Los murmullos aumentaron y con eso las miradas curiosas se hicieron más presentes, los reporteros camuflados llevaron sus cámaras al inicio del espectáculo y prepararon sus micrófonos para luego tener una mejor nota. Nadie esperaba la sorpresiva llegada del moreno, y no es porque no estuviera invitado, sino al contrario, él siempre estaba invitado a ese tipo de eventos, pero por lo mismo de su agenda es que casi no podía asistir dejando que el azabache llegue solo o siempre esté acompañado de Kazuha.

La tensión estaba en el aire, por varios segundos el silencio sepulcral se adueñó del lugar, hasta el DJ que estaba tocando detuvo la música y los agentes importantes solo quedaban expectantes del futuro comportamiento que podría tener la pareja de su embajador estrella. El rubio miraba con seriedad a la castaña y maldijo en mente por el espectáculo innecesario que estaba sucediendo, todo porque no le han puesto los límites necesarios a la fémina y es que por más que quisiera la empresa se lo había prohibido por cuestiones de seguridad al lugar donde se estaba hospedando, pero ahora que volvió a Seúl esa preventiva se podía ir mucho al carajo.

— No voy a tolerar este tipo de comportamientos a mi pareja, te pido de la manera más amable que lo respetes y te mantengas alejados de nosotros si es que aún conservas tu dignidad.

La gruesa y amenazante voz del actor resonó por el lugar, logrando poner erizados a los presentes cercanos. Jungkook sonrió disimuladamente y se atrevió a morder su labio por lo caliente que se veía su futuro esposo enojado.

— Taehyung... ¿Qué crees que estás haciendo? —murmuró la chica con las cejas fruncidas y una mirada llena de incomodidad. Para nada se hubiera imaginado que todo esto esté ocurriendo y aún más, el hecho de que el hombre tenga los huevos para salir a un evento público mientras está siendo funado -casi- mundialmente. — Me estás lastimando... —mintió.

— Que, ¿Qué estoy haciendo? Estoy defiendo a mi pareja de una hostigadora y mitómana como tú... — comentó con rabia contenida, soltó la muñeca de la fémina bruscamente provocando que diera cortos pasos atrás. Con su otra mano acercó la figura de Jeon a su anatomía, mostrando posesividad. — Y que te quede muy claro, Jennie Kim, no permitiré que le vuelvas a alzar la mano o si quiera te atrevas a hacerlo. 

La mencionada los miró con hostilidad y formó una expresión burlesca.

— ¿Te atreves a amenazarme? ¿Acaso sabes quién soy?

— Alguien sin vida social con una denuncia por difamación e invasión a la privacidad.

El jadeo retenido de algunos presentes se logró escuchar, Taehyung no vio necesario añadir algo más y simplemente se dio la vuelta con su pareja y asintiendo cuando el mismo Jungkook le susurró que no se podían ir hasta que hablaran con un superior de la empresa.

[...]

La fiesta continuó con normalidad, la charla con los superiores salió mejor de lo esperado y lo más fascinante de todo es que Jennie no se volvió a acercar a la parejita y mucho menos intentó alguna otra cosa más, claro que la cólera en la fémina era palpable y por obvias razones su diminuto cerebro solo podía maquinar diferentes ideas para hacer quedar mal a la pareja. Por otro lado, Kim y Jeon disfrutaban de la velada con sonrisas en sus rostros, ambos se desaparecieron como dos veces y absolutamente nadie cuestionó el estado after sex que tenían.

Cuando el reloj marcó las dos de la mañana decidieron que ya era hora de irse y así lo hicieron, se despidieron de todos los conocidos que tenía el azabache y haciéndole prometer a Kazuha que le avisaría a Jungkook cuando llegue a su departamento. Los dos chicos subieron al carro y al poco rato ya estaban en su dulce morada. Por suerte sus mascotas estaban dormidas, mañana ya se ocuparían de verlas y saludarlas como es debido, ahora lo más importante era llegar completos a la recámara.

Los brazos de Taehyung rodearon la cintura del menor, una sonrisa surco en los labios el rubio y un beso fue depositado en la mejilla del más bajo por centímetros.

— Extrañaba tenerte entre mis brazos... Tu calidez y presencia me hizo falta en las noches.

Jungkook sonrió y se volteó para abrazar a Kim del cuello, rozo sus narices dando un beso de esquimal y sonrió.

— Yo también te extrañé, Taetae. Creo que para tus próximos viajes donde no te pueda acompañar me compraré un Taehyung de cartón tamaño real para dormir con el. —comentó con deje de diversión, el moreno rió por la ocurrencia de su amado. — Así ya no estaré solito y abandonado

— Podrás tenerme en tamaño real, pero al final mi vergota en tamaño real te hará falta. ¿Estarías dispuesto a eso? —Taehyung beso con un pico los labios de Jungkook después de cuestionar aquello.

El ceño del azabache se frunció.

— Eres un puerco...

— ¿Acaso dije una mentira?

— No, pero...

— Entonces no digas nada más, y bésame que extrañe tus labios sabor cereza...

Ambos se fundieron en un delicado toque, la calma del momento y la sensación de tranquilidad que envolvía sus anatomías fue más que suficiente para hacerle saber a la pareja que al final de cualquier situación siempre terminarían juntos; las manos del rubio se asentaron en la fina cintura del menor, al mismo tiempo que las del pelinegro viajaron a la nuca del otro para acercarlo más y tornar el beso a uno mas fogoso.

Minutos más tarde las ropas estorbaron en sus cuerpos, la excitación llegó y los toques indecentes no pudieron faltar, sus cuerpos parecían imanes destinados a encontrarse y chocar entre sí mismos todo el tiempo. La boca de Kim mordía y chupaba con esmero los pezones del menor mientras una de su mano jugaba con el otro y la restante con su pene, los sonidos placenteros de Jungkook resonaron por toda la alcoba como si fuera una especie de eco.

Taehyung sonrió y con un poco más de esmero bajo hasta el vientre de su pareja con besos húmedos, llegó hasta el miembro ajeno y chupó por un rato mientras sus dedos se encargaban de preparar la entrada del menor. Jeon gimió completamente excitado y cegado por la satisfacción del momento, sus dedos se enredaron entre las mechas rubias de su casi esposo y sus dedos del pie se apretaron y arqueó su espalda cuando su esperma llenó la boca de Kim.

El mayor sonrió después de tragar la esencia y con algo de tosquedad volteó al de tez clara, proporcionó una nalgada tras otra, amando ver cómo cambiaba de tono a uno más rojizo.

— ¿Quién te dio permiso para venirte?

— Ah... Hyung...

— ¿Me voy unos días y no recuerdas cómo se maneja el sexo aquí, bebé? — otra nalgada. Con lentitud Taehyung empezó a adentrar su pene en el interior de Koo escuchando un pequeño jadeo. — Eres un travieso, olvidando todo... ¿Debería castigarte? ¿Uh?

— Hyungie... —el lloriqueo que hizo el menor cuando recibió una fuerte estocada provocó que Tae mordiera su labio.

— Toda una pequeña puta, que necesita adiestramiento.

Repitió su actuar obteniendo el mismo resultando, y  es que mierda, por más que a la pareja le encanten los juegos de roles y el dirty talk; en estos precisos momentos Kim Taehyung prefería cogerse a su casi esposo de forma bestial y dejar los juegos para después. Total, tiempo para fornicar tendrán mucho.

La fábrica de bebés sigue abierta, ¿Recuerdan?

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17/07/2024