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Capitulo 16

-¿Estás seguro que podrás resistir esta ultima semana solo?

-Eva, resistí o mejor dicho aguante las últimas semanas con mi hermano y mira que no fue fácil.

-Lo sé, pero... esta vez estarás solo, las veces pasada estuve contigo.

-Si sucede algo de todas formas puedo marcharme. Ya es ultima semana.

-¿Podemos irnos si algo no sale bien?

-No lo sé, pero yo si me voy. – Se rio.

-Y yo que pensaba que estabas diciéndolo en verdad. Tengo miedo.

-¿Miedo de qué? Si la prueba mas grande que fue África lograste pasar. Suecia ya solo es la cereza del pastel. Sigue confiando en ti y lo vas a lograr.

-No es lo mismo Nicolas, tú y yo hacíamos lo que queríamos porque el que estaba siempre a la cabeza era Carlos, aquí no, yo seré la cabeza y también la que sonría.

-Disculpe que me entrometa en sus platicas, pero escuche muy poco y la verdad Eva, al igual que Nicolas creo que lo harás bien.

-¡Oh si claro! Tú lo dices para tranquilizarme y porque es tu deber decir cosas buenas.

-No, lo digo de verdad porque has demostrado que has cambiado y si te lo propones al igual que Nicolas puedes seguir reglas.

-No es como si quisiéramos seguir las reglas – argumento Nicolas – No nos quedaba de otra o sino perderíamos mucho de lo que hemos logrado.

-Bueno, sea cual sea su método para seguir reglas ha dado éxitos porque lo hicieron muy bien en África que es probable que la monarquía sea mejor vista de ahora en adelante.

-¿Lo dices porque en verdad lo crees o porque eso significa que a ti te beneficia para cuando reines?

-Lo digo porque confío en ambos, no para beneficio propio Nicolas.

-Altezas aterrizaremos en un momento. Quédense en sus asientos. Princesa Eva, ¿Prefiere que al abordar cambie de ropa o ahorita mismo?

-Al aterrizar Leticia.

Si antes estaba nerviosa, a unos minutos de aterrizar estaba peor.

-Lo harás bien, ya lo veras te daremos porras desde aquí.

El avión apago sus motores, esa era mi señal para comenzar con un largo itinerario. Inhale fuertemente y me levante con muchas esperanzas en la cabeza. Camine a la habitación para cambiarme y dejarme consentir con el cabello. Esta ocasión olvidaba los pantalones cómodos y la camisa suelta por un vestido de mangas largas y largo a la rodilla con botones de accesorio en la parte superior como una chaqueta militar. Un recogido en el cabello con pequeños cabellos sueltos, zapatos de tacón color naranja otoñal y un maquillaje delicado.

Al salir los chicos me sonrieron y Nicolas no evito lanzar un chiflido al aire.

-Ve querida, déjalos anonadados a todos. – Me abrazó y me beso en la mejilla.

-Lo harás bien Eva. – Carlos se limito a decir.

-Gracias a ambos, espero no tropezar.

-Estamos seguros de que no lo harás. – Asintió con la cabeza y esa era la señal de partir.

Me alise la falda del vestido y esta vez era la primera y única persona del avión en bajar. Respiré hondo y me dispuse a caminar el corto espacio entre la puerta y los asientos del avión.

-Alteza.... Espere. – Leticia llevaba en mano un abrigo café y un bolso de mano.

Me puso el abrigo por los hombros y lo cerro con una cremallera oculta, amarro el cordón a la cintura y me dio el bolso color crema. Marco llego corriendo para aplicar un poco de brillo en los labios, ondear los cabellos sueltos y porque no, aplicar fijador una vez más en el maquillaje y el peinado.

-Ahora si esta perfecta.

Leticia y yo sonreímos y seguí con lo planeado.

Estreche la mano del piloto, copiloto y aeromozas. Al voltear de lado izquierdo para ver el amanecer de Suecia en medio de la pista de aterrizaje, por fin me daba cuenta de la magnitud de lo que se avecinaba. Un sinfín de fotógrafos se encontraban al otro lado, todos estaban detrás de una cinta roja y sobre un escenario que consistía en escalones para que todos pudiesen tener una buena foto.

Con una abruma en el pecho baje de poco a poco las escaleras para después estrechar la mano del primer ministro de Suecia, lo acompañaba su esposa, sus hijos y el oficial militar de vuelos y naves. Con un fuerte saludo de manos, estreche la de cada uno y mencione unas palabras cortésmente.

