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Capitulo 29

Estábamos a una puerta de nuestra privacidad y del espectáculo que se había programado para nuestro compromiso oficial.

-¿Por qué hoy estas tan guapo?

-Comenzaba a preocuparme que no hubieras dicho palabra alguna en nuestro corto trayecto. ¿Te molestó tanto la reverencia?

-Dejemos eso atrás ¿Sí? Hoy solo quiero admirarte todo el tiempo – Le arregle la corbata y el saco.

-Sabes que nada de esto me importa – me besó al frente. – y si fuera por mi hubiese llegado a besarte en los labios en cuanto te vi, pero decidí hacer lo que estaba según correcto.

-Hubiese preferido la primera opción.

-Tus deseos son órdenes.

Me dio un beso apasionado, de aquellos donde no te quieres separar nunca y solo desees que nadie te interrumpa. Un carraspeo de garganta nos hizo separarnos.

-¿Están listos?

Asentí con la cabeza, James y yo entrelazamos manos y caminamos hacia el amplio jardín. Los camarógrafos no tardaron y comenzaron a mostrarse inquietante sobre nosotros.

-Estoy tan nervioso como tú. – susurró para ambos.

-Si no fuera por ti, ahorita mismo me hubiese tropezado, me tiemblan las piernas.

Ambos reímos en silencio. Nos detuvimos en nuestra marca poco visible para los camarógrafos y sonreímos como si no hubiese ocurrido todo un exceso de estrés en días anteriores.

-Buenos días a todos – pronuncie. – Es un gusto poder tenerlos a todos aquí y dar a conocer la noticia. – Mire a James y después a los camarógrafos. – Estamos comprometidos.

Los flases continuaron sin parar. Cada camarógrafo buscaba encontrar la foto perfecta.

-¿Cómo se siente señor Acker? – Un camarógrafo pronunció.

-Entusiasmado, alegre, es un momento de mucha felicidad para ambos. – James me miró.

-¿Alteza este es un cuento de hadas para usted?

-Sin duda, todos en algún momento vivimos nuestro propio cuento de hadas y agradezco infinitamente que haya encontrado a mi otra mitad. – Sonreí.

Estuvimos otros minutos más esperando a que cada camarógrafo obtuviera la mejor foto para publicar y después partimos hacia adentro del palacio. Nos despedidos de todos dándoles las gracias por venir y por sus continuas felicitaciones.

-Alteza por aquí por favor. – Leticia nos guió por un pasillo al vernos dentro del palacio.

Como si nada importara James y yo seguíamos inmersos en nuestra burbuja, llegamos a la sala donde se transmitiría en televisión abierta la entrevista y un número muy grande del personal tenía los ojos puestos en nosotros.

Leticia me ayudó a quitarme el abrigo y nuestro entrevistador nos saludo con los respectivos saludos y reverencia.

-Un gusto alteza.

-El gusto es nuestro.

-¿Se siente cómoda si iniciamos?

-Nos parece bien.

-Adelante.

Señaló los sillones y los tres nos situamos en nuestros espacios correspondientes. Uno de los camarógrafos gritó la cuenta atrás y aquello estaba iniciando.

-Buenos días alteza, señor Acker.

-Buenos días – contestamos al unísono.

-Antes que nada, déjenme felicitarlos por su compromiso, enhorabuena, las noticias han sido fantásticas.

-Gracias.

-Así como muchos italianos y probablemente muchas personas de distintas partes del mundo, tenemos un gran cuestionamiento, si me lo permiten, ¿Cómo se conocieron? Claro, sabemos que la princesa estuvo fuera del país casi dieciséis años.

James y yo nos miramos.

-Ambos manteníamos unos perfiles bajo, sí era el profesor de una materia a la que ella asistía, pero no utilizaba mi rango para otros fines, manteníamos una relación alumna – profesor.

-Es correcto, ambos no sabíamos nada uno del otro, nuestra relación siempre fue profesional, mis estudios eran lo que me mantenían enfocada en mis pasos a futuro.

-Entonces, si solo era relación alumna – profesor, ¿Cómo coincidieron para que hoy en día estén juntos?

-Fue algo extraño, ambos mantenemos lazos con un amigo en común y fue el quien nos presentó, obviamente ambos ya nos conocíamos por el inicio del nuevo semestre y su recién llegada al campus, así que ninguno de los dos mantenía la visión de poder establecer algo más. – respondí.

-Así es, después de aquella ocasión, comenzamos a coincidir en lugares concurrentes, por supuesto fuera de nuestras horas académicas. Y tratamos de llevar una relación en amistad para ambos. Pero no llegó a mayores, conocíamos nuestras posiciones.

-¿Si la relación era solo académica como lograron ser amigos?

-Cuando regresé a Italia ninguno de los dos mantenía lazos con el otro. Por cuestiones de seguridad. Tiempo después nos reencontramos, pero aquello volvió a coincidir en una casualidad.

-Nos reencontramos y al ver que ambos no teníamos una relación académica decidimos darnos la oportunidad en la amistad.

-¿Quién dio el primer paso?

-Técnicamente diría que ambos, o tal vez ninguno. Por segunda ocasión solo fuimos presentados y no dejamos de estar en contacto.

-¿El romance todo este tiempo se mantuvo bajo perfil?

-Así es, ninguno de los dos quería hacerse ilusiones, el trabajo de James también es un poco demandante de atención, y ambos tenemos nuestros propios asuntos a los cuales asumimos con la responsabilidad que se merecen.

-¿Por qué consideraron que era tiempo de un paso más?

-Tal vez fue obra del destino o sin saberlo ambos ya estábamos predestinados a estar juntos, pero después de volver a coincidir en un evento importante, decidimos dar comienzo a una amistad de verdad, sin ser princesa, tampoco el exprofesor.

-Entonces ¿El romance nació hace poco?

-Exactamente, nos dimos tiempo para poder conocernos mejor y dejar nuestro pasado. Si te cuento, tenemos una anécdota en común.

-Adelante alteza.

-En una ocasión, salimos a dar un paseo por las avenidas principales de otro país, nos manteníamos con perfiles bajos, como si fuésemos una pareja más. En nuestra caminata, llegamos a un carrito de helados y pedimos distintos sabores, pero al regresar a la acera para continuar nuestro recorrido por aquel país unos pequeños que estaban cerca corrieron sin darse cuenta y le tiraron el helado encima.

-Oh si lo recuerdo – intervino James. – Te reíste y yo solo estaba preocupado por mi chaqueta, era una reliquia familiar, gracias a la suerte se pudo salvar, la mancha de pistaches no era fácil de limpiar.

-Muchos podrían decir que ha sido el noviazgo mas corto de la historia, han pasado ¿Qué? Aproximadamente siete meses.

-Para el amor no hay tiempos exactos y mucho menos cuando conoces a la persona indicada y con la que deseas pasar el resto de tu vida.

-Así es y además ambos solo hemos pensado en lo mucho que nos queremos, el tiempo nunca será lo suficiente para decir que puedes dar un paso más.

-En este corto tiempo, ¿Se han conocido lo suficiente?

-Diría que sí, porque hemos tratado de mantenernos bajo perfil siempre, así que técnicamente solo hemos hablado, pedido pizzas, pasta y ver películas en casa, así como leer y ponernos al día.

-Al hablar de "ponernos al día" ¿Fue una sorpresa para ambos ver su compromiso en los periódicos antes de hacerlo oficial?

-Sin duda alguna, el pueblo italiano no conocía de nuestra relación, así que pensábamos compartir las felices noticias cuando hubiésemos procesado en el punto que nos encontrábamos.

-¿Esa noticia fuera del palacio les hizo adelantar los preparativos?

-En un punto sí, pero de todas formas es lo que se tenia previsto hacer, así que no nos lamentamos por ello.

-¿Ha sido difícil el proceso de adaptación? – Se dirigió a James.

-No, cuando estas con la persona que amas nada es difícil, al contrario, comienzas a aprender cosas nuevas y admiras más a la otra persona.

-¿Fue para usted difícil dejar de ser un profesor de finanzas/economía para ser el prometido de la princesa?

-No, mi tiempo como profesor solo fue un pasatiempo, no pensé que eso me llevaría a conocer quien será ahora mi esposa.

-Vaya, esposa. – Susurré para ambos. – Suena extraño. – Me acomodé nerviosa el cabello.

El presentador solo nos miró sonriente.

