Capítulo 39
- Amor, Axel, es tu madre –Dominic la abrazó por la espalda con delicadeza y besó su cabello –. Todo está bien.
Claro que sabía que era su madre, ¿cómo no iba a reconocerla? Cada cabello oscuro cubierto por unos cuantos cabellos plateados, cada arruga, cada expresión que veía en esa mujer eran las mismas que recordaba de su dulce y amorosa madre. Lo que la tenía en estado de shock era el hecho de verla de pie, junto a la estantería de libros en la casa de Dominic. La casa de Dominic Bryce.
- ¿Qué...qué hace ella...aquí? –por fin logró articular palabra. Su mirada no se apartaba de la de su madre, quien estaba llorando. No sabía si lo hacía por el enojo y tristeza.
Llevaba esos días esperando ver a su madre pero no se atrevía a ir a su antigua casa. No sabía cuál sería la reacción de su madre ni la suya propia. Temía que al irse de Perth su relación quedara peor que antes. Y además, era una cobarde.
- Vino a visitarte –respondió Dominic, como si fuera lo más natural del mundo –. Las dejaré solas para que estén más cómodas –Axel se agarró con fuerza del brazo de Dominic y no lo soltó –. Debo ir a trabajar pero quedan en su casa. Afuera hay un oficial cuidando el edificio –susurró Dom para que solo escuchara ella. Besó su frente y luego sus manos que de pronto se pusieron heladas.
No le dio tiempo de responder porque ya él estaba camino hacia la puerta y dejándola a solas con la mujer que más amaba y a la que más le temía en ese mundo.
Por unos interminables segundos ninguna de las dos dijo nada, simplemente se estudiaron con la mirada y fue Axel quien tomó el valor para decir las primeras palabras.
- Mamá... ¿cómo has...estado?
Rachel Alwood se acercó hasta su segunda hija con tanta rapidez que Axel apenas pudo reaccionar cuando esta la abrazó con tanta fuerza que parecía que se le iba la vida en ello.
- Mi niña, mi Axel – sollozó la mujer mientras Axel permanecía inmóvil –. Lo lamento mi vida, lamento haberte fallado, lamento haber sido cruel contigo. No fui tú madre cuando se suponía que debía serlo y lo siento tanto.
¿Qué se suponía que debía hacer en ese caso? ¿Llorar? ¿Reír eufóricamente? Su madre la estaba abrazando y llorando junto a ella. En otra época ella le habría suplicado que dejara de llorar, que todo estaba bien, que no pasaba nada pero, justo en ese momento no sentía nada más que el estómago revuelto. Todas sus emociones eran tan contradictorias que ni siquiera a ella misma se las podía explicar.
- Mamá...
- Te conozco mi pequeña Rose y sé que estás molesta conmigo, lo siento en mi corazón y no tengo nada que recriminarte por eso –su madre dejó de abrazarla y Axel se sintió desprotegida y expuesta nuevamente.
- No mamá, no me sueltes... –le suplicó. Siendo ella esta vez quien la abrazara con mucha más fuerza.
- Mi amor, estás hecha toda una mujer y una muy bella – volvió a sollozar la otra mujer –. No sabes cuantas veces desee ir a verte pero temía que me rechazaras, que me odiaras tanto o más que yo misma.
¿Cómo había sido posible que viviera tanto tiempo si los abrazos de su madre? Esa sensación de calidez no había nadie que pudiera dársela con excepción de esa mujer. Era cierto que estaba muy resentida con ella pero, eso no impedía que la echase tanto de menos durante todos esos años.
- Ven, siéntate –muy a su pesar terminó el abrazo y guio a su madre hasta el sofá. Sentía que las piernas le temblaba y que no se podría mantener en pie por mucho más tiempo –. Ma, ¿qué estás haciendo aquí?
La impresión de verla no era más grande que la impresión de verla en casa de Dominic y que ella estuviera tan tranquila.
- Dominic fue a verme a casa a altas horas de la noche ayer y hablamos un largo rato acerca de todo lo ocurrido en el pasado y como se dieron las cosas...
- ¿Tú y Dominic hablaron? –preguntó, algo incrédula.
- Sí mi niña. Creo que nos debíamos esa charla desde hace muchos años y la verdad me alegro que haya ido porque me trajo hasta ti nuevamente.
- ¿Así nada más? Mamá, estoy segura de que Dominic no es de tu agrado y por lo que verás, yo estoy con él –decidió aclarar ese hecho por si se le había pasado por alto.
- Quién soy yo para juzgar a ese muchacho, Axel –su madre le palmoteo las manos con cariño –, cuando yo misma, que soy tu madre te di la espalda cuando más me necesitaste y fui intransigente contigo. Ambas sabemos que él fue despiadado contigo en ese momento, ¿pero no lo fui yo también?
Axel apretó la mandíbula al recordar las duras palabras de su madre cuando ella le rogó que la escuchara, que no la dejase sola.
Estaba dolida con ella más que con nadie más. Se pudo esperar cualquier cosa de cualquier persona, incluso de Billy y Dominic, pero no de ella que era la persona a la que más confianza le tenía en el mundo.
- Además, es tu vida Axel, son tus sentimientos, solamente tú puedes y debes decidir qué hacer con ellos y sé que si estás con él es porque todavía le quieres. Y estoy aquí contigo gracias a él. Él fue quien se arriesgó al buscarme y decirme dónde estabas ya que Bella estaba algo dudosa de decirme cualquier cosa antes de hablar contigo.
- ¿Bella te dijo que estaba aquí?
- Si, ella y Billy me lo dijeron. Dicen que has venido por tu trabajo.
- Sí, vine a trabajar por unos días pero, debo volver a casa pronto.
- ¿Tan pronto? –la mujer mayor volvió a entristecer al escuchar eso.
- Unos días nada más, yo solo vine a cubrir una plaza en el hospital. ¿Quieres café o algo para tomar mamá? –Sentía la garganta seca y necesitaba líquido con urgencia. Se puso de pie y se marchó hasta la cocina, siendo seguida por su madre.
- Un poco de té. ¿Estás trabajando en el hospital?
Axel observó con mayor detenimiento y se dio cuenta de que Dominic había pasado de compras a la tienda ya que la nevera estaba llena con cartones de leche, jugos y demás cosas necesarias. Ese par de hombres podían comer por un ejército completo.
- Sí, estoy trabajando allí y no te vas a creer quien es mi jefe –agradeció que Jake hirviera agua antes de irse y la dejase guardada en un envase térmico. Ahora todo era encontrar los sobres de té.
- ¿Kevin Baxter? –Axel alzó la vista hasta que ella y su madre se encogió de hombros –. Lo sé porque Abigail trabaja en el hospital y nos reunimos frecuentemente para hablar y por la sorpresa en tu tono de voz, lo deduje.
- Pues vaya sorpresa que me he llevado cuando le vi – al fin encontró los malditos sobres de té y se dispuso a preparar una taza para su madre y otra para ella –. ¿Aun sigues en contacto con él? ¿Sigues yendo a la iglesia? ¿Qué tal está Maya? ¿Qué tal están todos?
Tenía tantas cosas que preguntarle que le era imposible contenerse.
- A ver, respira cariño – al fin pudo ver la sonrisa genuina de su madre y no pudo evitar reír con ella. Con su madre todo eso era tan natural a pesar de todo –. Sigo en contacto con Kevin, ya que él sigue asistiendo a la iglesia, lo cual responde a la siguiente pregunta. Sí, continuo asistiendo a la iglesia, es el único lugar en el que sentía tu presencia y la de tu padre y con respecto a Maya, esa muchacha se casó con Bobby, ¿lo recuerdas?
Axel continuó hablando con su madre acerca de todos sus conocidos por un largo rato y tres tazas con té y galletas y eso le hacía sentir que estaba finalmente de regreso en su antiguo hogar, ya no se sentía como una forajida.
- Axel, mi vida –la seriedad impregnó de nuevo el ambiente y Axel supo que venían temas que no deseaba tocar – ¿Estás viviendo con Dominic?
Se sintió tentada a decir que si para ver cuál sería la reacción de su madre pero se contuvo ya que no deseaba tentar a la suerte o en su caso, a la mala suerte.
- No, Dom y yo no vivimos juntos –juntas, se dirigieron de regreso a la sala de estar y se sentaron en el sofá más grande y de esta manera Axel, se recostó sobre los regazos de su madre. Se volvía a sentir como una niña pequeña –. Estoy en su casa porque ayer salimos de paseo y pues no quise molestar a la pareja de recién casados con la que he estado quedándome por estos días.
Su madre comenzó a acariciar su cabello y Axel estuvo a punto de dormirse.
- Sé que puede ser mucho pero, ¿por qué no te quedas en casa estos días que te quedan en Perth? –Axel abrió los ojos y perdió todo indicio de sueño.
- ¿En casa? – la idea de ir a su antiguo hogar hizo que sintiera añoranza por todo su pasado. Pero gracias a Dios todo era añoranza de lo bueno.
- Claro mi vida. No quiero estar nunca más lejos de ti, de mi niña adorada.
- Me encantaría mamá pero... –recordó que tenía a una loca demente detrás de ella, para colmo de males, armada y lo último que deseaba era que su madre se viera involucrada por su causa.
