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Capítulo 7

El joven de no más de diecinueve años recolectaba leña para poder cocinar la comida que esperaban tener hoy, llevaba el rifle en una de sus manos y varias ramas y troncos partidos en un bolso sobre su hombro. Pero antes de llegar al campamento tenía que encontrarse con Hyojong, quien se encargaba de cazar algo. No fue difícil encontrar su lugar de reunión pues ambos eran los encargados de ir a explorar juntos; aunque Hyojong dejaba que Yoongi se fuera por sí solo por otros lares.

—Vaya, al fin llegas.

—Sabes que yo sí hago mi parte.

—Oye, encontré un venado —Hyojong señaló hacia el animal bajo sus pies—, yo también hago lo mío.

Yoongi rió. —Vámonos ya sino Namjoon nos matará.

Ambos jóvenes caminaron directo hacia la cabaña que encontraron hace ya cinco años cerca del bosque.

—Oh, genial, hoy comeremos carne. —dijo Jiwoo al ver lo que su hermano traía.

—Y podremos cocinarla —añadió Yoongi dejando la leña a un lado—. Deberías darme las gracias a mí, querida.

Jiwoo le dió un golpe en el brazo. Ella quería a Yoongi como a un hermano menor porque le recordaba a Minjae, aquel que perdió por culpa de los zombies.

—Entren ya, vayan preparando todo.

Yoongi y Jiwoo entraron a la casa mientras que Hyojong fue a la parte de atras para quitarle la piel al venado y así poder comerlo.

En la cocina, Hyunah se encontraba cortando unas verduras.

—Hola, primita. —habló Yoongi y, sin preguntar antes, tomó una zanahoria dándole un gran mordisco.

—Hey, no te lo comas sino habrá menos. —dijo ella quitándole la verdura.

—No te preocupes, Hyojong a cazado un venado así que tenemos comida para hoy. 

—¿En serio? Iré a ver qué tal le va —dejó el cuchillo a un lado—. Jiwoo, ¿puedes cuidar que Yoongi no coma nada más?

—Confía en mí.

Hyunah salió de la habitación y Yoongi aprovechó para volver a tomar la zanahoria que ya había mordido. Jiwoo no lo detuvo, al contrario, tomó una también.

—Ellos se traen algo, ¿sabes? —Yoongi soltó con una sonrisa divertida.

—No la culpo, tengo un hermano muy guapo.

—Y no lo culpo tampoco a él, mi prima es muy linda.

Ambos rieron.

—Pero será raro verlos como pareja. —la chica comentó.

—¿Por qué?

—Bueno, si algo malo llega a pasar de nuevo...

Jiwoo y Yoongi dejaron de hablar, pues ellos fueron los más afectados cuando tuvieron que dejar ir a sus amigos.

Jiwoo no lo admitía pero Minjae era su hermano preferido, por lo que su ausencia había hecho que se deprimiera por más de un año. 

Yoongi extrañaba mucho a Jimin, y no había día que no pensara en él.



•     •     •



La comida había terminado y todos hacían algo para no aburrirse. Namjoon había salido como siempre con Hyojong al pueblo más cercano para buscar algo que comer al día siguiente, Yeri le enseñaba a Jiwoo a usar el arco mientras Hyunah las observaba, y Yoongi hacía su rutina de siempre que consistía en salir sin que nadie supiera hacia un lago que tenían cerca; los hombres no acostumbraban a estar por la zona gracias a que se quedaban atorados en el agua.

—Las cosas buenas de Zombielandia... —dijo al sentarse a la orilla— Hyunah ha encontrado a alguien, mi puntería ha mejorado y tenemos una buena fortaleza —miró el peluche que tenía en sus manos, siempre lo traía consigo—. Las cosas malas… No hemos encontrado a más sobrevivientes… y ya no estás aquí, hace mucho que no estás aquí.

Yoongi se quedó viendo el pequeño peluche de pollito que tanto había cuidado durante estos cinco años. 

Desde que había perdido a su amigo, todas las noches antes de dormir recordaba lo bueno y malo de estar en Zombielandia, al igual que como lo hacía junto a Jimin. Cuando llegaron ahí y él encontró el lago, iba después de comer sin excepciones, pues nadie sabía que hacía esto cada tarde porque de saberlo no lo dejarían salir ni con Hyojong.

Al pasar las horas, se levantó y volvió a guardar el peluche en el bolso que usaba para recolectar leña, caminó con intenciones de ir a la cabaña pero, de pronto, escuchó un crujido, como el de las ramas al romperse, entonces, se detuvo y sacó su arma. Entre los árboles vió una silueta y, sin pensarlo dos veces, disparó. Solo cuando dejó de escuchar ruido cerca se relajó, pero poco después una flecha pasó justo a su lado, rozándole la mejilla, lo que le causó un pequeño corte.

—No dispares o esta vez no fallaré y caerá en tu cabeza. 

—¿Y quién te asegura que yo no dispararé antes que tú? —dijo Yoongi apuntando hacia donde vino la voz. Nunca había sido de la idea de lastimar a otros vivos, pero si eso dependía su supervivencia no dudaría en jalar el gatillo.

—No tendrías tiempo...—contestó el desconocido saliendo de su escondite— Jamás he fallado un tiro.

Yoongi vió muy bien a la persona que lo estaba retando; era un chico, parecía tener una edad similar al de él, tenía rasgos delicados y estaba delgado, además de traer un arco y flechas.

—Yo tampoco he fallado. —contestó sujetando con firmeza el arma.

El chico sonrió. —Fallaste cuando me disparaste la primera vez. 

—Solo tuviste suerte.

El chico seguía apuntándole sin tener intenciones de apartar su arco de su objetivo, pero de un momento a otro desvió su mirada y disparó a su lado izquierdo. Yoongi se movió rápidamente y vió al zombie que tenía detrás, con una flecha en la cabeza, cayendo a sus pies.

—Ahora eres tú el que tiene suerte. —el chico rió pero no pasó mucho cuando dejó de hacerlo.

Yoongi estaba en shock, estuvo a nada de morir y este chico el cual iba a matar le había salvado la vida. Cuando se volteó para darle las gracias, vió a aquel chico tomar el peluche de pollito que sobresalía del bolso al habérsele caído por el susto. 

—¿Do-dónde lo conseguiste? —el desconocido dejó caer su arco viendo el peluche.

—Fue hace mucho… Es algo muy importante para mí —contestó algo avergonzado, y susurró para sí mismo—: Regla número siete de Zombielandia. 

El chico parpadeó varias veces viéndolo con atención. —Nunca olvides a tu mejor amigo. —soltó con la voz quebrada.

Yoongi no sabía qué decir, esas reglas las había inventado con Jimin, nadie sabía de ellas, ¿por qué este chico sí? Fue entonces cuando la idea más loca se le ocurrió de repente.

—¿Park Jimin? 

—Min Yoongi. —el chico sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas.

No podía creer lo que estaba viendo, frente a él estaba su amigo, aquel que creyó muerto durante mucho tiempo, pero estaba ahí, en verdad estaba ahí. Sin dudarlo un momento más, Yoongi lo abrazó muy fuerte.

—¿C-cómo… Cómo es que estás...?

—Logramos salir del jeep... —Jimin secó sus lágrimas— Cuando el auto de ustedes arrancó, el ruido hizo que los zombies se distraeran, fue por unos segundos pero eso nos ayudó a escapar, y nos hemos estado escondiendo en diferentes casas desde entonces. Intentamos buscarlos pero jamás los volvimos a ver… hasta ahora. Yo creí… creí que no te volvería a ver, Yoongi, te creía muerto.

—Yo tampoco lo creía —le acarició el cabello aprovechando la cercanía—, pero estás aquí. ¡Dios, estamos de vuelta juntos! 












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