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Capítulo 47

En diversas ocasiones, Axel había deseado llegar a Perth en compañía de Josh y poder mostrarle el lugar en el que había crecido y fue feliz por mucho tiempo pero, en ese momento en el que iba en el mismo auto que él, junto a Maddox camino a la universidad, no sintió absolutamente nada, ni alegría, tristeza, nervios. Nada.

Luego de terminar la llamada con Kevin y las constantes burlas de Maddox, se dirigieron al aeropuerto y agradeció que le tocara estar en un asiento alejado de ese par de hombres y eso le dio la oportunidad de pensar un poco más en toda esa situación y no era fácil. No perdonaría jamás a Elsa por todo lo que había hecho con ella, con Dominic y con Isabella pero, el tener ahora claro que estaba lidiando con una persona enferma, la hacía sentir realmente incomoda.

- Este lugar es hermoso – comentó Maddox, acabando con el silencio que había gobernado por horas –. Axel, ¿no se te ocurre algún lugar en el que Elsa Headland pueda estar?

- Sí, detrás de mí – respondió con un poco de mala actitud. Se quitó el abrigo ya que estaba haciendo demasiado calor y observó por el espejo retrovisor a Josh, quien se había puesto sus lentes oscuros y era imposible verlo a los ojos.

Aprovechó que Maddox dirigió la conversación hacia Josh en esta ocasión y ella tecleó un texto para Kevin.

"Por favor, apenas puedas dime como sigue Bella"

No pasó ni un minuto cuando obtuvo respuesta.

"Ella está bien. Fue dada de alta hace un par de horas. ¿Tú, cómo estás?"

"Lo mejor que puedo estar tomando en cuenta que una mujer enferma me quiere fuera de su camino" –no se le daba muy bien mostrarse temerosa ante los demás, así que solucionaba casi todo con sarcasmo. Pero Kevin no era tonto y se lo hizo saber en el siguiente mensaje.

"Deberías hablar con Bryce y decirle lo que está pasando. Él no es mi persona favorita en este mundo y lo sabes, pero tiene el mismo derecho que tú de saber lo que ocurre con esa mujer"

"Lo digo en serio" – volvió a escribir Kevin cuando ella no le respondió.

"¿Y qué hay si ella se entera y lastima a mamá, a Billy o a ti?"

Se le formó un nudo en la boca del estómago al imaginarse a su madre o a su hermano en alguna situación similar a la de Bella, todo por su torpeza.

"Tienes que tomar en cuenta que esa mujer tiene un problema y que es posible que no cumpla con lo que te ha dicho, así que debes mantener informados a todos los involucrados en este asunto para que estén alerta. No es seguro ni correcto que los mantengas en la ignorancia"

Observó por un largo rato la pantalla del teléfono, buscando el error en las palabras de Kevin, pero todo lo que había dicho era verdad. Ella no tenía derecho de permitirles a los demás defenderse en cualquier caso. Ella estaba intentando proteger a los suyos a como diera lugar, era lo que su instinto le dictaba que hiciera pero de nada servía que ella supiera la verdad si las demás personas estaban sin saber absolutamente nada y andaba sin cuidado alguno.

"Nuevamente, gracias por todo, Kevin. Eres increíble, realmente espero que seas muy feliz"

El móvil de Josh resonó en todo el interior del auto pero Axel no le dio importancia.

"Axel, eso me parece más una despedida que otra cosas. No lo vuelvas a hacer. Tú, yo, tu familia y Bryce vamos a estar bien, ya lo verás"

- Axel, es Richard – la voz de Josh la sorprendió y con algo de temblor en sus manos, tomó el teléfono que el hombre le ofreció.

- Rich... -respondió ella.

- Axel, por Dios –Richard habló en voz alta y ella tuvo que apartar el aparato de su oreja –. Dijiste que me llamarías apenas llegaras a casa, ¿por qué no respondes ese teléfono? ¿Sabes todo lo que hemos estado pensando?

