Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11 Final

Dedicado a aquellos que esperaron por este final, ojalá no les decepcione.


Louis me miraba sin moverse, mientras yo seguía desconcertado y la palidez que el miedo pintaba en mi cara solo era reflejo de lo petrificado que estaba.

Dime tú, criatura que me lees, ¿me tacharías de cobarde?

Pues hazlo.

Hazlo, porque sentía el miedo punzando en mis sienes y mi cuerpo temblaba sin control, solo la adrenalina me impulsaba a seguir de pie y no desplomarme. Pero, cómo no sentir miedo si Malik continuaba hablando delante de sus invitados, y cuando él dijo "mi prometido y yo les tenemos una sorpresa" yo estaba seguro de que él se refería a Louis. A Louis y su próxima boda.

—Harry...—repitió mi aún esposo, y el soplo de su aliento fue débil cuando llegó a mí. Quizás por la distancia que me castigaba o tal vez era porque aquellos no éramos nosotros, solo eran dos fantasmas que se parecían a nosotros y los fantasmas ya no sienten nada, la vida se les ha escapado, igual que a mí.

En ese momento ni siquiera reparé en que Louis había pronunciado mi nombre perfectamente, dos veces. Ser más analítico me hubiera servido.

—Vamos —le dije, y sin pensarlo, le tomé de la mano y tiré de él para llevarlo hacia afuera, cerca de los jardines que bordeaban la propiedad de Malik, tiré de él y ambos nos alejamos del baile, con las prisas de un futuro cruel.

Anhelaba un momento a solas, una última oportunidad desesperada, ¡detengan todos los relojes del mundo! ¡Alguien, por favor! Pensé y esperé que un ángel milagroso me escuchara, pero no llegó. Esta vez tuve que salvarme yo solo, así que apreté el agarre y comencé a correr.

Tuve un déjà vu mientras Louis corría de mi mano, recordé mi infancia, la sensación de la arena quemándome los pies descalzos y la piel abriéndose en heridas, siendo un niño ya no me importaba, porque sabía que el océano me esperaba. Me sentí igual en ese momento, confundido y perdido, entre la posibilidad de redención o el umbral de la muerte.

Pronto estábamos trotando, cada vez más lejos, llegamos a una parte boscosa, todavía podía ver las luces del salón y a lo lejos escuchaba la música de violines. Su mano era cálida pero el contacto se sentía irreal, intenté ser gentil, pero me urgía alejarlo de quien consideraba mi rival hasta que alcancé a escuchar un jadeo. Sabía que lo estaba lastimando, pero no lo solté, en cambio nos detuve.

Dejé de apretar su muñeca para no lastimar su piel blanca, mi respiración seguía agitada temiendo que él rompiera el contacto y huyera de mí, eso terminaría por romperme. No solté su mano, en cambio enredé mis dedos suavemente con los suyos y con una súplica en mis ojos para que no me rechazara, lo miré.

—Louis, no te vayas...

Sus ojos me miraron, debería encontrar odio o repulsión en ellos, sin embargo; compasión fue todo lo que vi en el momento en que él aceptó el contacto y ahí fue cuando el escalofrío me abandonó.

Sí, tal vez era mi absolución...

Las nubes negras comenzaron a condensarse en el cielo y una ráfaga de viento helado nos encontró de frente.

—¿Te he dicho alguna vez que amo tus manos, Louis?

—Harry... —repitió.

El acento sueco parecía lejano en mi nombre cada vez que él lo pronunciaba esa noche y yo, embelesado por su presencia, no lo noté.

—Son perfectas, la medida exacta, y son suaves y... amo tus manos.

Él parecía sorprendido por mi repentino romanticismo, porque nunca le había dicho algo así, pero había decidido no callar más.

Intentó soltarse y yo temblé bajo el gélido hechizo de una lluvia cercana.

—No, escúchame —interrumpí con desesperación —Sé que parezco duro e independiente, rudo y estúpido también, pero aprecio tanto que tú siempre me tratas con amor y delicadeza, tienes toda la maldita paciencia para mí incluso cuando hablo. Y sabes cosas que a nadie más le diría porque tan solo confío en ti y...—escondí mi rostro ente mis manos, avergonzado de mis siguientes palabras — lamento tanto ser tan difícil, esa es la única palabra que encuentro para definirme, un hombre difícil de amar y tú, tú lo hiciste tan fácil que...joder, Louis, lo hiciste tan fácil que, me desequilibré.

Para este punto, era consciente de mis lágrimas, nunca había llorado frente a nadie porque mi padre me convenció de que eso era debilidad, y yo siempre jugué a ser el hombro fuerte, el respaldo de Louis, pero esta vez ya no me importaba, mi matrimonio se había ido a la mierda, qué daño podrían hacerme unas lágrimas.

