Capítulo 26
Axel parpadeo varias veces seguidas y se puso en pie al caer en cuenta de que se quedaría dormida en cualquier instante de su guardia.
Revisó las constantes vitales y el suero de la pequeña Gena y todo iba en orden.
— Eso es guapa, eres tan valiente —apartó unos cuantos cabellos del rostro de la chica de cabello negro. Era tan pequeña y delgada para tener doce años. Era toda una guerrera.
— Si continúas acariciando a esa chica de esa manera, más de uno se sentirá celoso.
Desvió la mirada hasta la puerta del cuarto de Gena Miller y se encontró con la mirada oscura de casanova McGrath.
— Buenas noches, doctor McGrath.
El médico se acercó hasta ella y Axel retrocedió un par de pasos al sentir la cercanía del hombre. El tipo sonrió ampliamente al ver su reacción y se centró su atención en el monitor de la paciente.
— Todo va perfecto con esta señorita —comentó el médico, sonriendo ampliamente, dejando ver sus bellos dientes—. Esté pendiente de que el suero este bajando como es debido, señorita Axel —esta vez se dirigió a ella. Así que ya se había aprendido su nombre.
Axel asintió con la cabeza y por su segundo se sintió tentada a no apartar la mirada de la de él, pero eso no hubiese sido una gran idea, ese hombre era alguien que disfrutaba el flirteo y por lo que todos le decían, había coqueteado con casi todas las enfermeras y doctoras del lugar, ¿qué la hacía a ella diferente del resto de mujeres para él? Ella era su nuevo reto y Axel no estaba en condiciones para jugar ese tipo de juego.
— ¿Qué debo hacer para que comas conmigo esta tarde, señorita Axel? —casanova McGrath, acortó un poco la distancia entre los dos y Axel, sintió el calor que irradiaba el cuerpo de ese hombre.
No tuvo tiempo de dar una respuesta, ya que aclaración de garganta les hizo voltear a ella y al doctor.
Kevin, se encontraba en la entrada de la habitación, con cara de fastidio. Con su mirada, desaprobó lo que estaba viendo.
— Baxter, era mi turno de revisión —McGrath no se movió de dónde se encontraba y Axel, con algo de disimulo se apartó y se dirigió a la pequeña Gena.
— Señorita Alwood, cuando termine su turno aquí, por favor vaya a mi consultorio —Kevin estaba molesto y no tenía la más mínima idea del porqué.
— De acuerdo, doctor Baxter —respondió Axel, mientras se quebraba la cabeza pensando que había hecho mal para ganarse el enojo de su jefe.
Kevin se marchó y Axel volvió a quedar a merced de McGrath.
— Baxter está molesto contigo, ¿por qué? —el doctor parecía divertido de verla frustrada ya que sonreía con más emoción.
— Cuando lo averigüe se lo haré saber, doctor.
— Piensa lo de la comida – le dijo el hombre, saliendo de la habitación y dejándola sola con su todo su lío mental.
Estaba segura de que no había metido la pata en su trabajo en toda la noche, así que realmente no lograba descifrar la actitud de Kevin Baxter.
Maia llegó a la hora acordada para su siguiente turno y Axel llevaba un nudo en la boca del estómago al hacerse miles de hipótesis antes de llegar al consultorio del jefe.
Tocó la puerta con los nudillos y esperó respuesta por parte del médico.
- ¿De qué quería hablar conmigo? –preguntó, una vez estando dentro del consultorio.
Kevin la observó por unos instantes, en silencio absoluto y luego de sentir que se desmayaría, la voz de su superior la tomó por sorpresa.
- Han puesto una queja tuya por agresión, no hace más de una hora.
- ¿QUÉ? – no pudo disimular el asombro de esas palabras.
- La mujer que vino, ha dicho que la golpeaste en la entrada del baño femenino. ¿Qué pasó?
