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Capítulo 43

Lamento mucho estar actualizando tan tarde y solo una vez a la semana pero he estado con un bloqueo terrible a la hora de escribir y realmente prefiero actualizar una vez por semana pero saber que hice un buen trabajo, quedar satisfecha con lo que escribí y no actualizar a la carrera y escribir algo chafa o de mala gana porque me gana la presión.

Espero disfruten el capítulo y lamento si está muy largo pero, realmente me inspiré.





Cuando escuchó la voz de esa mujer, no tardó en reaccionar.

- Elsa, ¿Dónde rayos estás, maldita loca?...

- ¡Cállate! Escucha palabra por palabra lo que te voy a decir Axelle Rose Alwood, que nombre más ridículo –escuchó la risa de alguien más, por lo cual esa mujer no estaba sola, Axel logró distinguir una voz masculina, pero fuera de eso, nada más –. Vas a hacer lo que te diga porque si no lo haces, la pequeña bromita que hice con la histérica de tu hermana no será nada comparado con lo que haga con cualquier otra persona que te importe. Te vas a alejar de él y está vez lo vas a hacer definitivamente y yo me voy a asegurar de que así sea.

- ¿Por qué haces esto? ¿Por Dominic? –no daba crédito a que esa fuese la razón, era algo ya enfermizo –. ¿Realmente crees que después de esto él volverá contigo?

Se sobresaltó cuando escuchó más carcajadas al otro lado de la línea y tuvo que apartar un poco el teléfono para que no se escuchara el sollozó que escapó de su boca.

- Dominic ya no va a ser mío, no gracias a ti –respondió Elsa, llena de amargura –. Seis años atrás estuve a punto de conseguir que perdonara mi error, que volviera conmigo y por fin ser feliz con él pero, tuviste que aparecer tú, justo tú, una mujer insignificante, alguien que no valía nada ni sabía nada de la vida y lo arruinaste todo. Y ahora, lo vuelves a hacer, apareciste en nuestras vidas y me lo volviste a quitar, ¿con qué derecho hiciste eso?

- Yo nunca hice nada de eso –necesita hacer que Elsa entrara en razón para que dejara de amenazarla con sus allegados, esa mujer ciertamente no estaba bien de la cabeza y sabía que era capaz de cualquier cosa –. Yo nunca me entrometí entre Dominic y tú. Ustedes ya no estaban juntos cuando lo conocí.

- Eso ya no me importa. Dominic ya no me importa. Mi problema es contigo, desde que apareciste en mi vida, todo a mí alrededor se vino abajo, eres tú la causante de mi infelicidad y por eso mismo yo voy a ser la causante de la tuya.

- Basta, Elsa. ¡Ya basta! –dejó que sus emociones le ganaran y lloró por la rabia y la impotencia que sentía –. No te atrevas a culparme por algo que tú sola ocasionaste ni mucho menos a dañar a las personas que me importan. Si tienes algún problema conmigo simplemente dime donde te veo y lo resolveremos. Pero drogar a una persona, sin importarte su vida, es muy bajo, incluso para ti.

- Es más divertido verte sufrir de esta manera. Eres la típica persona que vela por los intereses de sus seres queridos antes de los propios, ¿o me equivoco? Así que, como te decía, tú, querida mía, te vas a alejar de Dom de ser posible hoy mismo, con la excusa que sea, no me interesa lo que le vayas a decir, solo hazlo o te juro que día con día alguien más va a pagar por tu error.

- ¿Me crees idiota cómo para caer en ese juego? No voy a ceder a tus chantajes –Axel salió del consultorio de Kevin, dispuesta a buscar al hombre que Dominic le había dicho la estaría vigilando a ella y a Kevin para informarle de la llamada de Elsa ya que no confiaba en la policía de Perth. Pasó golpeando a varias personas y ni se molestó en pedir disculpas.

- ¿Qué crees que hará el padre de Jake cuando se enteré dónde está su adorado hijo? Por lo que tengo entendido ese maldito borracho anda buscando con desesperación al muchacho, sería una lástima que supiera la dirección de la casa de Dom...

Se detuvo en seco a medio camino al escuchar eso.

- No juegues con eso, Elsa. Es un asunto muy serio.

- Sé que es un asunto serio, yo estuve con Dominic cuando se hizo cargo de ese chiquillo. Yo no estoy jugando, te estoy dando opciones y tú crees que estoy bromeando. No me importa Jake, no me importa tu hermana, tu familia en general, tus amigos, ni siquiera Dominic. Ya nada me importa, excepto el verte destruida así que, regresa a tu maldito pueblo de mierda y olvídate de todo en este lugar y solo así, dejaré en paz a los tuyos.

