Serpientes
-¿Qué esta sucediendo aquí?- preguntó la poderosa voz de la caballero de Ofiuco.
-Señorita Shaina- dijo una de las aspirantes a caballero.
-¡¿Qué es todo este escándalo?! ¡¿por qué no están entrenando?!- les grito la peliverde.
-Es que...-
-Pues vera-
-¡¿Qué?! ¡Hablen de una vez!- exploto contra el grupo.
-No es nuestra culpa, es por culpa de esa cosa- grito uno de las chicas mas jóvenes mientras señalaba al suelo.
Cuando la peliverde miro en dirección al lugar señalado, pudo ver la causa de todo ese alboroto.
-No pueden estar hablando en serio- comentó negando con la cabeza.
Una serpiente.
Una simple y sencilla serpiente.
Si bien no era precisamente pequeña, tampoco era una criatura enorme, y menos peligrosa. Ella tenía cierto conocimiento sobre biología por lo que rápidamente supo que no era venenosa o de un tamaño peligroso para ser una constrictora.
-Da mucho miedo- chillo una de las aspirantes.
-¿Creen que sea peligrosa?- preguntó otra en voz alta.
-¿Y si se cuela en nuestras chozas?-
-Ay no, no digas cosas como esas- chillo una.
-Que horror-
Si no fuera por la mascara que llevaba la santo de plata, todas se hubieran callado ante la expresión de furia que tenía la peliverde en se momento. Su ira aumentó conforme escuchaba cada nueva tontería y queja. Uno hasta podría ver como una vena le crecía en la frente de la frustración que estaba sintiendo.
-¡Ya cállense!- les grito cuando no pudo soportar mas.
Todas quedaron pasmadas antes ese grito.
-¿Señorita Shaina?- se atrevió a hablar una de las aspirantes.
-Me tienen harta con todo ese parloteo, todos esos gritos y todos esos llantos patéticos- le soltó mientras apretaba los puños por pura frustración- ¿y así esperan volverse caballeros? ¿en verdad creen que pueden proteger a la Tierra o a Athena si se asustan por algo tan pequeño como una serpiente?-
-Pero-
-Sin peros- les cortó las quejas de inmediato.
-Los caballeros de Athena pueden desgarrar el cielo con los puños y hacer temblar la tierra con los pies ¿acaso creen que alguien capaz de tales proezas se puede dejar derrumbar por algo como esto?- les dijo regañando a todas las presentes-¿acaso creen que el enemigo detendrán de atacarlas solo porque gritan y lloran como tontas?- les preguntó molesta.
Todas agacharon la cabeza con vergüenza. La superiora tenía razón, eran una vergüenza para los caballeros femeninos y ahora lo tenían claro.
-Lo lamentamos seño...-
-No necesito sus disculpas- las volvió a interrumpir, solo que esta vez de forma menos brusca. Seguía siendo exigente, si, pero al menos ya no sonaba molesta- vayan a entrenar- les ordenó mientras caminaba hacia donde estaba la serpiente.
-Señorita Shaina ¿qué hace?- pregunto otra de las chicas.
-¿Acaso se deshará de ella?-
Shaina hizo caso omiso a todos los murmullos. Su concentración estaba en la serpiente, que parecía erguirse lista para atacar. En un rápido movimiento, incluso antes de que la serpiente reaccionar, la sujeto por la cabeza y la levantó mientras su cuerpo se enroscaba en su brazo.
-¡Increíble!-
-Pero que rápida, no pude ver nada-
-La superiora es increíble-
Las adulaciones subieron tanto de volumen que sacaron a la peliverde de su zona de concentración. Cuando cayo en cuenta que estaba pasando, volvió a molestarse, aunque no tanto como hace un rato.
-Que no escucharon, les dije que se vayan a entrenar- les dijo tras girar la cabeza hacia el grupo
El grupo volvió a saltar del miedo.
-Agh- negó con la cabeza la santo de plata- como veo que tienen tiempo y energía para hacer tonterías, quiero que las usen dando mil vueltas antes del anochecer-
Como respuesta, Shaina solo escuchó quejas y lloriqueos.
-¡No le estoy preguntando, es una orden! ¡¿o acaso quieren verme realmente molesta?!- exclamó levantando su mano en la posición de su ataque característico.
Todas exhalaron sorprendidas.