- ¡Elsa, hija de...! –se contuvo todo lo que pudo para no gritar, pero apretó con tanta fuerza los puños que se lastimó con las uñas al clavárselas en la palma de las manos. Intentó respirar con calma, pero no pudo hacerlo.
- ¿Conoces a esa mujer? ¿Por qué ha venido diciendo eso? - Kevin esperó pacientemente a que ella se desahogara para continuar con sus preguntas.
¿Debería decirle a Kevin la verdad? Si no se explicaba bien, el doctor Haez y Miranda, le armarían buen rollo cuando regresara a su puesto dentro de ocho días y eso sin contar que mancharía su expediente impecable.
Esa bruja solo problemas le causaba.
- Esa mujer... Ella fue quien me golpeo primero – comenzó su defensa –. Esa loca es la novia de... Dominic Bryce. No soporta la idea de que esté cerca de él.
Kevin no dijo nada y esperó a que ella continuara hablando, pero la forma en la que estaba viéndola decía mucho más que mil palabras, así que, Axel no tuvo más remedio que decirle casi todo lo que había pasado por lo cual Dominic, volvió a aparecer en su vida y por consiguiente esa mujer tan desagradable.
- Te juro que por más que desee golpearla, jamás lo haría en mi lugar de trabajo, a menos no a propósito.
- Sé que no es de mi interés, pero, si no tienes nada con ese hombre, ¿por qué su novia te viene a atacar? – Kevin se levantó de su silla y se dirigió hasta el archivero que tenía al otro lado del consultorio. Axel maldijo mentalmente.
- ¡Porque está loca! – volvió a alegar ella –. Ella fue quien me tomó aquellas malditas fotografías en las que yo aparecía con un desconocido, ¿las recuerdas? Imagina el nivel de locura del que debe sufrir para hacer algo así –Kevin la volteó a ver y había cierta nota de desaprobación por el tono que estaba utilizando –. Lo siento, jefe, pero me estás preguntando porque golpee a esa tipa y te estoy dando las razones que tuve, ella me atacó primero, ¿tengo derecho de pedir que pongan las cámaras de vigilancia para que veas que no estoy mintiendo?
Kevin asintió con la cabeza una sola vez mientras volvía a su asiento con documentos en mano.
Diez minutos después, ya se encontraba en el cuarto de cámaras junto con Kevin y el vigilante. Sintió un enorme placer cuando vio el rostro de Elsa al ser tomada por sorpresa por su defensa, no pudo disimularlo ya que sonrió ampliamente ante la mirada de los dos hombres que tenía al lado.
— Ya pudo ver por usted mismo, doctor Baxter, yo no la ataque, solo me defendí...
Las palabras quedaron en el aire cuando vio en la filmación de la cámara, la figura masculina de Dominic, saliendo del baño de hombre pocos segundos después de que se hubiese ido. La bruja de Elsa le siguió corriendo cuando lo vio.
¿Qué demonios hacia Dominic en Perth y justo en ese hospital? Se suponía que él estaba cuidando de Richard. ¿Habría escuchado todo lo que ella y Elsa discutieron? Y si era así, ¿por qué rayos se estaba sintiendo avergonzada? Tal vez porque había escuchado del fracaso de su compromiso o porque la idiota de Elsa había insinuado que estaba embarazada –lo cual ya había verificado y había dado negativo. Estaba claro que sentía nauseas, mareos y cansancio, debido a que no dormía bien ni se alimentaba como era debido. Tenía que dejar de hacerle caso a los desvaríos de Christina.
- De acuerdo, creo que ya he visto suficiente. Gracias Paul – Kevin se despidió del vigilante y salió del cuarto de cámaras.
- Gracias – Axel agradeció de igual manera al hombre y salió corriendo tras su jefe, quien iba a paso apresurado de regreso a su consultorio.