- Lo sé y lo siento – cerró los ojos y pudo imaginarse el rostro completamente rojo de Richard debido al enojo.

- Dime todo lo que está ocurriendo, Axel y no me intentes engañar a como lo has hecho con el tonto de mi hermano.

Josh se quitó los lentes y la observó por el espejo retrovisor. Estaba claro que se escuchaba todo lo que Richard estaba diciendo. Sus ojos azules se mostraron curiosos por su respuesta.

Axel decidió contarle toda la verdad, incluso el hecho de que Dominic se presentara en casa de Josh a tempranas horas de la mañana, ante la mirada atónita de Josh y Maddox, pero si había algo que nunca, nadie entendería seria el nivel de confianza que ella tenía en Richard.

- Demonios, yo no tenía conocimiento de la enfermedad de Elsa – dijo por fin Richard, cuando al parecer asimiló la situación –. Axel, por lo que más quieras, ten cuidado, no te expongas de manera irresponsable. Sabes que eres demasiado importante para nosotros y si algo llegase a ocurrirte no podríamos...

- Hey, basta, nada me va a pasar, estoy bien, pero quiero detener a Elsa antes de que daña a alguien más, eso sí que no lo soportaría.

- Nadie se va a exponer a nada –dijo Maddox en voz alta para que Rich lo escuchase.

- ¿Y qué hay de Dom, Axel? – prosiguió Richard, esta vez en voz baja –. He hablado con él y está perdido, no sabe qué hacer.

- Voy a hablar con él, sé que cometí un error al no decirle lo qué estaba pasando pero tenía miedo – Maddox detuvo el auto en el estacionamiento del campus de medicina pero se quedó sentado esperando a que ella terminara de hablar.

- No te estoy juzgando por lo que hiciste, Axel, te comprendo y creo que yo en tu lugar hubiese reaccionado de la misma forma, sé cuánto amas a Bella y a tus seres queridos y jamás harías algo que los dañara a propósito.

- Richard, tengo que colgar, te llamaré luego –dijo, al ver la impaciencia de Josh.

- De acuerdo, pero llámame. Y habla con Dominic lo antes posible.

Axel colgó la llamada y le entregó el móvil a su dueño.

- Será mejor que vayan ustedes dos –les informó Maddox, estirando las manos –. Sería más extraño que la vean con dos hombres que solo con uno – en esta ocasión se dirigió a Josh, quien asintió con la cabeza, coincidiendo con su amigo –. Los esperaré acá.

- De acuerdo. Axel, si alguien pregunta, estas aquí por unos documentos que te pidieron en el trabajo – le dijo Josh saliendo del auto y abriéndole la puerta a ella para ayudarle a salir. De inmediato, este la tomó de la mano –. Ya escuché que serás honesta con todos al respecto a este asunto pero eso Elsa no tiene por qué saberlo y podemos engañarla un poco más, así que, hasta el momento en el que demos con ella, tu y yo estamos juntos.

Axel podía aceptar eso. Hablaría pronto con Dominic y le diría la verdad y esperaba que la perdonara y comprendiera por qué hizo lo que hizo.

Avanzaron por medio del campus cuando el móvil de Axel vibró en el bolsillo de su pantalón y se tensó notoriamente al ver en la pantalla de quien se trataba.

Elsa.

- Si es ella – Josh continuó caminando como si nada, con la mirada clavada al frente y sonrió ampliamente mientras hablaba –, actúa con calma y ya sabes que responder si pregunta por qué regresaste a Perth.

Axel respiró con profundidad y por fin atendió la llamada.

- Elsa...

- ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué volviste? –la atacó la mujer al otro lado de la línea. Se escuchaba demasiado alterada y a pesar de ir acompañada de Josh, sintió un miedo profundo de que pudiese estar siendo observada desde cualquier ángulo y pudiesen hacerle algo en cualquier momento.

- Me han pedido unos documentos de la universidad en el trabajo urgentemente...