- Dile que entre de nuevo al hospital, está en el estacionamiento –dijo la voz masculina. Debía estar demasiado cerca de Elsa ya que podía escuchar con claridad su voz pero no la reconocía de ningún lado.

Axel volteó en todas las direcciones posibles al escuchar eso y se sintió observada y todas sus alarmas se activaron.

- Querida, no hagas ninguna estupidez, sé que estás siendo custodiada por un par de imbéciles que contrató Dominic pero la diferencia entre ellos y yo es que yo, conozco todos y cada uno de los rincones más oscuros y asquerosos de esta ciudad y créeme que no me doy a dejar ver tan fácil, así que entra de nuevo al hospital, finge que todo está bien, ve a cuidar de tu patética hermanita y con Dom, bueno eso creo que ya sabrás como resolverlo. Te veré pronto...

- Espera, espera, espera –le rogó. Se apoyó en la pared para mantenerse en pie, sentía que se desmayaría en cualquier momento –. Por favor, ¿qué le diste a mi hermana? ¿Qué le hicieron?

- Déjame ver... Cielo, ¿qué le hiciste a la histérica esa?

- Mmm, esa chica... Lo dejaré a la imaginación de su hermana –respondió el maldito, para luego reírse a carcajadas con esa loca.

Axel apretó con demasiada fuerza los puños y se contuvo apenas lo necesario para no hacer una escena en pleno hospital. Ese desgraciado que estaba con Elsa pudo haber hecho cualquier cosa con Bella y se jactaba de ello, escudándose detrás de un maldito móvil.

- Escucha hijo de tu putísima madre –murmuró, apretando el móvil junto a su oreja con demasiada fuerza –. Quien quiera que seas, te juro que vas a pagar por lo que le hayas hecho a mi hermana, al igual que la desquiciada que está a tu lado...

Supo que le habían colgado la llamada cuando dejó de escuchar las risas de ese par de bestias.

En ese momento se sentía invadida por tantas emociones juntas que le era imposible centrarse solo en una, lo cual ocasionó que experimentara nuevamente esa sensación de ahogamiento que venía atacándola desde horas de la mañana y la cual tenía ya muchos años de no sentir.

No sabía a qué se había enfrentado a su hermana, ni desde que horas había estado en poder de ese desconocido, lo que hizo o no hizo con ella. Eso era lo que más la frustraba, el no saber nada.

No supo cómo, pero cuando se dio cuenta, se encontraba en el tejado del hospital pero, en ese momento le pareció el lugar perfecto para desahogar su dolor, enojo, frustración, impotencia e ira.

No era correcto ceder ante las amenazas ni chantajes de Elsa, sin embargo no podía arriesgarse a que le hiciera daño a ninguno de sus seres queridos, no lo soportaría pero tampoco estaba dispuesta a renunciar a Dominic, no después de todo por lo que estaban logrando superar.

¿Qué se suponía que debía hacer?

Decirle a Dom lo que estaba pasando no era una opción, lo conocía lo suficiente como para saber que era un hombre bastante impulsivo e iría tras la pista de Elsa y la confrontaría de alguna manera si daba con ella, por lo cual podría cumplir las amenazas en su contra y no confiaba en nadie más que pudiese ayudarla a detener a esa loca ya que estaba claro que la policía en ese lugar no servía para nada.

El pensar en la policía, le hizo recordar a alguien en quien pondría su vida en sus manos de ser necesario. Alguien quien a pesar de defraudar su confianza como novio y confidente sabía que era excelente en su trabajo. Tal vez él podría guiarla en que movimientos hacer para atrapar a esa mujer antes de que hiciera algo peor de lo que ya había hecho.

- No sabía que tenías tantas ganas de verme, Axel.

Estuvo a muy poco de golpear a McGrath debido al susto que le dio y observó a su alrededor y maldijo mentalmente al verlo a muy poca distancia de ella.

¿Cómo no lo había visto cuando subió a ese lugar?

Rápidamente se limpió las lágrimas e intentó recobrar la compostura pero le fue imposible, el llanto simplemente no cesaba.

- Lo siento, lo siento – se disculpó, antes de dirigirse a la puerta de acceso.

- Hey, espera –McGrath la agarró por el codo y la detuvo –. Será mejor que te relajes un poco, no puedes andar por allí en este estado. ¿Qué ocurre? Si estás así por tu hermana, déjame decirte que ella está estable y está siendo bien atendida. Ven, siéntate. ¿Está todo bien? Desde la noche de ayer te he visto muy extraña, pareces asustada y más quisquillosa de lo normal.

