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Capítulo 14: Sueño agradable.

- Pero que diablos estoy haciendo - fue lo que se gritó en el auto Lori al entrar en razón consigo misma.

Tras, segun ella, recuperar la razón cambió el rumbo de su viaje a su departamento. Antes de llegar a su hogar paso por su tienda de comestibles favorita y se abasteció de víveres.

Ya en su cama, luego de un baño de agua hirviendo y una mascarilla facial, se replanteó mejor el supuesto mensaje de su hermano muerto.

- ¿Que tonterías hago? Es más que obvio que esto es una especie de engaño de la maldita Lisa para que vaya a casa -

Al cabo de unos minutos se levantó para retirarse su mascarilla frente a su espejo tocador, frente a ella podía ver a una versión adulta nada parecida a la que ella alguna vez soñó de niña. Lori tenía unas notorias ojeras, sus labios secos, unas canas visibles producto de puro estrés y una mirada algo desolada.

Todos estos rasgos producto por el arduo trabajo eran muy bien tapados por un impecable maquillaje y sus ahora necesarios lentes.

- Soy una tonta por creer esta tontería - decía mientras leía una vez más ese mensaje - debería borrarlo - su dedo temblaba ante la pregunta de 'esta segura de eliminar este mensaje' - no puedo -

Lincoln revisaba su teléfono para notar que Lori lo bloqueó - me suponía que no sería tan fácil, me tendré que concentrar en el otro tema antes de ir a ver a Lori -

Una semana, solo una semana les tomo a el señor y la señora Loud recuperar a nivel legal la vida de su hijo. Ya con su documentación y estar legalmente vivo, otra vez, su siguiente paso una buena charla con su hijo para continuar con su educación.

Después de la cena Rita y Lynn Sr pidieron un momento para hablar con el albino. Lincoln, ante su petición, les sugirió esperar a que acostara a sus hermanas que desde que lo hacía con Lily las demás exigían un trato igualitario, incluyendo la reina de la oscuridad y la genio.

Empezó con Lucy que ahora contaba con su propio cuarto, ya no dividido con su antigua compañera atleta - agradezco que hagas esto Lincoln - dijo ella ya recostada.

- No es ningún problema - tomo las suaves sábanas y frazadas de un púrpura oscuro para envolver a la gótica - se que a pesar de todo tu amor a la oscuridad tienes que tener tu pequeño rincón de luz -

- De verdad es estoy muy feliz de tenerte nuevamente en casa, ¿antes de dormirme me dejas decirte un poema? -

- Claro, será un placer soy todo oídos -

- Las noches suelen ser frías en este inmenso lugar y como no serlo con tantos lugares que llenar, pero ahora que un destello blanco regreso a iluminar solo se puede sentir calidez en esa hogar - a diferencia de sus desoladores poemas últimamente Lucy recurría a citar estrofas llenas de alegría.

- Lugubres sueños reina de la noche - mientras Lincoln cerraba la puerta una imagen de Lucy se vio opacada por un recuerdo, Ante los ojos del albino miraba el rostro de una niña tan pálido como el de su hermana, pero que al tener el cabello blanco la hacía más Blanca, su rostro adornado con pecas y dormida se negaba a quitarse la sombra de sus ojos. A tal imagen Lincoln no pudo evitar susurrar - descansa Lupa -

Con las gemelas, con cuartos divididos petición hecha por la princesa, fue muy diferente el método de acostarlas una de la otra. Con Lana solo necesito ponerla en la cama, taparla y quitarle su amada gorra roja. En cambio Lola fue un poco más complicada, primero tuvo que seleccionar entre los varios conjuntos de pijamas de la chica, paso a arropar la con delicadeza y aunque era un poco grande para ello pidió que le contara un cuento como en los viejos tiempos.

Paso al cuerto de Lisa que no tardó en nada en aprovechar el tener a Lincoln allí - unidad fraternal antes que prosiga la rutina de acostar nuevamente te pido que me des un momento para retomar nuestra charla del domingo pasado - aunque más que peticion ella ya estaba al borde de la ansiedad ya que el albino le estuvo postergando esa charla.