- No me importa, te dije que te marcharas porque si no lo hacías algo malo podría pasarle a alguien más... ¿Quién es el hombre con el que estás?

Axel apretó con fuerza la mano de Josh y este le hizo saber que estaba escuchando la conversación pero continuó con la mirada en otras cosas excepto en ella.

- Mi...mi novio –se atragantó al decir eso último por lo cual Josh le pasó un brazo por los hombros y la abrazó con fuerza.

Escuchó una enorme carcajada y brincó debido al susto.

- Calma – le susurró Josh, besando la coronilla de su cabeza.

- Eres increíble, Axel. Solamente Dominic podría verte a ti como una santa y mira lo que eres. Arruinaste nuestra relación solo para salir corriendo a los brazos de un nuevo novio a la primera oportunidad – el odio en las palabras de Elsa era más que evidente y Axel estudió mentalmente que podía decirle para calmarla.

- ¿Dónde estás? –preguntó algo dudosa –. ¿Podemos hablar solas las dos?

Josh tensó el brazo a su alrededor, claramente en desacuerdo con lo que ella estaba proponiendo.

- ¿Con quién hablas, cariño? –Josh intentó finalizar con la conversación pero Axel no iba a dar su brazo a torcer.

- Con una conocida, descuida, todo está bien – habló claramente para que Elsa escuchara –. Por favor, dime dónde estás.

- Estoy en casa, donde siempre debí estar –escuchó un sollozó de parte de Elsa y decidió aprovecharse de la vulnerabilidad que estaba mostrando para sacarle más información.

- ¿Cómo llego hasta tu casa?

- Mi amor, deja ese teléfono, vamos –Josh le quitó el móvil de las manos y lo pegó a su oreja –. Hola, conocida de mi chica, lo siento pero ella está ocupada en este momento. Llámala luego.

Josh colgó la llamada ante la mirada atónita de Axel.

- Sigue caminando, cielo, no sabemos si ella está por aquí.

- ¿Por qué colgaste si estaba a punto de saber en dónde rayos está metida?

- Debes ser más discreta con tus emociones, cariño –ingresaron al edificio en donde se encontraba la rectoría de la facultad –. No voy a arriesgar tu seguridad solo para atrapar a esa mujer, ni se te ocurra pensarlo. Ya daremos con ella, de algún otra forma.

Axel estaba molesta con él y no podía ocultarlo pero conforme los minutos se fueron convirtiendo en horas, su irritación y enfado se dirigió hasta el director de ese lugar y su falta de puntualidad.

- Tengo hambre –se quejó sin querer.

- ¿Aquí hay cafeterías? - Josh se levantó del asiento y se estiró un poco.

- Si, estaba en dos pasillos más adelante si mal no recuerdo.

- De acuerdo, iré por algunos bocadillos. No te muevas de aquí.

Axel estaba cansada, tenía hambre, le dolía el trasero de estar sentada en esa maldita silla por más de dos horas y sobretodo, ansiosa y temerosa por hablar con Dominic.

Estaba segura que se molestaría muchísimo cuando le dijera la verdad pero ella aceptaría la decisión de él.

- Hola –la vocecilla de una chica morena, de cabello muy rizado y alborotado, captó su atención –. Pasé hace un rato y te vi a ti y a otro chico esperando en la oficina del rector, supongo que no te han avisado pero él está de baja en este momento y el encargado está en reunión con los rectores de las otras facultades.

- Maldita sea –murmuró, realmente enfadada. Había estado esperando por horas a una persona que ni siquiera estaba en ese lugar –. Muchas gracias.

Se levantó para dirigirse a buscar a Josh y darle las malas noticias pero cuando llegó al lugar que recordaba había estado la pequeña cafetería que ella había conocido, en su lugar solamente había un salón de clases.

Decidió llamarlo pero recordó que él se había quedado con su teléfono móvil cuando habló con Elsa, y con más frustración que antes, vagó por los pasillos de su antigua facultad y observó como todo había cambiado y no había ni una sola pista de cuando ella estuvo allí.