—Nunca te he dicho lo que siento por ti y por nadie más, nunca me atrevo y culpo al verdugo en mi cabeza por ello, al miedo y...—respiré profundo y continué —me digo todas las noches que mañana te lo diré, que mañana seré valiente y te diré cuánto amo tu existencia, tus ojos, tu voz, la forma enfermiza en que me miras con tal devoción, y sonríes...—mi volumen bajó y comencé a susurrar —lo que nunca has descubierto es que yo me quedo despierto todas las noches mirándote, aprendiéndote y pensando en qué hice para merecerte, qué hacer para que no te me vayas y míranos, amor, te estoy perdiendo...

Rompí en un sollozo que incluso yo mismo me estremecí, Louis parecía congelado, pero aquí fue el cielo me miró, porque... sus brazos se arremolinaron para rodearme.

Él estaba allí, como siempre junto a mí, sosteniéndome, aprendiendo mi historia completa, suturando y sanando.

—Me quedo despierto por horas mientras tú duermes Louis y yo me sigo repitiendo "mañana se lo diré" y ese mañana no llega, amor...—aferré mis manos a su cintura y enterré mi rostro en la curvatura de su cuello, como en un monólogo espontáneo lleno de locura —Y seguramente no sabes, pero; te dejo la taza más grande porque sé que odias levantarte y rellenar el té, prefiero dormir sin almohadas si con eso contigo que tú tengas las dos porque odias dormir con una sola y ese extremo del pan que tanto odias? He aprendido a hacerme un sándwich con esa pieza para que tú obtengas las mejores, y trato de mejorar en el arte de hablar, pero no lo consigo...sin embargo creo que me he salido mucho de mi papel de hombre rudo, aunque ya no importa porque lo que estoy diciendo es que sé que soy un bastardo, pero tú me viste como un hombre ideal... y me pregunto, ¿podrías volver a quererme, por favor?

Las emociones eran lacerantes, y yo solo quería correr al precipicio, sin red de protección. Porque si él no me quería de vuelta, yo... Finalmente, el cuerpo moriría, porque el corazón ya estaba en las manos de mi príncipe.

Un relámpago quebró la oscuridad del cielo y mi alma moribunda recobró un aliento de vida cuando Louis apretó su agarre sobre mis cabellos y un "Harry" balbuceado desde su pecho trajo el manto sereno de la lluvia.

Fue casi como una resurrección.

Ese "Harry" sonó amoroso y yo me derretí.

—Sé que te mereces un amor entero, bueno para tu salud mental, alguien que te tome de la mano cuando todo se ponga feo, que cumpla sus promesas y acuda puntual a las citas, que lave los platos después de una cena tan exquisita como las tuyas y te susurre al oído que tú eres lo más exquisito del menú porque, vaya que lo eres, —sonreí entre lágrimas —mereces a alguien que te busque con la misma impaciencia de un niño por su regalo en navidad, con la misma intensidad de un primer beso aunque sea el centésimo en el día.

Un trueno se escuchó a lo lejos y la tierra se estremeció.

Me alejé de él tan solo lo suficiente para verlo a los ojos y tomar su rostro entre mis manos. Había hecho llorar al príncipe, a mi chico bonito.

—Te amo, Louis, William o como sea tu nombre en las siguientes vidas...te amo.

Louis soltó un jadeo y sus ojos me miraron como siempre lo había hecho.

—¿Escuchaste eso? ¡Te amo! —la lluvia caía más fuerte y frio comenzaba a azotarnos—¡Te amo! No ahora cuando todo está mal, sino desde siempre, desde la primera vez que me sonreíste y me miraste solo a mí entre todos. Te amo, te amo desde mis ganas de hacerlo bien, desde el vacío entre mis costillas y en la forma en que mi versión infantil siempre soñó —lo acerqué a mi pecho mientras las gotas de lluvia se volvían más densas —te amo desde los sitios donde hemos sido felices, te amo desde mis miedos y desde donde nace mi valentía, te amo en verano o en invierno... en palabras sencillas, simplemente te amo.

Louis no hablaba, pálido como la luna solo se mantenía cerca, entre mis brazos. Mil uno, mil dos, mil tres, comenzó el conteo en mi mente hasta que él hiciera algún movimiento. Y lo hizo.

Alzó el rostro hacia mí y mi alma cobró vida cuando me sonrió. La magia de un pálpito natural retumbó en mi pecho cuando se fundió por su voluntad entre mis brazos. Yo reía y lloraba, temblaba y casi gemía en agonía hasta que acercó sus labios a los míos.

Dime querida criatura que me lee ¿qué habrías hecho tú?

Yo inhalé su aroma y él cerró sus ojos, yo le seguí, igual que la brújula al norte, sin distracciones, y él se mantenía fiel.

La distancia se caía a pedazos, centímetro a centímetro. Cada gota entre nuestros cuerpos solo humedeció los labios añorantes bailando su última pieza sobre nuestras pieles.

Sostuve su cabeza y me acerqué, fracciones de segundo me separaban de sus labios mientras todo se volvía una experiencia sensorial absoluta.

Y sucedió.

Rocé sus labios como una primera vez, pero el rugido de un rayo cortó el momento.

El impacto de este iracundo y efímero fenómeno natural fue tan grotesco que golpeó cerca de donde estábamos y por un momento el azote retumbó tan cerca que, los vellos se erizaron, el ruido sordo nos mareó y casi nos derriba.

Sentí su cuerpo flojo entre mis brazos, cuando giré el rostro para verlo, Louis se desvaneció casi sin vida, su cuerpo lánguido cayó al suelo, totalmente empapado, inconsciente y con la palidez en los labios anunciando un mal augurio.

—¡Louis! ¡Louis! Despierta, joder ¡Louis! Mi amor...

La oscuridad detrás de sus ojitos y el silencio que le precedió fueron la peor forma de cerrar esta noche ¡¿por qué?! Era retórica la pregunta, demasiado bien sabía yo la respuesta...yo no había sido perdonado.

—¡Louis! —horror corría por mis venas y los nervios salvajes por mi cuerpo iban destrozando mi mente —No, no, despierta ¡Ayuda! ¡Horan! ¡Malik!

—Cariño, amor —como una plegaria salían de mi boca aquellos nombres para mi chico bonito —mi vida, despierta amor, no me dejes. Regresa Louis, regresa por favor ¡Ayuda! —volví a gritar y de nuevo me concentré en él —te prometo que jamás volveré a llamarte "querido" porque sé cuánto lo odias...te llamaré mi amor, mi vida, mi ángel, mi Lou...

—Harry...

¡El cielo me escuchó! ¡Louis estaba de vuelta!

Cuando su voz débil rompió mi locura e hizo callar los miles de pensamientos, me volví creyente.

—Si vuelves a llamarme "querido", voy a castrarte...

Mi cuerpo colapsó, pero esta vez era de felicidad. Lo abracé fuerte y no me despegué de él aún cuando había personas rodeándonos. El suelo donde nos encontrábamos era maravillosamente confortable, con el césped húmedo debajo de mis rodillas y mi esposo tocando mi rostro. Todo el dolor que me aplastaba fue empujado lejos de mí, porque esas palabras no eras del príncipe William, eran de Louis, de mi rey Louis Styles.

Alguien me dijo una vez que, el anhelo más triste e intenso es anhelar una segunda oportunidad, puedo constatar aquello. Chispas de luces incendiaron el follaje cerca de donde aquel rayo había chocado, pero también encendido la piel y después nuestro interior.

—Lo prometo, mi amor.

—Yo también, cariño...

Louis me tomó de cuello y yo, contra todo pronóstico recibí el beso de amor más puro de la historia.

—¿Qué sucedió? —preguntó él.

—Sobrevivimos, amor, sobrevivimos —dije y volví a besarlo.



...

—¿Pero está bien, cierto?

—Sí, eso parece. El rayo no causó heridas ya que no les tocó y sobre la amnesia pues...—el doctor Payne acababa de revisar a Louis mientras el maldito políglota grababa todo para internet —Haremos unos estudios más al llegar a la ciudad, pero todo parece bien. La afasia que pensamos al principio puede ser descartada, pero nada de estrés, necesita estar feliz y relajado.

—¿Qué significa eso?

—Que el médico receta poner un bebé en tu panza, mi cielo.—repliqué con un guiño para mi chico bonito —Tenemos tarea y voy a darte tu medicina cuando lleguemos a casa.

—Señor Styles, su esposo requiere muchos cuidados, nada de estrés, su corazón está bien pero no debe exponerse.

—Dígale eso a Malik —resoplé.

—Harry...—advirtió mi esposo.

—¿Sí, mi amor?



...

Nuestras manos se estrechaban sobre la superficie de nuestra cama, mi boca seguía a la suya casi sin tregua, apenas dejándole espacio para que nuestros alientos se mezclaran y el oxígeno nunca estuvo tan sobrevalorado.

Las piernas enredadas y los cuerpos en un perfecto compás que seguía, exhaustos, pero en armonía. Con mis labios ardientes como el fuego busqué los suyos una vez más y apreté en esa coordenada exacta que conocía para que su placer explotara, el estallido de fuegos artificiales llenó la habitación seguidos de un cantar eterno al ritmo de "te amo, Louis" que proferí sin vergüenza.

Un empuje, un movimiento sincronizado y un puñado de besos que rompían en jadeos era todo. Su frente era húmeda a causa del sudor y todo se volvía resbaladizo, como si el amor tuviera piernas torpes, pero su pecho seguía cálido.