- No tomaré ninguna medida con respecto a este tema – comenzó Kevin, una vez que ambos ingresaron al consultorio. Axel soltó el aire que había estado conteniendo–. Pero te daré un consejo, más como los amigos que fuimos algún día que como jefe, ten cuidado con esa mujer, si fue capaz de hacer eso tan detestable en el pasado, está claro que es capaz de cualquier cosa para mantenerte alejada. No pongas en riesgo tu salud ni tu seguridad por nadie.
Entendió a la perfección a que se refería Kevin, pero no necesitaba decirle que en su vida volvería tener nada, absolutamente nada que ver con Dominic Bryce.
- Gracias Kevin... Lo siento, doctor Baxter – se corrigió a sí misma, golpeándose con el dedo índice en la cabeza. Kevin sonrió abiertamente por primera vez desde que lo había vuelto a ver –. ¿Puedo ir a mi descanso ya?
- Ve, señorita Axel.
Axel abrió mucho la boca cuando Kevin la llamó de la misma forma en que lo hacía casanova McGrath.
- Ese hombre es... –no encontraba la palabra correcta para describirlo y se carcajeó al ver la expresión de Kevin– único en su clase.
- Largo de aquí, ve a descansar, Axel – Kevin la echó de su consultorio y Axel salió aun con una sonrisa dibujada en los labios.
No había avanzado lo suficiente cuando chocó de frente con una figura masculina. Se había golpeado la nariz. Eso sí que era karma.
- Lo siento...
Su buen humor se esfumó cuando vio de quien se trataba y sintió el corazón palpitar se du traicionero corazón, latir de forma exagerada.
¿Por qué diablos hacía eso? Ella no quiera que lo siguiera haciendo más porque solamente lograba enloquecerla aún más.
- Al fin te encontré – dijo Dominic, estaba alterado, sintió que las manos le temblaban cuando la tomó de los hombros.
- ¿Qué estás haciendo aquí? – no iba a permitir que su presencia le dañara al igual que lo había hecho la de su novia –. Si estás aquí porque golpee a tu novia, pues se lo tenía merecido y...
- Christina acaba de ser ingresada a emergencias – se apresuró a decir. Los ojos se le humedecieron y se cubrió el rostro con las manos para ocultar sus lágrimas.
- ¿Qué? ¿Por qué? – esta vez fue el turno de Axel de tomarlo de los hombros para que el hombre volviera a la realidad.
- Creo que... tuvo un aborto, no lo sé, estaba sangrando bastante.
- Maldición, maldición, maldición –eso no podía estar pasándole a Chris, se iba a volver loca si algo le ocurría a su bebé.
Todavía le quedaba tiempo de su descanso, así que corrió a toda prisa hasta el área de emergencias.
Cuando vio a Claire, parecía que la mujer había envejecido diez años más, Thomas, su esposo estaba junto a ella, consolándola.
- Claire.
- Axel, por favor averigua que está pasando con Chris, nadie ha salido a decirnos nada.
Axel se dirigió hasta el puesto de enfermeras y trató de averiguar sobre el estado de Chris.
- Si, esa chica ingresó hace poco, pero los médicos aún no han salido a dar ningún informe, es probable que le estén practicando un legrado, venía muy mal.
- Gracias, Nadia – aunque no le gustaba lo que le decían, era mejor que no saber nada.
Si ella se estaba sintiendo mal, no podía imaginarse como se estaría sintiendo Christina. Debía estar destrozada.
Caminó a paso lento hasta donde se encontraban Claire, Thomas y Dominic, esperando y su mirada se clavó en la de este último, quien estaba pálido, probablemente debido al susto que se llevó.
No se encontraba con el valor de decirles nada así, que omitió parte de la información.
- Todavía no ha salido el médico a dar un informe.
Claire se quejó por la falta de información mientras su esposo la tranquilizaba.
- ¿Puedo hablar un momento contigo? –preguntó Dominic, alejándose de sus acompañantes. Axel le siguió –. Dime la verdad, por favor – le pidió, una vez estando solos.
