrario, son muy buenas noticias, Víktor y Katya vendrán para mi cumpleaños- la miró esperando que continuara- el diecinueve de septiembre, dieciséis años.

-los dulces dieciséis, ahhh qué gratos recuerdos- sus ojos miraban el infinito- a Lily le hicimos una fiesta sorpresa pero con algunos de nuestros toques, sino fuera por Remus yo no estaría aquí para contarlo.

-no quisiera saber qué hicieron, temo que nos escuchen los gemelos- comenzó a susurrar- y suficiente con sus mentes para que intenten copiarlos.

-¿tienes pensado algo en mente?

-no, será apenas empiecen las clases así que estaré muy ocupada en ello- dobló su carta, prolijamente la envolvió con la cinta- pero seguramente nos encontraremos en el colegio o en Hogsmeade- suspiró profundamente- no son buenos tiempos para celebrar Sirius.

-no debemos dejar que el regreso de esa alimaña nos impida un rato de alegría desmedida- le sostuvo el rostro y agregó- yo me encargaré de todo, déjalo en mis manos.

La castaña palideció- no, no Sirius tú no puedes arriesgarte a salir, por favor, es solo una fecha más, no le demos la importancia que no tiene.

-Brownie no me robes esta oportunidad de hacer algo, ya me siento un inútil aquí encerrado- suplicó el moreno mago.

-te propongo algo, hagamos un pacto si quieres o un juramento- habló apresurada, no quería que el apuesto mago la interrumpiera- cuando todo esto termine, cuando el peligro ya no exista vas a organizarme la mejor fiesta que se haya visto en todo el mundo mágico y yo no participaré en la planificación ni me quejaré, solo tú estarás a cargo de todo, como dueño absoluto- lo miraba con ojos ansiosos y asustados- ¿qué opinas?

-Un juramento no te parece un poco exagerado Brownie?

- ya lo creo que sí, pero puedo hacer una promesa que es menos intenso pero igual de vinculante, no vamos a morir si no lo cumplimos-explicó.

-¿lo prometes?- preguntó y sostuvo su mano.

-yo Hermione Jean Granger prometo a Sirius Orión Black que cuando ya no queden vestigios de Voldemort o sus seguidores, él y solo él se ocupará de la planificación y organización de la mejor fiesta de cumpleaños que yo haya tenido en mi vida- unos lazos plateados aparecieron y rodearon a las manos unidas.

-así sea- terminó Sirius.

                                                                               -O-O-O-O-O-

La noche previa al juicio contra Harry el ambiente en la vieja casa era tenso. Ni los gemelos con sus bromas podían aligerar el malestar reinante. Hermione y Ginny habían decidido mantener el silencio y escuchar atentamente los comentarios y las noticias vertidas durante la temprana pero abundante cena.

- todo saldrá bien mañana de eso no hay dudas, tenemos a Brian de nuestro lado.

-pero el profesor no vino a hablar conmigo- habló Harry triste pero sobre todo asustado.

-Ahijado eso no significa nada malo, sabes que tiene mucho en que ocuparse pero mañana estará contigo en el Ministerio, eso no lo dudes.

- Ahora todos a la cama- había hablado Molly- debemos estar temprano en pie, Arthur irá contigo hijito, está emocionado de poder usar esos sabtes.

-subtes- la corrigió Harry.

-bueno eso mismo, Hermione y Ginny se quedan para ayudarme, los demás a dormir.

-pero mamá es muy temprano para dormir- renegaba Ron.

-no importa hijo, cierren los ojos que el sueño solito llegará, vayan, vayan- los empujó a todos a sus habitaciones.

Las mujeres pudieron poner la cocina en orden y después compartieron una taza de té. Era una charla de damas, Tonks se unió a ellas, había llegado de su guardia y estaba muy cansada pero quería saber noticias de Harry y ver a Remus.

- Dora, Dora mi joven amiga, ¿cuándo vas a decirle a quien nosotras sabemos lo que sientes?- habló Molly.

-¿no eras tú la que me decía que toda dama debe esperar que el caballero en cuestión dé el primer paso?

