Capítulo 25
Dominic se echó agua en el rostro para tratar de calmar su enojo y de esa manera no ir detrás de ese malnacido y matarlo con sus propias manos.
Su día no había empezado muy bien que digamos, primero había sido la llamada de Jackman, diciendo que los resultados de los análisis de Axel habían dado negativo a cualquier tipo de droga o alguna otra sustancia, pero la mujer juraba que ella estaba segura de sí había habido alguna droga en el sistema de la chica en su momento, solo que ella había llegado demasiado tarde para realizarse las pruebas. Luego estaba el hecho de que Axel se había marchado y él no tenía ni idea de a dónde, intentó averiguar por medio de sus compañeras de trabajo, pero ninguna dijo nada y por último, la llamada que había recibido de parte de Thomas, diciéndole que Axel y Chris estaban en Perth y que la chica había encontrado al tipo que salía con ella en esas maldita fotografías y que estaba dispuesta a tomar medidas legales con ese tema.
Dominic no perdió el tiempo y tomó camino hasta Perth apenas colgó la llamada y averigua el nombre de ese hombre y casi se le cae el alma al suelo al saber que tanto Axel cómo él, estaban trabajando en el mismo hospital y la misma unidad.
Llamó a su abogado y le pidió que averiguase todo lo posible acerca de ese hijo de puta. Lo iba meter a la cárcel definitivamente, a él y quienes estuvieran implicados en esa mierda.
Se sentía como una basura, había arruinado su oportunidad de ser feliz con la mujer de su vida por imbécil y ahora ya era demasiado tarde para intentar siquiera algo. Ella se iba a casar, por el amor de Dios.
No fue difícil dar con el paradero del tal Mario, ya que todos le conocía y cuando le preguntó acerca de Axel, de inmediato se puso a la defensiva y trató de lanzarle un golpe a lo cual Dominic, respondió de la misma manera y terminó rompiéndole la boca.
— Ya le dije a ella todo lo que tenía que decir, es tu turno de preguntarle a la loca de Elsa, todo lo que ella sabe —el hombre de cabello rizado se limpió con la lengua, la sangre que salió de su labio roto y huyó como el cobarde que era.
— Mantente alejado de Axel, si me entero de que has hecho o dicho algo en contra de ella, te juro que un labio partido no será tú único problema.
— Váyanse al diablo todos ustedes —Mario se alejó de él a toda prisa y Dominic se fue al baño para tratar de calmar su estado. Incluso tenía una migraña que lo estaba matando.
Estaba por salir cuando escuchó un golpe en seco afuera, en el pasillo y se detuvo al escuchar una voz muy familiar.
— Eso te ganas por no hacer lo que se te pide, me he enterado de que te has estado viendo con Dominic apenas me fui de ese pueblo de mierda. ¿Qué pretendes, engañarlo nuevamente?
Dom se quedó inmóvil en la entrada del baño, al escuchar la pregunta de Elsa. Tenía una ligera sospecha de con quién estaba discutiendo.
— Dios, ¿por qué pones mi poca paciencia a prueba tan seguido?... Como se ocurra ponerme una mano encima nuevamente, tendrás que entrar a algún quirófano para que te la peguen de regreso —respondió Axel, por su tono de voz, estaba realmente enfadada. ¿Elsa la había golpeado?
Dominic deseó salir, pero estaba clavado al piso, no podía mover un solo dedo.
— No podía hacer nada cuando estaba en ese otro maldito hospital, pero aquí, cariño, aquí es mi territorio y te exijo que te mantengas al margen de cualquier cosa que tenga que ver con Dominic o seré yo la que te arranque no solo las manos...
Dominic escuchó perplejo la forma de hablar de Elsa. Nunca antes la había escuchado hablar de esa manera.
... Supe de tu patético intento de matrimonio, otra vez —continuó Elsa, está vez en un tono de burla—. ¿Acaso crees que podrás retener a un hombre como Dominic si siquiera pudiste retener a tú prometido y evitar que se metiera en la cama con tu amiga? Toda tu triste existencia es tan patética.
Dominic no daba crédito a lo que acababa de escuchar. ¿Axel no se iba a casar? Dominic apenas salió un poco del baño, pero, aun así, ninguna de las dos se percató de su presencia. Ambas estaban una frente a la otra.
— ¿Por qué te preocupa tanto que no me vaya a casar? —Axel sonrió ante el rostro pálido y serio de Elsa— ¿Acaso temes que vaya detrás de tu novio?
Elsa perdió el control e intentó abofetearla, pero está vez, ella fue más rápida, y con una de sus manos, bloqueó el golpe y con la otra golpeó el rostro de Elsa.
La mujer se quejó de dolor y parecía estar en shock, ya que no se esperaba que ella se defendiera de esa forma.
— Dominic jamás volverá a caer en tus tretas y engaños, te odia por lo que le hiciste, te odia porque lo dañaste mucho —Elsa se masajeó su nariz, ya que al parecer esa era el área en la que mayor impacto tuvo el golpe.
