"Vete. Él no quiere verte"

Fueron cinco palabras, pero con suficiente veneno que dieron justo en el blanco; mi corazón.

Quise refutar lo que ese duendecillo dijo, pero los ojitos de mi esposo me confirmaron que esa era su petición. No entendía ni una sola palabra de lo que él murmuró, pero las palabras estaban de más, fueron sus ojos los que miraron con miedo y súplica.

Me quedé ahí, mirándolo por unas cuantas fracciones de segundo, observándolo por un tiempo corto de una eternidad que él ya no quería a mi lado.

No tengo palabras para describir esa cosa que se asentó, amarga y viscosa en mi pecho, no sé cómo le llame la gente, pero a mí me supo a desamor.

No pude llorar, tampoco pude culparlo o reclamarle, no dije nada; pero mi corazón se rompió en ese momento.

Fuera del pasillo me pregunté en voz alta "¡¿Estás contento, maldito karma?!"

—Se dice "karma", pero se pronuncia "eso te pasa por hijo de puta" —escuché detrás de mí.

Giré para ver al políglota ese, mirándome con una terrible cara de acusación, había pasado más de una hora charlando con Louis, mientras yo seguía comiéndome los sesos. Me levanté y fui hacia él, para tomarlo del cuello de su horrible camisa.

—¡¿Qué dijiste?! ¡Escúchame bien estúpido, te traje para que tradujeras lo que mi esposo dice, no para que te hicieras su amigo y te pasaras una hora charlando con él!

—Dulcifícame tu voz, que hasta en perras hay razas, "querida" —se atrevió a contrariarme. Lo solté, obviamente no iba a echarlo, después de todo, esperaba que me ayudara con Louis. —¿Qué te dijo? ¿Por qué habla así? ¿Te dijo si es una broma o si alguien lo ha golpeado? ¿Tiene dolor, hambre o sed? ¿Puedo acercarme? ¿Por qué no me quiere ahí?

—¡Hey! —interrumpió él —respira hermano. Veamos, primero, está hablando sueco.

—¡¿Sueco?! ¡Pero de dónde va a hablar suec...¡Carajo! Louis es inglés, quizás solo está hablando muy rápido y -

—"¡Louis, nada!" —me interrumpió de nuevo —dice que él es un príncipe, "el príncipe William de Kronovall" —soltó la carcajada —¡Vaya que tiene imaginación! pero vamos, ¿tú le has visto? ¡Pero qué príncipe va a ser él!

Con un gruñido que no sabía que era capaz de reproducir, detuve la palabrería de Niall.

—¡Es un príncipe! ¡Si mi esposo quiere ser un príncipe hoy, una odalisca mañana, una golondrina, o un ser de otro planeta, eso será!

Sí, volví a tomarlo del cuello de su increíblemente horrible camisa de flores que tenía puesta, debería estar enojado con la gente que le vendió esa ropa. Pero lo que sea.

—Sí, si, eso es lo que digo, que él es un príncipe...de los locos tal vez —susurró y volvió a reír —pero vamos, vamos, no te pongas verde que hay más, él dice que...está esperando a... ¡ay madre mía! no sé cómo te vas a tomar esto, pero...

—¡Pero qué?!

—Es que, mira que el tipo está "cu-cú", —con su mano, hizo un ademán girando cerca de su oreja —tú me entiendes ¿no? Pues nada, que él dice que está esperando a su..."amor". —sonreí cuando el tipo dijo eso, Niall no dudó ni un segundo en borrar esa ingenua sonrisita con sus siguientes palabras —pero no eres tú, ¡qué va! A ti te tiene miedo.

—¡¿Miedo?! —Repetí la pregunta al poligloco ese, esperando que fuera

No sabía que una persona se podía hundir tan frenéticamente en la decepción, pero a juzgar por cómo se me sentí justo allí, puedo decir que es posible.

Recordé perfectamente lo que él me dijo cuando nos comprometimos: "el día que ya no te sientas feliz, pleno o cómodo junto a mí, ese día sabrás que es momento de soltar y correr lejos; porque la etapa habrá terminado".

