—Lo haremos en el baile —me dijo Rob la mañana siguiente.

—¡Ay yo quiero! —exclamó Horan y vi cómo el insulso irlandés le guiñó un ojo a Rob, ni siquiera puedo imaginar lo que se traen esos dos.

—Exactamente qué es lo que haremos. Te recuerdo Rob que ciertamente estoy en abstinencia, pero hombre, no es para tanto.

—Pff, ya quisieras —replicó y siguió explicando su plan —en el anuncio publicitario de este lugar, mencionaba que hay un baile anual, todo mundo se viste con ropas de gala del siglo pasado, grandes pelucas rizadas y blancas, medias blancas, caras blancas e incluso-

—¡El culo! —intervino Horan de nuevo —hasta eso debes traer pintado de blanco, como todo un aristócrata.

Estábamos en una "junta" importante, mis socios; Rob me había llamado al galpón donde Malik guardaba los caballos pura sangre que conservaba, Horan se había unido a nosotros porque al parecer había hecho una mancuerna especial con Rob.

—Sí, bueno...el punto es que, es un baile de salón, —explicó Rob —hay una orquesta en vivo, candelabros por todo el lugar, invitados de lujo y es una noche donde la realeza hace su aparición —me guiñó. Así que tengo una idea.

Comencé a comprender su punto, ese baile sería mi oportunidad para acercarme a mi Louis de nuevo.

—¿Qué hago? —le pregunté a Rob mientras sentía que la esperanza crecía en mi pecho, definitivamente Ron había llegado como un maldito gurú del amor.

—Vamos a derrochar miel y-

—¡Y lujuria, besos, mordidas, nalgadas, jalones de pelo y —Horan gimió tal como lo haría una gata en celo —hasta puedes ahorcarlo un poco!

—¡Horan! —gritamos al unísono, Horan tenía los ojos cerrados, mordía su labio y pasaba su mano sobre su cuerpo de una forma escabrosa pero risible, el políglota era todo un caso.

—Sí, bueno pero eso lo hacen en su habitación o en el jardín, —explicó Rob, se quedó pensando un poco como dudando si decir o no su siguiente frase —o si usan el balcón, solo asegúrense de llevar mantas porque el suelo es frío y...

Tapé mis oídos, juro que no quería tener toda esa información en mi cabeza. Rob y Horan me causarían pesadillas.

—Tenemos que invitarlo, algo de forma única.

—¡Tengo una idea! —propuso el políglota —lánzale un calzón tuyo, tengo una tanga de elefante, escribe una nota y la enrollas en un pergamino como si fuera su trompa! ¡Único y original!

—¿De verdad tenemos que conservarlo? —le dije a Rob, debo reconocer que por momentos detestaba a Horan, pero siendo honesto, es imposible de odiarlo. —Tengo una idea, pero necesito una guitarra, préstame la tuya Horan.

—Lápiz y papel —completó Rob, a estas alturas pensé ¿sería raro nombrarlo mi padrino? —yo también tengo una idea.

(...)

¿Cuándo fue la última vez que escribí una carta de amor? Probablemente cuando tenía siete años y estaba enojado con mamá y tuve que disculparme con ella por haberle llamado "cabeza de popó". Pero no a Louis, a él nunca le había escrito. 

Sí lo recordé, él dijo una vez que una carta de amor significaba amor y dedicación y que amaría recibir alguna, al igual que las flores, pero yo nunca creí necesario hacerlo, después de todo, nosotros ya llevábamos años de casados.

"Imbécil" me llamé de nuevo, olvidé que el amor es acción y que con amar no basta, hay que hacérselo sentir al otro.

Y ahora entiendo que después del tercer año, él dejó de esperar de mí una carta de amor, y simplemente aceptó que no lo obtendría. Había dejado caer sus deseos en tierra seca y jamás los vio florecer.