- Entiendo que tengas miles de dudas más con lo curiosidad que recorre tu ser, mañana después de regresar a clases y revisar unas cosas en la ciudad me reuniré contigo en tu cuarto para hablar -

- Comprendo que ahora es tarde y te espera una charla con nuestros padre, podre esperar un poco más - se acomodó en su cama y fue tapada por su hermano que le dijo buenas noches para inmediatamente después salir de allí.

Lily aún recordaba esa mirada en su hermano, vacía sin un solo ápice de emoción en ellos, pero a pesar del miedo que le generaba descubrir el porqué de esos ojos la niña se propuso a descubrir el porqué de esto. Además sabía en el fondo de su corazón que él nunca les haría nada malo.

Aunque estar más tiempo con su hermano era parte del plan de la niña, para descubrir algún indicio, no podía evitar disfrutar desde lo profundo de su ser el tiempo de caridad con el albino. Llego al punto que Lily le pidió que a la noche la acostara y le contara alguna historia, con esto esperaba que se le escapara algo de su viaje.

Le tomaba su tiempo pero para Lincoln ser el último en darle buenas noches a sus hermanitas era un momento muy gratificante, ya con esta nueva rutina cumplida fue abajo a hablar con sus padres.

Se sentó en la sala junto a ellos en el sillón, que aún después de incontables años aguantando el castigo Loud siga en una pieza, por unos segundo hubo silencio pero no del incómodo o el de no saber que decir, estos segundos eran más bien de regocijo.

Antes de que Lincoln pudiera romper el silencio Lynn Sr le entrego una billetera, al examinarla se asombró de su contenido, tenía su nueva identificación, una tarjeta de crédito con su nombre, efectivo y su tarjeta de estudiante - Papá ¿qué es todo esto?

- Bueno necesitas esa credencial en el colegio y obvio tu identificación - dijo como lo más normal del mundo Lynn Sr.

- Vamos papá, sabes que me refiero al dinero y la tarjeta de crédito - dijo sacando la tarjeta y uno de los varios billetes de cien dólares que tenía dentro.

- Cariño - se dispuso a contestar Rita - unos meses después de irte nos debasto, pero para tener algo de esperanza todas las semanas depositamos tu mesada en el banco para darte la cuando volvieras -

- Se que no tiene mucho sentido - Lynn Sr se rascón la nuca y le muestra una mirada pasiva - pero nos daba un pequeño motivo por el cual llegar a fin de semana y antes de que nos diéramos cuenta se hizo un hábito.

- Un momento - en la cabeza de Lincoln los cálculos se empezaron a formular - por ayudar en casa, a mis hermanas, a ustedes y mis calificaciones en buen promedio me daban secenta dólares.

- También pecaba poniendo dinero en tus cumpleaños y otros días festivos - dijo Rita como si eso fuera una pequeña adición.

- ¿Tu también cariño? Con razón no me cuadraba la cifras - se reía Lynn Sr como si fuera algo gracioso.

En la cabeza del albino se le daba una idea. Con la personalidad de su padre y madre, junto a sus ingresos y el aumento al año de porcentaje de interés que da el banco a las cuentas de ahorro se daba una idea de su actual Fondo Monetario regalado, pero solo para estar seguro se ánimo a preguntar - Solo por curiosidad ¿De cuánto estamos hablando? -

- Dejame recordar - por un momento Rita pensó - y creo que cerca de cincuenta mil dólares -

- Que!! - se exaltó Lincoln soltando todo - Esperá aún con su ingreso, que los dos pusieran dinero por separado y el interés que da el banco no daría esa suma -

- Con nuestros viejos empleos quizás - dijo Lynn Sr - Pero tu nos dijiste que avanzaremos y eso hicimos -

- Tu padre y yo aspiramos a más, yo tome clases literatura y gramática entre otras para al fin tener lo que necesito para esto - Rita le entrego un libro con el título "El sanador blanco" y este era el volumen seis - Tengo otros casi tan exitosos como esta saga - de inmediato Lincoln miro la contra portada y allí estaba su madre con la típica pose de escritora.

- Esto es increíble mamá, ya quiero leerlo - dijo Lincoln emocionado y ante los ojos de Rita logro ver allí mismo a su bebé como antes con sus dientes su cálida sonrisa que tanto amor le generaba que no pudo evitar abrazarlo.