-si, siempre lo repito pero si yo no hubiera dado el primer paso, en estos momentos no sería una feliz Weasley- había comentado Molly. Las muchachas la miraban sin entender- voy a contarles una historia, así entenderás por qué ahora te aconsejo lo contrario- miró a su hija y explicó- cuando era solo una niña, mis padres apremiados por la situación económica me había arreglado un matrimonio por demás conveniente- las jóvenes abrieron desmesuradamente los ojos por la sorpresa- la cuestión es que yo me enamoré de Arthur cuando estaba en Hogwarts y él de mí también pero tu padre Ginny nunca me lo insinuó, siempre se comportó como mi mejor amigo. Además él sabía lo de mi futuro matrimonio que debía celebrarse cuando yo cumpliera mi mayoría de edad- tomó un sorbo de su té y siguió relatando- Mi futuro marido también estaba obligado, él tampoco me amaba, así que en una de nuestras "citas formales" planeamos cómo salir del acuerdo sin que se afectaran las familias. Lo que fue imposible, el rechazo de la familia de mi prometido sigue hasta la actualidad. Él ya no vive pero si no fuera por su consejo y apoyo hoy no estarían aquí mis mejores creaciones.

-¿mamá quién era él?

-Alphard Black-respondió sin temor- fue un gran amigo y el padrino de nuestra boda secreta.

-a él también lo borraron del árbol genealógico- había hablado Hermione- lo ví junto a Sirius, me dijo que la causa fue porque lo heredó.

-esa es la versión oficial, la verdadera es por lo que les conté.

-¿o sea que tú Molly diste el primer paso entonces?- preguntó Tonks

-así es, yo busqué a Arthur confesé mi amor por él y le pedí que si sentía lo mismo era la única oportunidad de estar juntos y al final nos casó Dumbledore.

Ginny con los ojos llorosos agregó- es una historia de amor mamá.

-algo así y esa fue la decisión más importante de mi vida- habló Arthur desde la puerta que miraba a su esposa con adoración- y ahora vengo a rescatarte de esta niñas.

-enseguida te alcanzo mi amor- le dijo Molly y le dio un suave beso.

-no demores mucho- acarició su rostro y se despidió de las eventuales testigos de tanto amor.

Molly se sentó a la mesa otra vez y tomó la mano de Dora- pero mi deseo era que te fijaras tú en mi Bill, pero en el corazón no se manda- le acarició la mano- y ahora ese hijo mío habla muy seguido de una cierta francesita, Delacour es el apellido- su cálido tono de voz había cambiado.

-Fleur, ¿la que participó en el torneo el año pasado?- preguntó Hermione.

-ella misma y según escuché a Bill contarle a su padre- miró a las tres muchachas y agregó- pero que quede bien claro que yo no los espiaba.

-sí, como no?- se burlaba Ginny.

-Ella dice que pidió trabajar en Gringotts para mejorar el idioma.

-¿Y dónde entra Bill en esta cuestión?- interrogó Tonks.

-Él es el profesor- Ginny escupió su té y las carcajadas no se hicieron esperar. Un momento de alegría las ayudó en su descanso.

                                                    -0-0-0-0-0-0-0-

Cuando Harry partió con Arthur, la angustia dominaba la casa.

Hermione se había refugiado en la Biblioteca, Ginny y Ron habían acompañado a Molly a la Madriguera. Los gemelos habían salido a reunirse con Lee Jordan, el fiel compañero de fechorías.

Sirius mientras tanto, salió al abandonado patio posterior hacia una casilla casi oculta entre tantos arbustos. Abrió la desvencijada puerta y dentro entre tanta basura encontró una vieja motocicleta, la que había pertenecido a su hermano menor, Regulus. Quizás lo único en común entre ellos.

Intentaba sacarla hacia el patio, Hermione que había sido testigo, bajó presurosa y lo ayudó.

-gracias Brownie, está en muy mal estado la pobre- la pararon en el medio del patio.

-¿necesitan fósforos a tal vez un hechizo incendiario?- había preguntado Remus desde la puerta de la cocina, mientras empezaba a bajar los pocos escalones que lo separaba de su amigo.

Hermione no dejaba de mirar la motocicleta- si tiene arreglo- habló muy segura- mi papá tiene una igual, se la dejó mi abuelo, él la restauró y algunas tardes sale con mi mamá a pasear en ella.

-¿estás segura ?

-si por supuesto es una Matchless Silverhawk de mil novecientos treinta y tres- habló mientras caminaba alrededor para mirarla detalladamente- a veces papá me deja conducirla pero sin que mi madre se entere.