- ¿Está todo bien?
¿Por qué esa mujer debía conocerla tan bien incluso después de tanto tiempo?
No quería hablar de Elsa con ella, se preocuparía demasiado y tampoco deseaba eso.
- Sí, es solo que... Todo esto, es abrumador. Billy, Kevin, tú... después de todo este tiempo, los vuelvo a ver y todos parecen haber dejado el pasado atrás y luego me veo a mí misma y siento que no estoy avanzando, aunque no lo acepte en voz alta, continuo guardando resentimientos y cuando hecho una mirada hacia atrás, todavía me duele, no igual que antes pero me hace desear salir corriendo lejos y más lejos.
Recibió un beso en la frente de parte de su madre y unas delicadas palmadas en el hombro.
- Tiempo, mi amor – susurró la mujer mayor –. La confianza en los demás y en ti misma solo el tiempo y el buen actuar la puede recuperar. Pero, no sé por qué presiento que me estás ocultando algo, lo veo en tu mirada, en tus gestos. ¿Qué es, amor?
¿Cuál de todas sus desventuras podría contarle sin tener que mencionar a Elsa?
- Mamá, ¿te puedo preguntar algo? – si había alguien en ese mundo que le daría un buen consejo sería esa señora.
Se sentó y quedó frente a frente a su madre, los ojos grises de la mujer se mostraron curiosos, al igual que lo hacían los ojos de su hermanita. Esas dos mujeres eran idénticas.
- Claro que sí, dime todo lo que tú quieras.
- ¿Puede...Unas persona puede...hipotéticamente hablando...querer a dos personas distintas? No querer de simplemente cariño, sino de amar a esas dos personas.
- Hipotéticamente hablando – su madre parecía meditar esas palabras y luego la volteó a ver con cariño –. Si se puede amar a dos personas distintas, si te lo diré yo.
- ¿Tú? – prestó más atención a esas últimas palabras de su madre.
- Te voy a contar algo que nunca le he dicho a nadie más – su madre sonrió con melancolía –. ¿Sabías que conocí primero a tu tío Nick antes que a tu padre? – Axel negó con la cabeza, realmente estaba interesada en esa historia –. Bueno, los tres estábamos en el mismo colegio y en el mismo grado y pues, tu padre era mi némesis y tu tío y yo éramos muy buenos amigos, hasta que mis sentimientos por él comenzaron a ser algo más que el de una simple amiga...
¡Por Dios! Su madre se había enamorado de su cariñoso y siempre sonriente tío Nick. Deseaba preguntarle muchas cosas pero no quería que detuviera su relato así que mantuvo firme su curiosidad.
... Él, por su parte, estaba más interesado en una chica mayor que nosotros y yo, como su amiga le alenté a que siguiera su corazón y luchara por ella, cosa que yo no me atreví a hacer por él. Recuerdo lo mucho que lloré cuando él fue tras ella hasta la universidad y poco después, James, tu padre, por Dios era un fastidio y sin Nick a mi lado, no tenía con quien conversar, con quien divertirme ni con quien desahogarme y James se dio cuenta de mi mal estado así que en lugar de molestarme, se dedicó a ser un compañero más amable y comprensivo conmigo y no sé en qué punto de la historia me enamoré de él, tal vez fue cuando escapamos a Sídney persiguiendo una banda de heavy metal o cuando me abrazó con fuerza intentando que no viera a Nick, besándose con su novia. Cuando caí en cuentas de que estaba enamorada de tu padre, entré en un dilema muy grande ya que todavía sentía algo muy fuerte por tu tío, él me conocía mejor que nadie, tuvimos años de amistad, tanto tiempo de conocernos, saber lo que el otro deseaba, no tener secretos, él era mi alma gemela y James, con él era todo nuevo, todos los días aprendía algo distinto de él, ponía mi paciencia al límite, era tan engreído y egocéntrico que me volvía loca pero tampoco podía vivir sin escucharle decir cuan grandioso era, ni me imaginaba en un escenario en el que él ya no formara parte de mi vida, tu padre fue el amor de mi vida.
De no ser porque estaba escuchando eso de boca de su madre, Axel no lo creería nunca si alguien llegase a contárselo. Siempre vio a su madre y a su padre tan enamorados el uno del otro, siempre tan devotos y entregados, sin ningún rastro de celos o desconfianza cuando su tío Nick llegaba a casa en las navidades o cumpleaños, ni tampoco observó nada anormal en el comportamiento entre su madre y su tío.
