Capítulo 49
Axel no recordaba haber salido de la mansión ni haber llegado a casa de Richard, pero, súbitamente se encontró allí. Dominic la rodeaba con un brazo por la cintura. La llevó hasta el sofá y quiso que se sentara, pero ella puso resistencia. No podía pensar ni moverse. Casi no podía ni respirar. Sentía un dolor tan abrumador que incluso había perdido la capacidad de continuar llorando. Era como si llorar fuese una reacción insignificante para todo lo que estaba sintiendo.
"Josh está muerto" "Elsa está muerta" "Josh está muerto" "Josh está muerto", se repetía una y otra vez en su cabeza para ver si de esa forma lograba reaccionar finalmente, pero ni eso la hizo siquiera parpadear. Tal vez su estado se lo debía a los calmantes que le habían dado horas atrás pero, dudaba que fuera de esa forma.
- ¿Cariño? ¿Quieres qué te traiga algo? –le preguntó Claire, acariciando su antebrazo helado.
Ella negó con la cabeza. Le parecía imposible hablar.
La puerta de la entrada se abrió y Thomas apareció junto a Chris, quien estaba llorando y había una verdadera expresión de dolor en su rostro. Axel se abrazó con todas sus fuerzas a ella en cuento su mejor amiga llegó hasta su encuentro.
- No puedo creérmelo, Axel –dijo Chris, con un hilo de voz –. No lo creo. No ha podido morir, es imposible. Lo siento tanto, cariño.
Axel no podía estar más de acuerdo pero la verdad era innegable.
Deseaba poder decirle algo, lo que fuese pero no sabía qué, era como si todo en su mente se hubiese borrado y estuviese en cero.
- Axel...
La voz de su madre atrajo su atención y se giró hasta la puerta para verla en compañía de Billy y Bella.
¿Qué estaba haciendo ella allí?
Observó a Dom a los ojos y este se encogió de hombros, adivinando lo que ella estaba pensando.
Internamente agradeció que Dominic limpiara sus brazos, manos y su rostro de toda la sangre que se había llenado en cuanto la obligaron a dejar el cuerpo de Josh a un lado y recibir atención médica. No quería preocupar a su madre más de lo que ya se veía.
El rostro de su hermano era de desconcierto total, Isabella por su parte, estaba demasiado pálida y al igual que Chris, lloraba demasiado y su madre, era la más serena de todos, simplemente corrió a abrazarla en cuanto la vio.
- Mi niña, niñita –susurró su madre, acariciando con delicadeza su espalda.
- Axel, lo lamento mucho. Maddox llamó a casa y nos avisó lo que está ocurriendo –Bella habló en esta ocasión. Se limpió las lágrimas que caían sin parar de sus ojos.
¿Por qué Chris y Bella podían llorar y ella no? ¿Qué había de mal en ella?
- ¿Qué pasó? – preguntó Billy, pero no estaba hablándole a ella sino a Dominic, quien no se había apartado de su lado ni un solo segundo.
No deseaba escuchar esa historia nuevamente, ya había tenido que escuchar demasiado cuando los policías hablaban entre sí suponiendo que ella estaba demasiado afectada como para prestar atención a lo que decían y estaba segura que esa charla formaría parte de sus pesadillas cada noche de ahora en adelante.
Josh, siempre con su ética profesional por delante. ¿Cuántas veces lo había admirado ella por eso mismo? Y ahora ya él no estaba más.
Como si supieran que ella deseaba salir de ese lugar, su madre, Christina e Isabella se la llevaron lejos de la conversación que tanto Dominic, Richard y su hermano estaban sosteniendo.
Antes de desaparecer por el pasillo, observó por última vez a Dominic para asegurarse de que él si está allí con ella, que él estaba bien.
Chris la guio hasta la habitación que por lo general le prestaban a ella e insistió en que se diera una ducha.
Se sentía entumecida, observando las paredes de la ducha mientras el agua golpeaba su cabeza y salpicaba gotas de sangre diluidas contra las paredes y el suelo. En ese momento presentía que había llegado al final de algo en su vida para lo cual no estuvo realmente preparada y le aterraba.
En ese momento había perdido todo sentido de orgullo, rabia, enojo, decepción que había llegado a sentir por él y por ella misma. Solo deseaba poder tener un día más para poder decirle adiós. Si escuchaba una vez más su voz ella podría estar bien.
¿Cómo iba a poder vivir nuevamente si la culpa y el dolor estaban acabando con ella?
Quería que ese cuarto la llevase hacia abajo porque no paraba de preguntarse, ¿por qué había involucrado a Josh en todo eso?
Esperó respuesta de alguna de esas cuatro paredes pero como era de esperarse, no la obtuvo.
Le dolían los músculos de la cara, le dolían las muñecas, los pies la estaban matando, la garganta le ardía, pero su dolor físico no era para nada comparado con el dolor emocional que la consumía a gran escala. Aquel dolor tan intenso no tuvo comparación, era su corazón siendo destrozado en mil pedazos una, otra y otra vez.
¿Cuánto tiempo tardaría en acabar con ella esa sensación?
Una vez que salió del baño, se encontró con su madre, su hermana y su mejor amiga, hablando en voz baja.
Agradeció la ropa que Chris tenía lista para ella y sin importarle nada más, se acostó en la cama, mojando la almohada con su cabello aun goteando agua.
- Amor, debes comer algo, la señora Claire ha traía un poco de té y galletas para ti. Dice que no has comido nada en todas estas horas –su madre tomó la toalla que Chris le ofreció y a como pudo le secó el cabello.
- No tengo hambre –la voz le salió terrible, sonaba como si hubiesen pasado papel lija sobre sus cuerdas vocales.
- Vamos Axel, no caigas de esta manera –Bella se acostó junto a ella y quedaron cara a cara –. No puedes permitir que esto te hunda.
- Bella tiene razón, cariño –en esta ocasión habló Chris, quien no podía dejar de llorar.
- Es mi culpa –tomó la mano que su hermana le estaba ofreciendo –. Yo no debí siquiera pensar en pedirle ayuda y ahora él está muerto por mi causa. ¿Qué le diré a sus padres, a su hermana?
- Axel, mírame –Chris le habló con demasiada rudeza y Axel abrió demasiado los ojos –. Hiciste bien en pedirle ayuda, eso era lo que tu sentido común te dictaba, ¿cómo crees que Josh se hubiese sentido si algo te hubiese ocurrido y él sin poder hacer nada porque tu simplemente lo callaste? No fue tu culpa que esa mujer, que de loca no tenía un solo cabello hubiese actuado de esa manera. Josh murió, sí, pero lo hizo para salvar la vida de alguien más y aunque me duela admitirlo, le voy a vivir eternamente agradecida que lo haya hecho. Dom es como mi hermano y no puedo imaginar...
- Quiero estar sola, por favor –no dejó que Chris terminara la frase, la sola idea de imaginarse a Dominic en el lugar de Josh la hacía enloquecer.
- No es bueno que estés sola, mi amor –su madre besó su cabello.
- Quiero dormir –mintió. Solo así la dejarían.
- De acuerdo, descansa un poco – le dijo Bella, sonriendo de forma poco convincente.
Las tres mujeres salieron de la habitación y Axel se levantó de la cama para dirigirse hasta la ventana y ver el movimiento que había fuera de la casa. Sabía que la policía estaba en el lugar, aun necesitaban de su declaración de los hechos pero no se sentía preparada para hablar con ellos y decirles que ese desgraciado que había estado con Elsa y que la secuestró la manoseo mientras Elsa la llamaba de todas las formas posibles, que mientras él la sujetaba con una cuerda a una silla, Elsa la golpeó en varias ocasiones, ocasionándole la pérdida del conocimiento en incontables veces o que cuando intentó escapar y la maldita alarma de la cual nunca había tenido conocimiento la delató y esa loca la había cortado con unos vidrios quebrados la planta de los pies mientras le decía que había sido una chica mala por querer irse cuando Dominic pronto llegaría.
Dominic. Cuanto había rogado ella para que él no apareciera en ese lugar ya que sabía que esa mujer lo lastimaría. Cuando lo vio ingresar a la habitación quedó en shock, él no debía haber llegado allí, no podía haber caído en la trampa de esa mujer. Y en cuanto a Josh, perdió por completo la razón cuando lo vio a él también. En ese momento supo que Elsa ya no le haría daño –físicamente hablando –a ella, sino que la lastimaría quitando a alguien que ella amaba.
Ya había visto recientemente a una persona morir por un impacto de bala y había quedado bastante traumada por eso hecho pero ver a Josh y como los músculos de su rostro se contraían al caer al suelo la hizo caer en la desesperación.
Sabía que ya no había nada que hacer, la bala había dado a un lado del cuello de Josh y este murió de inmediato pero ella no quería aceptarlo ya que con eso estaría aceptando que había perdido a la persona que amó con todo su alma y que se entregó sin restricción alguna, una persona con la que se había comprometido a compartir su vida por siempre, una persona que a pesar de haber roto su corazón en demasiados pedazos ella aún amaba y era capaz de confiarle su vida.
Observó el auto de Maddox estacionar su auto en un espacio vacío entre las patrullas que habían en el lugar y su mirada oscura se clavó en la de ella, quien estaba dos pisos encima de él. Veinticuatro horas atrás ella había estado en ese mismo auto en su compañía y la de Josh. ¿Cómo todo había cambiado en tan poco tiempo?
Sintió donde los ojos se le humedecían y alzó la mirada al cielo que resplandecía, indiferente a lo que estaba ocurriendo, para evitar que las lágrimas saliera.
Tanto que había deseado volver a llorar y ahora que estaba a punto de hacerlo se frenaba a sí misma para no hacerlo.
Maddox le hizo señas para que bajara y ella no lo pensó dos veces en tomar camino hasta la calle.
Para su suerte no había nadie en la sala de estar, todo el escandalo estaba en la cocina, donde podía escuchar demasiadas voces juntas.
Abrió la puerta sin hacer ruido alguno y se topó de frente con un oficial que estaba custodiando la entrada.
Este le dio paso al ver su cara de pocos amigos y se dirigió hasta donde la esperaba Maddox.
Ambos se observaron sin decir palabra alguna por unos largos y difíciles segundos
- Ven acá –Maddox la atrajo hasta sus enormes brazos y la abrazó con demasiada fuerza. Pudo escuchar el latir demasiado fuerte de su corazón.
- Lo siento tanto, Maddox – susurró junto a su pecho.
- No tienes nada por lo cual disculparte, Axel. Josh fue un imbécil –sollozó el mejor amigo del hombre–, pero te puedo asegurar que sabía perfectamente lo que estaba haciendo.
- No puedo con esta culpa, me está matando –se agarró con fuerza de la camiseta de su amigo y permitió que las lágrimas le ganaran nuevamente pero esta vez no se frenó.
- Nada de esto es tu culpa Axel, nada, te lo prometo. Josh simplemente cumplía con su deber –a pesar de que le estaba dando ánimos, el dolor en sus palabras era evidente –. A eso nos dedicamos nosotros.
- ¿Cómo le diré a sus padres lo que ocurrió aquí? Perrie se volverá loca –rascó con demasiada agresividad su cuero cabelludo y ni siquiera ese dolor aplacaba un poco el que sentía por dentro.
- De eso quería hablar contigo, el cuerpo de Josh estará listo mañana para ser llevado de regreso a casa y he hablado con sus padres de lo ocurrido y... ellos quieren verte
Axel sintió como se le helaba la sangre al escuchar eso y solo se imaginó lo peor en ese encuentro y sabía que tendría bien merecido lo que fuese a decir.
- ¿Ellos vendrán aquí?
- Ya están de camino a pesar de que les dije que no era necesario que viajaran hasta acá, ellos insistieron en hacerlo.
- Ellos me van a matar –soltó sin pensarlo siquiera, lo cual provocó la risa de Maddox.
- No formes historias en esa cabeza tuya que en este momento no piensa con racionalismo.
- ¿Cómo puedes estar tranquilo? Tu mejor amigo acaba de morir –le recriminó ella, golpeándolo con el puño cerrado en el pecho, sintió el chaleco antibalas debajo de la ropa de este.
- Estoy destrozado Axel, como tú misma dices, era mi mejor amigo, el único que tenía después de George y lo he perdido también pero, desde que nos preparamos para este trabajo sabíamos que podíamos salir de casa pero no teníamos la certeza de regresar a ella. Creo que psicológicamente ya estaba preparado y no ganaré nada culpando a nadie ni preguntándome "¿Qué hubiese pasado sí...? Solo sé que voy a recordar a Joshua como una gran persona y un buen amigo, tú deberías hacer lo mismo, no te tortures de esta forma ni tortures a los demás. Llora la pérdida el tiempo que sea necesario, estás en todo tu derecho pero, supérala. Y por favor, no alejes de ti a las personas que te quieren.