Sentí el dolor de mi esposo, mi pobre Louis, cuántas veces debe haber esperado en nuestros aniversarios algo más que un clásico ramo de rosas que mi secretaria enviaba aún cuando yo lo olvidaba. Si esa opresión que se asentó en mi pecho y se volvió más pesada era lo que él sentía cada vez que yo traté de compensarlo con un diamante, no tendría compasión de mí mismo.

"Su alteza Real (o como suelo llamarte en mi mente: Amado Príncipe de mi corazón"):

¿Alguna vez te detienes a contemplar cuán vacío está el cielo? No puedo saber el número de estrellas existentes, pero estoy seguro de que, un puñado de ellas ya no están ahí, viven en tus ojos.

Algo le falta a los jardines y a los atardeceres, el mundo añora la majestuosidad de las auroras boreales y la perfección de sus sueños y no los culpo, porque toda la belleza se encuentra en ti, su Alteza Real.

Pero estoy un poco cansado de admirar de tan lejos lo que una vez tuve tan cerca, que siento que soy como el hombre del espacio que admiró la luna de cerca, pero jamás la tocó.

No sé si lo sepas, pero hay una ciencia llamada Psicología y ella demuestra que las pupilas se dilatan automáticamente cuando vemos a la persona que amamos, sucede exactamente igual que cuando estamos en tinieblas, lo hacen para tratar de dejar entrar un poco de luz... quizás es una analogía barata. Lo que estoy diciendo es que; tú eres esa luz para mí.

De forma más clara, lo que quiero decir es que; estoy tan enamorado de ti que mis ojos te buscan porque en medio de toda mi oscuridad, tú eres la luz más brillante.

Tengo grabado en mis pupilas cada facción tuya, conozco esas tres pecas en tu mejilla izquierda y me pregunto si en realidad serán tres estrellas fugaces que han descendido por tu piel y debo pedirles un deseo, te he memorizado deteniéndome en cada espacio de ti y pienso que aún me faltan vidas para terminar de asimilar tanta belleza.

Por eso he venido a pedirte...Déjame volver a mirar una estrella, pero no cualquiera, sino una de las que habitan en tus ojos.

Por favor, ¿aceptarías que te acompañe al baile?

Atte.

Harry Tomlinson (un hombre arrepentido que extraña a su amado).

Rocié el sobre con mi perfume, porque sabía que era el favorito de mi chico, vertí la cera en una gota lo suficiente grande y sellé con mi sortija de plata, con las huellas de la rosa que Louis había mandado hacer para mí en nuestro primer aniversario y deslicé el sobre por debajo de su puerta.

(...)

Lo había buscado durante el desayuno, pero Horan mencionó que había preferido quedarse en su habitación, supe de inmediato por qué. El día era lluvioso y frío, un aire de melancolía se fugaba por los jardines con ese velo de neblina y la humedad hacía doler sus manos. Eran días en los que mi esposo siempre prefería quedarse acurrucado entre mantas, añorando por un abrazo mío que ayudara a su cuerpo delgado a entrar en calor.

—Ha pedido solo té —dijo Horan ante el movimiento nervioso de mi pierna y mis dedos crujiendo ente mis manos —Quizás esté enfermo y necesite un enfermero y "una inyección".

—¿Qué esperas, Styles? Haz lo tuyo, ¿o prefieres que el moreno de fuego se ponga el traje de doctor sexy?

—Nunca.

Tomé una bandeja y acomodé mi propia taza humeante y agregué el chorrito de leche que tanto le gustaba a Louis. Puse el resto de mi desayuno y tomé aquel lirio blanco que estaba en nuestra mesa.

—Buen día Henry —dijo Tiffany, la otra chica que se encontraba hospedada en el hotel junto con Rob —¿Acaso he arruinado una sorpresa para mí?

"¡Oh señorita! ¿cómo te lo explico?" pensé.

—Es Harry, no Henry —corregí —Y no, esto es para Louis.

—¿El actor?

Suspiré con algo de fastidio, finalmente eso les había hecho creer desde el inicio, que Louis era un actor de encubierto filmando una película, solo así accedieron a prescindir de la energía eléctrica.