-No es a lo que me dedico exactamente – James retomó su respuesta. – me gustó ser profesor y compartir mi experiencia laboral, pero no es algo que retomaría de nuevo y no me siento triste por decirlo de alguna manera en dejarlo.

-Si no mal recuerdo, también es el CEO de una empresa familiar, ¿Se siente inquietante por dejarlo?

-No tomaría la palabra inquietante, por el momento sigo siendo el CEO y espero mantenerme así, me gusta ser activo en mis asuntos, pero si puedo relacionarme en algo de mi ambiente dentro de la corona, será satisfactorio.

-Usted alteza, ¿Se siente culpable por pedirle al señor Acker ser parte de esto?

-Sé que esto es una responsabilidad, por eso aun no nos hemos sentado a hablar sobre ello, no es por evitar el tema, pero no hemos encontrado el momento justo, si te refieres a su carrera como profesor, creo que él ya lo ha descrito bien, ha sido su pasatiempo y si esta decidido a dejarlo y enfocarse en algo más, tiene mi apoyo incondicional.

-¿Cómo se comprometieron?

-Fue en casa de mis padres, en Francia, decidí que era el momento y solo lo hice, le pedí que fuese mi esposa y compañera de toda la vida.

-Y antes que lo preguntes por supuesto que acepté.

-¿Alteza, usted lo esperaba?

-No, la verdad que no, estábamos adaptando uno al otro. Y tampoco sabíamos bien si esto era definitivo, conocíamos los limites de nuestra relación, así que fue toda una sorpresa y a decir verdad la mejor de todas hasta ahora.

-Veo que el anillo es algo inusual de los anillos de compromiso reales, ¿Tiene un significado especial?

-Lo he diseñado yo mismo, he unido ambas partes de su vida. Las dos líneas pequeñas con diamantes incrustados simbolizan el de la parte superior su vida que le fue otorgada desde pequeña, ser princesa y el inferior es su otra vida, el tiempo que vivió fuera de Italia, el diamante del centro simboliza todo lo que la caracteriza, es la unión de ambas vidas, y además es una reliquia familiar, en mi familia se acostumbra a regalarle a los hijos una piedra que haya sido parte de alguno de nuestros antepasados, para así poder tener la misma dicha que ellos y mantener una vida para siempre con nuestra amada.

-Eso significa mucho valor, no tanto económico, sino sentimental. ¿Conocía de ello alteza?

-Si te soy sincera no, James suele ser reservado con algunas cosas y me asombra que ambos podamos conocer el gran valor que llevo entre los dedos y esto aun más me convence que es el hombre adecuado.

-Regresando a todo el porvenir, ¿Qué sucederá después de la boda?

-Trataremos de coordinar ambas vidas, tanto fortalecer nuestro matrimonio como cumplir con las responsabilidades de cada uno.

-Esto me lleva a otra pregunta, ¿Señor Acker esto significa que usted dejará su vida atrás y comenzar una nueva?

-Sin duda comenzaré una nueva vida al lado de esta bella mujer, pero como lo hemos dicho antes, todavía nos falta hablar al respecto.

-Al hablar de una nueva vida, ¿Tiene planeado hijos?

Ambos nos miramos nerviosos.

-No, por el momento no. – respondí nerviosa.

-La idea no es descartable, pero nos gustaría poder sintonizar igual en nuestro matrimonio y después darnos la oportunidad de crear nuestra propia familia. – James me acarició la mano con el pulgar.

-¿Vivirán juntos o pensaran en un plan para poder establecerse después?

-Por el momento compartimos el palacio, ambos deseamos estar la mayoría del tiempo juntos, pero por las ocupaciones de ambos no es tanto probable, aunque si nos llegásemos a mudar ninguno descuidara su posición.

-Alteza, sus padres están aquí por el momento, ¿Qué tan difícil ha sido tenerlo lejos durante estos meses?

-Muy difícil, me había acostumbrado a mantenerme con un perfil cerrado y cuando regresé aquí todo parecía ser casi nuevo, pero con la ayuda de la reina, mis tíos y mis primos pude sobresalir y decir que esto es lo que me apasiona.

-Hablando de familias, ¿Ambas partes se han conocido?

-Si mis padres y los suyos han mantenido una charla amena y tienen cosas en común, es bueno verlos unidos.

-Ella conoció a mis padres el día de la propuesta y hace poco ambas familias se conocieron y no puedo estar mas que feliz porque nuestras familias se complementen.

-¿Fue un día de nervios al conocer a los padres por primera vez? – Se dirigió a James.

-Si, ha sido un poco intimidante, no sabia a lo que me enfrentaba y aunque ambos somos maduros para nuestra edad, el conocer a los padres de tu chica siempre resulta intimidante.

-¿Al conocerlos fue mejor que la expectativa?

-Mucho mejor, sus padres me han acogido como un hijo más y me han dado la bendición de poder formar una familia con su hija y se los agradezco infinitamente.

-Al parecer hemos llegado a la recta final, pero no me gustaría irme sin antes preguntar ¿Cómo van los preparativos? ¿Podemos tener alguna exclusiva?

Rei en modo complicidad.

-Por el momento todo esta marchando bien, no podemos revelar detalles, pero diré que nuestra boda simboliza mucho uno del otros, no solo nuestro amor, sino que nuestras personalidades.

-Alteza, señor Acker, muchas gracias por la entrevista.

-Gracias a ti. – Sonreímos.

La cámara se apagó y regresamos a nuestra vida. Todos comenzaron a retirar las luces y todo el cable que se encontraba a nuestro alrededor.

-Alteza, señor... - Leticia se acercó. – Los esperan en el comedor.

Como robots con indicaciones caminamos fuera de la sala, no sin antes despedirnos de todos y darles las gracias por acompañarnos. Casi avanzamos hasta el otro extremo del palacio. Esta vez nos encontrábamos juntos en una sala más informal, todos los asistentes estaban sentados en sillones tapizados con adornos florales y algunos tenían tazas de te entre las manos. 

Apreté inconscientemente la mano de james y el me sonrió en respuesta, sabia que estaba tensa, pero trataba de animarme. Todos se pusieron de pie al vernos y las sonrisas no se hicieron esperar así como las felicitaciones por lo bien que lo habíamos hecho allá afuera. Mi mente no procesaba aquello, ¿Lo habían visto ya? ¿Lo habíamos hecho bien? Agradecimos a todos como la feliz pareja que éramos y tomamos nuestros asientos correspondientes.

-¡Lo han logrado magníficamente! Pero si ya decía yo, ustedes son unos tortolitos andando. – la abuela de James tomó la palabra.

-Gracias – respondí apenada.

-No es nada cariño, si he dicho la verdad, ¿A que no su majestad?

Mi abuela la miró de inmediato.

-Han hecho un buen trabajo. – Se limitó a decir.

-¿Por qué mejor no hacemos un brindis? Creo que he tenido suficiente de tés.

-Opino lo mismo abuelita. – Le contestó Nicolas a la abuela de James. – Por favor tráenos un champan debemos celebrar. – Ordenó al mayordomo que se miraba confuso y antes de irse debió tener la aprobación de la reina.

-¿Y bien como vamos con la boda? ¿Ya pensaron en donde hacerla? ¿Invitaremos a todos los presidentes del mundo? Mi amiga Mercedes pregunta si puede asistir, ¿No la dejaremos fuera verdad? Pido un lugar para ella al lado del mío.

Todos los asistentes estaban pasmados por su agilidad a la hora de hablar rápido.

-Bueno abuela, aún es un tema que hablaremos muy pronto y es posible que se le asigne una invitación a Mercedes. – James contestó con tranquilidad.

-Le he prometido un lugar, no puedo decirle que no estará invitada.

-Son cosas que aun faltan por definir, apenas estamos comenzando. – respondí.

-¿Y los hijos? – La miré sorprendida. - ¿Cuándo los hijos? Ya he dicho que necesito mirar por lo menos a un bisnieto de cada uno de ustedes, Damián se adelanto y me ha dado tres.

-Ha dado los que faltan de los demás, abuela deberías tomarlo como un trato justo. – James contratacó.

-Apenas se casarán, me parece prudente que aun se conozcan.

-Majestad ¿usted no desea pequeños corriendo por este gran lugar? – respondió. – mire que ya han pasado muchos años desde que el ultimo bebe nació.

-Pienso que sigue siendo pronto.

-Pero usted tiene cuatro nietos, David se ha casado, y puedo estar segura de que ya le dará un bisnieto, ¿Carlos tu cuando te piensas casar? Mira que eres el futuro rey y ni una novia te conozco muchacho. – Cambio el centro de la conversación.

Carlos se encontraba sorprendido, la pregunta fue tan directa que palideció.

-Por el momento señora Diamond, he de servir a mi nación. – Contestó como si lo hubiese ensayado varias veces.

-¿Qué son esas formalidades? También puedes llamarme abuela, muchacho.

-Abuela mi hermano Carlos es un chico reservado, porqué mejor no hablamos de mí, ¿Cómo me ve a futuro?

-Uy no a ti muchacho aun falta esa mujer que te tendrá babeando las banquetas, tu necesitas una mano dura. – su respuesta fue tan acertada que todos reímos.

-Pensé que éramos amigos. – se hizo el ofendido.

Comenzaron a repartir las copas de champan y todos nos pusimos de pie, algunos familiares dieron un discurso felicitándonos por dar el gran paso de nuestra vida juntos y deseando que nuestra felicidad perdure por años.

Continuamos con el almuerzo de manera agradable, todos conversaban de algún tema, el ambiente parecía ser tranquilo, era uno de esos recuerdos que muy pocas veces puedes almacenar o perduran poco.

La familia de James se retiró porque tenían un viaje por hacer y por las condiciones climáticas que se avecinaban no querían exponer a la abuela. Se despidieron amablemente y prometieron volver al igual que si era necesario contara con su ayuda para los preparativos. En el fondo de mi corazón la tenía como mi segunda familia, eran la familia normal que me hubiese gustado tener.

Mi familia también volvió a sus asuntos y solo quedábamos con algo de tiempo James y yo. Antes de que le pidieran marcharse. Comenzamos a caminar por los amplios jardines, era el único lugar donde podíamos encontrar tranquilidad y discreción.

-¿Por qué cambiaste la versión de como nos conocimos?

-Porque no podíamos aceptar que lo nuestro nació mientras ambos tenían un papel distinto dentro de la universidad, eso solo serían mas chismes y tu reputación podría caer.

-No me importa mi reputación como profesor, te lo he dicho, lo he dejado, no era algo que me gustase al cien por ciento.

-Además no podríamos dejar en cuestionamientos las normativas de la universidad, como eso de no relaciones entre profesores-alumnos. Los pondría en una mala reputación.

-¿Cómo recordaste la escena del helado? – se rio.

-Lo recordé porque fue nuestra primera salida juntos sin enojarnos, éramos personas distintas, no exactamente profesor y alumna, me trataste diferente, hasta hablamos un poco de ambos y recuerdo que ese día parecíamos ser otros, como si el destino nos estuviera enviando señales.

-¿Sabes por qué te pedí salir a caminar?

-No tengo la menor idea.

-Te vi sumida en tus pensamientos y en la manera de como refunfuñaban por haberte puesto a limpiar y acomodar los libros de aquella oficina, si te soy sincero no son míos habían estado ahí con la casa que rentaba en ese entonces y nunca lo había tocado, te hice creer que valían mucho, pero creo que eran copias baratas. Me hiciste gracia, ninguna mujer antes refunfuñaba y se enojaba mas que tú. Así que mi corazón humilde pidió darte una oportunidad, mi corazón sabía que aquello estaba mal yo ya conocía más de ti que lo que tú sabias de mí. Me exponía a que alguien nos mirase juntos y nos llevara ante el consejo estudiantil, pero no pude evitarlo y darle la razón al corazón.

-Y fue por eso que fuiste amable.

-Así es, en algún punto quise solucionar nuestros conflictos, pero los niños hicieron que derramara mi helado en la camisa y al verte reír de mí, mi ego salió a flote.

-Si lo recuerdo. Estaba riendo cuando dijiste que debíamos regresar y ya no disfruté el helado. Y cuando regresamos a tu casa te volviste tan frio que pensé que el helado te había congelado el cerebro por eso el cambio de humor.

-Estaba enfadado conmigo mismo porque al verte reír sentí inmensas ganas de besarte y a la vez de tenerte debajo, mi cabeza emite una señal de alerta, pero mi subconsciente solo reclamaba por tenerte. Así que mi cerebro emitió la señal de <<ella se burla porque fue a propósito>> así que me enoje, porque no podía permitir que alguien se burlase de mí, el ego salió a flote. Y al verte aun riéndote a mis espaldas fue algo que no tolere.

-Si lo recuerdo exactamente igual, no fuiste amable al comienzo.

-No era bueno para los dos.

-Así como el tener que cambiar nuestra versión de como nos conocimos en la entrevista, ¿Deseabas que dijera la verdad? ¿Qué me comencé a meter debajo las sabanas de mi profesor a cualquier hora? ¿Qué mentía a mis padres para ir a lugares recónditos con el profesor y cometer el pecado de la lujuria?

-Bueno es algo que puedo tolerar, no me gustase que se enteraran de nuestra verdad. Me gusta reservarme nuestros mejores recuerdos.

Lo besé y seguimos caminando en silencio por el césped. 

-¿Qué estas pensando? – James intervino.

-Que todo está pasando muy rápido, me gustaría procesarlo con calma, pero es imposible.

-Supongo que así se siente una boda. No he tenido una.

-Tonto. – Me reí. - ¿No te preocupa que después todo esto nos absorba?

-Me preocupa perderte y que nos separemos, nunca estamos a salvo, aunque seamos personas con poder.

-No me alejare, no habrá algo o lo que digan que me hagan no quererte, dejarte.

-Lo sé, pero hasta el hombre más seguro desconfía en un momento. No desconfío de ti, pero no nos están poniendo el camino fácil.

-Lo sé. Y me preocupa que al final no podamos disfrutar esto, de nosotros.

Nos detuvimos, me tomó de ambas manos y me miró.

-¿Te preocupa algo cierto?

Desvié la mirada.

-No hemos definido tu posición y no me gustaría llegar con la reina a discutirlo.

-No es algo que me preocupe, pero si a ti te tiene preocupada podemos solucionarlo, sabes que no estoy interesado en algún título, tengo una vida fuera de esto.

-Lo sé James, pero no soportaría la idea de hacerte rechazar esa vida, de tenerte atado a mí para siempre, no lo soportaría. Sé que eres un alma libre y no quiero prohibirte de ello.

-He platicado con Sergio sobre el tema, se ha vuelto mi hombre de confianza más que mi secretario personal.

-¿Por qué no me lo habías dicho antes?

-Porque se que te preocupas con cualquier cosa y además quería enterarme de algunas cosas por mi cuenta, sé que puedo rechazar el titulo y no pasará nada a menos que tu abuela lo complique. Ella es siempre la que tiene la ultima palabra.

-¿Y lo has pensado?

-Si y he decido que no deseo ser príncipe, ni duque, ni lord, o alguno de esos títulos. Deseo ser solo James Acker Diamond. - Solté unas pequeñas lágrimas. El las limpió con su pulgar. - ¿Por qué lloras?

-Porque recuerdo que cuando la abuela me dijo que no podíamos estar juntos, era porque tu querías tener algo de mí, que no te habías enamorado, sino que estabas en busca de un título, de algo.

-Me enamoré de ti sin saber quien eras, sin conocer a la verdadera Charlotte que cargaba con todo esto. ¿Crees que después me enterarme me hubiese importado?

Negue con la cabeza.

-No y es por eso por lo que todo lo que pasa a nuestro alrededor me preocupa porque tengo el miedo infinito a perderte.

-No me perderás cielo, siempre buscaré la manera de estar a tu lado. – Nos besamos lentamente y por un tiempo corto.

-¿Esa es tu decisión final? Sabes que después de esto ¿tendríamos que definir donde viviríamos?

-Estoy consciente de todo lo que puede pasar después y estoy dispuesto a hacerme cargo, además sabes que el dinero no es algo que me preocupe.

Una persona del servicio se acercó y carraspeó indicando que era la hora de separarnos.

-No sabes como extraño estar a solas contigo y quedarnos por siempre abrazados en tu sala, en algún lugar recóndito.

-Aún lo podemos hacer solo es cuestión de tiempo, de tomarnos todo esto con calma. Es un proceso difícil, pero cuando se termine verás que seremos más felices que nunca.

Lo bese como si no hubiese mañana, necesitábamos estar uno junto al otro, sentirnos, tocarnos, intercambiar gemidos, nuestra forma de adorarnos siempre había sido en la cama.

Regresamos al palacio juntos y lo vi marcharse. Nuestras pequeñas horas juntos siempre eran aquellas que atesorábamos con demasiado entusiasmo y eran los recuerdos que me mantenían fuerte. 

-Alteza, ¿Desea revisar algunas de las cartas que han llegado por su compromiso?

-¿Debo leer cada una?

-Si lo desea.

-¿Debo responder propiamente?

-También lo puede hacer, aunque le advierto que son demasiadas postales y debe saber que aún faltan más por llegar.

-No me importa, me tomaré el tiempo de hoy para revisar algunas. ¿No tenemos algún pendiente cierto?

-He despejado su agenda por hoy.

-Muchas gracias, Leticia.

-De nada alteza, es mi trabajo, por cierto, debe aprobar una de las fotografías para que sean enviadas en forma de agradecimiento por los comentarios. ¿Desea escoger una de las que ha enviado el fotógrafo?

-Me parece bien, iré por un poco de agua a la cocina, ¿Te puedo ver en la biblioteca?

-Si quiere puedo enviarle el agua para allá. No necesita ir personalmente.

-Solo porque hoy me parece un agradable día te lo concederé.

-¿Desea cambiarse antes de ir o prefiere quedarse así?

-Me va bien así.

-Esta bien, en un momento me reúno con usted.

Camine por la planta baja del castillo a mi lugar favorito, el olor a libros viejos, a lavanda por la resiente limpieza y el crujir de la puerta al entrar, me hizo sentir paz. Me senté en uno de los sillones contrarios a la gran ventana que me recibía con los rayos del sol. Me quité los tacones y sentí la suave alfombra debajo, parecía una pequeña jugando con la textura de la alfombra, mientras mi madre llegaba con una bandeja repleta de galletas.

Tocaron la puerta, les di la indicación de que pasaran y una mucama llegó con un carrito lleno de cartas. Me asombre por la cantidad de pequeños sobres que estaban pegados unos con otros, pensaba que a lo mucho serían unos cien, pero ahí parecían estar mas de quinientos sobres.

Otra mucama se acercó y en una bandeja de plata me mostro las fotografías que habían tomado un día antes para ser reveladas. Mira cada una con detenimiento y me di cuenta de que cualquiera que viese aquellas fotografías podía mirar a través de nuestros ojos lo muy enamorados que estábamos. Mi corazón latió de prisa al ver que no solo estaban las fotos que habían sido lanzadas en la mañana, sino que también se encontraban otras más que no nos dimos cuenta cuando nos la tomaron.

Tome cada fotografía con delicadeza y pase el pulgar por el rostro de mi amado, queriendo sentirlo cerca. Las mucamas me dejaron sola y regresó leticia con el vaso de agua. Le pedí que se sentara a mi lado y le pedí su opinión.

-¿Cuál crees que sea la mejor foto?

-La que usted desea alteza, pero si me lo permite creo que debería enviar una que más le guste.

-Quiero enviar una que sea del agrado de todo el pueblo. Si tu no me conocieras, ¿Cuál te gustaría que te llegara?

Miro con detenimiento cada foto.

-Creo que esta – levantó la foto – me parece ver solo a dos enamorados, no a una princesa y un futuro príncipe.

Me uní a mirar la foto y era aquella donde James y yo estábamos tan cerca uno del otro, le sostenía el rostro entre las manos y si no me fallaba la memoria eso fue antes de que nos besáramos. Y en efecto la foto siguiente que encontré era cuando ambos habíamos unidos nuestros labios y teníamos la misma pose.

-También me gusta.

-Si lo desea podemos enmarcar las que le gusten y ponerlas en su habitación.

-¿Lo permitirá mi abuela?

-No tendría que saberlo. – Leticia sonrió siendo mi cómplice.

-Entonces creo que debo elegir unas cuantas.

Sin pensarlo más, escogí todas y pedí que me fueran enviadas tanto digitalmente como en físicas, así podría tener los recuerdos atesorados en fotografías.

Tomé el primer sobre a ciegas y comencé a leer, la persona que nos escribía era desde Estados Unidos y enviaba las mejores felicitaciones para el compromiso, así como explicaba su devoción por la familia y lo feliz que se sentía por verme de nuevo en la pantalla.

Otra carta describía principalmente las felicitaciones por el compromiso y también la buena pareja que veían a través de la pantalla sobre James y yo. Firmaban con un <<vivirán felices para siempre>>.

