1.- Quiero ser el Seme.
Reglar No. 1: *Si tu Uke no te ama, no te preocupes!
Siempre puedes violarlo unas cuantas veces hasta que lo haga y dependiendo del uke se volverá un verdadero masoquista (todos lo son en algún grado, aman aquel dolor)
Matt leyó atentamente el párrafo, luego torció la boca con desagrado. Desde el principio las reglas lo estaban poniendo a prueba.
—Esto es un fiasco— arguyó dejándose caer en una banca del parque cercano al edificio en donde vivía Yagami. —No puedo violar a Tai —se dijo y en parte su tono sonaba triste y algo desilusionado.
Habían iniciado su relación apenas la semana pasada y tenían dieciséis años. Es decir, comenzaban a descubrir su sexualidad y si de por sí era difícil aceptar que el motivo de tu afecto pertenece al mismo género, lo es aún más atreverte a tocar partes de aquella persona pensando te arriesgas a verte muy urgido. Quizá lo hablarían, pero... por ahora se conformaba con los besos y los roces ocasionales de sus cuerpos, siempre con la ropa bien puesta.
Matt dio un suspiro cansado. No. No podía violar a Tai por más que esa tonta regla asegurara que terminaría gustándole, además eso conllevaría a la situación que estaba buscando evitar, no quería sentarse a discutir quien iría arriba.
—Estúpidas reglas — remilgó antes de decidirse a pasar a la segunda.
Regla No. 2: *El Seme siempre será más alto que el Uke. (se supone, pero no va en la estatura, va en su dominio de pareja)
Yamato lo pensó un segundo antes de darse cuenta de que en realidad jamás le había puesto atención a la estatura de Tai, pero tenía remedio simple y rápido, ir directamente a verificar el dato.
[...]
Apenas tocar el timbre de la casa de su novio, Matt comenzó a impacientarse. ¿Qué pasaría si Tai era más alto que él?
—¡Matty! —gritó feliz de la vida Taichi apenas abrir la puerta y corrió a abrazarse del cuello de rubio con efusividad.
Y entonces Matt pudo respirar tranquilo porque Tai era por escasos dos centímetros más bajito que él.
Vamos bien, vamos muy bien. Se dio ánimos mentalmente.
—¿Y bien...? —Tai lo miraba alegremente.
—¿Y bien qué? — Matt devolvió la pregunta sin saber a qué se refería.
—Pues, es que... hoy no teníamos planeado vernos.
Y Matt se pateó mentalmente, claramente le estaba preguntando: ¿Qué estás haciendo en la puerta de mi casa?
—Tendrás un vaso de agua. Me estoy muriendo de sed.
Tai asintió y fue a la concina dejando la puerta abierta para que Yamato lo siguiera.
Apenas verlo desparecer Matt extrajo la hoja que traía en el bolsillo de su chaqueta para leer a toda prisa la regla siguiente.
Regla No. 3 *E Seme es el típico tipo malo, cuando confirma que está enamorado y que es gay, se convierte en un angelito, gentil y dulce.
Yamato levantó una ceja y sólo para él admitirá que la bendita regla había dado en la diana porque él era el más claro ejemplo. Antes de estar con Taichi el título de lobo solitario le quedaba pequeño, actualmente podía considerarse un tierno cachorro.
Regla No. 4: *Frase favorita de Seme: tú me perteneces o eres mío.
Esa frase es la favorita de cualquiera y no exclusivamente de los Seme, es más, Matt se había pasado los últimos dos años pensando eso cada que alguien tenía la desfachatez de iniciar una conversación con SU chico y lograba sonsacarle alguna sonrisa.
Porque Taichi era suyo, eran perfectos juntos y nadie podía negarlo.
Regla No. 5:*Un Seme siempre tiene algún tipo de ultimátum si no pueden tener a su Uke. Por ejemplo: "¡Si no puedo tenerte, nadie lo hará!"
Yamato lo medito un poco. Haberlo amenazado al decirle: O eres mi novio o mañana no amaneces. ¿Contaría como ultimátum?
—¿Matt, que lees?
Ishida juraría que vio salir el alma de su cuerpo del susto. Arrugó la hoja y la escondió en su bolsillo al tiempo en que su tez blanca se pintaba de carmín. Un rojo tan intenso que bien podría decir que el jitomate le tendría envidia.
—Nada. Nada.
Tai le tendió un vaso con agua y Matt se lo tragó de un sólo movimiento.
—Nos vemos el lunes — se despidió a las carreras cerrando la puerta detrás de sí.
—Pero...— Tai se quedó ahí, con el vaso vacío en la mano y una mirada desilusionada.
Un segundo después la puerta volvió a abrirse y Matt con paso rápido tomó el rostro de Tai para plantarle un beso efusivo y demandante, y no lo soltó hasta que sintió el cuerpo del portador del valor aflojarse entre sus brazos.
—Te veo el lunes — volvió a despedirse y Tai sólo logró mover la cabeza en forma afirmativa mientras aún se encontraba disfrutando del nirvana.
[...]
Un par de cuadras lejos de la residencia Yagami, Matt tuvo que tachar la regla 6.
Regla No. 6: *Un Seme no se sonroja.
—Ok. Digamos que fue un desliz. —Se auto consoló y continúo leyendo.
Continuará...
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