¡Dios mío! Por favor, no, temí que fuera el principio del fin. Como si el dolor hubiera sido conjurado, apareció en mi pecho, fuerte, punzante y crudo. Pero sé que no venía solo, lo acompañaba la decepción; porque nunca es suficiente sentirse miserable y moribundo, no. Siempre hace falta alguien que termine el trabajo sucio y dé le golpe final.

—Sí señor, miedo y furia...dice que eres un monstruo que lo quiere dañar, una criatura malévola y cruel, teme que quieras lastimarlo.

—¡¿Un monstruo?!

El alma se me cayó a los pies de nuevo, ¿cómo pasé de ser el amor de la vida de Louis, a ser un monstruo? Pocas cosas en la vida son tan arrebatadoras, como calcinantes, que mi esposo no me reconociera dolía, pero que creyera que yo podía dañarlo intencionalmente, me hizo sentir realmente como un monstruo.

Todas mis emociones giraban como un remolino, llevándome de un extremo al otro. Quise entrar y hacer que él me mirara, que se encontrara en mis ojos de nuevo, pero el imbécil de Niall me lo impidió.

—¡Alto ahí, señor Tenebroso! No puedes entrar, solo vas a alterarlo. Él dice que eres un animal rastrero, una plaga, una peste, una calamidad y una culebra ponzoñosa.

—¡¿Qué?! ¡¿Él piensa eso de mí?!

—Nah, eso me lo inventé recién, pero...escucha amigo, él no tiene idea de que es tu esposo, me dijo que estaba en Kronovall y de pronto despertó aquí, no entiende qué pasó y solo quiere volver a su castillo. —Niall me miró con pena, pero pronto cambió esa expresión por una sonrisa burlona —Está esperando a su príncipe quien según sus propias palabras es "gentil, amable, valiente y apuesto" vendrá por él, lo rescatará y lo llevará a su castillo, arriba de un corcel de brillante armadura... —me miró justo ahí, en mi entrepierna y luego murmuró — y tú no tienes "el arma-dura", verdad?

Juro que solo porque me darían como cien años de prisión y no iba a dejar que ese principito se llevara a mi Louis, si no, lo mataba ahí mismo.

—¡¿Y quién mierdas ese príncipe?! ¡¿Te lo dijo?! ¡¿Sabes cómo se llama?! No, no me lo digas...voy a partirle el culo.

—¡¿A Louis?!

—¡No! ¡al principito ese!

Me dejé caer sobre el suelo y tiré de mis cabellos, todo esto parecía una broma. Escuché que cuando te enamoras, le das el poder al otro parea destruirte, el amor consistía; bajo esa línea; en no usar nunca ese poder. Pero, esta vez me sentí rompiéndome por dentro, y tuve miedo...no de que mi esposo usara esa capacidad de lastimarme, porque este hombre en la habitación no era mi Louis. El miedo que sentí, fue de haberlo herido yo, y que la locura lo hubiera trastornado.

—¿Qué voy a hacer? Quizás si lo llevo a casa, cuando él mire nuestra cosas, nuestras fotos, su ropa, y todo lo que tenemos. Si habla con sus amigos y ellos le dicen que estamos casad-

—No, no, no —niega con la cabeza mientras chasquea —él no quiere a nadie cerca, solo a su príncipe. No entiende nuestro idioma, y no va a reconocer fotos ni amigos ni nada.

—¡¿Y qué hago?!

—Necesita tranquilizarse para que su cerebro entre en un estado de relajación profunda, —habló el doctor Payne, que había escuchado todo —¿qué es exactamente lo que te dijo, Horan?

—Ya se los dije, él es un príncipe sueco, vive en Kronovall, está comprometido con otro príncipe, vive en un castillo, y le tiene miedo a su marido.

El doctor Payne tecléo en su ordenador, una vez que fueron allí, navegó y leyó ininteligiblemente hasta que exclamó.

¡Eureka! ¡Lo encontré! —movió la pantalla hacia nosotros, pero Niall y yo no comprendimos nada hasta ese momento —esto es Kronovall, y por lo que estoy leyendo, el castillo es real... existe una historia, el príncipe William tuvo un romance con...¡otro príncipe! —Payne me miró mientras yo apenas despegué la vista de la pantalla. El paisaje era hermoso, frío, verde, con valles y un castillo real, rodeados de pinos y un jardín inmenso —Aquí es donde su esposo cree que vive. Hay algo de información, solo dice que el romance de ambos príncipes fue fugaz, debido a que fue truncado por un enemigo en común, un hombre cruel y despiadado que lo persiguió por toda Suecia, dando fin a la vida del príncipe Eric Alexei de Montrose.

—¡Lo voy a matar! Si lo veo, lo mato.

—¿Sabes usar espadas, flechas, lanzas, pelea cuerpo a cuerpo? —negué, por supuesto que no, soy un hombre del siglo XXI no un principito de la era de la mujer maravilla. —entonces, fue un disgusto conocerte, compañero. Este compa ya está muerto, pero todavía no le han avisado —le dijo a Payne, mientras me señalaba.

—Señor Styles ¿qué estaría dispuesto a probar para que su esposo vuelva?

Pero este hombre cabezón no me conoce o qué? Iría al fin del mundo por él, caminaría sobre fuego, cruzaría mares y valles y... no lo deja solo, me aseguraría de que él supiera que es lo más importante.

¡Mierda! Comencé a sospecharlo hace unos segundos pero, acabo de confirmarlo...exactamente eso fue lo que no hice, lo que dejé de hacer.

—Todo...

(...)

No hace falta describir lo feliz que estuvo Louis cuando Niall le dijo que lo llevaría a casa. Yo quise acercarme, pero él comenzó a agitarse y Payne me recordó que esto no era por mí, sino por él, y contra mi deseo; me mantuve a una distancia.

El semblante de mi esposo cayó de nuevo cuando nos encontramos en casa, en nuestro departamento. Recordé todas esas veces que él trató de convencerme de comprar una casa en alguna parte alejada del bullicio, pero me rehusé porque el departamento era cómodo y quedaba cerca de mi oficina.

Me dolió ver cuando sus ojitos; todavía asustados, no reconocieron el lugar que habíamos compartido por cinco años, las fotos no removieron nada en él, las miró como si no creyese que él fuera ese que me sonreía o que me besaba. Recorrió el pasillo hasta nuestra habitación y con el portazo, supe que ya no era "nuestra".

Ahí entendí que uno pasa la vida esquivando balas, y termina por matarte un "ya no te quiero" o un adiós, ese portazo se sintió así.

Louis se negó a abrirme la puerta, a comer, a hablarme. Pasó así dos días y yo perdía la cordura casi a la par con él. Finalmente, llamé a Niall y lo convencí de volver y hablar con él.

—Está triste y desesperado, quiere ir a casa —me resumió.

—Está en casa!

—Básicamente no para él. Él quiere a su príncipe azul.

—¡Pues me bañaré en purpurina azul, pero su único príncipe soy yo!

—Pff ¿Te puedo dar un consejo?

—No gracias, ya tengo muchos y no los uso.

—¡Escúchame bien, gata! Si no vas a escuchar mis increíbles consejos de amor, me largaré de aquí con mi omnisapiencia y te dejaré en este valle de lágrimas!

—Habla...

Me crucé de brazos, esperando una estupidez, como todo lo que hace este tipo. No lo odio, pero si estuviera en un incendio, y yo tuviera un vaso con agua...me la tomaba.

—Tengo un amigo... vive en Bradford, es dueño de un hotel hermoso, estilo vintage y con todas las vibras de un castillo, tiene un jardín enorme e incluso hay animales porque a mi amigo le gusta la idea de un rancho, pero lo que sea. Le llamaré para pedirle ayuda, podrás llevar a Louis allí.

—"Tenemos", genio. Tú vienes con nosotros...contra mi voluntad.

(...)

Dos días después, llegamos a Bradford. Niall por supuesto, estaba entre Louis y yo, ¡Carajo! Quizás era su destino estar interponiéndose siempre, pero me conformé con que Louis ya no me mirara con miedo, solo con desconfianza.

—Var det nödvändigt för honom att komma? (¿Era necesario que él viniera?

—Uppenbarligen. Den ser stor ut och ser ut som en groda, men den är ofarlig. (Obviamente. Parece grande y con cara de rana, pero es inofensivo).

—Är du säker på att han inte är en fiende? (¿Seguro que no es enemigo?)

—Nej. Jag tror att han vill äta dig, men på ett annat sätt, lille prins. (¡No! Sí quiere comerte, pero de otra manera y estoy seguro que te encantará. Principito).

Escuché la carcajada del maldito umpa lumpa y mi todavía esposo me miró de nuevo con espanto, Niall solo negaba con la cabeza y le dijo algo más que no entendí, pero que lo tranquilizó.

Estoy harte de no entender nada, he comprado el mejor diccionario traductor de sueco a inglés, y una aplicación en mi teléfono, y aunque lo digo de la mierda, he estado practicando algunas palabras.

—Tycker du om det? (¿Te gusta?) —le pregunté a mi amorcito, él me miró sorprendido y luego miró por la ventanilla del auto.

El lugar era de ensueño, había árboles y flores por todo el lugar, a lo lejos pude ver un puente atravesando el jardín y el hotel; sí que parecía un viejo castillo, todo de color tenue como ocre que contrastaba con el verde de los abetos.

Louis sonrió por primera vez y esta vez no miró a Niall, sino a mí. Hizo un movimiento muy ligero con la cabeza y yo sentí mis rodillas temblar. Me miré en esos ojitos de mar y reivindiqué mi amor y acepté que nunca lo olvidaría, que tendría que perder la memoria y aún así, ya lo tenía tatuado en el alma.

Todo se multiplicó por mil cuando él extendió su mano hacia mí, se sentí estúpido los primeros dos segundos, hasta que entendí que quería que lo ayudara a bajar del auto, después de todo; él es de la realeza.

Bajé por el lado contrario del auto y corrí hacia su puerta, la abrí y tomé su mano pro primera vez en días. Sin duda, este ha sido la prueba de que nunca he dejado de amarlo, solo olvidé recordárselo y recordármelo a mi mismo, porque cuando su mano se posó sobre la mía, él volvió a mirarme y algo asombroso sucedió, un poco de felicidad cayó sobre nosotros, y digo que fue colateral, porque vi el nacimiento de una sonrisa en su rostro.

—Välkomnande! (¡Bienvenidos!) —escuché, mientras algunos pasos acercaban a un hombre de cabello oscuro y barba, tendría alrededor de veintisiete o veintiocho años y los ojos como el ámbar. Cuando llegó junto a Louis hizo un saludo de cortesía, inclinándose ante él. Era el dueño del lugar, el amigo de Niall —Ers höghet (Alteza).

—¡Erik! Min älskade.

Abrí el traductor rápidamente pero cuando vi a mi esposo lanzarse a los brazos de este tipo, no necesité mucho para entender lo que estaba pasando. Él era el príncipe Erik.

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"Después de este silencio...¿podemos volvernos a amar?"... Louis Tomlinson.

Pero es que, ¿quién en su sano juicio, no se enamoraría de Lousi?

¿Les gustó el príncipe Erik?

Lamento haber tardado unos días, ayer estuve unas horas hospitalizada, cuando les digo que tengo ansiedad, es porque en serio lo tengo. Bla, bla, ¿Cómo están ustedes? ¿Alguien les ha dicho lo importantes que son? Pues lo son y yo amo su existencia.

¿Vieron esos dos conciertos? ¡¡¡¡Ahhhhhh!!! Hermoso día!

Besos.

MAKI <3