- Yo no te estoy alejando, tú te iras solo... -le acusó ella.
- ¿Crees que me iría justo ahora que me están necesitando? Tonta –Maddox volvió a abrazarla con fuerza y Axel reprimió el quejido que quiso salir de su boca, le dolían las costillas.
- Axel.
Se giró al escuchar la voz de Dominic y lo observó a unos cuantos pasos de ellos, manteniendo una distancia prudente.
- Ve a descansar un poco Axel, necesito conversar un poco con tu novio –Maddox alborotó su cabello que de por sí ya estaba hecho un lío y le sonrió.
Cuando pasó junto a Dominic, lo abrazó con fuerza y este se sobresaltó al sentir su contacto pero le devolvió el gesto con más delicadeza que Maddox.
- Enseguida iré contigo –le susurró Dom, con la voz algo ronca.
Le dio un último vistazo a ese par de hombre e ingresó a la casa, donde se encontraba Richard, palmoteando la espalda de Chris, a Billy e Isabella conversando por aparte y a su madre junto a Thomas, Claire, Vivian.
Se dirigió hasta donde se encontraban sus amigos y observó con detenimiento la palidez de Chris y se olvidó de ella y se preocupó por su amiga.
- ¿Estás bien?
- No es nada, solo son síntomas normales del embarazo según el doctor –Chris intentó sonreír pero no pudo.
- Esta pequeñita será igual a su madre –dijo Richard, quien estaba casi tan pálido como su esposa. Eso la hizo reírse a carcajadas. Todos voltearon a verla como si se hubiese vuelto loca pero nadie dijo nada.
Cuando las risas pararon observó a Richard.
- Me debes el vinilo de los Beatles.
- Maldición, creí que lo olvidarías –se quejó Richard, hundiendo la cabeza en el cojín.
- Voy a tener una sobrinita, lo sabía –se recostó un momento en el suave sillón y cerró los ojos por un instante, esperaría a que Dom regresara para pedirle que la llevara de regreso a casa.
Escuchó voces que apenas eran unos susurros y logró reconocerlas al instante así que se encogió pero no abrió los ojos. No se sentía preparada para enfrentarlos.
- Señora Park, le pido por favor que me escuche –la voz de Dominic era serena, relajada y hacia que los salvajes latidos que daba su corazón se aplacaran un poco –. Nada de esto fue culpa de Axel, ella simplemente fue otra víctima. Todo esto es por mi causa, la muerte de su hijo es mi culpa y lo siento mucho.
Axel agarró con fuerza la cobija que alguien le había colocado encima y se mordió la lengua para no decir nada.
- ¿Tú le disparaste a Josh? – preguntó Jade Park. Podía sentir la presencia de ella muy de cerca.
- No, pero...
- Entonces no es tu culpa de que mi hijo esté muerto –la escuchó sollozar y Axel sintió que se le volvía a partir el corazón –. ¿Cómo está ella? Maddox me dijo que no lo está llevando muy bien –la mujer acarició su cabello enredado por los nudos.
- Tiene razón, no lo está llevando bien. Ella lo amaba demasiado –aceptó Dominic, pero no escuchó resentimiento alguno en sus palabras.
- Si mi hijo no hubiese sido un idiota, en este momento ellos se encontrarían de luna de miel, lejos de aquí y toda esta pesadilla no estuviese ocurriendo... Yo presentía esto, todo el día de ayer pasé con una opresión en el pecho que no me dejaba tranquila y hablé con él y me aseguró que todo estaba en orden, que él estaba bien y cuando su amigo me llamó, lo supe, supe que algo le había pasado a mi niño.
- Lo siento tanto, señora –escuchó el sollozó de Dom y se le formó un nudo en la garganta.
- ¿Atraparon a la persona que les hizo esto?
- Ella... está muerta y su cómplice está detenido.
- Bien, alguien tiene que pagar por esto. ¿Puedes dejarme a solas con ella por favor?
- No lleva mucho tiempo dormida y no ha descansado nada desde que todo esto pasó –intervino Dom.
- Descuida, no la despertaré.
Escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse y tembló debido al miedo.
- Ya puedes abrir los ojos, linda. Ya no hay nadie más aquí.
Axel se cubrió la cabeza con la cobija como si fuese una niña pequeña y dejó que sus emociones le ganaran.
- No...no puedo...
- Necesito un abrazo de mi niña –la otra mujer le acarició la espalda con delicadeza mientras se rendía al llanto.
Axel dejó a un lado su miedo en cuanto la escuchó llorar y se apresuró a abrazar a la madre de Josh.
- Lo siento, lo siento, lo siento –logró decir entre el llanto y el balbuceo.
- No digas eso, linda. Si escuchaste todo lo que le dije a ese muchacho, sabrás que comprendo que nada de esto es culpa de ustedes –la mujer de cabellera rubia y corta y de grande ojos azules iguales a los de su hijo la obligó a verla directo a la cara –. Mi hijo... él murió haciendo su trabajo y me duele en el alma saber que ya no podré abrazarlo por una última vez pero me consuela saber que tú estás bien, eras lo que él más amaba en este mundo.
- Jade, no puedo con esto, siento que me está matando por dentro.
- Te comprendo, yo me siento igual pero, no vamos a dejar que esto nos derrumbe Axel, Josh jamás hubiese permitido eso y yo voy a sobrellevar mi pérdida de buena manera y tú harás lo mismo porque eres fuerte y valiente.
- ¿Realmente crees que algún día pueda superar esto? – ambas se sentaron de manera correcta en el sillón que se había quedado dormida y se tomaron de las manos.
- Lo harás, lo sé. Eres joven, tienes demasiadas que vivir aun y esto no te va a acabar. Sé que estabas dolida con Josh por lo que te hizo pero, también sé que lo amabas, lo sabía antes y lo veo ahora pero no por esto tu vida y tu mundo se van a acabar.
- ¿En dónde están Joseph y Perrie? –no los había escuchado a ninguno de los dos.
- Perrie no lo está llevando tampoco muy bien y ha tenido que quedarse en el hotel donde nos hospedamos.
- Quiero verla, quiero estar con ella –se puso de pie tan rápido que volvió a caer al sillón debido al dolor en los pies.
- Tómalo con calma, Axel. Estás agotada y necesitas descansar.
- No quiero dormir, estoy cansada pero si lo hago tendré pesadillas y eso me pondrá peor.
- Debes ver a un médico, cielo. No es bueno que estés en esta situación. Iremos a ver a Perrie si me prometes que luego iras al doctor –Jade limpió sus lágrimas y luego las de Axel.
- Te lo prometo.
Jade le ayudó a ponerse en pie y la guio hasta la salida. Se toparon con Dominic justo frente a ellas.
- ¿Está todo bien? –quiso saber al verla a los ojos. Se le realmente preocupado.
- Si, solamente iré a ver al padre y a la hermana de Josh... ¿Puedes venir conmigo, por favor? –le pidió. No quería perderlo de vista, lo necesitaba cerca porque era el único que podía calmar su estado de ansiedad.
- Claro que sí. Iré por el auto.
Dominic se marchó tan rápido que apenas y tuvo tiempo de estudiar sus movimientos.
- ¿Quién es ese muchacho?
- Es una historia muy larga –se limitó a responder.
Prontamente apareció Dom en su auto negro y tomó el camino que Jade le indicó.
Cuando Axel observó a Perrie, la burbujeante y alegre hermana de Josh hecha un ovillo en la cama mientras su padre le susurraba palabras al oído, la hizo perder el poco valor que había logrado reunir y corrió hasta llegar al lado de la mujer, quien reaccionó a su presencia y ambas lloraron sobre el hombro de la otra mientras Jade y Joseph las abrazaban a ambas.
*********
Axel fue la última persona que quedó frente a la tumba, luego de que acabara el acto fúnebre en honor a Josh.
Había transcurrido dos días desde que él partió y el vacío que había dejado en ella aún seguía intacto y tenía miedo de no avanzar, justo como le había pedido la madre de él.
Era tanto el miedo que sentía que ni siquiera había entrado a su propia casa desde que volvió y le pidió a Maddox quedarse en su casa por unos días a lo cual este aceptó sin ningún problema.
