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Me ofrezco como voluntario

REGRESAMOS PARA JUGAR

Capítulo 3: Me ofrezco como voluntario


Luego de que las chicas me felicitaran, regresamos a la casa de Kio. Como lo había pronosticado, la casa estaba hecha un desastre. Destrozaron todo el lugar buscando cualquier cosa que podría serles útil.

Kio corrió a su cuarto y lanzó un gritó.

Las chicas y yo corrimos a ver qué pasaba, pensando que tal vez Kio se había encontrado con uno de los agentes del gobierno.

―¡¿Estás bien?! ―gritó Eris, presa de la preocupación.

Kio se dio la vuelta y pude ver que estaba rojo como un tomate y con lágrimas asomándose por sus ojos.

―¿Qué? Se llevaron todas tus revistas para adultos ―le dijo Manami con una cara de pocos amigos.

Aoi, corrió a su habitación y todos la seguimos. A diferencia de Kio, ella no había gritado, pero se había quedado tiesa y con una expresión de desolación en el rostro.

―Mis videos y mis mangas...

Al parecer se habían llevado todo del cuarto de Aoi, incluyendo su ropa. Manami corrió a su habitación y la escuché maldecir por todo lo alto. Me acerque a Aoi y la consolé lo mejor que pude, y es que me daba pena saber que toda su colección había desaparecido, yo también estaría shockeado.

―No lo entiendo, también se llevaron nuestras laptops y tablets, incluso nuestra ropa interior ―decía indignada, Manami.

―Tal vez pensaron que podrían ocultar algo dentro de las fibras de la ropa, por eso vaciaron toda la casa, solo dejaron el dinero ―les dije.

―Menos mal que la doctora Durel se llevó a la Capitana a la nave, de lo contrario tendríamos que colocarla sobre el suelo ―dijo Eris con pena.

Todos nos quedamos en silencio, viendo lo que alguna vez fue una casa amoblada. Se llevaron todo, las macetas con plantas, los cuadros, los muebles, colchones y sabanas.

―Kio, lo siento, por nuestra culpa desvalijaron toda tu casa ―se disculpó Eris con pena.

―No te preocupes, son sólo cosas materiales, se pueden reponer.

―¡Kio! ―exclamó Eris y se abrazó al muchacho. Manami y Aoi no se veían felices.

Tratamos de arreglar el lugar lo mejor que pudimos, menos mal que teníamos a los asistedroides para que nos ayudaran.

La casa quedó libre de escombros y se reparó el muro de la embajada.

―Nos fueron de mucha ayuda, muchas gracias, amigos ―les agradecí a los asistedroides y ellos sacaron carteles contestándome.

Eh, los kanji son difíciles, chicos ―les dije y ellos cambiaron la escritura de sus carteles a hiraganas y katakanas.

»Nop, lo siento, ¿no podrían escribir en inglés o español?

Los asistedroides se quedaron quietos un momento para descargar el software y luego me mostraron carteles en español e inglés.

―Muchas gracias, así está mucho mejor ―les agradecí con una sonrisa, pero al mismo tiempo me preguntaba por qué diantres no tenían una programación y una función de voz. Eso sin duda facilitaría mucho las cosas.

―Eso es debido a que se considera las funciones de voz como algo que humanizaría mucho a los asistedroides y conllevaría a generar conflictos emocionales hacia ellos ―me explicó Eris una vez que le hice saber mis dudas respecto a nuestros amiguitos. Quise saber más de esos conflictos emocionales con los asistedroides, y Eris con algo de pena me informó cómo las cosas no resultaron muy bien con los primeros modelos de asistedroides que tenían una forma más humanoide.

―Ya veo, bueno, ahora solo nos falta reponer todo lo que se llevaron ―dije para cambiar de conversación ya que era obvio que Eris se sentía incomoda.

Eris se alegró de inmediato y junto con Kio y las chicas planeamos las compras.

.

.

Era mucho lo que se debía reponer. Antonia nos obsequió mucho dinero y los asistedroides cargaron con casi la totalidad de las cosas, al final, la casa quedó como si nadie la hubiese desvalijado.