Axel hizo lo que el hombre le estaba pidiendo más que nada porque lo necesitaba. Se sentía mareada y con ganas de vomitar.

- Me pasa de todo – dijo cuando logró controlar el llanto y recuperó el habla–. Siento que he perdido mi camino y el control de mi vida, pero ni siquiera sé dónde o cuando lo hice.

- Comprendo –McGrath se sentó en el suelo junto a ella y mantuvo una distancia prudente entre ambos. Le extendió un pañuelo para que se limpiara las lágrimas –. Creo que todos nos hemos sentido de esa manera en algún momento de nuestras vidas pero, ¿qué se gana con llorar y quejarse? –le preguntó el guapo moreno, ofreciéndole una de esas sonrisas picaras muy propias de él –. Pelea por recuperar tu camino y tu vida, al fin de cuentas son tuyos.

- Gracias – dijo ella, con sinceridad. Esas palabras no lograron tranquilizarla pero si le remarcaron algo que ella ya sabía. Su vida era suya y nadie más tenía porque controlarla. Ni siquiera Elsa con toda su locura.

Esperó un momento hasta que sus emociones se calmaran un poco y se despidió de McGrath con un leve asentimiento de cabeza.

- Muchas gracias por todo doctor.

De camino hasta el espacio en donde se encontraba Bella se topó con Mario, quien la observó con curiosidad.

Axel quiso intentarlo una vez más, él podía saber algo de Elsa y de esa manera podría detenerla antes de hacer algo de lo que se estaba arrepintiendo de solo pensarlo.

- Mario, espera por favor –Axel lo interceptó en medio pasillo –. Si sabes algo de Elsa, lo que sea, dímelo y te juro que jamás diré nada a nadie acerca de lo que hiciste conmigo hace seis años. Te lo juro.

Mario permaneció en silencio pero el asombro en su mirada fue más que evidente.

- Por más que quisiera decirte en dónde está esa mujer, no puedo porque no lo sé –Mario se pasó ambas manos sobre el cabello, en un gesto claro de frustración –. Tengo mucho tiempo de no verla.

- ¿Y no hay ningún lugar en el que se te venga a la mente que podría estar? –el hombre negó con la cabeza –. Elsa drogó a mi hermana y estoy segura que lo hizo con lo mismo que utilizaste conmigo. ¿Dónde lo consiguieron? – tal vez por ese medio pudiese dar con ella.

- Ella me lo dio, yo no compré ni nada por el estilo. Creo que tenía algún conocido en la facultad de medicina porque pasaba mucho tiempo allí y no era estudiante ni mucho menos. Esa persona pudo haber sido quien se lo facilitara.

Maldijo mentalmente y nuevamente la frustración se abría paso.

- Axel...

Tanto Axel como Mario prestaron atención a la voz de Kevin a sus espaldas y se giraron al mismo tiempo para verlo.

... Se supone que debes estar con Isabella –le dijo su jefe pero este no apartaba la mirada de Mario. Estaba más serio de lo normal y por la vena que se remarcaba de manera exagerada en su cuello, supo que estaba furioso –. Mario, espera en mi consultorio, necesitamos hablar.

Mario simplemente asintió con la cabeza y tomó camino en dirección contraria a la que ella estaba.

... Así que era él –Kevin se dirigió a ella en esta ocasión –. ¿Por qué no me lo dijiste? Estuviste trabajando todo este tiempo con el hombre que crees que abusó de ti y no dijiste nada, ¿por qué?

- Kevin, te aprecio muchísimo pero eso es algo que solo me concierne a mí y nada más, si no dije nada es porque creo que tengo cosas más importantes con las cuales lidiar en este momento.

- ¿Cosas como la desquiciada esa que lastimó a Isabella? –Kevin se acercó a ella y la desafió con la mirada –. La policía está aquí, esperando a que tu hermana despierte, ¿por qué no les has dicho de las sospechas que tienes sobre ella?

- Porque no confío en la policía, no la de este lugar, al menos –murmuró, al ver a varias personas pasar cerca de donde ellos estaban sosteniendo su muy educada discusión –. Si me disculpas, iré a ver a mi hermana.

No le dio la oportunidad de decir nada más y se dirigió hasta el cuarto de Bella, quien permanecía dormida y ajena a todo lo que estaba aconteciendo.

Tomó su teléfono con manos temblorosas, se armó de valor y marcó el único número de teléfono que se sabía de memoria.