Axel la observó con una sonrisa en los labios y negó con la cabeza antes de hablar.
— Espera, espera, ¿qué has dicho? ¿Lo que yo le hice? —Axel la vio directo a los ojos y Elsa la desafió, pero por la postura que tenía, se notaba que estaba demasiado tensa—. Cariño, ¿dime cuántas veces en todo este tiempo te has repetido una y otra vez esas palabras en tu cabecita para llegar a creer siquiera que son ciertas?
— Las suficiente como para hacer que Dominic te deteste. Incluso me ha pedido matrimonio.
Dominic estaba cabreado, Elsa mentía con la misma facilidad a como respiraba, él jamás había dicho nada de eso, Elsa tenía bien claro que él no deseaba casarse y menos con ella.
— Vaya, enhorabuena —le felicitó Axel—. Los dos están hechos el uno para el otro.
— Aléjate de él, es la última vez que te lo advierto. No me importa si es por casualidad que se encuentran, te vas a arrepentir si no te quitas de mi camino.
— Y si no quiero hacerlo, ¿qué harás? ¿Con quién me tomarás fotos en esta ocasión?
Elsa se carcajeó y se cruzó de brazos.
— Debiste haberme hecho caso cuando te dije seis años atrás que no te metieras conmigo y así, de esa manera no hubiese llegado tan lejos con las fotografías, pero no quisiste hacer caso... Por cierto, cariño, se te ha caído esto —Elsa le extendió una caja rectangular blanca y Axel la tomó con rapidez y la guardó en la bolsa de su camisa azul de trabajo—. Enhorabuena a ti también. Al menos tu ex te ha dejado una carga extra para que no lo olvides.
Axel se mordió el labio inferior con fuerza, pero mantuvo la calma.
¿Acaso estaba embarazada?
— Bueno, han acontecido tantas cosas en estas semanas, déjame calcular fechas y te avisaré —Axel le guiñó un ojo y le dio la espalda, dejando a Elsa plantada en medio pasillo, maldiciendo.
Dominic ya no sabía ni en que pensar primero. Elsa se había delató a sí misma, Axel no estaba comprometida a como él creía y podría estar embarazada.
Sentía que la cabeza le explotaría en cualquier momento y salió del baño para enfrentar a Elsa de una vez por todas.
Apenas le vio, Elsa se puso más pálida de lo que ya estaba y sus ojos azules se abrieron de forma exagerada.
— Dominic...
— Camina y no hables —apenas le salía la voz y todo el cuerpo le temblaba.
Llegó al estacionamiento mientras Elsa, le seguía, suplicando que la escuchara, pero Dom, ya había escuchado lo suficiente como para saber que había creído a ciegas en una persona mentirosa y capaz de cualquier bajeza para obtener lo que quería.
El camino hasta su apartamento fue en silencio, mientras pensaba en que debería hacer primero. Su mente era un caos total.
Una vez en su apartamento, agradeció que estuviese vacío. Elsa corrió hasta abrazarlo.
— Déjame explicar, Dom...
— Elsa, cállate por un segundo —le pidió él, tiró las llaves del auto a la mesa que tenía cerca. La apartó de su lado y apoyó por un segundo la frente en la pared de concreto. Estaba con demasiado dolor de cabeza.
— No, mi amor, todo esto es un simple malentendido...
— ¿Qué es un malentendido, Elsa? ¿Qué drogaste a una persona, poniendo en riesgo su vida e invadiendo su privacidad? ¡Me engañaste y yo caí como un idiota! —gritó Dominic, dejando que sus emociones le ganaran.
Elsa intentó chantajearle con llanto, mientras solo decía cosas sin sentido para de esa forma justificar lo que hizo, pero no le funcionó. Nada de lo que dijera podía ser aceptado.
— Esa mujer, jamás fue y jamás será para ti, Dominic.
— Eso ya jamás lo sabré, porque gracias a tus engaños la lastimé tanto, que ni siquiera es capaz de verme a la cara sin sentir asco por mí.
— ¿Y qué, si hice lo que hice? —Elsa dejó de llorar y le encaró. Había algo en su mirada azul que le hacía temblar y sentir algo de miedo—. Se lo tiene merecido, es una chiquilla insoportable que se cree perfecta y mejor que yo. Con ella jamás tendrás el vínculo que alguna vez tú y yo tuvimos. Ella lo sabe, por eso se marchó, ¿lo olvidas? No luchó por ti a como yo lo he hecho.
— ¿Quién eres, Elsa?
Dominic no lograba reconocer a la mujer de la que se había enamorado perdidamente cuando fue un adolescente y con la que estuvo a punto de casarse. Esa mujer de mirada desquiciada era una desconocida para él.
— Estoy dispuesta a todo por ti, mi amor.