-¿Dónde está Hermione Granger y qué hiciste con ella?- preguntó Sirius burlándose de la joven- rompiendo reglas Brownie, quién lo diría!

-le llevó casi tres años la restauración, porque él dispone de poco tiempo, con su trabajo no podía dedicarle mucho . En las vacaciones yo lo ayudaba y de paso me enseñaba algo de motos, es su pasatiempo favorito.

-Brownie, tu padre ya me agrada sin conocerlo.

-podrían llevarse muy bien Uds. dos, ya sabes... motos y Sex Pistols.

Remus los miraba congeniar tan bien y se lamentaba que su amigo no hubiera encontrado una mujer así en sus años de juventud. Para Sirius, el paso de los años encerrado y sin una familia que lo apoyara o esperara, era la peor condena que podía haber recibido. Remus Lupin, profesor por elección y hombre lobo a causa de una venganza, solo le pedía a un ser supremo que aún no fuera tarde para que su mejor amigo encontrara una mujer que lo entendiera y sobre todo que lo hiciera olvidar, por algunos instantes, tanta oscuridad vivida solamente con reír.

Hermione lo estaba logrando pero entre ellos había un abismo infranqueable.

Tonks apareció corriendo en ese instante y lo sacó bruscamente de sus pensamientos.

-no lo penaron, no pudieron sancionarlo- gritaba y su cabello era de un rosa intenso y ante tanta emoción saltó a los brazos de Remus y lo besó.

El profesor estupefacto por la sorpresa no se movió- lo siento Remus, lo siento, no quise- lo miraba avergonzada al extremo- fue un impulso-y entonces corrió a los brazos de Sirius- apenas me enteré vine a avisarles, Albus fue implacable, ya deben estar por llegar.

Hermione lloraba de la emoción y todos corrieron hacia la sala para esperar a que su amigo, ahijado y casi hermano llegara.

La moto quedó casi olvidada. La castaña regresó y transfiguró su pañuelo de mano en una manta que la cubrió por completo.

Los días pasaron sin muchos cambios, Hermione se ausentaba en algunas oportunidades pues sus padres querían verla. Un día antes de volver a Hogwarts trajo un regalo de valor incalculable para Sirius.

Lo buscó por toda la casa y lo encontró en una de las habitaciones del primer piso a la que ella nunca había ingresado. La puerta estaba entornada, entonces la golpeó y al no recibir respuesta a empujó suavemente- ¿Sirius?- ella lo llamó. El apuesto mago observaba un tapiz que ocupaba casi toda una pared. Un árbol genealógico dedujo ella -Molesto?- preguntó temerosa.

Entonces recién él notó su presencia- Brownie, no te escuché discúlpame, ¿qué necesitas?.

-te traje esto- y le entregó un gran tubo que él miró sin entender qué tenía entre las manos.

-interesante objeto, ¿para qué sirve?

-ábrelo del extremo- le indicó.

Sirius la obedeció y unos planos cayeron sobre el escritorio. Cuando los desplegó no podía creer lo que estaba viendo.

-¿Dónde los obtuviste?- preguntó sin dejar de mirarlos.

- de mi padre, le conté lo de tu moto y me los prestó.

La miró callado aún sin entender por qué tantas consideraciones para un hombre que casi no conocía.

-sé que te sientes inútil entre estas paredes, pensé que por lo menos así estarás ocupado en algo que te apasiona hasta que se aclare lo de tus falsas acusaciones y por fin seas libre.

Se acercó y la estrechó entre sus brazos, besó su cabeza- Gracias Hermione hace muchos años que nadie se preocupa por mi salud mental como tú lo haces ahora.

-no digas eso Sirius, todos los que te amamos nos preocupamos por tu bienestar, eso no lo dudes nunca- ella se alejó incómoda, pues su corazón latía alocadamente- cuando tengas los duplicados avísame y le devuelvo a mi padre los originales- el asintió.

Ella caminaba hacia la puerta cuando giró y agregó- ahhh, dice mi padre que si necesitas repuestos o lo que quieras para la moto no dudes en enviarle un búho con el pedido que él se encargará de encontrarlo.

Esa noche, extrañamente Sirius Black se sintió menos solo y empezó a mirar a la joven de manera diferente. Ella ya era una mujer muy valiosa para él. Se preocupaba por él.