Todo el mundo había quedado consternado con la notica de la muerte de Josh, incluso Marianne, la dura de su jefa, lloró y ni que decir de Eva y su novio, incluso Amanda llegó. Extrañamente Axel no sintió ningún tipo de rabia por ella al verla allí, llorando porque sabía que antes que nada Josh fue su amigo. Incluso conversaron un poco antes de que ella le diera la noticia de que había pedido el traslado a otro lugar y se lo habían concedido. Todo el mundo se estaba yendo de una u otra manera. Primero George, luego Josh, pronto Maddox y Amanda...
¿Debería ella también marcharse? Pero ¿A dónde?
Ya tenía a su madre a su lado, a sus hermanos, a sus amigos y a Dominic pero aun, con todos ellos junto a ella se sentía incompleta y no se encontraba con el valor de decirles nada. Todos se estaban portando tan bien con ella.
- Hola.
Dominic se acercó a ella y se sentó a su lado en la fría nieve.
- Hola.
Dominic se había comportado a la altura con todos, con su familia, con la de Josh, incluso había logrado convencer a Perrie de ir al entierro de su hermano, cosa que nadie había logrado hasta que él intervino. Estaba a su lado sin importar que ella estuviese más en cualquier otro sitio que en la misma realidad.
- ¿Quieres que te lleve a casa de tu amigo? –Dom acarició sus manos heladas y sintió como su calidez la envolvía.
- No, es hora de que regrese a mi casa –se limpió los rastros de lágrimas que habían quedado.
- ¿Estás segura? Sabes que tenemos una casa aquí. La compré para nosotros, Axel –su voz era tan serena y parecía tan diferente a la voz que ella reconocía de Dominic. Era agradable y al mismo tiempo tan extraño.
- Lo sé, tengo la copia de la llave –Axel apoyó su cabeza sobre el hombro de Dom – pero... Necesitamos hablar, Dom.
Dominic simplemente acarició su cabello y mejillas con cariño.
- Lo sé –se limitó a responder.
- Dominic, te amo. Te amo tanto pero, justo ahora me siento perdida, siento que he perdido una parte de quien era y no siento en la capacidad de dar ni recibir amor de parte de nadie. Necesito sanar mis heridas yo sola, necesito espacio...
- Lo sé – volvió a decir él. Axel alzó la vista y se encontró con la mirada cristalizada de Dominic –. Lo supe desde un inicio. Has perdido a una persona a la que amabas y eso no algo que se pueda superar así tan fácil. Pero, tengo miedo Axel. Tengo miedo de perderte nuevamente.
- Hey, mírame –Axel tomó su rostro entre sus manos y besó la punta de su nariz –. No lo harás porque soy tuya, siempre lo seré.
- Tu amigo Maddox me dijo hace dos días que te diera tiempo y en ese momento no comprendí que se estuviera refiriendo a este tipo de tiempo pero, le hice una promesa justo ahora a este hombre que me salvó la vida y la voy a cumplir Axel.
- ¿Qué le prometiste?
- Que te voy a hacer feliz, Axel, sin importar nada más y aunque me duela en el alma y después me diga que soy un imbécil, voy a aceptar lo que me pides –Axel lo abrazó con fuerza al verlo llorar –. Te amo, Axel, te amo...
Cuando Dominic estacionó su auto junto al edificio de Axel, esta no se sintió con el valor de bajar del vehículo.
- Puedes ir a casa cuando quieras amor, tienes mi número de teléfono, el de tu madre, el de todos.
- Gracias –susurró ella, tenía los ojos empañados por las lágrimas.
- Sabes que te estaré esperando el tiempo que sea necesario, ¿verdad? –Axel asintió con la cabeza –. No tardes demasiado en regresar a mi lado.
Dom apenas rozó sus labios con los de ella y Axel ya lo estaba echando de menos.
- Lo haré, te lo prometo.
Finalmente salió del auto y se preparó mentalmente para ingresar al edificio, no sin antes darle una última mirada al amor de su vida.
"Espera por mí, por favor", rogó mentalmente.
En poco estaré actualizando la sinopsis de mi nueva novela "EN TU MIRADA" por si desean guárdala en sus bibliotecas. Espero le den una oportunidad a esta nueva historia y nuevos personajes con los cuales me he encariñado y sé que también los van a amar.
Nos queda muy poco para despedirnos de Axel, Dom y demás personajes.
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