Necesitaba el baño así que rogó que no los hubiesen cambiado de lugar también.

¿Se haría ahora?¿Esperar todo el día en la universidad hasta que alguien pudiese brindarles información acerca de ese médico? No creía poseer la paciencia necesaria para eso.

Luego de salir del baño continuó con la búsqueda de Josh y la opción más lógica que encontró fue irse hasta donde estaba Maddox para que este llamara a Josh.

- ¿Señorita Alwood?

Axel volvió a ver al hombre que tenía a un lado y que le habló.

Era un hombre que podía estar rondando los cincuenta y tantos años, delgaducho, de cabello rubio algo desaliñado y con unos lentes redondos que le recordaron a Harry Potter de manera instantánea.

- ¿Quién ese usted? –no lo reconocía de ningún lugar.

- Soy el profesor Kerr, fui maestro tuyo cuando estudiaste aquí – el hombre se acomodó los libros que traía en ambas manos –. ¿Cómo te ha ido? ¿Vives en Perth aun?

Kerr, Kerr, ese apellido le sonaba de algún lado y sabía que había tenido a un maestro apellidado de esa manera pero no lo recordaba.

Decidió no ser descortés con el hombre, así que fingió reconocerlo.

- Profesor Kerr, claro. No estoy viviendo el Perth, solo veía de pasada.

- ¿Estás ocupada? Me gustaría mucho hablar contigo. Eres de los pocos buenos estudiantes que tuve –el hombre le sonrió de forma amable.

- En realidad, en este momento estoy buscando a alguien que creo que se perdió en este campus.

¿De qué podía ella hablar con una persona que ni siquiera recordaba?

- Muy bien, dos pares de ojos ven mejor que solo uno –insistió él.

Axel intentó sonreírle pero apenas le salió una mueca por risa.

El hombre comenzó a hablar de anécdotas que tampoco recordaba pero Axel estaba más atenta en buscar a Josh y salir de ese lugar cuanto antes.

- ¿Dónde está la cafetería de este lugar ahora? – preguntó, cuando milagrosamente el hombre cerró la boca.

- La pasaron hace un par de años cerca del auditorio de conferencias, vamos, te llevo.

Esperaba que Josh estuviese en ese lugar, ya que no deseaba seguir perdiendo su tiempo allí cuando podría estar hablando con Dominic y explicándole las cosas. Incluso él podría tener cierta idea de dónde estaría Elsa.

- ¿A quién estamos buscando? ¿A tu novio? – la voz del profesor Kerr, la asustó. No había nadie en los alrededores y el silencio era casi insoportable.

- Sí, mi novio... Creo que mejor le llamo por teléfono, así quedamos de vernos en algún punto –se detuvo en su andar, estaba cansada.

- Me parece perfecto...Adelante –le ofreció el hombre, rebosante de cortesía.

Axel solo esperaba que no siguiera hablando durante el camino de regreso.

Iba a decirle que no era necesario que la acompañara hasta dentro del campus cuando sintió un brazo rodearla por el cuello, ejerciendo tanta fuerza que le impedía respirar.

Como acto reflejo pataleó y clavó sus unas en las manos pero no tenía las fuerzas necesarias para hacerle algún tipo de daño a su atacante.

- Tranquila, no te haré daño –le susurró el hombre, reconoció que se trataba del profesor Kerr –. Déjate ir, dulzura.

Axel dejó de luchar pero no debido a la petición del hombre sino más bien porque estaba perdiendo el conocimiento.

¿Quién era realmente ese hombre y por qué le estaba haciendo eso a ella?

Lo último en lo que pudo pensar fue en el rostro de Dominic, ese día perfecto que pasaron en la playa y por eso corto segundo sintió paz.

 

Espero que el capítulo haya sido de su agrado, si es así, déjenmelo saber en los comentarios. Esta historia esta a punto de finalizar y me está costando un mundo desprenderme de ella, así que estoy pasándola muy mal con eso. 

Nos leemos pronto. Muchos besos.

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