DE NIÑA A MUJER
Después de una semana en casa con sus padres, Hermione llegó a la Madriguera. Albus Dumbledore se había presentado en su casa, como hacía cinco años atrás, habló con los Granger por la autorización y después aparecieron juntos en los alrededores de la casa de su segunda familia.
-Cuando termines de instalarte por favor, búscame en la cocina, debo hablar contigo y con el joven Weasley- y entonces Hermione apuró sus pasos para encontrar a Ginny que estaba ansiosa por noticias.
Mucho más tarde, antes de cenar, las amigas debatían los motivos por lo que no debían intentar ponerse en contacto con Harry. Esta decisión no le gustaba a la castaña pero aún así confiaba ciegamente en el anciano de ojos color del cielo.
-¿Qué pasó en Bulgaria?- preguntó Ginny cambiando de tema.
-fueron los días más hermosos que pasé, Víktor tiene una familia maravillosa.
-bla, bla, bla, ¿qué sucedió en la casa de Víktor?
- Me enseñó bastante sobre las Artes Oscuras, así es más fácil aprender a defenderme de ellas- mientras hablaba señalaba con la cabeza hacia la puerta, estaban siendo espiadas- mañana nos ponemos a practicar.
Ginny inmediatamente selló su habitación y colocó un hechizo de silencio- ahora sí, no me evadas.
-Ginny, él es mi amigo, muy amigo, nada pasó entre nosotros, no soy su novia, él es el ser más amable, dulce, amoroso y excelente profesor pero yo no soy la indicada para él- suspiró cansada- a pesar de dar esa impresión.
-Pero eso ya lo sé... ¿no habló con los padres entonces?
-No se animó y eso que Katya y yo lo alentábamos pero no pudo, tienen muchas ilusiones cifradas en él, Víktor ya dejó de ser solo el mejor buscador, su nombre ya es una empresa y sus padres la manejan- explicó- pero si te preguntan si soy su novia, debes decir que sí.
- No entiendo el por qué.
-la pantalla debe seguir Ginny, se lo prometí.
-Cuenta conmigo entonces.
Durante la cena la Sra. Weasley les comunicó a sus hijos que al día siguiente se mudarían una temporada al nuevo cuartel de la Orden. Todos se emocionaron, conocer la antigua residencia de Black sería una aventura y seguro se toparían con objetos oscuros.
-No se hagan ilusiones- Molly los calló de inmediato- no iremos en calidad de aventureros, vamos a tratar de volverla habitable, así que nos espera muuucho trabajo.
Los gritos de desagrado no se hicieron esperar, todos protestaban a viva voz. Menos una. A ella, el corazón le quería saltar del pecho desde que se enteró que el heredero Black estaría allí. Otra vez las mariposas de su estómago se alborotaron.
Por tríos fueron llegando a la gran sala de los Black, los gemelos con Molly, Arthur con Ron y Charlie que había llegado de vacaciones, por su expresión facial, arrepentido de tal decisión y por último Bill con Ginny y Hermione. Cuando estuvieron todos inmediatamente se bloqueó la chimenea.
Hermione se sacudía las cenizas de sus ropas pues se había caído al salir de la chimenea, había tropezado con la raída alfombra. Mientras Bill ayudaba a su hermana pequeña, una masculina mano se ofreció para ayudarla. Ella sin identificar de quién se trataba, la aceptó. Cuando logró incorporarse se encontró con la persona que ponía a volar sus mariposas.
-Hermione Granger, bienvenida a la Antigua y Noble casa Black- habló Sirius- aunque lo de noble está en discusión.
-Bu, bue- tartamudeó por la sorpresa, nervios y algo más que no identificó- buen día Sr. Black.
-¿Sr. Black?- fingió resentimiento- el Sr. Black está bien muerto, yo soy Sirius Orión Potter por elección y Black por obligación- sostuvo su mano y en un gesto de caballerosidad hizo una reverencia y la besó- para servirle, pero si prefiere puede llamarme Canuto que es la opción que queda.
