O2
Para su buena o mala suerte el ciclo escolar que cursaba terminaría en dos meses y él ya se iba a cambiar de escuela, puesto que no iba a soportar estar otro año más en la misma institución donde fue lastimado, burlado y humillado un sin fin de veces solo por tener notas más destacables, una cara no muy "linda", un estilo de vestir no tan moderno y un corazón muy sensible. Arregló su cabello con el peine y soltó un quejido, tenía unas horribles ojeras y sus ojos estaban levemente hinchados por el llanto que su pobre corazón seguía teniendo.
A su mente llegó la conversación que tuvo con sus padres hace unos días, todo giró en torno a su cómo se sentía y la sinceridad sobre el trato que recibía de cierto grupo de compañeros que tenía en el colegio, al final decidieron que lo mejor para él sería un cambiarse de ciudad con su abuela y terminar su último año en Seúl, no podrían ir antes por cuestiones económicas así que simplemente se resignó a pasar esos últimos dos meses ahí; para el castaño era una buena idea, puesto que no tenía amigos y realmente no es como si después de lo ocurrido eso fuera a cambiar. Escuchó como su abuela lo llamaba para desayunar y sonrió, salió del baño y se sentó en la mesa para comer el plato que le dejó su mayor.
Cuarenta minutos después ya estaba llegando al colegio con la sombrilla de aquel desconocido en una de sus manos y unas inmensas ganas de encontrarlo para entregársela, mordió su labio y con algo de timidez entró. Taehyung se encogió en su lugar cuando notó demasiadas miradas en su anatomía, algo acostumbrado a ello caminó tratando de ignorarles e ir a su destinado casillero, sin embargo, se vio interrumpido por un azabache que le miraba de forma arrogante mientras con una de sus manos sostenía la cintura de una castaña con cabellos cortos.
— Hola friki, ¿cómo va tu día? Te ves muy mal, peor que antes... ¿Acaso eres tan marica que no puedes superar lo que pasó? —la burlesca voz de Chanyeol hizo que mirara brevemente a Jennie, después a él y por último a la bola de alumnos que veía más interesante su plática que ir a sus salones o tomarse fotos.
— No quiero hablar Chanyeol.
— ¿Te sigue doliendo saber que solo serás un juguete? Mi querida fingió muy bien, a que sí, ¿no crees?
— Basta...
— ¿Y así te haces llamar hombre? ¿Realmente crees que alguien se enamorará de ti? No seas tonto friki, nadie te va a querer... Mírate, eres un perdedor, alguien horrible. — escupió, Jennie se rió a su lado y miró al de tez miel con desdén.
— ¿Cómo pudiste creer que alguien como tú me iba a gustar? Para ser el más inteligente eres demasiado tonto, patético. Muy patético.
Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas, agachó su cabeza y suspiró. ¿Qué ganaban al recordarle eso? ¿Acaso jamás tenían suficiente? Un quejido salió de él cuando sintió un golpe en su estómago, soltó la sombrilla y cayó al suelo, su abusón propinó otra patada a su estómago dejándole sin aire. Sus cabellos fueron tomados dejando a la vista su rostro, sus lentes fueron retirados y pisados, Chanyeol se acercó al oído contrario y susurró.
— Vuelve a ir de chismoso y te irá peor. Sabes muy bien de lo que soy capaz.
El chico de ojos bambi suspiró con tristeza e impotencia al ver como su crush era golpeado por la bola de orangutanes -los amigos de Chanyeol- mientras que la novia y el mismo Chanyeol se burlaban de él y su dolor. Un sollozo salió de sus labios, la última vez que se metió a defender a su amor secreto le fue peor; tocó la cicatriz de su mejilla izquierda y desvió la mirada, ya ni para decirle a los maestros por que estos se hacían de oídos sordos y ojos ciegos, a ningún maestro le importaba lo que hiciera el grupo de Jennie o Chanyeol, puesto que sabían que eran hijos de gente 'importante' como del director escolar y de un abogado de casi alta alcurnia.
Una queja de sus mimados hijos y eran despedidos.
Cuando vio que por fin el castaño estaba solo se acercó y lo llevó a la enfermería, los ojos de su mayor estaban cerrados y varios quejidos salían de sus labios.
— Por favor... B-basta, m-me duele t-todo...
— Te llevaré a la enfermería, ajussi... Lamento tardar en llegar. —susurró decaído.
— ¿J-jennie? ¿V-volviste?
Jungkook tragó pesado. Era increíble como a pesar de todo el daño que ella le causó, él siga pensando en ella.
— No. —soltó con molestia y desgano.
— ¿Q-quién e-eres?
— Eso no importa ahora...
[ ... ]
— Gracias por ayudarme... Creo que hubiera llegado más lento a la enfermería de no ser por ti, aunque de por sí ya no venía. —intentó bromear. — Ya puedes voltear.
El azabache de ojos bambi asintió con timidez y volteó, la mirada de ambos se conectó. Una extraña sensación llegó a Kim cuando notó las mejillas sonrosadas de su menor.
— Me alegro que se encuentre bien ajussi, me tengo que retirar... P-permiso.
Con pasos apresurados llegó a la puerta y al estar a punto se salir, el moreno le tomó por su antebrazo.
— Y-yo... Te quería agradecer por la sombrilla, fue de mucha ayuda. —Jungkook asintió y observó el objeto en la otra mano de su crush. — Lamento que ese día te hayas mojado por mi culpa, por cierto, ¿Cómo sigue tu mejilla? El otro día ví que tenías un golpe...
Instintivamente la mano de Jeon tocó su pomulo izquierdo, donde una herida con costra estaba sanando. El azabache agachó la cabeza sintiendo sus mejillas rojas y calientes, el hecho de tener una plática normal con su crush y que no se haya desmayado ya era mucho para él.
— ¿Se está curando como debe?
— ¿Huh?
— Tu herida...
— Va muy bien... —sonrió apenado. Taehyung imitó el gesto, pero al final saco un quejido.
El hecho de hacer cualquier movimiento le dolía muchísimo, los ojos de Kim pasaron al objeto que los mantenía unidos y la tomó, sonrió levemente y la extendió.
— Me alegra. Por cierto, ten... Esto te pertenece.
Jungkook miró como su sombrilla de pucca era extendida a su anatomía, la tomó con delicadeza y miró breve los ojos del contrario, después la ventana y lo nublado que se veía el cielo.
— Puede quedarse la, ajussi. —sonrió. Taehyung le miró algo sorprendido. ¿Por qué ese chico haría eso? — Y-yo tengo más en mi casillero.
— ¿Seguro?
Jeon asintió y sonrió nuevamente. El sonido de la reciente lluvia los sacó su nube a ambos.
— Me tengo que ir, hasta luego ajussi. —una corta reverencia y el azabache de tez clara salió de ahí dejando a Taehyung -otra vez- con las palabras en la boca.
Definitivamente esperaba que el menor se burlase de él o algo similar, pero no que lo trate de forma tan amable o que le regale su sombrilla. Suspiró bajito y miró por la ventana como la lluvia parecía tomar fuerza, agradecía al menos que sus abusadores le hayan dado una paliza cuando las clases acabaron y no en medio de estas; con su mano tanteo sus costillas y cuerpo, tenía moretones y raspones.
— Solo dos meses más y ya... Solo dos...
23/01/24
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