Aoi y Manami le agradecieron mucho a Antonia por haberles obsequiado el dinero suficiente para que se comprasen nuevos equipos de sonido y computadoras para ellas, lástima que el contenido de sus discos duros era algo que no se podía recuperar con dinero.

Estaba hablando con Eris acerca de lo impresionado que estaba con la tecnología de Cathia y las medidas de seguridad que habían puesto a su nave, es decir, no todos los días una nave nodriza se dirigía a estrellarse contra un planeta habitado, pero aun así, habían diseñado un sistema para hacer que la nave se vaporizara en caso de presentarse esa situación imposible.

―Pusimos ese sistema luego de que una nave nuestra de transporte masivo se estrellase donde un planeta deshabitado, entonces supusimos que podríamos poner un sistema que evitase esa eventualidad en nuestras naves nodrizas.

Asentí mientras me explicaba, lo mismo pasaba en la Tierra, solo luego de pasar catástrofes aéreas o marítimas, recién el gobierno introducía medidas para evitar que esos accidentes pasaran de nuevo.

Eris y yo seguíamos hablando sobre Cathia, cuando en eso llegaron la Capitana Kuune y la Doctora Durel, junto a ellas venían dos chicas gato que nunca había visto, eran muy jóvenes y hermosas, eran Chaika y Melwin.

Melwin tenía el cabello corto de color azul y era la vice capitana de la nave, mientras que Chaika tenía coletas y su cabello era de color Alice Blue, el mismo color de cabello que tenía Rei Ayanami en el anime de Neon Genesis Evangelion.

―Chaika es la vice comandante de la misión a la Tierra, por lo tanto tiene más rango que Melwin ―aclaraba Kuune―, pero en cuestiones relacionadas a la nave es Melwin quien está a cargo.

―Ya veo, es por eso que Melwin estaba a cargo cuando atacaron los dogisians ―dije ruborizado por la presencia de Chaika, quien me miraba sonriente lo mismo que Melwin.

―¿Estás bien, te ves muy rojo? ―preguntó preocupada Durel.

JA, ya te ruborizaste ―me dijo con sorna Manami que acababa de entrar a la sala junto con Aoi y Kio.

―Manami, Aoi, se los digo desde ahora ―declaré tratando de sonar serio y con aplomo―, jamás confíen en un hombre que no se sonroje, sino lo hace, significa que esta tan acostumbrado a usar y desechar mujeres que ya todo le vale.

Manami me miró con sorpresa y estaba a punto de replicar, cuando la Capitana Kuune se levantó y dando una reverencia, lo mismo que las otras Cathianas, me agradeció por haberla cuidado durante dos días.

―No tiene que agradecer, capitana Kuune, fue todo un placer.

―Escuché que te enfrentaste a esos hombres ―me dijo de pronto Melwin.

―También escuché como cuidaste de la capitana con esmero antes de eso ―me dijo Chaika.

Podía sentir como mi rostro estaba cada vez más caliente así que decidí cambiar de tema.

―¿Disculpe, capitana, ya recibió un comunicado de disculpas por parte del gobierno americano y el del Japón, respecto a las noticias que difundieron en internet?

―No, tampoco recibimos comunicado alguno de los otros países que filtraron la noticia de la caída de la nave.

―Entonces, la gente sigue creyendo que todo este problema fue causado por Cathia ―concluí y la capitana junto con las otras chicas intercambiaron miradas de pena.

―¿Qué podríamos hacer para cambiar esto? ―pregunto Eris, pero nadie parecía tener la respuesta. Luego de un momento intervine:

―No pueden esperar que algún gobierno involucrado admita que este problema fue causado por dogisia, tampoco puedencomprar espacios en internet porque serían borrados de inmediato. La única solución posible es que Antonia compre algunos medios de difusión televisivos, impresos y radiales y que le informe a la población mundial que pese a que la nave se dirigía en colisión hacia la Tierra, el planeta no corría peligro alguno.

―Esa es una idea excelente, pero escuché que el padre de Antonia no desea ayudarnos ―informó Chaika.

―Mejor nos comunicamos con Antonia y le preguntaremos si puede ayudarnos ―sugerí.

Como lo temió Chaika, ahora que su padre estaba en contra de ayudar a las chicas gato, los recursos de los que podía disponer Antonia se vieron restringidos, a lo más que podía ayudar era en comprar un periódico de circulación no nacional, pero oficial, aun así el tiempo para pedir las autorizaciones para su apertura y funcionamiento solo en Japón eran demasiado largos.

―Cualquier cosa más pequeña que esa será tomada como un fanzine ―se lamentó Melwin, preocupada.

―La embajada de Cathia está en Okinawa ¿no podrían ayudarnos las autoridades locales? ―pregunté.

―Después del numerito que ustedes hicieron al presentarse en trajes de baño escolar, no esperen ninguna ayuda ―dijo Manami y yo me quedé sin entender.

―¿A qué te refieres? ―le pregunté y Manami me contó todo con respecto a la reunión que tuvieron con personeros del gobierno central y las autoridades locales antes de que yo viniese a Okinawa.

―No..., te..., creo...

―Y no solo eso, también las Cathianas creen que todos los tópicos que leyeron en las revistas de Kio, es lo que sucede en la vida real ―me dijo Manami asintiendo con vergüenza ajena junto con Aoi.

―Yo, yo ya les dije..., ¡todo eso es ficción! ―intervino de pronto Kio moviendo las manos nerviosas junto con su cola y sus orejas de gato.

―Kio, con decirles eso no solucionas nada, dime ¿al menos te tomaste la molestia de explicarles en qué y porque se equivocaban? ―le pregunté contrariado por lo absurdo de la situación―. Y lo mismo va para ustedes, chicas. Manami, Aoi, ¿les explicaron a las Cathianas las diferencias entre las revistas para adultos de Kio y el mundo real?

Las dos chicas y Kio bajaron la vista y yo gruñí por la exasperación.

―¡Todo este problema con las autoridades de Okinawa se hubiese solucionado si ustedes se hubieran informado de las costumbres de la Tierra! ―grité y las chicas gato bajaron la vista apenadas.

»Bueno esto tiene solución. Me ofrezco de voluntario.

―¿Qué quieres decir? ―preguntó Aoi.

―Que yo les enseñaré a la capitana y a su tripulación acerca de la historia y costumbres de la Tierra, no solo de Japón sino del mundo entero. Les enseñaré la evolución en la historia del pensamiento humano, la economía, el arte, la arquitectura, la música, la moda y el vestir. También, les enseñaré acerca de la situación política y religiosa del mundo en la actualidad y su evolución en la historia, no pienso dejar ningún tema aparte.

―¿Podrás hacer todo eso? ―preguntó Kio.

―No soy bueno recordando nombres y fechas, pero tenemos el internet y, además, no pretendo que las chicas se aprendan todo de memoria que eso no sirve para nada, sino más bien que comprendan el porqué de las cosas y su efecto en lo que nos rodea.

Kuune, Durel, Eris, Chaika y Melwin, se pusieron de pie impresionadas y luego haciendo una profunda reverencia me agradecieron.

―¡Por favor, enséñanos todo lo respecto a este planeta y como llevarnos bien con los terrícolas!

―Se los prometo, así como cuide a la capitana, prometo que tampoco las defraudaré en este aspecto ―les aseguré de la forma más cool que pude.

El resto de la reunión trató sobre Kio, al parecer, él quería regresar a su condición anterior y no llevar más cola u orejas de gato. Las Cathianas se mostraron decepcionadas ya que al parecer Kio, aunque enclenque, con orejas y cola de gato era muy atractivo para las chicas incluyendo a la capitana y la doctora.

―¡Kio tiene razón, vuélvanlo humano! ―dijo Manami con decisión.

―¡Kio no puede regresar al colegio con orejas y cola! ―agregó muy seria Aoi.

―¡No! ―gritó Eris.

«Creo que enseñar todo lo referente a la Tierra a las chicas gato, será fácil en comparación a tener que vivir aquí y relacionarme con Kio y su "harem"», pensé poniendo mi mejor cara de póker. «¡¿En qué diablos me he metido?!».

CONTINUARÁ...

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