Él tenía los ojos cerrados y su rostro era un poema, debajo de ese sudor se escondía el tierno rubor de un amor que no callaba "también te amo, Harry" me había dicho antes de tocar el clímax pero enterró sus uñas de nuevo en mis brazos y las marcas en mi piel se tatuaron como sus palabras.

La escala musical que creábamos tenía notas blancas, oscuras, pausas, ritmos acelerados y puentes hermosos que conectaban los susurros de "Louis" que proferí, porque nunca más quería que él se olvidara de sí mismo.

—Hola —le dije, una vez que subí y encontré sus ojos esperándome.

—Hola —respondió —¿la fiesta terminó allá abajo? —retó.

—La fiesta apenas comienza...—y volví a hundirme entre las sábanas...



...

2 semanas después.

Volví del bufete un poco más temprano aquella tarde, dejé una botella del vino favorito de Louis en el comedor y subí a nuestra habitación con aquel ramo de narcisos que sabía le encantaban. Su voz cantarina en el teléfono me hicieron entender que estaba en una llamada.

No quise interrumpir, así que me dediqué a contemplarlo desde el umbral de la puerta mientras él escribía en su cuaderno y el altavoz se escuchaba fuerte y claro.

—Estamos felices, ¿por qué habría de arruinarlo? —preguntó —Harry me ama, yo lo amo, eso es todo.

—Pero le mentiste.

—Sí, le mentí pero fue por una buena causa.

—Louis...Harry sufrió mucho mientras tú te divertías haciéndote pasar por un puto príncipe sueco! Y ¡¿Cuándo aprendiste a hablar sueco?! Me siento un cretino por engañarlo así.

El mundo giró tan rápido que me mareé. Louis había ,montado todo este circo? ¿Nunca perdió la memoria? El alma se me cayó a los pies.

—Zayn,basta —Louis cambió su tono y yo solo me mantenía paralizado, escuchando —Niall y tú estuvieron de acuerdo en ayudarme. No lo veas como una mentira, este fue mi último recurso, si no hacía algo para recuperar a mi esposo, mi matrimonio se habría ido a la mierda tarde o temprano.

—¿Pero esta mentira, Louis? ¡Qué diría Harry si se enterara de que Liam, Niall y yo somos tus amigos y aceptamos mentirle descaradamente? ¿Crees que Harry entendería? ¿Mhmm?

¿El políglota? ¿Malik y el doctor Payne? ¡pero qué mierda! Todos me mintieron.

—Sé que engañarlo estuvo mal, pero no me arrepiento Z, si con esto logré que Harry se liberara de todos los prejuicios que su padre le puso en la cabeza, ¿acaso no ves? Está más relajado y feliz, eso es todo lo que quiero para él, una buena vida, sin que se reprima a ser como verdaderamente es solo porque así le enseñaron... Sé que todas las parejas pasan por momentos difíciles, algunos gritan, otros golpean, mienten, muchos son infieles pero yo...

—Tú me engañaste...

Louis se congeló, no se movió los primeros segundos hasta que giró lentamente hacia mí. Corrió la pequeña distancia y ya podía notar su labio y sus manos temblar, las lágrimas ya habían acudido y su cuerpo se estremecía.

Estaba en shock.

Paralizado por el miedo.

—Harry...—hipó entre el llanto —perdóname, perdóname mi amor, yo...

Se dejó caer al suelo como un muñeco de porcelana roto, sobre sus rodillas y sus brazos se enroscaron a su alrededor en señal de protección.

Ahora entendía todo, por eso pronunciaba mi nombre tan bien la noche del baile, claro.

Lo miré, era el mismo hombre por el que yo moriría, el mismo al que yo buscaría hasta los confines de la Tierra.

Me paré frente a él y lo tomé entre mis brazos...

—Gracias por regresar a mi vida, mi príncipe.

—Harry...

—Pero ahora ¿qué hago con el curso de sueco que ya pagué? —sonreí.

—Te amo, Harry, en Suecia o Inglaterra, aquí y donde sea.

Lo besé, lo besé con todo el amor que tenía para él. Louis siempre sería el amor de esta y todas mis vidas, pasadas o futuras. ¿Qué más da si mañana amanece diciendo ser un oso, un puma o un príncipe?, con que regrese a mi vida siempre será suficiente.

.........................................

"En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte"... Honoré de Balzac.

Hola, gracias por llegar hasta aquí, el viaje fue incierto pero espero que haya valido la pena. 

Antes de irme, ¿cómo estuvo tu día? ¿miraste las estrellas? ¿sabías que tu presencia se siente como un abrazo? Gracias.

Espero leernos pronto, tengo una nueva historia de misterio y romance. Anhelo tenerte allá también.

16/abril/2024 ¡VOY A VER A LOUIS!

Besos.

MAKI <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro