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Capitulo 35

-¿Qué está pasando?

-Tranquila no es nada malo, solo que deberías prepararte...

-¿Prepararme? - La miré confusa.

-Hoy es tu boda por el civil con James.

-¿Qué? - abrí como plato los ojos.

-No te alarmes, todo está listo solo necesitamos que la novia se ponga manos a la obra, nos esperan en casa. - Clare terminó de explicar.

-Pero... el vestido, la comida... James...

-Él lo ha preparado todo para ti, sabe lo que significa este día para ti así que decidió que era buena idea sellar su amor en este día.

-¿Y la abuela? Yo no...

-Tranquila, ella lo sabe. - Mamá respondió. - y lo aceptó solo con la condición de que no salga en los medios para todos, la boda oficial será el 28 y así debe quedarse.

-¿Cuánto tiempo tengo?

-Solo cuatro horas si nos apuramos.

Como si aquello fuese el dictamen final de una decisión tan difícil todos comenzaron a tomar sus papeles de esta boda, cada mujer regresó a su habitación y me dejaron sola. Me bañé y me tomé el tiempo necesario para quedar reluciente, el hotel nos había brindado todo lo necesario y si queríamos algo más lo conseguían. Sali de la ducha con una sonrisa enorme sin creérmelo.

Mi ropa interior consistía en unas bragas de encaje finas de algodón con un sostén adherible del mismo color de piel, sospechaba que aquello fuese elegido especialmente para el vestido, pero me dejé llevar. El maquillista comenzó a hacer su magia, me recogieron el cabello en un moño bajo con algunos mechones sueltos, maquillaron con colores bajos y neutros, aquello no debía verse muy elegante pero tampoco tan natural, todo neutro.

Las mismas asistentes del artista encargado de maquillaje y peinado que no había visto antes me enseñaron lo que me pondría en pocas horas, aquello fue una sorpresa inimaginable. El cierre de la porta trajes se deslizó y me quedé sorprendida.

Me quedé sin palabras al notar aquel vestido tipo sirena, solo que un poco suelto con encaje en todas partes, no contenía angas y mantenía aberturas a los lados, enfrente y por detrás de la espalda. El típico blanco era el más deslumbrante que hubiese visto antes. Con delicadeza el vestido comenzó a subir por mi cuerpo y mis sentimientos comenzaron a salir a flote y eso que aun no me miraba al espejo. Un velo con encaje al final se extendía por el largo del vestido y el suelo.

Todas las mujeres entraron a la habitación y no se hicieron esperar para derramar lagrimas y decir palabras de halago. También me uní a ellas en el sentimiento de emoción.

-Debes llevar algo prestado. - Mamá me colocó unos aretes de diamantes con perlas en forma de gota de agua.

-Algo usado. - Clare sostuvo un brazalete de diamantes que mantenían un patrón circular y dentro de ellas diamantes zafiros azules. - Y algo azul. - delicadamente lo dejó en mi muñeca derecha.

-Algo viejo. - Leticia tenía en manos una pequeña tiara casi notable. - La reina ha decidió que uses su primera Tiara.

Lo miré con detenimiento y aquellos cristales incrustados en forma de triángulos me hicieron sentirme más que afortunada de donde me encontraba. El maquillista lo sujeto sin dañar el peinado y colocó el velo al frente.

Susana me ayudó con los tacones de correa con abertura en los dedos y la simbología del holograma de la casa real bordado con diamantes lentejuelas en la parte trasera del talón. Sebastián me entregó el ramo de flores naturales y por primera vez me miré al espejo y no podía creerme aquello.

-¿Podemos ya dejar de llorar y avanzar todas a la planta baja? Si no los hombres comenzarán a ponerse como locos. - La abuela nos volvió la cordura a todas.

-En marcha.

Todas las mujeres nos dirigimos a los elevadores. No lo había notado antes, pero cada una estaba llevando vestido de gala y no se estaba siguiendo el protocolo real, esto era una señal de que sí, estaba teniendo una fiesta americana a mi gusto. Agradecí en silencio por ello.

El auto se estacionó en la entrada principal de la casa y todas pidieron quedarme adentro, ya que primero se debían asegurar que todo seguía marchando según lo acordado. ¿Será que podría encontrarme aún más sorpresas? Me apreté los dedos y traté de respirar lo más tranquila posible.

El chofer bajo a abrirme la puerta. Y visualicé a mi padre acercándose con su esmoquin, una sonrisa le iluminaba el rostro. Me tomó de la mano y me ayudó a bajar.

-Gracias. - Dije al chofer.

-Siempre es un placer señorita.

Reconocí la voz y volteé a verlo ¡Raúl estaba ahí! No perdí tiempo y lo abracé.

-Perdona que no te haya reconocido antes. - Dije soltándolo y colocando el velo.

-Tranquila señorita, el día de la boda es el más complicado. Muchas felicidades.

-Gracias, ¿Vendrás con nosotros cierto?

-Claro que sí, en unos momentos me uno.

-Te veo adentro. - Le sonreí y tomé a mi padre del brazo.

Avanzamos unos metros mas por la entrada principal y aquello me dejaba sorprendida en cada paso. La entrada principal estaba adornada con un arco enorme de flores rosas pastel y blancas, también se notaba el mirto. Avanzamos por un pasillo directo a toda la parte trasera de la casa, donde se apreciaba un amplio césped cortado recientemente con un camino realizado con pétalos de rosas rojas y lirios rosas. No sé quién estaba detrás de todo esto, pero el resultado era sorprendente. Mis sentimientos comenzaron a nublarme la vista.

Doblamos a la derecha y no creía aquello. Nuestra pequeña familia estaba sentada en sillas acomodadas para presenciar la ceremonia, todos voltearon a verme y sus sonrisas con algunas lagrimas me reconfortaron, sonreí por todo lo que estaba pasando en el momento, sí hoy era mi boda y no podía estar rebosando de alegría.

Papá me miró a los ojos.

-¿Estás lista?

Me mordí el labio.

-Más que nunca.

Papá me besó la frente y una vez más colocó nuestros brazos entrelazados, comenzaos a caminar y los acordes de un sutil piano se hicieron presente para la entrada nupcial.

James se volteó y me pareció verlo en cámara lenta. Sonrió al verme y si la razón no me fallaba, notaba que estaba llorando. Su hermano al lado le propició un apretó en el hombro y sí efectivamente se limpió las pequeñas gotas del rostro.

Quería correr a abrazarlo y decirle lo mucho que lo amo, aquel recorrido me parecía eterno y las piernas me temblaban cada vez que nos acercábamos.

Por fin estaba a su lado y me tomó de la mano.

-Te entrego lo más preciado que tengo, espero que se convierta en tu prioridad de ahora en adelante. - Mi padre lo miró.

-Sin duda señor, siempre será mi prioridad y nunca le faltará nada, téngalo por seguro.

-Te creo.

Papá me besó la mejilla y nos dejó a solas con el juez.

-Hoy estas más deslumbrante que nunca. - Me besó la frente.

-Hoy es el mejor día de mi vida. Gracias.

-Te mereces esto y más.

Ambos volteamos a ver al Juez y la ceremonia dio comienzo. El juez se encargó de decir algunas palabras sobre el acontecimiento que estábamos viviendo y agregó palabras simbólicas a lo que significaba el matrimonio.

Continuó preguntando por protocolo si ambos estábamos ahí por voluntad propia a lo que nuestra respuesta fue <<Si>>. Como algo característico de las ceremonias civiles el Juez mencionaba palabras memorizadas del derecho que se le otorgaba para casarnos.

-¿Existe alguna oposición para este matrimonio? - Pronunció antes de continuar. Todos quedaron en silencio y nerviosamente miré a James.

El me sonrió para tranquilizarme.

>>Al parecer no, así que podemos continuar... Señor James Diamond Acker, ¿Acepta casarse con la señorita Eva Charlotte Valentina Mozzi Boticelli?

-Acepto. - respondió sin titubear.

-Señorita Eva Charlotte Valentina Mozzi Boticelli, ¿Acepta tomar como esposo al señor James Diamond Acker?

Lo miré con una enorme sonrisa.

-Acepto.

-Si esa es su voluntad, entonces podemos hacer presencia de los anillos, por favor.

Los pequeños Diamond corrieron hacia James y le dieron las dos pequeñas sortijas de oro con nuestros nombres por dentro, aquello era tan delgado que se percibía en una vista tan cercana.

-Charlotte... - James me tomó la mano. - Te tomo como mi esposa - Comenzó a deslizar el anillo. - Para amarte toda la vida, respetarte, estar contigo en los malos y buenos momentos, ser el hombre con quien envejezcas, el padre de nuestros hijos y si es necesario quiero vivir una y mil vidas contigo. Toma el anillo como muestra de mi amor, mi respeto y mi corazón siendo entregado a ti. De ahora en adelante, este será nuestro símbolo de amor mutuo. Te amo cariño desde el primer día hasta mi ultimo aliento. - Me beso la mano y me entregó el anillo contrario.

-James - Comencé a deslizar el anillo en su dedo anular izquierdo. - Te entrego este anillo como muestra de mi amor, mi respeto, mi vida y todo lo que conlleva ser tu esposa de ahora en adelante. Te tomo como mi esposo porque eres el hombre que alguna vez pedí a las divinidades, porque eres a quien escogería mal de mil veces y porque desde aquel momento que me invitaste a ir por un helado supe que estaba perdidamente enamorada. Esta unión es la manera de asegurarte que me quedaré a tu lado para siempre y no importa que suceda en el futuro. Te amo y te amaré por un millón de años más.

Le sonreí como si nunca existiera el mañana y el juez continuó. Llamo a los testigos para firmar, Alice y Damián eran los encargados de ello, junto con Susana y Sebastián, no podía mostrarme más feliz, las personas que habían tenido una gran participación en nuestra vida eran quienes firmaban ahora para estar seguros de que nunca más nos separaríamos.

-Por el poder que me confiere el estado de Bordeux, Francia. Damas y Caballeros, declaro al señor Diamond y la señorita Mozzi recién casados, puede besar a su esposa.

Los gritos de nuestra familia no se hicieron esperar, todos nos acompañaban en este gran momento de felicidad. James me tomó de la cintura y me abrazó con delicadeza.

-Bien señora Diamond, creo que ahora seres un para siempre.

-No lo dudes. - Sonreí.

Unió nuestros labios en un tierno beso y para hacerlo más dramático, me tiró hacia atrás como una típica película hollywoodense. Nos recompusimos y ambos levantamos nuestras manos entrelazadas sonriendo ante todos. ¡Lo habíamos logrado!

Quien parecía ser la encargada de todo aquel bello momento se acercó a nosotros y nos indicó que nos quedásemos un momento más ahí de pie, pues a continuación las fotos de la boda se iban a llevar a cabo, solo que necesitaban arreglar la parte trasera de nosotros.

Ambos aceptamos y como si fuesen más que profesionales, la mesa del juez y el adorno floral cambio. Ahora encima de nosotros había un marco de flores hermosas con una pequeña tarima a la cual debíamos subirnos con los presentes para la foto.

Todo me pareció ir rápido, mis padres, mi hermano con su esposa, los papas de James, su hermano con su familia, mis amigos, las amas de llaves, el chofer, mis tíos, mis primos. Cada uno tuvo su foto del recuerdo, la fiesta fue para todos nuestros allegados y sin duda no podía pedir más, estábamos en nuestra propia privacidad y aquello era más que suficiente.

-¿Por cuánto tiempo te lo has guardado? - Le pregunté cuando al fin quedamos solos.

-Hace un mes.

-¿Un mes? ¿Tú solo?

-Ambas familias han ayudado.

-¿Por qué no pensaste en decírmelo?

-Porque sé que te estresarías en organizar dos bodas y no una, además quisiste esta fecha desde el primer día, así que lo quise hacer más especial al darte esto como sorpresa.

-No sabes cuanto lo agradezco. Es mucho más de lo que pudiese imaginar.

-Te lo dije antes y te lo diré ahora, siempre estaré a tu disposición y te daré todo lo que necesites.

-¿Hay algo más que debería saber?

-Por el momento solo diré que debemos disfrutar cada minuto, esposa.

Sonreí por la ultima palabra.

-Me guardaré este momento como el más valioso de toda mi vida, esposo. - Reí. - ¿No crees que es muy raro usar la palabra días antes de la boda religiosa?

-Bueno, oficialmente estamos casados, así que no es raro.

-Te amo.

-Y yo mucho más.

Nos besamos y a lo lejos escuchamos una cámara capturar el momento, el fotógrafo contratado para esto estaba haciendo un estupendo trabajo, ya que todo se podía notar con naturalidad. Después de la pequeña sesión de fotos, hicimos nuestro camino a la carpa donde se llevaría a cabo todo.

Mientras avanzábamos la familia se encargaba de aventarnos el típico arroz con algunos pétalos de rosas que simbolizaban la prosperidad y fertilidad. Por recomendaciones de nuestra planeadora de bodas, nos quedamos unos minutos más afuera de la carpa, esperando que todos los asistentes encontraran sus mesas y nosotros pudiésemos limpiarnos un poco el arroz del cuerpo.

-Has gastado más de lo que la corona ha acumulado por la boda religiosa y la fiesta nocturna.

-Si esto te hace feliz por el resto de tu vida, no me importa el dinero que haya gastado, ya te lo he dicho, tú no deberías preocuparte por esto.

-¿Qué he hecho en esta vida para merecerte?

-Tener la bondad que a muchos nos falta, eres la mujer más noble y amorosa que conozco, así que creo que eso es más que suficiente.

-Señores, ¿Están listos?

James me besó la frente y ambos nos tomamos de la mano, abrieron las puertas de la carpa y aquello era un paraíso, del techo colgaban luces, como si fuesen la lluvia cayendo sobre nosotros, loa arreglos florares estaban esparcidos por todas partes, la pista de baile y los músicos ocupaban un espacio considerable, mientras que dos mesas ubicadas a los lados de forma vertical estaban abarrotadas por nuestros miembros cercanos. Todos se pusieron de pie y aplaudieron sin dejar de sonreír y llenarnos de halagos. Diamond levantó nuestras manos entrelazadas y sonreí por su gesto.

Saludamos a cada miembro y de mi parte agradecí a todos por su granito de arena en esto, todos amablemente respondían que aquello era nada a lo que yo podría tener después y por si fuera poco y muy común advertían a James de no arruinar lo que teníamos. Los motivos de desconfianza podrían tenerlos cada uno, pero yo sabía que de ahora en adelante ya no habría mas discusiones entre nosotros y tampoco distanciamientos.

Nos sentamos en nuestra mesa de honor entre las dos mesas verticales y en el fondo de mi corazón agradecí a las divinidades por tener esto único y personal. Comenzaron a servirnos la cena, la entrada consistía en una crema de elote con espárragos, seguido de unos tentempiés de camarón, el plato principal carne de ternera con verduras asadas y puré de papa, así como un salmón ahumado con salsa de tomates, tomillo y ensalada. La música en todo momento nos acompañó con acordes delicados, pues la orquesta estaba compuesta de todo tipo de instrumentos de cuerdas y viento, aquello parecía ser una sinfónica.

Antes del postre, mi padre pidió hacer un brindis, todos con las copas de champaña a la mitad nos reunimos en la pista de baile. Carraspeo y se arregló la corbata.

-Bien, antes que todo, quiero agradecer a este número pequeño de personas por ser gran parte de esta unión, nos hemos conocido en tiempos diferentes y circunstancias del mismo modo, pero sin lugar a duda, agradezco que se estén adaptando a este tipo de vida, sé que no es fácil y no puedo dejar de agradecerles todo.

>>Ahora que conocen lo primordial, me gustaría poder dirigirles estas palabras a los recién casados. Señor y señora Acker. - James levantó su copa en señal de atención - tengo millones de frases de felicitación formándose en mi cabeza, había escrito un monologo, pero creo que a estas alturas no es el adecuado, así que hablaré con el corazón. - me mordí el labio antes de derramar alguna lagrima.

>>Hoy ha sido un día no solo especial para ustedes dos, sino para todos, la ceremonia se ha realizado lo más privada posible y también este festejo. Entregarte a mi hija, James, no ha sido solo el acto de amor más grande de un padre con su hija, sino que te he dado mi mundo entero. Sé que la amas con profundidad, así como yo amo a su madre y como también tus padres se aman. Y es por ello que puedo decir que me siento tan tranquilo de saber que harás lo imposible para protegerla, amarla y respetarla todos los días de tu vida.

>>Hija mía, no encuentro las palabras exactas para describir la emoción de verte feliz y completa como mujer, ahora ya no solo eres mi niña, sino te has convertido en toda una mujer y le perteneces a alguien más, así como él te ama tú también dejarías todo atrás con tal de estar juntos y sé que ese carácter lo has obtenido de mí, he hecho algo bueno y estoy completamente orgulloso de ello.

>>Es por ello que hoy no solo brindo por su unión, sino por la felicidad que los acompañará para siempre. Y para que esta unión siga perdurando después de años, hasta cruzar las fronteras del otro mundo. No me queda más que agregar, así que señores, los invito a levantar sus copas y a decir ¡Salud!

-¡Salud! - repetimos y chocamos copas.

Bebí un sobro y me acerqué a mi padre a abrazarlo. Aquel hombre me había dado tanto amor y le profesaba un amor tan grande a mi padre que después de tantos años de pedir al universo a un hombre con sus similitudes puedo decir que se me ha cumplido.

-Te quiero tanto papá.

-Y yo a ti mi niña.

-Señor Rey...

-Por favor, James, somos familia, puedes decirme Louis.

-Louis, gracias por tus palabras y te aseguro que nuestro amor perdurará hasta el infierno. - Se apretaron las manos.

-Que así sea.

Todos volvimos a nuestros asientos y la señora Clare ahora mismo se estaba adueñando del micrófono.

-Me gustaría por favor invitar a los novios que nos deleiten con su primer baile como pareja. Animémoslos con fuertes aplausos.

Miré a James nerviosa y él me tendió la mano para levantarme. Tomé su mano y juntos caminamos al centro de la pista.

-No recuerdo escoger la canción especial que nos identifica. - Dije al acercarnos para bailar.

-He pensado que esta te podría gustar.

-Señor egocéntrico, creo que esta comenzado a dejar de pensar en usted, ¿Se ha enfermado por casualidad? - Lo toqué la frente de broma.

Emitió una risa ronca.

-Ahora llámame, señor enamorado.

Me tomó de la cintura, coloqué un brazo por encima de su hombro y me sostuvo la otra mano con delicadeza. La música comenzó con acordes bajos, nos movíamos lentamente. El cantante comenzó a hacer acto de presencia.

James sonrió. Me uní a él. Lentamente comenzamos a dar vueltas por toda la pista la baile y nuestros invitaron se pusieron de pie y aplaudieron. Mientras danzábamos puse atención a la letra, sí la reconocí, una vez la escuchamos en su auto cuando avanzábamos por el tráfico habitual de Canadá para reunirnos en aquel entonces su nuevo apartamento.

<<-¿Es está su música habitual para un día de tráfico?

-Casualmente no escucho música cuando voy en el tráfico.

-¿Esto de que va?

-Se ha reproducido automáticamente tal vez.

-¿No cree que es una canción romántica para el momento? Pensé que usted únicamente escuchaba Jazz, clásicos de los noventa o algún tipo de ópera, no creí que fuese romántico.

-Me subestimas.

-No lo creo, ¿No le molesta?

-Se ha quedado programado el playlist de un amigo, se escucha bien, ¿Te molesta a ti?

-No, me gusta, esta podría ser mi canción favorita si encuentro a alguien que la valore.

-¿Crees poder encontrarlo? Esos son cuentos de hadas.

-Soy una romántica empedernida, así que sí, creo que algún día llegará el indicado.

-No deberías confiar.

-Me va bien, son cosas que destacan de mi personalidad.

-Así que.... <<Todo de mí, te ama a ti>>

-¿Qué?

-La canción, ¿Así va no?

-Si, pero... olvídalo. - Voltee a la ventana. >>

-¿Aquella vez me estabas diciendo algo verdad? - La vista comenzó a nublarse.

-Comenzaba a amarte.

-¿Cómo no lo note antes? - Mi voz comenzó a romperse.

-Ambos teníamos que curarnos de nuestro comienzo. - Paso su pulgar por una lagrima que recorría mi mejilla.

-Te amo.

-Y yo más a ti

Nos envolvimos en un beso cálido y corto.

-¿Cuántas sorpresas más me tienes?

-No me alcanzan losdedos para contarlas. Te prometí que, si tuviésemos nuestra segunda oportunidad,haría lo imposible para verte feliz.

-Esto es más de lo que pensé que significaban las palabras.

-Nunca serán suficiente.

Enredé mis brazos en su cuello y reposé la cabeza en su cuello. Nos seguimos moviendo abrazados y aquello me pareció mas perfecto de lo que pudiese imaginar. Teníamos una canción para alabar nuestro amor y si parecía como si aquellas letras habían sido escritas pensadas en nuestra historia, en lo que Charlotte y el profesor Diamond habían recorrido desde aquel comienzo.

La canción terminó y nos separamos lentamente. Todos estallaron en bullicios de alegría y aplausos. Regresamos a nuestros asientos y la música comenzó a cambiar a un ritmo más movido, invitando a todos a formar parte de la pista de baile, el momento de disfrutar todos en familia había llegado.

Sin perder tiempo los asistentes se pusieron de pie y se hicieron cargo del baile, todos sonreían y parecían ser felices. Mi corazón agradecía la velada.

-Puedo ver en tus ojos que estas ideándote muchos pensamientos en esa cabecita. - James me tomó de sorpresa.

-Estoy agradeciendo por todo esto.

-No hay nada que agradecer, esto es solo un poquito de lo que puede pasar el día de nuestra boda oficial.

-No me digas que las sorpresas me seguirán hasta ese día.

-No te diré nada.

-¡James! - Sacó su celular de su chaqueta. - Debo contestar.

-Adelante.

Me besó la frente y se retiró de la multitud.

-No puedo creer que estás casada, ¿Estás lista para tu noche de bodas?

-Tampoco creo que esto esté sucediendo. Todo ha sido una sorpresa.

-Tu hombre buenas cogidas lo ha hecho todo bien, pensé que esta misión encubierta no sería tan espectacular.

-¿Tú ya sabías de esto?

-Todos lo sabíamos - Se encogió de hombros.

-¿Y no se te ocurrió decírmelo antes?

-Te lo dije.

-¿Cuándo?

-Te dije que haría que asistiera a su despedida de soltero y eso debió ser una pista.

-No tenía ni una remota idea de que te referías a una boda sorpresa, debes ser más claro con tus pistas, eres tan bueno guardando secretos.

-Y tu tan mala perdedora. ¿Cuándo tendré mi viaje al caribe? - Sonrió con malicia.

-¡Mierda Nicolas! Te has salido con la tuya.

-Siempre. - Volvió a sonreír.

-Con razón estabas tan seguro de ganar, ya lo tenías todo listo.

-Ya deberías conocerme a la perfección. Me subestimas.

-Comienzo a pensar que no conozco a todos.

-Tus amigos de Canadá me agradan, creo que mañana saldremos de copas.

-No vayas a agregar a Susana en tu lista.

-¿Lista? ¿Qué lista?

-A las que te coges solo una noche.

-¿Por quién me tomas? Además, no es mi tipo, es una versión más... extrovertida.

-Es tu versión solo que en femenina.

-Y por lo mismo no podemos coger.

-Si lo llegan a hacer por favor no la uses como a las demás.

-¿Me estas diciendo un mujeriego sin valores?

-Técnicamente sí.

-¡Vaya! Creo que te has vuelto irrespetuosa estos días.

-Y tu un santo. ¿Regresaran todos a Italia mañana?

-No, hemos pensado en quedarnos estos dos días que quedan. Además, el avión de tu hombre buenas cogidas esta disponible para cualquier vuelo y a cualquier hora.

-¿Puedo pedirte que por lo menos le digas <<tu esposo>>?

-No.

-¿Lo intentaras al menos?

-No.

-Y la obstinada soy yo.

-Te dejaré, me comienza a llamar la abuela para bailar en la pista, ¿Puedes creer que nos llevamos tan bien?

-Ella también es tu versión femenina solo que con unos años más.

-¿No es eso fantástico?

-A veces siento que estar con los dos juntos en una sola habitación es... una bomba de tiempo.

-Una bomba que te pierdes porque nosotros si disfrutamos la fiesta.

Se levantó y fue en busca de la abuela de James, le tomó la mano y ambos bailaban en la pista de baile, verlos juntos era para reírse. Ambos parecían tener la misma edad y se congeniaban bien.

James regresó y me besó la mejilla por detrás.

-¿Ha ido todo bien?

-Si, solo fue una pequeña interrupción. ¿Esta lista para irnos señora Acker?

Sonreí por lo último.

-Esta es la primera festa de la que no me quiero retirar, ¿Podemos quedarnos un poco más?

-Está bien, solo que no tardaremos mucho. Tenemos un viaje mañana por la mañana, deseo que descanses.

-¿Nos iremos de luna de miel?

-Exactamente no, pero deseo aprovechar los dos días que nos quedan antes de que todo el mundo te conozca como mi mujer.

-Nuestras vidas cambiaran para siempre.

-Estoy de acuerdo con ello, pero a donde quiera que el destino elija nuestro camino iremos juntos.

-Siempre juntos de ahora en adelante Señor Acker.

-¡Felicitaciones Catarina! - Mi hermano se acercó a ambos con Isabella.

Nos abrazamos felices.

-¿También has sido parte de esto, verdad?

-No podía arruinar la sorpresa. - Se encogió de hombros.

Abracé a Isabela.

-Gracias por estar aquí. - Mencioné a ambos.

James y David se engancharon en una conversación individual.

-Nosotros no nos perderíamos esto, estamos felices de formar parte. - Isabella respondió. - Te ves tan hermosa.

-Muchas gracias, tu no te quedas atrás, estas guapísima. - Admiré su vestido de seda.

-Te deseo la mayor de todas las felicidades en esta nueva etapa, si puedo darte un consejo, diré que no será fácil por nuestras posiciones, pero debes tener mucha paciencia y demasiado amor.

-Lo tomaré muy en cuenta, tus consejos me servirán. Si David algún día no te trata como la mujer brillante que eres, debes avisarme para que le de unos buenos jalones de orejas. - Ambas reímos.

-Bueno, no creo que haga falta. Aún seguimos disfrutando nuestro primer aniversario y espero seguir así, estoy muy contenta.

-Se te nota, tienes un brillo en los ojos al verlo, espero ser tan feliz como ustedes.

-Lo serás, no me cabe la menor duda, serás la mujer más feliz al lado de James, nunca permitas que nadie te haga dudar de ello.

-Con tremendas sorpresas que James me da, nunca dudare de su amor, eso es seguro.

-Bien, Catarina creo que está de sobra decirte que si algún día James se le ocurre hacerte llorar me avises para enviarle a todo el ejercito de Noruega a darle una lección. - David me tomó de la mano.

Reí.

-Puedes formarte, hay una fila esperando que cometa tal delito. - retractó James. - Me has querido intimidar más de una vez.

-Son solo recordatorios. - David lo miró amenazadoramente. - Te entrego a mi única hermana, al tesoro de la familia, es por ello que todos debemos mantenerte avisado.

-No tengas problemas en dejarme más avisos, he tenido suficiente.

-Más vale prevenir. - Le golpeo el hombro.

Se despidieron ambos con un abrazo y nuevamente felicitaciones, David e Isabella regresaron a la pista de baile.

-Creo que tu familia tiene problemas de confianza. - Me abrazó por la cintura.

-Tienen motivos no los culpo. Llore mucho.

-Bueno de ahora en adelante no habrá lagrimas a menos que sean de felicidad. - me besó la frente. - Pretendo llenarte de amor, tengo tanto amor por los dos.

-No pude desear un mejor esposo. - Lo besé lentamente.

De pronto un pastel de bodas de tres pisos hizo presencia y nos tuvimos que separar para hacer el tradicional corte. Partimos una rebanada y ante la cámara fotográfica posamos con sonrisas gigantes en el rosto. Le deje un pequeño rastro de betún en el rostro y James hizo lo mismo. Al saborear la rebanada aquella había sido fabricada con sabores de los frutos rojos y un poco de cítricos. El pan era completamente una nube, al tenerlo dentro de la boca se sentía esponjoso y deliciosos. Gemí por el sabor.

-¿Puedes adivinar de donde es el pastel?

Negue con la cabeza.

-Antony lo envía.

-¿El del restaurante segunda oportunidad?

-Así es, nos ha querido dar un regalo de bodas.

-¿Le has dicho sobre esto? - me alarmé.

-Si, pero tranquila él sabe guardar secretos.

-Debo enviar mis agradecimientos personalmente.

-Cuando regresemos a casa puedes dárselas.

-A casa, eso se escucha bien.

Los invitados tomaron un pequeño descanso y el pastel comenzó a ser repartido, todos disfrutaban el sabor al igual que yo. Minutos después el ultimo platillo fue dispuesto a todos, helado de fresa con sirope de chocolate uno de mis favoritos.

-Creo que ya es hora de irnos.

-¿Ahora mismo?

-Te he dicho que te tengo una sorpresa.

-Pero no hemos disfrutado de la velada.

-Estoy disfrutando de tu compañía eso me basta.

-¿Nos podemos quedar hasta que termine? - Hice un puchero.

-Le concedí unos minutos más, es tiempo de irnos.

-Vale, lo he comprendido, ¿por lo menos puedo terminar el postre?

-Podemos pedir servicio a domicilio.

-¿No nos quedaremos en casa de tus padres?

-Te he dicho que tengo sorpresas para ti. Vamos, debemos irnos.

Me tomó de la mano y me levantó rápido, con la mano contraria tomé una cucharada más que considerable de mi helado y rápidamente lo introduje en mi boca. Como pude dejé la cuchara ya vacía en el recipiente y seguí sus pasos. Nos despedimos de todos de manera rápida sin soltarnos las manos y avanzamos a toda velocidad a la entrada principal.

-Deberías cerrar los ojos. - Me dio un pañuelo.

-¿Por qué? ¿Me trataras de secuestrar ahora? - Reí.

-Ya no hace falta cariño, te tengo a mi merced.

Sonreí, porque aquello era verdad. Me tapé los ojos y confié en él una vez más. Sentí que caminamos por unos minutos más, hasta que pidió que nos detuviésemos.

-Te puedes retirar lentamente el pañuelo de los ojos. - Hice caso y al abrir los ojos no pude creer lo que veía. - Este es mi regalo de bodas.

Abrí la boca sorprendida por aquello, ante mis ojos se encontraba un auto de última gama, un Genesis G80 color blanco en las placas tenia las palabras Mrs. Acker. Aquello era más de lo que tenia pensado.

-Estoy comenzando a sentirme mal por no tenerte un regalo.

-No es necesario.

-No, esto no era necesario.

-Yo creo que sí, ¿Te ha gustado o prefieres otro? Podemos cambiarlo no has dicho nada sobre el auto.

-¿Estas loco? ¡Claro que me ha encantado! Sin lugar a duda tienes un As bajo la manga siempre. ¿Cómo has logrado esto?

-Eso es lo de menos. Me gusta que te haya encantado. Es completamente tuyo. - Me entregó las llaves con detalles en cuero.

-¿Puedo manejarlo ya?

-Tendremos que esperar hasta mañana por el momento nos iremos en el Audi.

Me tomó de la mano y me guio al auto de al lado con el chofer esperándonos.

-¿A dónde vamos? - Me subí sin escuchar respuesta.

-Espera y lo sabrás.

Minutos después de andar sobre las calles solitarias de Bordeux, llegamos a una residencia de apartamentos, el auto estacionó en la planta baja de manera silenciosa, James y yo bajamos para dirigirnos a un elevador solitario, este se detuvo en el ultimo piso.

-Soy tan desconsiderado que no he cumplido con la tradición.

Me levantó en brazos y al abrirse las puertas nos adentramos al espacioso apartamento, aquello era una casa en un edificio.

-No has comprado esto ¿Verdad?

-No, lo he rentado por esta noche, puedes estar tranquila, no me interesan los departamentos de esta ciudad.

-Como tu esposa, no dejaré que compres cualquier residencia donde nos quedemos.

-Me gusta la idea de que te consideres ya la mujer de la casa y de mis finanzas.

-¿Puedes bajarme ya? Sé caminar.

-No, debemos pasar una puerta, así como estamos, es parte de la tradición, te mostraré la habitación principal.

Avanzo por unas escaleras en el mismo departamento giró a la primera puerta, la abrió y aquello me dejó asombrada, era muy grande para verse como un espacio pequeño, únicamente se encontraban la amplia cama, un espejo de cuerpo completo, la televisión, las mesitas de noche y la decoración. Al parecer alguien había dicho que era nuestra boda, porque nos dejaron una botella de champaña y muchos pétalos de rosas por toda la habitación que estaba alumbrada con muy poca luz, el ambiente era romántico.

-Creo que debí omitir que era nuestra noche de bodas. - Me bajó.

-¿No tendremos nuestra noche de bodas?

-Prefiero esperar hasta el día oficial. - Comenzó a quitarse la pajarita y el saco.

-¿Has pensado por lo menos en mi decisión?

-No. - Se desabotonó los botones de la camisa.

-¿Entonces que haremos?

-Dormiremos, te he dicho que mañana tenemos un día largo.

Comencé a quitarme el velo del cabello. Me acerqué a él.

-¿Me ayudas con el vestido por lo menos? No he traído ropa, ¿Pensaste en ello?

-Hay un cambio en el closet.

James bajó la cremallera de mi vestido y fui al armario a cambiarme. Aquello era una arquitectura moderna, el armario estaba junto al baño sin puertas que lo dividieran y se encontraba en la parte trasera de la cabecera de la cama, dividida por una sola pared. En los percheros únicamente se encontraban colgados un jumper blanco y pantalón con camisa de James, en los cajones, estaban pulcramente doblados la ropa interior y un diminuto pijama de algodón.

Me quité delicadamente el vestido y lo colgué en el perchero con el velo, alguien se encargaría de recogerlo tal vez. Me miré en el espejo, solo tenía puesta unas bragas de encaje, los tacones y un par de cubre pezones por el vestido. Hoy era mi noche de bodas y no podía dejar pasar la oportunidad, no, debía hacer algo. Salí decidida.

-James creo que no podemos dejar escapar una tradición.

Él se volteó a verme y aun se encontraba con los pantalones puestos, el torso y los pies estaban al descubierto.

-No he olvidado ninguna tradición.

Me senté en la esquina de la cama al frente de él. Y estiré una pierna.

-Creo que esta sí. - Le mostré la liga que adornaba mi muslo. - Según las tradiciones americanas, el novio debería quitar la liga para mantener la lujuria presente en nuestro matrimonio.

-Espero que esta no sea tu táctica para hacer que tengamos sexo.

-¿Yo? Solo estoy recordándote una tradición.

Se hincó enfrente de mi pierna y la tomó en su mano para poder manipular mi muslo. Rozó su nariz con la parte interna y me mordí el labio.

Poco en poco clavo sus dientes en el elástico y despacio mirándome a través de sus pestañas comenzó a recorrer la liga hacia abajo. El roce de sus dientes con sus labios, hacían que la piel se me enchinara y la pasión comenzara a consumirme.

Una vez que obtuvo la liga en sus manos llenó de besos ambos muslos y me miró. Cuando pensé que consumaríamos nuestros deseos, solo me dio un beso corto y delicado.

-Te he dicho que no lo haría. - Se levantó y su erección se notaba.

-Pero lo deseas tanto como yo.

-Tengo fuerza de voluntad.

-Si no lo hacemos creo que tomaré medidas drásticas.

-No irás a masturbarte.

-¿Quieres ver como sí?

Se lanzó sobre mi cuerpo y ambos caímos en la espaciosa cama. Subió una pierna sobre su cadera y me besó con fuerza. Me aferro las manos por encima de la cabeza.

-Solo esta vez ayúdame a mantener el control.

-¡Pero James!

-Te lo recompensaré lo aseguro.

Se levantó despacio y caminé al armario a ponerme el pijama. A regañadientes dejé pasar mis ideas de una noche salvaje. Me metí a la cama y el me abrazó.

-Te amo hoy mas que nunca.

-Esto te costara caro.

-Estoy dispuesto a pagarte con cada minuto después.

Cerré los ojos y no supe más del mundo a nuestro alrededor.

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