-creo que Sirius me gusta más y se vé muy bien ahora- Hermione lo miraba como hipnotizada por esos ojos grises como el mercurio. El merodeador vestía un pantalón oscuro, camisa negra de seda y un chaleco de brocato gris con bordados negros, sus cabellos caían brillosos y con fuerza hasta los hombros. Los botones superiores de la camisa estaban abiertos y dejaban ver algunos tatuajes tan característicos de él. El rebelde y por entonces fugitivo.
-Ya, ya Sirius Black- Molly los interrumpió y los trajo a la realidad- ya es suficiente, guarda tus encantos para las mujeres y deja a las niñas tranquilas.
Sirius la fulminó por sus comentarios tan fuera de lugar pero antes de recriminarle Hermione lo interceptó- Sra. Weasley, el Sr. Sirius solo está siendo amable con nosotras, me ayudó porque caí al salir de la chimenea- lo defendió sin importarle la presencia de los demás.
-Lo sé mi niña- tomó su rostro con las dos manos y la miraba maternalmente-es un tipo de broma entre nosotros, lo que sucede es que yo nunca caí rendida a sus "encantos", soy inmune a él- acarició el brazo del merodeador, Sirius la abrazó- pero él cae rendido a mis encantos culinarios, verdad Siri?
-Eres la única con la que yo me casaría amor, si Arthur no nos molestara- el aludido se divertía- y no me importaría si tengo que adoptar a todos los pelirrojos, pero en ese caso les tiño el pelo de negro- la risa generalizada rompió la tensión inicial.
-Bueno, manos a la obra entonces- Molly se estrujaba las manos y de su delantal sacó una hoja y repartió directivas- Fred, George, se ocupan de los baños, sin protestar, allí encontrarán lo necesario- la madre les dio una de sus clásicas miradas y ellos callados desaparecieron sobresaltándola- odio cuando hacen eso, bien... sigamos, Ginny mi vida, tú y Ron encárguense del segundo piso, pero por favor juntos, no se separen, así es más rápido.
-Mamá ¿puedo hacerlo con Hermione?- preguntó Ron.
-No, no puedes, a ella le tengo un mejor lugar, Charlie, vienes conmigo al ático.
-Molly, mejor déjame el ático a mí –pidió Sirius- Buckbeak está escondido allí.
La jefa al mando de la casa lo meditó un instante y dijo-tienes razón, Charlie vé con él y no se entretengan con ese animal y no estés fumando Charlie, que ya te encontré esa cosa que usan los muggles.
Sirius lo miró y le hizo señas a su bolsillo y el musculoso Weasley asintió.
-Hermione te va a encantar lo que te toca- ella la miró sin entender- la Biblioteca es toda tuya.
El rostro de la castaña se iluminó, la felicidad la embargó y daba saltitos de la emoción.
-Ey Brownie, tranquila, debes limpiarla, acondicionarla, no leer todo lo que veas a tu alrededor.
-¿Brownie? – frunció el ceño- ¿Sabes lo que es eso?
-Obvio, soy experto en repostería y tus ojos parecen hechos de chocolate- acotó.
-Hermione, cuando yo termine con la cocina y la despensa te ayudaré, sino enseguida llegarán Remus y Nimphadora, ellos también podrán darte una mano- agregó Molly- vamos, vamos, no se entretengan, caminen, caminen- la regordeta madre de algunos pero dueña de todos los empujaba hacia sus destinos inevitables, destinos de polvo, humedad y basura al por mayor.
La mañana pasó sin contratiempos, la mayor dificultad se había suscitado cuando pasaban por el hall de entrada y el retrato de la difunta Walburga Black comenzaba con sus insultos o cuando Kreacher, el viejo elfo de la familia, intentaba desobedecer a Sirius y mascullaba insultos cuando creía que nadie lo escuchaba. Hermione pocas veces abandonó la Biblioteca solo para buscar agua y algo que comer ya que no compartió el almuerzo con el resto de los habitantes.
Ella estaba sentada en el piso de la Ancestral Biblioteca muy concentrada en un antiquísimo libro de runas, su melena caía tapándole la visión de la puerta.