Por lo que tenía entendido, su tío Nick nunca se casó ni formó una familia. ¿Se habría dado cuenta muy tarde del amor que sintió la mujer de su hermano por él cuando eran unos adolescentes?
Su alma gemela y el amor de su vida eran dos personas distintas. Quién lo diría.
¿Podría ser posible eso? ¿Estaría ella atravesando por una situación similar con Josh y Dom?
Por más que se reprendía a sí misma, cada vez que pensaba en Josh, recordaba esa camaradería que existían entre ambos, de que tan bien se conocían, el tiempo a su lado era como vivir en un sueño, de cómo el carácter de ambos hacía que sus vidas fuesen más sencillas, compaginaban en prácticamente en todo, él fue su ángel guardián por demasiado tiempo y por más que desea no podía olvidarse de él y todo lo que aun sentía a pesar del dolor tan grande que le causo su traición. Y Dom, ahí estaba él otra vez, con su personalidad explosiva que tanto la hacía dudar de su cordura, su mirada llena de miedo y esperanza, con él sentía que todo iba demasiado aprisa, tanto que le aterraba caerse y no poder levantarse nuevamente pero, cuando se sentía perdida, él le ayudaba a encontrase a sí misma, él había sido la primer persona que destrozó su confianza en ella misma y en todo lo que creía hasta que le conoció.
Amaba y odiaba a los dos.
- ¿Cómo tomó papá la situación? Es decir, tú estabas enamorada de su hermano - fue su pregunta inicial.
- Tu padre es...fue un hombre muy listo y supo de mis sentimientos hacia Nick desde un principio pero nunca dedicamos tiempo a esa charla. Él sabía que yo le amaba.
- ¿Cómo elegiste a papá por sobre el tío Nick?
- Porque sabía que él era el hombre sin el cual no podría vivir. El solo pensar que no vería sus ojos, esos mismos ojitos que tienes tu – su madre le acarició las mejillas y de paso limpió un par de lágrimas que habían escapado de sus ojos – cada mañana al despertar, que no escucharía su voz, sin descifrar esos gestos tan poco comunes que tenía...
- ¿Cómo hacer bailar sus cejas? – Axel se carcajeo al recordar a su padre hacer eso todas las mañanas antes de dirigirse a la iglesia. Su madre le acompañó en las risas.
- Eso mismo. Nunca me arrepentí de haber elegido a tu padre. Todos los años que pasé a su lado como su amiga y su mujer, fueron los mejores años de mi vida.
- ¿Y qué hay de tío Nick? – insistió ella –. Papá ya no está desde hace muchos años, ¿no has pensado en él?
Su madre negó con la cabeza y suspiro, algo melancólica.
- Cuando pienso en Nick, solo lo hago como lo he hecho desde tantos años atrás, como el hermano menor de tu padre. Le guardo un cariño inmenso pero, si a lo que te refieres es que si pienso en él en términos románticos, no, no lo hago... Ahora dime tú, ¿de quién, aparte de Dominic estás enamorada?
- De mi ex prometido – respondió sin pensarlo y se dio cuenta muy tarde de su metida de pata ya que su madre abrió desmesuradamente los ojos ante sus palabras.
- ¿Kevin?
- ¡No! Mamá, no es Kevin.
No tuvo más remedio que contarle a su madre su más reciente decepción amorosa y esta solamente escuchaba al igual que ella escuchó cuando su madre habló.
- Mi cielo, no sabes cuánto lo siento –murmuró cuando terminó de contar todo. Absolutamente todo.
- Mamá, estoy hecha un lío; quiero demasiado a Dominic, creo que nunca en estos años logré dejar de quererlo por completo pero, también quiero a Josh, por alguna razón quería que fuese mi esposo, el hombre con cual sentir lo mismo que tú dices que sentías con papá. Lo extraño mucho pero cuando estoy con Dominic me olvido hasta de mi nombre. ¿Mamá, eso es normal?
Su madre se mordió el labio inferior antes de responder.
- No te tortures Axel, vive, experimenta y aprende. Solo tú conoces tu corazón, solo tú sabes que es lo que necesita y a quien necesita.
Axel regreso a los brazos de su madre y la abrazo con fuerza.
- No sabes cuánto he extrañado todos tus consejos.
- Yo también te he extrañado, mi pequeña.
Lamento MUCHÍSIMO mi ausencia estos días con respecto al capítulo del martes y el de hoy. He tenido una semana muy complicada y sumándole que me vino bajonazo de inspiración pero, ya estoy de regreso y espero para mañana en la noche o domingo en la mañana tener listo otro capítulo más. Muchas gracias por su paciencia y seguir conmigo.
Dato: ¿Sabían que Axel estuvo de cumpleaños ayer 7 de setiembre?
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