—Sí.

—¿Te espero para desayunar juntos? —había insistido en sentarse junto a mí y apenas fui consciente de que su actitud era coqueta, mi culpa; soy alérgico e ignorante al flirteo heterosexual —Podríamos salir a dar un paseo a caballo, el señor Malik tiene unos cuantos y me gustaría que me enseñaras a cabalgar.

No pude ocultar mi nulo interés, ¿realmente creyó que caería con eso? Solo una prueba más de que tan banal me cree. Sin embargo, debería devolver tantas molestias a mi buen amigo Malik, así que echo a andar mi idea.

—No lo escuchaste de mí, —le dije en voz baja para que nadie me escuchara —pero el señor Malik mencionó que muere por enseñarte a cabalgarlo... ¡cabalgar con él! Con él, quiero decir. Sí. Eso es.

—¿Él no es gay?

—¡¿Qué?! —niña, colabora, pensé—¡¡No! Es un macho, ¿Has visto la barba? Uuuh, barba de hombre de las montañas, y cuando camina y cómo habla, es todo un macho. Incluso se enoja, lo hace "varonilmente" ujuuu.

Tiffany intentó insistir pero solo me estaba retrasando. Me disculpé vagamente y continué mi camino hacia la habitación de mi marido. Golpeé tres veces y después de su permiso, abrí.

El cuadro era como una de esas pinturas que solo los artistas imaginan y luego pintan; en medio de un remolino de frazadas, arropado con frazadas que no menguaban el frío de su cuerpo, con un rayo de sol que se colaba por su ventana, mi ángel envolvía su cuerpo hasta la barbilla.

Me enamoré una vez más.

—God morgon Ers Majestät (Buenos días, Majestad).

Era obvio que no esperaba que yo lo visitara y menos con el desayuno listo para él. Me miró y aunque tenía las mantas cubriendo parte de su rostro, prometo que había un sonrojo ahí, sobre sus preciosos pómulos.

— God morgon J-Arry.

Había olvidado lo terriblemente ardiente y sensual que era su voz por las mañanas.

—För kallt? (¿Demasiado frío?)

Respondió con un sonido parecido a un ronroneo, pero vi cómo tiró del resto de las mantas para cubrir sus pies. Sonreí como estúpido ante un recuerdo, por las noches frías, Louis solía usar medias para sus pies y aún así, de alguna manera, sus pequeños pies terminaban entre los míos y yo solía fingir que no me daba cuenta, pero en silencio, yo disfrutaba de eso.

—Jag tog med frukost till dig (Te traje el desayuno). Och det här är också till dig.(Y esto también es para ti).

Extendió la mano para tomar aquel lirio, la punta de sus dedos fríos me rozó. Él dirá que no, pero sé que lo hizo a propósito, con esa ambivalencia casi poética de querer un contacto y rechazar cualquier compañía solo para rellenar espacios y asustar a la soledad.

—Tack, den är vacker (Gracias, es hermosa).

Me descubrí como un romántico de closet, cuando quise tomar su mano y besar todas aquellas partes que él me permitiera. Pero me conformé con mirarlo, así, natural y maravilloso, Louis estaba hecho de todos esos pedacitos que me volvían loco, sus ojitos cansados por un insomnio que gritaba que le faltaba su otra mitad, su cabello enmarañado que se rebelaba sin descanso, tenía la piel más luminosa y un par de hoyuelos escondidos en mus mejillas, ¿alguna dije que el espacio entre su hombro y su mandíbula, era mío? Una noche firmamos el contrato donde él me lo cedía y yo, durante los primeros años refrendé mi título de propiedad con besos esparcidos desde un extremo hasta el otro, confirmando que aun pasados los años, él seguiría siendo mío.

¡Joder! Lo amaba muchísimo, tanto como dolía que él no me reconociera

—Tú lo eres...eres perfecto.

Bajó la mirada y apartó su flequillo en ese recurrente tic que delataba cuán nervioso estaba, ¡joder! ¿se puede llegar a amar un tic? porque yo amaba eso de él.