-si dejaras los libros para después, la biblioteca ya estaría lista Mione.
-hola Ron, no te ví ¿cómo te fue arriba?
-lamentable, mejor ni te cuento- respondió fastidioso- ¿en qué te ayudo?
-puedes traer los libros sueltos que están en ese sector- le señaló el último corredor, el alejado y al que no llegaba la luz de las ventanas.
Cuando Ron ingresó sintió escalofríos, similar a lo que se percibe cuando se atraviesa un fantasma, y a cada paso que daba las estanterías se iluminaban- este hechizo no lo conozco- habló.
-¿qué dices Ron?- gritó Hermione.
-que cuando caminas por aquí se iluminan solas las estanterías.
-entonces apúrate- le contestó- cómo se nota que no vas muy seguido a la biblioteca de Hogwarts- susurró para sí.
-si ama- protestó y en voz baja agregó- ella y mi madre me tratan como a un elfo.
Ron dejó caer los libros de golpe al lado de Hermione quien se levantó molesta- Ronald Weasley que sea la última vez que tratas así un libro por lo menos en mi presencia- empezó a vociferar- si te molesta tanto entonces lárgate y déjame trabajar tranquila- se dio vuelta hecha una furia y cuando quiso ingresar al sector que le faltaba se detuvo de golpe y empezó a gritar desesperada, parecía que se le estaban quemando las manos.
Sus gritos retumbaron por toda la casa, Ron la miraba impotente y aterrado, Sirius y Molly llegaron al instante, entonces el heredero corrió hacia la joven, que no podía dejar de chillar, levantó la manga izquierda de su fina camisa y extrajo una daga de plata. Se realizó un corte limpio en la mano derecha y en la de Hermione y cuando las sangres se unieron ella cayó desvanecida en sus brazos.
-Llama urgente a Dumbledore y a Snape- habló a Arthur que había ingresado muy asustado- es magia negra, Molly yo la llevo a mi habitación y en mi baño encontrarás algunas pociones curativas, ganemos tiempo hasta que lleguen.
El silencio inundó la antigua y noble casa Black, pero fue interrumpido por la risa espeluznante de Walburga.
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Dos horas después Albus, Severus, Sirius, Charlie y el matrimonio Weasley estaban reunidos en la habitación donde descansaba Hermione- es magia de los Black, no magia negra, tendrías que haberlo notado- habló Severus en un gesto de burla.
-Pero actuaste muy rápido y muy bien Sirius, le salvaste la vida- Molly tomó su mano y lo consoló.
-Yo temía que algo así pudiera suceder pero creí que con darle la bienvenida a la casa era suficiente, evidentemente no lo fue- la miraba apenado, con remordimiento-esta casa tenía en mis épocas de niñez varias hechizos contra los muggles o nacidos de muggles pensé que ya no quedaban vestigios de ellos.
-como siempre te equivocas Black, no piensas, eres impulsivo como todos lo Gryffindor- Si Arthur y Charlie no hubieran sostenido a Sirius, éste habría golpeado a Snape- a eso me refería- sonreía sarcástico- Director, si no me necesitas debo retirarme- el adusto profesor sostenía fuertemente su brazo izquierdo.
-puedes ir Severus, hablamos luego- salió sin demorarse, pero antes miró a Molly y la saludó, no dejaba de lado lo caballero que siempre fue.
-¿Tardará en recuperarse?- preguntó Charlie.
-Creo que en cualquier momento despertará, pero déjenla descansar, Molly ¿puedes traerle un plato de sopa y abundante leche?- pidió Albus.
-Ya mismo- cuando se disponía a salir vió que Hermione estaba despertando- mi niña- se acercó- ¿cómo te sientes?
-Muy cansada y tengo mucha sed.
-Molly ve por la comida yo la ayudo- habló Sirius quien ya traía un vaso con agua fresca, la ayudó a incorporarse en la cama y puso el vaso en su boca- despacio Brownie.
-Gracias- lo miraba con los ojos vidriosos.
-Ey...no llores- ella se abrazó y soltó el llanto desconsolado- ya pasó, ahora puedes andar por la casa sin ningún temor, mi sangre reconoció la tuya y ningún hechizo podrá dañarte.
Ella estaba aferrada a él- tenía mucho miedo- sollozaba- porque no puedo dejar a Harry solo ahora, él me necesita más que nadie.
-Shhh, tranquila, no lo dejarás, de eso estamos todos seguros, y nada te detendrá ni siquiera Voldemort.
-¿Podemos pasar?- los jóvenes Weasley estaban en la puerta.
-Adelante pasen por favor- habló Sirius que dejó su lugar en la cama y Ron abrazó entonces a Hermione.
-Menudo susto me llevé, te juro que a partir de ahora no voy a dejarte sola.
-gracias Ron pero Sirius me dijo que ya no estaré en peligro y debo terminar mi tarea en la Biblioteca.
-Igual Mione, estaremos juntos y cuando venga Harry y se entere me dará la razón, eres muy valiosa para nosotros.
-Yo pienso lo mismo de Uds.
-Bueno, bueno- llegó Molly con la bandeja repleta de comida- denle espacio, despejen la cama, Ron ni siquiera te acerques, enseguida comeremos abajo- Ginny le acomodó las almohadas- todo te comes y sin chistar, estás en bajo peso ¿acaso no te alimentaste bien en tus vacaciones en Bulgaria, no te dio de comer el joven Krum?-preguntó preocupada.
-UUUUUUUHHHH, vacaciones con Vikiiii- comenzaron a bromear los gemelos- seguro que no tuvo tiempo para comer, ¿verdad Fred?
-así es George, pero seguro tiene besos para rato –golpearon las manos.
-Uds dos terminen con las bromas, no la molesten- los amenazó su madre- la cena está en diez minutos, por favor empiecen a bajar, ¿Ginny te quedas con ella?- ella asintió escondiendo su risa.
Ron se puso pálido con las bromas de sus hermanos y salió sin esperar una segunda orden de su madre, los gemelos lo siguieron pero se escuchaba que continuaban con las bromas solo para incomodar más a su hermano menor.
-agradezco la invitación Molly pero debo regresar- habló Albus- srta Granger me alegro que ya esté recuperada, mañana puede quitarse las gasas de la mano.
Hermione no había notado que su mano derecha estaba vendada al igual que la de Sirius- gracias director.
-no tienes nada que agradecerme, fue un error mío debí recordar los hechizos.
-en todo caso es mí error Brian.
-tú la salvaste, eso solo podía hacerlo un Black- concluyó la discusión- buenas noches que descansen.
Tarde, en la madrugada Hermione no podía dormir, pensaba en los acontecimientos del día. Se sentó en la cama y por primera vez miró detenidamente la habitación donde se encontraba. Era la de Sirius. Las paredes estaban tapizadas de posters muggles, de chicas en traje de baño, de motos, uno le llamó la atención, un poster de Six Pistols, una banda de rock punk de los setenta, unos pioneros. Se levantó caminó hacia la pared donde estaba el poster para observarlo mejor y se tapó la boca para poder reírse y no despertar al resto de la familia. Sirius Black era idéntico a Sid Vicius el bajista de la banda.
-James pensaba lo mismo, me decía que yo era el hermano no reconocido de Sid- habló Sirius desde la puerta.
-Era una banda fantástica, mis padres son fans de ellos, lástima que Sid tuvo un final trágico- e incómoda agregó- estuvo preso acusado de la muerte de Nancy su novia y luego se suicidó, es una pena tanto talento desperdiciado.
-En algo nos parecemos, ya estuve preso y acusado de muertes, novia oficial no tuve y espero no suicidarme, no todavía.
-Ni siquiera lo pienses- ella le reclamó- Harry te necesita demasiado.
Sirius la miró detenidamente y pensó que ella estaba dejando su niñez atrás y estaba transformándose en una gran mujer. Tenía razón Remus, ella jamás dejaría a su ahijado.
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