— Fuera de mi casa —le exigió, sin darle tiempo de decir nada, la tomó del brazo y la guio hasta la puerta—. No vuelvas a buscarme en lo que te reste de vida. Y tampoco te metas con Axel, porque no me importará nada.
— Dominic, por favor, mi amor —Elsa estaba golpeando la puerta con fuerza y una de sus vecinas se quejó.
— ¡Cállate, que son pasada de las once de la noche! ¡Llamaré a la policía, maldita loca!
Los gritos de Elsa se detuvieron finalmente luego de un rato y Dominic solo quiso desaparecer de la faz de la tierra.
Su apartamento era pequeño y en ese momento se estaba sintiendo claustrofóbico en ese lugar.
— Soy un maldito imbécil —se dijo a sí mismo. Tomó las llaves del auto y se dirigió hasta la casa de su cuñada. Necesitaba ayudar a su hermano y su mujer, y de esa manera se ayudaba a sí mismo para no hundirse en su propia miseria.
Le estaba empezando a doler el brazo en donde tenía los puntos, pero le restó importancia. Esperó recuperarse un poco para salir del auto y dirigirse hacia la bella casa en la que vivían felizmente su hermano y su cuñada.
¿Cómo podría Richard sentirse traicionado por su mujer cuando está le estaba dando una de las felicidades más grandes que podrían existir?
Un hijo. Por lo que había escuchado en la discusión entre
Axel y Elsa, poco más de una hora atrás, ella podría estar embarazada de su ex prometido.
¿Regresaría ella con él si estaba realmente embarazada?
La Axel que él conoció, lo habría hecho sin dudarlo dos veces, primero estaban los demás antes que ella misma, pero esta Axel de ahora no era la misma que la muchacha de seis años atrás. Esta Axel sabía arreglárselas por sí misma, era más decidida. Pero tampoco conocía como eran los sentimientos que tenía por su ex pareja. Debía amarlo como para querer casarse con él. Eso había dicho ella misma en ese supermercado semanas atrás.
Alguien tocó con fuerza el vidrio de la ventana del conductor y vaya susto de muerte que se llevó.
Observó a Claire, enfundada en una bata negra larga y con el cabello gris, recogido en una coleta.
Dom bajó el vidrio para saludarla.
— Muchacho, ¿qué estás haciendo aquí?
— Yo también me alegro de verte, Claire.
Dominic salió del auto y abrazó con fuerza a su segunda madre.
— Vi tu auto por la ventana. ¿Qué pasó? ¿Está todo bien con Richard? —ingresaron a la casa y todo estaba en silencio absoluto.
— Si, físicamente al menos —rectificó—. ¿Dónde está Christina? ¿Qué tal está ella?
Claire le ofreció una taza de café, una vez que ingreso a la casa y Dom la aceptó de muy buena gana, tal vez de esa manera se le quitara un poco el dolor de cabeza.
— Ella está igual que el primer día, no para de llorar... Hay que ver qué ustedes dos son igualitos, no hay quien les aguante cuando se ponen con esos arranques de ira, mira que hacer sufrir a esta niña de esta manera. Mañana irá a realizarse la primera ecografía, por si gustas acompañarla y le cuentes al bruto de tu hermano... Pero, dime algo ¿a qué se debe esa cara de pocos amigos que traes? —a esa mujer no se le escapaba ni una.
— Se debe a que soy un completo imbécil.
Claire iba a decir algo acerca de su comentario, pero Christina hizo acto de presencia.
— Hola, guapa —Dom se acercó su cuñada y la abrazó con fuerza al ver lo mal que se encontraba.
Chris se veía tan decaída, y por lo pálida que estaba, supuso que el embarazo estaba empezando hacer de las suyas con ella.
— No me siento bien... Me duele...
Dominic creyó que Chris estaba hablando acerca de Richard, pero cuando la rubia se desvaneció en sus brazos, supo que no era exactamente de su hermano de quien estaba hablando. Estuvo a punto de dejarla caer al suelo de no ser porque aun la mantenía abrazada con fuerza.
— ¡Hey, Christina! —Dom intentó despertar a su cuñada. La observó de pies a cabezas y vio sus pantalones de pijama rosa, manchado de sangre en su entrepierna.
— Por Dios, mi niña —Claire corrió hacia ellos y se arrodilló hasta quedar a la altura de ambos.
¿Por qué pasaba eso justo en ese momento? Él no tenía la más mínima idea de cómo actuar en esos casos.
¿Llamar a emergencias? No, de aquí a que llegara una ambulancia podría ser muy tarde.
Levantó con cuidado a su cuñada del suelo, pero sintió un dolor insoportable en el brazo donde tenía los puntos y apenas fue capaz de contenerse para no gritar de dolor.
Llevó a Chris hasta su auto mientras era seguido por Claire a toda prisa.
Debía llegar rápido al hospital ya que Christina podría estar sufriendode un aborto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro