Capítulo 10
Yeri era la que conducía mientras Jungkook era su copiloto, y Yoongi estaba sentado en una de las camas que el camper traía viendo dormir a Jimin que estaba en la otra cama. No podía creer que aquel niño de doce años había crecido para ser ahora un bonito chico de diecisiete. Sin embargo, aún con los años, Yoongi seguía pensando que Jimin era aquel niño con grandes ilusiones, podía verlo en su cara; él las había perdido pero quizás tenerlos a todos de vuelta haga también que ellas vuelvan.
—Él te extrañó, y mucho —Jungkook se acercó—. El primer año no había noche en la que no soltara alguna lágrima por ti.
—Yo también lloré —Yoongi esbozó una pequeña sonrisa, avergonzado, y tomó el pequeño peluche de pollito que Jimin había dejado caer al quedarse dormido—. No hubo día que no los recordara, a todos, incluso a ti.
Jungkook le sonrió. —¿Cómo es que después de cinco años tuvimos la suerte de encontrarnos?
—Bueno, yo encontré a Jimin y él a mí, supongo que tenemos las mentes conectadas o algo parecido.
Jungkook soltó una carcajada. —Sí, realmente estoy pensando que es eso, porque ese día Jimin no paraba de insistir que quería salir; Minjae apoyó su idea diciendo que ya era lo suficientemente mayor para ir a la redonda.
—Desde lo ocurrido Namjoon no nos dejaba salir solos, pero yo me escapaba por las tardes para tener mi momento de privacidad en el lago, y ahí fue que encontré a Jimin.
—Así que seguiste nuestros pasos —Jungkook bufó—. Vaya, no puedo creer que yo me escapara con Taehyung cuando apenas tenía diez años solo en busca de aventuras con esos zombies allá afuera, quiero decir, era un bebé.
—Sigues siendo un bebé.
—Ya tengo quince, jódete.
—Cuando superes los dieciocho años como yo, hablamos.
—Sí, cómo sea. Descansa un poco para que luego sea tu turno, ¿está bien?
Yoongi asintió y se acostó en la cama, observó nuevamente a Jimin un rato más antes de cerrar los ojos e intentar dormir.
• • •
Jimin se talló los ojos al despertar, vió que ya era de noche por lo que se levantó de la cama en la que dormía y observó que en la siguiente estaba Jungkook completamente dormido. Trató de hacer el menor ruido y de poder caminar con el camper en movimiento, cosa que no fue tan difícil al haber poca distancia entre las dos pequeñas camas y el sillón junto a la mesa. Notó que Yeri y Yoongi estaban en la parte de adelante; la chica sentada de copiloto.
—Tú sí que eres tonto —Yeri habló con diversión—. Solo olvida lo que te dije, ¿está bien?
—No puedo —contestó Yoongi entre risas—, me lo has dicho y ahora no lo olvidaré. Por algo pensaste en mí, ¿no? Prometo no decir nada al respecto.
—Está bien —ella soltó un suspiro—. Soy una completa idiota.
—¿Recién te enteras?
—Hey... —le dió un golpe en el brazo haciéndolo reír— Estoy hablando en serio. Estamos en medio de un apocalipsis y en lo que estoy pensando es en los tontos sentimientos que me harán caer.
—No veo el problema.
—Claro que hay un problema. Solo piensa un poco, Yoongi. ¿Qué pasaría si dicha persona ya no está? ¿O si sabes que no sobrevivirá pero no tienes el valor para ser el que jale el gatillo? No creas que por nada los trataba tan mal antes.
Jimin dejó de escuchar la conversación y se acercó a ellos tratando de parecer que apenas había despertado, aunque su cabello ya ayudaba bastante.
—Eh, ya despertaste —dijo Yeri levantándose de su asiento—. Es tu turno. Trata de que Yoongi no nos mate, ¿muy bien?
Jimin rió y tomó su lugar.
—Ni se les ocurra despertarme antes de tiempo que los zombies dejarán de ser un problema para ustedes.
—A la orden, capitana Yeri. —Yoongi hizo un saludo militar.
La chica puso los ojos en blanco y se fue a dormir.
—No sabía que podías conducir. —Jimin comentó.
—Bueno, ya no soy un mocoso, y cuando dejé de serlo tuve que volverme útil para el grupo. Namjoon dijo que era necesario que supiéramos estas cosas.
—Taehyung me prometió que me enseñaría pero ya han pasado dos meses y parece que lo ha olvidado.
Yoongi lo miró por unos segundos más y se le ocurrió una excelente idea; el camper tenía modo automático así que lo activó y se levantó de su lugar.
—¡¿Pe-pero qué haces?! —Jimin se alarmó— ¡Nos vas a matar!
—Tranquilo —Yoongi rió—, está en automático. Anda, toma el volante.
—Pero no sé cómo hacerlo… —se levantó de su asiento y vaciló un poco antes de sentarse en el otro.
—Lo sé, lo acabas de decir, pero debes de aprender nuevas cosas siempre —Yoongi se agachó para quedar a la altura del chico—. Toma el volante con ambas manos —sujetó las manos contrarias y las colocó sobre lo mencionado—. Relájate, es más sencillo de lo que parece —alejó sus manos. Ahora, quitaré el modo automático, cuando lo haga tendrás todo el control.
Jimin respiró hondo mientras veía cómo Yoongi hacía lo dicho. Sus nervios eran más que evidentes, el volante se movía un poco y hacía que el camper no fuera derecho.
—Ahora trata de que vaya en el camino, no muevas mucho las manos.
Cuando Jimin lo logró, Yoongi le explicó para qué servía cada pedal; uno acelera y el otro frena, sonaba demasiado fácil.
—Y esto… —tomó la mano derecha del chico y la colocó en la palanca de direcciones— Con esto controlas hacia dónde se dirige, pero por el momento no debes de moverla, no queremos ir de reversa.
Jimin soltó una risita.
Yoongi y Jimin se voltearon a ver, ambos sonreían y no podían dejar de verse a los ojos. Pronto Jimin se sintió extraño al tener la mano de Yoongi sujetando la suya, era una sensación bastante extraña que no llegaba a descifrar y que extrañamente le gustaba. Yoongi también sentía aquello, pero alejar su mano de la contraria no era una opción que le agradara. Lamentablemente no quería que chocaran por su culpa, así que en contra de su voluntad lo soltó, rompiendo esa conexión en sus miradas y Jimin fijando su vista hacia la carretera.
Yoongi se sentó en el asiento al lado y se dedicó a ver el paisaje, y en algunos momentos a Jimin.
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