- Bueno, bueno ahora tu padre mostrara su logro - saco un menú de un restaurante - taran - dijo feliz.

Lincoln revisó el menú encontrando varios platillos que conocía de su padre - genial este restaurante tomo alguno de tus platillos en su menú -

- ¿Que? - dijo con cara de shock - todos son mis platillos, este es mi restaurante - le mostró el nombre en grande al principio del menú "Sason Loud" - uno de los mejores restaurantes en toda la ciudad y tu padre es el dueño a la vez que el chef en jefe -

- increíble, ya quiero probar tus especialidades - sonrío Lincoln - bueno los felicito yo siempre fui consciente de lo talentoso que es nuestras familia - después recordó el monto de su cuenta - cambiando de tema, no puedo recibir tanto dinero que no me merezco -

- Cariño - Rita lo tomo de las manos - no es dinero que no mereces sino te hubieras ido te lo hubiéramos dado, piénsalo como que lo estuviste ahorrando todo este tiempo -

- Además - Lynn Sr puso su mano en el hombro de su hijo - ya no puedes estar en la habitación de invitados puedes tomar una que este libre y hacerla tuya, también te podes comprar cosas para personalizar lo -

- Eso si, los muebles como la cama y resto van por nuestra cuenta - quería cerrar el trato Rita - ¿trató?

Lincoln se quería negar pero en los ojos de sus padres se les notaba la determinación Loud por ende se resignó tomando la mano de su madre para dar por concluido el trató, habló un poco más con su padres sobre otros temas antes de retirarse. Ya en el cuarto de invitados, se cambió de ropa y con una pequeña caja que lo acompaño en varios viajes se tiró a la cama.

Un tesoro eso es lo que se encontraba en esa caja, algunos dirán que es oro o un objeto extraño de sus viajes pero nada más alejado de eso, fotos, muchas de estas llenas de momentos felices y emocionales para él.

Sus ojos se cerraban mientras aún veía las imágenes, una parte de él deseaba estar aunque sea unos minutos con ellos.

En la casa Loud caía nieve, un hombre alto y fornido trataba de entrar cargando varias cajas de regalos, toca la puerta con su pierna ya que no pudo ni sacar sus llaves y una niña de ropa deportiva lo atiende - llegaste, eso se ve pesado puedo ayudarte - dijo la dueña de la voz.

Entregándole algunas cajas el hombre dijo - gracias, siempre tan servicial ¿de dónde lo habrás sacado? De tu madre lo dudo - río.

La niña solo sonrió - se que mamá no es la mejor definición de alma caritativa - soltó una risita - sabes muy bien que soy así gracias a ti -

- Sabia que dirías eso - dejo las cajas en el suelo - solo quería escucharlo, ni lo intentes señorita - dijo de la nada deteniendo a otra niña que estaba detrás de él con la intención se asustarlo.

- Como se esperaba de papá siempre me detectas - dijo mostrando una sonrisa con unos colmillos falsos de vampiros que combinaban de maravilla con su melena blanca.

Le acaricio la cabeza y dijo - que esperabas, llevo años entrenando con tu madre - de la nada un pastel vuela por la habitación pero el hombre logra evitarlo.

- Perdón papá - bajo por las escaleras una niña castaña con unos frenos adornado su boca - estaba practicando con el lanzador de pasteles que me hizo la tía y aún no se muy bien como usarlo -

- No temas cariño mis reflejos son lo suficientemente agudos para evitar uno o dos pasteles - le acaricio la cabeza, gesto que siempre hacia con sus hijos, y se retiro al baño.

Al verse al espejo del baño, después de una merecida ducha, dijo - lo malo de tener este cabello blanco es que no se si ya tengo canas o no -

Con firmeza golpearon la puerta del baño - Lincoln ¿te falta mucho? -

- Ya salgo dame un momento - mientras se acercaba a la puerta un extraño ruido se escuchaba de fondo constante y algo molesto invadió su cabeza, en el momento que iba a abrir la puerta este desperto, al mirar a su alrededor notaba que aquel fue solo un sueño, sueño que remontaba a ¿Un pasado lejano? o ¿Un futuro alterno? De cualquier forma era un momento al que no puede regresar jamás.

Los ojos de Lincoln ya abiertos, en su totalidad, con su mano buscó apagar la alarma de su celular, se sentó al costado de la cama y miró al frente solo para hablar como habitualmente lo hacía - lo se, lo se, me desperté justo cuando algo bueno se me podía presentar en el sueño pero que les puedo decir aún estoy en duda si reaccionar en ese momento fue lo mejor o no - esta vez el albino se despertó más temprano que cualquiera en la casa, se propuso en hacer el desayuno no por obligación o nada parecido solamente por gusto.

Una dulce fragancia poco a poco despertaba a cada Loud en la casa, Rita y Lynn Sr fueron los primeros en despertar. La matriarca del hogar se acercaba con cuidado a la cocina para ver a su hijo, él preparaba el desayuno como si trabajara en un restaurante de comida rápido de primera veloz y preciso.

- Buenos días mamá - le dijo mientra le extendía una taza de café - ¿dormirte bien? - ella se exaltó un poco porque se acercó tan rápido que la atrapó desprevenida.

- Si cariño - tomo la taza - gracias, pero no hacía falta que hicieras el desayuno podrías haber dormido un poco más -

- Vamos mamá sabes que lo hago por gusto, además tuve un sueño agradable así que amanecí de buen humor - dijo sonriendo y sirviéndole huevos, tosinos y panqueques con mermelada naranja.

Rita saboreó su café despertando recuerdos del café que su hijo sabía hacer justo como le gusta - esta bien cariño ¿listo para tu regreso al colegio? -

- Claro, quiero dar unas cuantas sorpresas a mis viejos compañeros - sirvió los demás platos - ¡papá, chicas el desayuno esta listo bajen! - con este buen grito todos bajaron a comer menos Lisa así que Lincoln subió.

En frente de su cuarto este tocó la puerta pero no recibió respuesta por lo que espero unos segundo y prosiguió a entrar - Lisa estas despierta - encontro a su hermana dormida en su escritorio con la cara tapada por muchos papeles, Lincoln tomo los papeles los miro y escribió unas cosas con una sonrisa en su cara. El albino salió de allí dejando acomodadas las notas, un par de los emparedados favoritos de la genio y una pequeña hoja con las palabras "buen trabajo aunque aún estás algo lejos de la respuesta" firmando solo con una L.

Lincoln se cambió tomo un pantalón vaquero azul, con unas zapatillas deportivas negras y una playera blanca debajo de una camisa naranja. Agarro la nueva mochila que le dieron sus padre junto a su teléfono y billetera para al fin salir de su casa.

Al salir del hogar se dedicó a caminar ya que declinó de la oferta de su padre de llevarlo, para Lincoln ese pequeño paseo al colegio le ayudaba retomar su vida con la mente en paz. Aún con los años que pasaron ese aire nostálgico se conservaba por todos lados y eso a él le encantaba.

Tras veinte minutos solo con sus pensamientos son cortados por la vista de una joven escribiendo bajo la sombra de un árbol, la chica inmersa en su relajada actividad no se percatara del tiempo o del acercamiento del albino.

Lincoln le tocó la cabeza - Haiku se te hará tarde para el colegio -

- Oh Lincoln, es bueno ver que tu espíritu puede alejarse del shopping - dijo con calma hasta que noto la hora en su celular - diablos, maldito capítulo catorce me tienes bloqueada - de inmediato guardo sus cosas y se preparó para caminar, algo apurada, se dio cuenta a los segundos que Lincoln la seguía - ¿me acompañas al colegio?

- Es más divertido ir juntos, además también iba para allá de todas formas - dijo mientras caminaba a su lado que a comparación con el paso apurado pero corto de Haiku él se movía más suelto y tranquilo.