Aquello duró solo un instante, pero fue suficiente para eclipsar todos los relojes del mundo hasta que cedieran su paso a la sonrisa más hermosa que vi.

—Debes tomar el té antes de que se enfríe —comencé a hablar en inglés porque no sabía demasiadas palabras en sueco, pero mis torpes ademanes ayudaban a una conversación.

—Vill du inte följa med mig? (¿No me acompañarás?) —me señaló cuando se dio cuenta que solo había una taza y todo para una sola persona.

—¿Yo? Amm, si, eh... ya sabes, quiero decir... —por supuesto que en mis prisas por llegar antes de que Malik me lo impidiera, ni siquiera pensé en mí, de hecho, era mi propio desayuno el que estaba ofreciendo y solo negué restándole importancia —estoy bien.

Louis negó, tomó la taza humeante y después de tomar el primer sorbo; me la ofreció. Creí que estaba soñando, pero si lo estaba, no querría que nadie me despertara. Él sonrió complacido cuando cedí y bebí de aquella bebida.

—Esto es lo que algunos adolescentes llamarían un beso —dije, demasiado nervioso como para meditar en lo ridículo que sonó —quiero decir, compartir una pieza donde nuestros labios tocan y...

Louis me miraba, como esperando más de mis balbuceos, remojó sus propios labios y aquella maldita y preciosa sonrisa que ocultaba debajo de una mueca, apareció, la había extrañado tanto.

—Olvida eso, comenzaré de nuevo. Antes era bueno en esto, pero supongo que estoy un poco oxidado —balbuceé para mí mismo —vamos Harry, tú puedes, pff ¿te digo la verdad?... me gustas mucho.

Louis mordía su labio inferior mientras a mí me sudaban hasta los pies a pesar del terrible frío.

—Y sé que te gusta la poesía, pero yo no sé cómo —resoplé con fastidio porque no había una idea clara en mi mente que pudiera traer, lo había ensayado, ¡Rob me había hecho memorizar varias formas de entablar conversación! Y allí estaba yo, petrificado ante mi esposo, ridiculizándome —En el pasado, tú y yo... haciendo el amor en la cocina, éramos poesía, así que nunca memoricé a Shakespeare, no me culpes.

Lo miré de soslayo y vi que él ya me estaba mirando y su rubor solo crecía.

—Yo solo sé que me gusta mirarte cuando no te das cuenta y... todavía recuerdo la primera vez que te besé —sonreí como tonto —. Estábamos en la universidad, y había un tipo, Matt o Sam, ni siquiera recuerdo su nombre —mentí. Por supuesto que recordaba su nombre, ya graduado lo investigué solo para asegurarme de que jamás volviese acercarse a mi chico —, y él dijo que estabas "manoseable, demasiado comible" —apreté mi mandíbula y los nudillos ardían con la necesidad de golpear la pared —y yo no resistí, estampé mi puño en su estúpida cara. Estaba tremendamente celoso y enfurecido —negué —Esa noche te seguí a casa solo para cuidarte, luego busqué la manera de acercarme y...para entonces, tú ya eras mi punto cardinal.

Louis parpadeó, inclinó su cabeza hacia un lado y luego hacia el otro. El movimiento hizo que su cabello se volviese más implacable, así que tomé un mechón y lo acomodé detrás de su oreja, él cerró sus ojitos y suspiró, ¿cómo puede lucir tan bien recién levantado?

—Luego apareció Noah, ¿recuerdas? Pff ese tipo sí que fue mi karma —reí, recordando —era alto, atractivo, tenía habilidad para el soccer y así fue como empezó a conquistarte, quizás los cálculos biliares que me aparecieron fueron causados por él. —Esta vez pasé mis dedos entre mis propios cabellos, noté que ya se podían enredar y agradecí que estuviera creciendo, la última vez Louis me había pedido que lo dejara crecer, pero mi antigua versión, la que era más estúpida que la actual, había bufado como imbécil —... Yo, realmente pensé que lo elegirías; él tenía más valor, pero yo tenía más amor...punto para mí.