Mi corazón rebosaba de alegría con cada carta, mientras Leticia volvía con la foto elegida hecha en un montón de copias; comenzaba a idearme unas palabras de agradecimiento. Al regresar leticia, comencé a escribir cada tarjeta con las palabras mas adecuadas para decir que estaba más que agradecida por todo el cariño y tiempo que dedicaban en sus cartas. Mi corazón se elevaba en alegría, porque a pesar de que en el palacio todo era una tregua interminable, afuera del palacio todos anhelaban el día esperado.

Escuché a mi madre entrar en la habitación y se sentó a mi lado.

-He escuchado que estabas leyendo tus cartas.

-¿Puedes imaginarte que han escrito personas de todo el mundo? – Respondí sin dejar de escribir las postales que serían enviadas.

-Si, lo he experimentado.

-¡Es una locura! No creí que varias personas estuvieran atentas a lo que nos pasa.

-Son algunas de las muchas cosas que nos suceden. ¿Estas escribiendo las cartas de agradecimiento?

-Si, me he ofrecido a hacerlo, quiero tener un detalle con quienes se han tomado el tiempo de escribir.

-Pero son demasiadas cartas y aun faltan más por llegar, ¿Crees que puedas con todos?

-Tal vez no, pero deseo que a quienes les conteste sea muy grato y se sientan escuchados, importantes. Es un detalle que me gustaría que hicieran conmigo si estuviera en su lugar.

-Es sin duda alguna un detalle que nunca olvidaran.

-Así es mamá y si ellos serán muy felices con esto espero que esa felicidad perdure por siempre.

-Entonces creo que por el momento te dejaré a solas, tienes un arduo trabajo por delante.

-Muchas gracias, mamá. – la vi salir y regresé a mi tarea.

Los sentimientos de leer cada carta y poder visualizar cada dibujo, recuerdo o algún pequeño obsequio que enviaban era indescriptible. A cada momento me sentía feliz y muy bendecida por ser tan importante para otros, sin duda alguna no podría acostumbrarme al sentimiento nunca. 

-Alteza ya pronto será su hora de comida, ¿Desea acompañar a la familia o prefiere que le traigan la comida?

-Me gustaría avanzar con todas las cartas posibles, ¿Puedo comer aquí?

-Enviaré sus deseos y esperaré a que la respuesta sea favorable, en un momento regreso.

 -Antes de irte, ¿Puedes enviar alguien por mi computadora? No he revisado correos desde hace una semana, no me gustaría desatender mis otros pendientes.

-Esta bien, en un momento indico que se lo traigan.

La vi salir y continúe con la lectura de cartas, después de quince minutos un lacayo trajo mi computadora y por un momento dejé las lecturas de cartas físicas a un lado para continuar con las virtuales.

Ingresé a mi correo electrónico, y en la bandeja de entrada me esperaban algunas notificaciones de las mejorías en las fundaciones, así como recordatorios diarios de la agenda y alguna que otra invitación para asistir a próximos eventos, tenía que discutir aun lo último con Leticia, ella era la encargada de avisarme a cuáles me estaba permitido participar y cuales aún no.

La bandeja de entrada emitió un nuevo sonido de correo entrante. Esta tenía un remitente desconocido. En asunto añadía <<Felicidades>> así que lo abrí.

Asunto: Felicidades

De: mmxx101-gmail.com

Para: princesseva-royalfamily.com

¿Les esta gustado su nueva vida?

¡Vaya!, creo que se han apresurado más de lo previsto con los preparativos de la boda.

¡Bravo! El espectáculo de la entrevista fue más de lo que se esperaban, ¿Es cierto que así se conocieron? U omitieron la parte donde el profesor se cogía a la alumna en horas de descanso.

Que pena que aún no hay pruebas de ello, pero pronto se conseguirán.

Disfrútenlo mientras puedan.

Mis mejores deseos y saludos para la pareja del momento.

Xx

Leticia regresó y en automático borré el correo. Mi corazón latía de prisa, aquello era una amenaza y no tenía conocimiento de donde provenía.

-¿Todo bien alteza?

Sonreí a medias.

-Si,todo bien. – tragué con dificultad - ¿Podemos seguir? – Omití decir la verdad.

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