Después del saludo sin dirigirme a alguien más me subí al auto que esperaba al final de la alfombra roja. Mi estadía de una semana en Suecia había iniciado.

-Alteza nos quedaremos unos momentos en el estacionamiento privado del aeropuerto hasta que se incorporen a nosotros los demás y el primer ministro se encuentre en su residencia.

-Pensé que iríamos directo a la residencia del primer ministro.

-Este es el protocolo señorita, debemos esperar.

Vi pasar el auto del primer ministro y minutos después leticia se encontraba sentada a mi lado. El auto se puso en marcha de manera lenta y al incorporarnos a las calles de Suecia la multitud saluda al vernos pasar y muchos ondeaban las banderas de mi país.

Me asome por los cristales como niña pequeña y me asombraba del cariño que las personas de Suecia me tenían.

-Alteza no debería ver por los cristales. Tome su postura en el asiento y si desea saludar solo extiende la mano.

-¿Qué dices Leticia?

-Alteza, los modales, ante todo. Compostura y salude con la mano.

La miré e hice lo que me ordeno. Esta vez no tenía a un Nicolas para poder hacer lo que quisiera. Necesitaba a mi pareja de travesuras.

-Le diré lo que hará al llegar a la residencia del primer ministro. Por favor al bajar tenga muy en cuenta que los paparazis estarán al pendiente de cualquier movimiento, así que no se atreva a despegar y encorvar la espalda al bajar del auto, caminara hacia donde la espera el primer ministro y lo saludara con dos fuertes apretones de manos, no mas y ni uno menos. Intercambiarán algunas palabras y después pasaran a la sala principal.

-Leticia esto es lo que he practicado casi todo un mes atrás y es lo que, hecho en todo el viaje en África, ¿Acaso crees que aun me pueda equivocar?

-Alteza nunca esta de mas recordarlo.

-¿Durante todo el día estaremos ahí resguardados?

-Tiene una cena de bienvenida en el palacio de Estocolmo con sus majestades y al día siguiente el almuerzo en la residencia del príncipe heredero con su familia.

-¿Y a que horas podremos desayunar?

-El primer ministro y usted lo harán juntos después de que pasen a la sala principal.

-¿Y después estaremos todo el día en la habitación?

-Iremos a una visita por las calles de Estocolmo, pero llegaremos antes al palacio.

-¿Entonces me tendré que cambiar?

-Aun estamos viendo eso, porque si el desayuno con el primer ministro sobrepasa lo establecido no tendremos tiempo.

-Solo quiero ir a dormir unos minutos más.

-Es la ultima semana de viaje alteza, solo aguante un poquito más.

El auto se detuvo en la entrada principal de la residencia del primer ministro, la multitud y los fotógrafos estaban abultados al otro lado del camino, los aplausos y bitores no se hicieron esperar. El copiloto me abrió la puerta y esa era mi señal de hacer un día más un buen papel de princesa.

Con elegancia y paciencia baje del automóvil, me voltee para brindarles unos segundos de saludo a la multitud, y después continuar con lo establecido, con la sonrisa mas sincera sin demostrar el cansancio, salude al primer ministro y a su esposa.

-Buenos días alteza – reverencia. – Bienvenida a Estocolmo, un gusto tenerla en el país.

-Buenos días primer ministro, el gusto es mío.

-¿Pasamos? – Hizo un ademan con la mano.

Y antes de caminar a la residencia que por esta semana seria mi casa, di un ultimo saludo de lejos a la multitud. Saber que ellos estaban ahí solo para verme me llenaba el corazón de alegría. Caminé hacia la residencia y un largo pasillo me esperaba.

Del lado izquierdo como el derecho las personas de confianza y el gabinete del primer ministro se encontraban de manera sonriente y con la distancia exacta dentro de los protocolos para saludar a l familia real. Leticia y yo intercambiamos miradas, pues esto no estaba en el plan, ¿Qué se supone que debía hacer? No podía saludar a cada uno, eso me llevaría tiempo y además no era acorde a la visita de estado que estaba haciendo.

El secretario del primer ministro tomó las riendas del incomodo momento y nos guío a lo que parecía ser una sala de estado, estaba pintada de colores blancos, crema y tenía algún toque moderno, todos ocupamos nuestros asientos correspondientes. 

Nos hundimos en una charla amena en donde le platicaba de forma resumida todo lo que se había vivido en el tour de África, omitiendo claramente los problemas personales que habían ocurrido.

-En mi juventud viaje por Turquía una vez, fue regalo de cumpleaños. Recuerdo que me la pase de lo mejor, conocer la cultura de otros países siempre es bueno.

-Nuestro viaje fue muy satisfactorio, trabajar con la organización de las naciones unidas siempre es descubrir algo nuevo.

-Estocolmo pretende lanzar un nuevo proyecto de caridad para ciudades marginadas.

-Es una buena iniciativa, eso habla de lo preocupados que están por ese sector como gobierno.

-Aun estamos iniciando con el proyecto, se están planteando aun las hipótesis, la metodología falta para comenzar.

-Si un proyecto de esa magnitud puede llevar ponerlo en practica a lo mucho uno o dos años. Conozco muy poco del tema, pero si no me equivoco creo que así es.

-Tiene razón alteza, nos puede llevar esa cantidad de tiempo.

El secretario del primer ministro interrumpió nuestra charla para avisar que ya podíamos pasar al comedor para nuestro desayuno. Nos encaminamos a una sala adjunta en donde se encontraba una mesa redonda para solo tres personas.

Nuestro desayuno consistía en un buffet de platos típicos de Suecia y distintos postres de ambos países. Como si no fuera poco existían un sinfín de bebidas, aguas naturales, jugos, sodas, agua y vinos. Mi estomago rugía por los olores y sabores. Si me alimentaba bien podría sobrevivir todo mi día ajetreado, ya no recordaba la última vez que había evadido el desayuno, mis épocas de chica impuntual habían terminado con la corona y por fin me daba mi energía del día.

Entre charlas sobre mi regreso a Italia, mi corta edad y todos los cambios que he hecho en mi vida, el desayuno se pasó rápido, así que con pasos apresurados tuve que conocer mi nueva habitación y partir al primer lugar para la aparición pública.

Mi habitación era la que mas alejada se encontraba del bullicio principal, estábamos ubicados en la segunda planta y si no me fallaba podría decir que habían movido a todos los altos funcionarios de piso.

-Leticia, ¿Quedara todo el personal en este piso?

-Alteza todo el personal se quedará en un hotel de la ciudad.

-¿Entonces si a media noche necesito algo quien estará al pendiente? ¿Ya no tendré guardia personal?

-Los de seguridad son los que únicamente se quedaran aquí. Y yo como su secretaria personal.

-¿Estaré de nuevo encarcelada en mi propia habitación?

-Alteza le recuerdo que el termino lo esta mal utilizando solo era para observación y si se refiere a que, si su seguridad personal se quedara en su habitación no, porque esta vez me toca a mí, por ser su secretaria personal.

-¿Y qué pasa con el guardia que me cuidaba en las noches?

-Todos estarán haciendo guardia en la noche fuera de su puerta. Solo se quedarán cuatro por noche, se estarán rotando.

-¿Tenemos mucha seguridad?

-Por parte de Suecia si y por parte de la Corona Italiana solo los suficientes son 6. ¿Desea cambiarse o seguirá con el mismo atuendo?

-¿Tendremos la reunión esta noche?

-Como esta establecida la agenda sí, a menos que algo cambie en ultimo momento.

-Entonces prefiero quedarme con este atuendo, es mejor.

-Me parece bien, la veré en cinco minutos, debo hacer unas llamadas correspondientes para conocer la llegada al primer lugar de visita.

-Claro, te esperaré aquí.

Leticia salió y fui directa al baño a cepillarme los dientes. Tenia la boca llena de pasta cuando un celular sonó. Fui en su busca por toda la habitación y era el nuevo celular que me había dado James. El nombre de Nicolas apareció en la pantalla. Conteste intrigada.

-¿Hola?

-¡Eva! No sabes que infierno estoy viviendo, me las vas a pagar por no querer aceptar este viaje.

-¿De que me hablas? Y además ¿Cómo tienes este número?

-De mi llegada a Dinamarca, no sabes como me ha martirizado tu novio desde mi llegada, solo no deja de hablar de ti y del futuro que van a construir y no se qué más cosas – decía las palabras quejándose – Y lo del numero me lo dio tu hombre buenas cogidas.

-Nicolas, primera ya te dije que no se llama así y si estas en el palacio de Dinamarca deberías manejar con más cuidado tus palabras y segundo ya te dije que Frederick y yo no somos novios, solo teníamos un trato.

-Pues no es lo que él me dice y tienes razón debo cambiarle el apodo a hombre buenas cogidas porque es largo, me canso de pronunciarlo, no me puedo imaginar como te debes cansar tú.

-Hablaré con Frederick lo más pronto posible.

-Si tu novio no cierra la boca para mañana amanecerá muerto.

-¿Tan mal la llevas a horas de aterrizar?

-Es el peor de todos los castigos, ya no saldré tanto de fiesta si me amenazan con enviarme aquí de nuevo.

Me enjuague la boca y Leticia tocó la puerta.

-Tengo que colgar – dije susurrando – Por favor no vayas a darle este numero a nadie.

-Tranquila hombre buenas cogidas lo tiene encriptado para que solo hablemos los tres.

-¿Por qué tú sabes más cosas de él que yo? Los dos me esconden muchas cosas.

-Porque me dijo que de toda la familia es a quien le tiene mas confianza para protegerte y que me puede cortar los huevos si hago algo para traicionarlos.

-¿Estas bromeando cierto?

-Amo tanto mi parte masculina que no estaría mintiendo.

-A veces se me olvida que eres un Nicolas bromista.

-Pregúntale. Y me dices quien esta bromeando.

-Alteza, ¿Ya esta lista? – Leticia pregunto detrás de la puerta.

-Te dejo Nicolas, me espera una agenda ajetreada.

-Más tarde háblale a tu novio, sino le diré a hombre buenas cogidas lo que esta pasando.

-¡Si Nicolas! Lo arreglaré todo hoy o mañana. Adiós y tengo que irme. – Colgué sin esperar respuesta.

Escondí el celular y salí a la recámara principal.

-Estaba arreglándome el cabello.

-Vamos tarde de camino, debemos apurarnos alteza.

-Enseguida.

El automóvil avanzo lentamente por las calles de Sucia y la multitud que se encontraba en la acera movía a los compas del viento pequeñas banderas de Italia, al ver el auto pasar reclamaban en vítores y aplausos mi presencia.

-Pensaba que un recorrido por las calles de Suecia involucraba caminar no ir en auto.

-Asi es alteza, eso haremos solamente que aun estamos por llegar a nuestro destino.

-¿A dónde vamos?

-Vamos a las calles principales de Estocolmo.

-¿Vamos a pasar por los canales?

-Técnicamente ellos ya tienen el paso de carreteras.

-Me gustaría disfrutar ver el mar, ¿Con quien debo encontrarme?

-La acompañará su alteza real el príncipe Oscar. Junto con su madre la reina Teresa.

-¿Y el rey? Pensé que este paseo seria solo yo y el primer ministro.

-El rey y el primer ministro no la pueden acompañar, el rey tiene que atender asuntos de estado y además el cambio de clima en Suecia le afecta, el primer ministro no tiene el permiso para ser su guía turística al tratarse de familias reales solo entre ellos deben hacer el tour.

-¿Entonces no hay posibilidad de que haga un recorrido por los mares de Suecia?

-Me temo que no. En la agenda no están escritos.

-¿Debo cumplir con reverencias?

-A la reina sí, ya conoce el protocolo un estrecho de manos, un saludo en la parte derecha y una reverencia. Al príncipe con un saludo de manos basta, pero si el le da un beso usted no puede hacerse para atrás, así que este prevenida.

Entramos al camino largo que nos llevaría por las calles más concurridas de Estocolmo por turistas, para mi sorpresa esta vez se encontraba todo en silencio, no había personas alrededor y solo pequeñas multitudes veía a lo lejos.

-¿No habrán suecos esperando por mí?

-Alteza hoy es día laborable, no muchos suecos tienen la dicha de pedir el día o la hora para poder ver a su alteza real, tal vez solo se encuentre con algunos fanáticos de la monarquía, si desea saludarlos puede hacerlo, pero ya sabe al final del paseo o cuando sus altezas se unan a ellos.

-¿Estarás conmigo verdad?

-Claro alteza ya sabe que no nos vamos a despegar. Estamos por llegar, al momento de que abran las puertas del auto ya sabe que hacer.

-Si Leticia, pondré todo de mi parte.

El auto se estaciono y a unos metros del nuestro vi bajar a la reina y al príncipe, recordaba muy poco sus caras, las fotografías que me había proporcionado Leticia fueron antes de iniciar con el viaje a África.

-Alteza. – Se me erizó la piel y los ojos brillaron.

-Pensé que no te volvería a ver.

-Te dije que no te iba a dejar sola. – susurró muy bajo.

-¿Te veré en mi habitación?

Un carraspeo por parte de Leticia me hizo recordar donde estaba.