- Eres un fantasma raro Loud - lo mira de pies a cabeza - no solo sos más visible que los otras entidades que he conocido sino que ni intentas disfrutar de sus habilidades, mirate caminando a mi lado cuando podrías flotar -

Lincoln intentaba no soltar una risa - que te puedo decir me gusta hacer la cosas bien vivas -

Ya cerca del colegio Haiku se despidió del "espíritu" y se fue a su club de literatura por un libro de tareas que ayer se olvidó allí, por su lado Lincoln se dirijio a la dirección y buscar su horario de materias, sin pedirla fue acompañado por el mismo director orgullo de tener de regreso al niño que hace cinco años hizo tan heroico sacrificio.

Unos días antes aquel hombre Wilbur T. Huggins, estricto director pero tipo emocional en secreto, ni recordaba el suceso con el Loud, pero la llegada de los padres de este para hablar con el y pedir los papeles para realizar el ingreso de su hijo cambio eso. La hora que pasó con Rita y Lynn Sr, que no dudaron en contar parte de lo sucedido con el albino, no solo conmovió al hombre la historia de despedida y reencuentro sino en su cabeza consideraba un héroe al Loud.

En el aula la señorita Johnson preparó sus papeles para la clase, cansada por un fin de semana corrigiendo exámenes suspirando por otro lunes. Se trataba de un día como cualquiera solo con un pequeño cambio, un chico nuevo esperaba que eso no puciera la atende sus alumnos en él y le dejaría enseñar tranquila. Mientras espera el primer timbre disfrutaba su café matutino y veía entrar a cada uno de sus estudiantes como si los contara por cada sorbo de su bebida.

Entrando al aula Clyde viendo con melancolía una foto, esta imagen la añoraba tanto y le daba múltiples emociones desde algo de felicidad, fuerte frustración entre otras, pero de inmediato la guardaba al recibir el saludo de Liam. El moreno tomó asiento sacando lo necesario de su mochila y darle un último vistazo a la foto, tragó saliva esperando que este día sea bueno al menos sabe que volverán días así en cuanto su mejor amigo regrese a clases.

El granjero estaba listo para dormir cuando comenzara la clase después de tanto trabajo matutina estaba exhausta, ni siquiera pasaban de las ocho y ya hacía cuatro horas que se encontraba despierto. Él sabía que no era lo correcto dormirse en clases pero una carrera universitaria está lejos de su alcance económico y intelectual, él extrañaba juntarse con sus amigos divertirse pero si este quería un futuro para el y su familia era necesario su esfuerzo.

Haiku entro tras ellos y de inmediato al tomar asiento se puso a escribir de todas formas no tenía con quien hablar en esa aula y prefería no llamar la atención, otra cosa para alejarse de alguien es que seguro en breve estaría por entrar una persona muy odiada por ella que no ha hecho de manchar su nombre como su vida escolar.

Zach fue el último entrar, su actitud era de alguien relajado y caminaba como si fuera su casa. El chico venía escuchando música y moviendo sus manos como si tocara una guitarra con frenesí, una chica lo acompañaba con pinta punk/metal por donde la vieras si se pudiera describir en una sola palabra peligrosa le queda perfecto.

Otros a entrar ya pasado unos diez minutos al toque de campaña fueron Rusty y compañía, él entro rodeando por la cintura a una chica de pelo esponjoso carmesí que resaltaba muy bien con su piel clara, tras de ellos apareció Chad que tenía una nueva pinta tirando a matón como si fuera su guardaespaldas y detrás de este Jordan y Joy ambas con un aire de soberbia hasta palpable.

Ya con todos dentro del aula, unos alumnos más decentes que otros, la profesora anunció que llegaría un estudiante nuevo y al escuchar la puerta le permitió pasar.

Al entrar más de uno se notaron asombrados al ver al chico, era cierto que no coincidía con quien tenían en mente pero esa cabellera blanca junto a sus pecas solo les venía un nombre a la mente a gritos.

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Hola, hola, hola aquí esta otro capitulo más lleno de sucesos que el anterior y con nuevos desenlaces a resolver. Este capítulo es un poquito más largo pero disfrute escribiendo lo, en los ratos que podía, espero que lo disfruten tanto como yo lo disfrute en crear.

Muchas gracias por el apoyo que le dan a mi historia no saben lo feliz que me hacen y ver crecer mi cantidad de seguidores es glorioso jejeje.

Jake :3

PD: lamento tardar tanto pero estén seguros que me encanta escribir esta historia y hay para rato.

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