-Les doy hasta 3, sino han desaparecido para entonces, les romperé cada uno de sus huesos ¿oyeron?- su cosmo se elevó, apenas un poco. Sin embargo, eso basto para que las aspirantes salieran corriendo despavoridas. Ni siquiera hubo necesidad de que la italiana contara para ahuyentar al grupito.
Shaina suspiro. Era increíblemente agotador el supervisar a los aspirantes. En cierto modo, entendía porque sus superiores le delegaban tales tareas. Solo ella, una mujer verdaderamente fuerte, podría soportar tantas tonterías sin quebrarse.
-Lamento lo ocurrido pequeña- le hablo a la serpiente con suavidad.
Aunque pareciera que Shaina tomo a la serpiente de forma violenta, en realidad le estaba sujetando de manera que no la lastimaba, solo la inmovilizaba por la cabeza.
Estaba segura que no era venenosa, pero nunca estaba de más tener esa precaución.
-Ven, te llevare a un lugar seguro para que puedas irte-
No le tomo mucho tiempo a la peliverde, ya tenía un lugar para poder liberar a la serpiente sin que nadie saliera lastimado.
Estaba lo suficientemente lejos de las casas, pero seguía formando parte del territorio de la serpiente. Ya de cerca, pudo reconocer la especie de la pequeña que estaba en sus manos. Se trataba de una serpiente ratonera nativa de esa zona de Grecia.
-Llegamos- anuncio al animalillo con cierta ternura infantil.
El lugar que eligió la italiana era un hermoso campo, la frontera entre las zonas agrícolas y la vida silvestre.
-Aquí podrás cazar ratones y otros animales sin preocupaciones. Los granjeros no te herirán, al contrario, agradecerán que te comas a las plagas- le contó al animalillo mientras buscaba un lugar tranquilo, con sombra, para poder soltarla.
-Solo te cuidado con las casas ¿de acuerdo? Eras bastante linda como para que te quieran matar solo por estar en el lugar y momento equivocado- con esas palabras la soltó.
La serpiente, para sorpresa de la peliverde, no se fue enseguida. Por el contrario, se quedo y la miro unos segundos. Tal vez como una forma de mostrar agradecimiento o respeto hacia la guerrera.
-Mmmm ¿será eso la prueba de que estoy bajo la protección de Ofiuco?- pensó con cierta curiosidad por lo acontecido- da igual- habló en voz alta dándose la vuelta con brusquedad.
No tenía tiempo para esas cosas, no luego del discurso que soltó hacia poco.
Aunque
Aunque tal vez podría tomarse unos segundos para disfrutar el camino de regreso, entre las flores que estaban floreciendo en esa época del año.
Si alguien sabía la importancia del entrenamiento mejor que nadie, era ella. Sin embargo, también entendía que no tenía nada de malo tomarse un pequeño descanso de vez en cuando. Al contrario, esos momentos eran los que le permitían recordar porqué peleaban, justo como le aconteció ese día con la pequeña serpiente.
La Tierra era un lugar hermoso, donde habitaban seres bellos, aunque no siempre son apreciados debidamente.
Ella lo sabía mejor que nadie. No era un secreto que su persona no era muy bien recibida por una parte del Santuario debido a su actitud o forma de ser. Incluso sabía que la comparaban con las serpientes, que como ellas, la peliverde era una criatura cruel, aterradora e implacable.
No le importaba, de hecho, lo aceptaba sin problema.
Ella así lo quiso y no iba a claudicar por las decisiones que tomo cuando encomendó su vida como una guerrera de la diosa Athena.
Incluso si jamás recibía elogios o coronas de olivo, estaba feliz de servir a Athena. Si ella era una serpiente, Athena era la granjera a la que servía acabando con las plagas que intentaban destruir el enorme trabajo que la diosa hacía por ellos, los humanos.
Si Athena no debía preocuparse por las alimañas, entonces podría enfocarse en hacer al mundo un lugar mejor, donde todos pudieran vivir tranquilos en su hermoso campo floral.
Ella, Shaina de Ofiuco, daría todo de si misma para ayudar y proteger a su diosa.
FIN
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Saludos lectores.
Esta vez les comparto otro one shot, esta vez un regalo de Navidad.
No pude publicar antes porque estuve fuera por las fiestas de año nuevo.
Nos vemos la próxima.
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