Él no tardó en contestar y escuchar su voz profunda y ronca hizo que su corazón se disparara de inmediato.

- ¿Hola? - preguntó esta vez al no tener respuesta a la primera.

- Soy yo –dijo entonces ella, en un leve susurro.

- Axel –no había sorpresa en el tono de su voz.

- Necesito tu ayuda.

- ¿Qué sucede?

Cuando Axel empezó una relación más sería con Josh, le contó sobre sus problemas con Elsa y todo lo que había hecho en el pasado así que para él no fue algo nuevo lo que ella estaba contándole pero si lo fue el hecho de que esa loca estuviese acosándola e incluso atacándola de manera directa e indirecta y la policía no hacía nada para detenerla. Solamente omitió el hecho de que se encontraba nuevamente junto a Dom.

- ¿Cómo está Isabella? – preguntó él antes que nada más.

- Ella... No lo sé, sigue sin despertar, le están realizando exámenes para intentar detectar que tipo de droga utilizaron con ella.

- Bien, apenas estén esos resultados pide una copia de todo, incluso de la declaración que le pedirán a Bella que haga cuando despierte. Si tienes el registro de las llamadas que te ha hecho, mensajes de amenazas, lo que sea, envíame el registro por correo, ¿todavía lo recuerdas?

- Claro que lo recuerdo –no era idiota, solo habían pasado semanas desde su separación, ¿cómo iba a olvidar todo tan fácilmente?

Alguien corrió la cortina que dividía las camillas unas de otras y estuvo a punto de salírsele en corazón por la boca, literalmente debido al susto. Observó al doctor Haez, su otro jefe de pie frente a ella, con la mirada clavada sobre la camilla en la que reposaba Bella.

- ¿Axel? Háblame, ¿está todo en orden? – la voz de Josh la llevó de regreso a la realidad.

- Sí, sí, todo está bien, espera un segundo... ¿Se podría quedar un momento con Bella por favor? –le pidió al médico, quien tomó el lugar de Axel rápidamente junto a la camilla. Axel aprovechó para salir –. Ya puedo hablar.

- De acuerdo, Axel. Recapitulando lo que has dicho, esa mujer te ha chantajeado, ¿con qué? ¿Qué la impulsó a llegar a ese extremo?

No sabía por qué sentía vergüenza de decir que estaba con Dominic, ni siquiera le importó la opinión de su hermana ni la de su madre, ¿por qué de repente se sentía mal con lo que Josh pidiese pensar de ella? Pero si quería que él la ayudara debía ser honesta con respecto a todo.

- Está convencida de que le he "quitado" a Dominic y quiere que pague por haberle hecho daño –sentía que la cara le ardía y agradecía estar sola, de esa manera nadie la vería actuar como una adolescente.

- ¿Dominic? ¿Dominic Bryce? –preguntó Josh inmediatamente.

- Sí, ese mismo. El hermano de Richard, él fue... mi novio en el pasado y ahora...

- Están juntos nuevamente –Josh finalizó la frase y no lo dijo en forma de pregunta sino más bien afirmando lo que ella no se atrevía a hacer.

- Sí, estamos juntos – se aclaró la garganta y continuó hablando de lo que realmente importaba –. Elsa quiere que lo deje, quiere que me vaya de aquí y si no hago lo que ella dice, estoy segura de que dañara a más personas que me importan.

- Escucha con atención lo que se puede hacer –Josh parecía más sereno que segundos atrás y su voz retomó la seriedad que pocas veces había escuchado en él –. Yo no tengo ningún tipo de poder en este momento que me haga intervenir en Perth pero aquí, en casa ya es otra cosa...

- ¿Eso qué significa? –una parte de ella comprendía a la perfección a que se estaba refiriendo Josh pero por otro lado se negaba a aceptarlo.

- Vas a acceder a lo que ella está pidiendo, no podemos arriesgarnos a que crea que perdió el control de la situación y realmente lastime a alguien más porque sienta miedo, vas a alejarte de todos en Perth y vas a regresar a casa. Sí el problema de esa mujer es contigo, no se va a dar por satisfecha solo con que te vayas, va a asegurarse de que realmente no regreses. No te asustes –advirtió de una vez –, pero estoy cien por ciento seguro de que te va a seguir hasta acá y es probable que te ataque, ¿lo sabes verdad?

Axel se cubrió la boca con una mano para disimular el sollozo que se escapó desde lo más profundo de su ser. Sí, sabía que esa era una posibilidad pero, era demasiado difícil de aceptar.

... Calma Axel, no estás sola, estoy aquí para ayudarte en todo lo que sea necesario. Ella no te va a lastimar ni a ti ni a nadie más –Josh habló con tanta convicción que Axel siento al menos un segundo de calma, el cual aprovechó para volver a centrarse –. Regresa lo más pronto posible y cuando estés aquí, llámame e iré por ti.

- Solo me quedan un par de días aquí. Haré todo lo que me has dicho pero por favor, ayúdame –le suplicó.

- Siempre Axel.

Josh fue quien cortó la llamada un par de segundos después de que ambos quedaron en silencio.

¿Cómo se suponía que hablaría con Dominic? ¿Cómo iba a dejarlo sin provocar un daño colateral en su reciente relación? Sabía que todo lo que hiciera a partir de ese momento sería para el bienestar de ambos y todos los demás y si no lo incluía a él era porque si había una cosa que Dominic Bryce no sabía controlar, eso eran sus impulsos y ella no estaba dispuesta a echarlo todo a perder por una torpeza.

Acorralaría a Elsa en casa y con la ayuda de Josh podría meterla a la cárcel de una vez por todas pero para logar eso debía lastimar a Dominic en el proceso. ¿Sería capaz de hacerlo?

- Axel, Bella ha despertado.

Pese al susto que se llevó al escuchar la voz de Haez justo al lado de ella, el escuchar que su hermana había reaccionado le hizo olvidar eso. Corrió junto al hombre hasta donde se encontraba Bella.

Su hermana estaba pálida y algo ojerosa, observaba en todas las direcciones posibles pero estaba segura de que no se enfocaba en nada en particular.

- Bells –se acercó hasta la camilla de su hermana y besó su frente.

- Hola – la saludó la chica, intentando sonreír y fallando estrepitosamente.

- ¿Te duele algo? Dime cómo te sientes por favor – sabía que no debía presionarla, pero necesitaba saber más ahora que al fin estaba consiente o algo parecido.

- Me duele la cabeza y por fin puedo sentir que te sentías tu después de las convulsiones, es espantoso Axel.

- ¿Qué pasó Isabella? – preguntó Haez en esta ocasión –. ¿Cómo es que acabaste en el hospital?

Bella lo observó con dureza por unos segundos y luego suspiró para responder.

- No lo sé, solo recuerdo que fui al centro comercial a pagar unas facturas pendientes, luego fui a comer algo y después de eso no recuerdo nada más. No sé cómo llegué aquí.

Tanto Axel como Haez cruzaron miradas, a sabiendas que algo más había pasado y Bella no lo estaba diciendo, si bien porque realmente no lo recordaba o porque no deseaba preocuparlos.

- Todo está bien cariño – Axel tomó las manos de su hermanita –. Todo va a estar bien.

- ¿Qué te pasó allí? –Bella señaló la herida del cuello de Axel, que no supo en que momento había quedado al descubierto debido a que el vendaje se cayó.

- No es nada, un pequeño corte que me hice por distraída –le restó importancia ya que no deseaba hablar de Elsa frente a su hermana y su jefe –. Iré a llamar al doctor, ahora vuelvo.

- Axel, espera. ¿Llamaste a mamá?

- No, todavía no.

- No lo hagas, no quiero que se preocupe.

- Descuida.

Salió de la habitación sin hacer ninguna promesa y se fue directamente a buscar a McGrath pero se quedó helada cuando su camino se cruzó con el de Dominic.

Este se corrió al ver su estado.

- ¿Cómo está Bella? –fue su pregunta inicial.

- ¿Cómo sabes qué está aquí? - ¿Lo habría llamado Elsa a él también para amenazarlo?

- El hombre que se encargaría de custodiarla no supo nada de ella en todo el día y me llamó cuando sus contactos le dijeron que ingresó a emergencias. ¿Qué le ocurrió?

- No lo sabe, dice que no recuerda nada.

- ¿Crees qué Elsa haya tenido algo que ver? – Dominic no apartaba la mirada de la de ella y sintió un miedo enorme de no lograr su cometido. Había llegado la hora de empezar a mentir aunque le doliera en el alma.

- No, no lo creo. Más bien creo que fue un robo, sus pertenencias no aparecen, así que...

Dominic la abrazó con fuerza antes de que ella continuara hablando y tragó grueso para evitar que el llanto y la frustración salieran.

- Todo va a estar bien, cielo. Todo va a estar bien - susurró Dom, acariciando su cabello.

Sí, todo iba a estar bien en cuanto ella se fuera de ese lugar. 

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