- Es probable que le estén practicando un legrado – dijo entonces, dejando caer los hombros. Estaba cansada física y mentalmente. Dominic maldijo en voz baja.
- Escucha, iré por Richard en este momento, por favor, quédate con Chris, ella te va a necesitar –Dominic se acercó más de la cuenta, pero esta vez Axel, no retrocedió.
- Claro que si –aseguró ella, eso ni siquiera se lo tenía que pedir –. Llama a Richard y dile que vaya pidiendo el alta, eso tarda poco más de un par de horas, de aquí a que llegues por él, no habrá problemas con su salida.
- Gracias – Dominic le tomó las manos y depositó un pequeño beso en ellas.
Fue un simple gesto nada más, pero todo su cuerpo reaccionó de forma involuntaria, su estómago se encogió y su respiración se hizo irregular.
Se alejó de Dom tan rápido como pudo y le dio la espalda al sentir que se estaba ruborizando.
¡Que estupidez!
Logró escabullirse a las habitaciones en las que podía estar Chris hasta que dio con ella, pero su amiga se encontraba dormida. Sabía que se metería en problemas si la veían en ese lugar, pero necesitaba estar con ella, al menos por un instante.
- Descansa un poco, cariño – susurró cerca del oído de la mujer, la cubrió bien con la fina sabana que tenía encima –. Richard vendrá pronto.
Estuvo peinando con los dedos el cabello rubio y corto de Chris, cuando una voz masculina le hizo pegar un brinco debido al susto.
- ¿Se puede saber por qué la señorita Axel, está en un área que no es la de ella?
Colocó ambas manos sobre su pecho para calmar el exagerado palpitar de su corazón. Había sido atrapada por casanova McGrath, y ahora sí, no se escaparía de la amonestación que le esperaba.
- Doctor McGrath, vaya susto que me ha dado.
-Me doy cuenta. ¿No se supone que debes estar descansando, señorita Axel? – el doctor se acercó a la camilla de Chris y la examinó con la mirada –. ¿Familiar tuyo? – preguntó, refiriéndose a Chris.
- Es como mi hermana - respondió, se limpió las lágrimas que se le habían escapado segundos atrás.
- ¿Qué le pasó? – esta vez centró su atención en ella, sus ojos oscuros le aturdían cada vez que la veía de esa forma. ¿Cómo lo hacía?
- Acaba de sufrir un aborto.
- Lo siento mucho – parecía sincero con sus palabras, lo cual Axel, agradeció mucho –, pero tú, no deberías estar aquí, te ganaras el enojo de Baxter si se entera que no estás descansando para seguir cuidando como es debido a esa chica – ese hombre hasta para llamar la atención tenía su atractivo.
"Concéntrate en lo importante, Axel", se regañó a sí misma.
- Lo lamento, es solo que estoy preocupada por ella, sé que estará destrozada cuando despierte y quiero estar aquí, con ella, cuando lo haga.
McGrath ladeó un poco la cabeza y sonrió.
- Supongo que eso es lo que los mejores amigos hacen – comentó, casi para sí mismo –. Vamos, regresa a tu lugar y te prometo que te mantendré informada acerca de su estado.
- ¿En serio? –no se creía que ese hombre fuese a hacerle un favor así sin más, por lo que su tono de voz sonó un poco desconfiado.
- Solo por hoy, no te acostumbres – el médico le guiñó un ojo y le regaló esa sonrisa tan jovial que encantaba a todas las mujeres del lugar.
- De acuerdo, muchas gracias – esta vez Axel, si le sonrió de manera genuina.
Se despidió de Claire y Thomas con rapidez y les aseguró que cualquier noticia que tuviera, se las haría saber de inmediato.
Apenas colocó la cabeza en la única silla que estaba disponible, se quedó dormida, pero cuando el rostro sonriente y la voz seductora de casanova McGrath aparecieron en sus sueños, se despertó sobresaltada.
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