Sin ser consciente, me senté junto a él en un lado de su cama mientras él se movió hacia la izquierda, dejándome el espacio a su derecha, donde encajé mi espalda contra el respaldo de la cama.

—¿Sabes lo que dijiste entonces? Citaré tus palabras, textualmente dijiste: "Harry, imagina que Noah es la película y tú el libro. Sí, él más fácil, pero tú siempre serás mejor para mí. A ti te elegiría siempre."

No sé si el amor se me desbordaba en la esencia de mis palabras o era la estupidez humana ganando una carrera dentro de mi cabeza, pero pude sentir cómo una línea de sudor corría en mi sien. Las manos me temblaron cuando rocé su meñique con el mío, temeroso de que un mal movimiento lo abrumara y huyera.

—Las personas dicen que en una relación uno cae primero, y que el otro cae más fuerte, pero amor...yo fui ambos.

Louis giró su rostro hacia mí, simultáneamente que enganchó aquellos tímidos dedos en un agarre delicado pero fuerte. El pulso se me había ido al cielo, me sentí pasmado por un segundo, como el toro que de pronto sale a la luz y se encuentra con su destino. Pero él era todo, menos un hombre despiadado, con ese simple movimiento él arrinconó mi soledad y acarició sutilmente a mi Nilo interior, ya sé, demasiado cursi para un abogado de casi treinta años, pues no es así; yo he llevado a mi niño interior herido con las palabras duras que papá me enseñó, decir cosas dulces y tiernas, hablarle de amor, era algo que mantenía subyugado por esas lecciones aprendidas, y Louis sabía de mis temores al rechazo. Finalmente, todo nace y muere en mi niño infinito, ese que siempre corría a los brazos de Louis.

—De Noah no te enamoraste ni en un año, de mí... dijiste que en el segundo capítulo.

Él había recostado su cabeza sobre mi hombro y yo temía que todo fuera un sueño, qué tan cruel debía ser mi propio Harry interno como para jugarme una broma así.

—Te he escrito una canción —le confesé mientras —es apenas dos estrofas y un coro pero es tuya... tenía que escribir algo nuevo para cantarte porque, todas las canciones de amor que ya existen, se las han cantado a otros corazones y yo creo que te mereces algo que nadie más haya escuchado...así que esto es solo tuyo.

Bebé, tú eras el amor de mi vida.

Tal vez no sabes que está perdido hasta que lo encuentras. Date una caminata en domingo a través de la tarde, siempre podemos encontrar algo para hacer.

Realmente no nos gustan lo que sale en las noticias, pero esta prendida todo el tiempo te llevo conmigo a donde sea que voy en un hotel usando el nombre de alguien más recuerdo en la casa de Johny no es ya lo mismo nena, tu eras el amor de mi vida.

Tal vez no sabes que está perdido hasta que lo encuentras, no es lo que quería para dejarte detrás, no sabes dónde aterrizarás hasta que vuelas pero...

Bebé, tú eras el amor de mi vida.

Cuando levanté mi mirada para verlo, él ya dormía de nuevo. Quizás no escuchó lo que dije y aún si las hubiera escuchado, no entendió absolutamente ninguna palabra, pues el príncipe hablaba sueco.

Caminé hasta la puerta pero cuando estaba a punto de salir, Louis balbuceó mi nombre.

—J-Arry...

"Menos mal que no morí todas esas veces que quise cuando mi esposo despertó aquella mañana diciendo ser William de Kronovall. De haberlo hecho, me habría perdido de su voz diciendo: A cep-to,  mientras sostenía entre sus manos el sobre con mi intento de carta de amor.

No sé de qué están hechas las almas, pero la mía y la suya son una sola.

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"Tener el corazón roto significa que intentaste algo importante"... anónimo.

Oye, ptss, el dolor de ahora no es tu "para siempre". Respira, pronto estarás mejor.

Besos.

MAKI <3