-Lo intentaré. – Fue lo ultimo que le escuché decir, antes de rozarnos los dedos y caminar hacia mi objetivo. 

Al ver a la reina y al príncipe cumplí con mi protocolo, un saludo estrechando manos, besos en las mejillas y la reverencia.

-Alteza un gusto que este con nosotros, ¿Cómo la ha recibido Suecia? – la reina tomó la palabra.

-Me gusta, podría pasar el día entero admirando su paisaje, me parece magnifico que estemos tan cerca del mar.

-Concuerdo con usted, siempre he pensado que lo mas maravilloso de Suecia, a parte de su gente y sus monumentos es la vista al mar.

-Sin lugar a duda disfrutaré mucho este viaje.

-Entonces o esperemos más y comencemos con el recorrido, alteza.

-Gracias su majestad.

Caminamos unos metros mas adelante y nos adentramos a lo que parecía ser el museo sueco, había demasiados artículos para admirar, desde espadas de la época colonial, hasta trajes de la realeza tan antiguos, así como los tronos, los reyes, las reliquias que conservaba Suecia que hoy lo hacían atractivo para los turistas, pinturas de artistas reconocidos, entre muchas cosas más. Suecia me sorprendía pues a pesar de contar con poca población por sus temperaturas altas, sabia como defenderse ante los turistas.

Recorrimos todo el lugar y un guía turista especializado en casi todos los temas se tomaba el tiempo necesario para contarme detalles específicos de cada cosa, el museo era tan grande que me preguntaba si los tacones serian lo suficiente cómodos para seguir con el recorrido. Al terminar la muestra en el museo, la reina decidió que era hora de conocer un poco más afuera de ese enorme lugar, el clima se esta poniendo algo agradable así que ella recomendó que lo mejor era aprovecharlo.

Mientras caminábamos por un callejón estrecho el príncipe Oscar se notaba platicador.

-Alteza, ¿Como ve el clima hoy?

-Me parece agradable, había ya olvidado estas temperaturas, estuve en África el mes pasado y no hay muchas estaciones del año allá.

-Es cierto, ¿Fue su primer viaje al extranjero verdad?

-Con mi título sí, y me ha encantado, a veces podemos hacer mas de lo que esta en nuestras manos, no me mal entienda, pero siento que el viaje me ayudo mucho a valorar todo.

-Concuerdo, a veces mirar otros horizontes nos aclaran las ideas.

-De cada experiencia aprendemos algo nuevo.

-¿Fue un viaje en familia cierto?

-Si, aunque si me lo preguntas, convivir con dos hombres es algo desafiantes, mis primos tienen las personalidades mas opuestas que puedes visualizar.

-Creo que pasa muy común entre familias.

-¿A sí? Cuénteme sobre la suya, no es por inmiscuirme, perdón por el atrevimiento, pero preguntaba por la relación de hermanos que tiene con la suya.

-No importa, no me molesta, creo que a veces las mujeres son difíciles de controlar.

-¿Cuántos años tiene?

-Apenas cumplió diez, mi madre dice que, si veo a mi hermana como un remolino, debería esperar a ver a mis hijos.

Rei.

-Que curioso mis padres dicen lo mismo. ¿Por qué muchos edificios tienen algunos ladrillos sobrando de la estructura? – Señalo hacia un edificio en particular.

-Arquitectura sueca, en el siglo XV la monarquía buscaba identidad y se propuso que algunos edificios fuesen construidos así, la mayoría han sido renovados, pero los mas antiguos conservan la esencia.

-que agradable escucharlo, había pensado que se trataba de algo malo.

-Oh no, alteza, las arquitecturas suecas deben pasar por un protocolo estricto antes de poder ser habitables.

Caminamos unas calles mas y mientras seguíamos inmersos en platicas casi usuales llegamos a mi próxima visita, el centro de tecnología avanzada. Era un edificio de tres plantas con un espacio enorme entre salas, nos recibió el gerente y el fue el encargado de darme un recorrido.

La primera planta se trataba con todo lo relacionado a la robótica, había muchas personas trabajando sobre nuevos proyectos y mejorando algunos que iban a ser presentados en la próxima feria internacional, platique con dos personas encargadas del área y si soy sincera, me sorprendían los proyectos más que lo que me explicaban.

El segundo piso se trataba sobre la vida inteligente y no solo se mencionaban robots que pudiesen interactuar con humanos, sino que ya no habría necesidad de poder escribir en una computadora o en el buscador lo que quisieras, sino que ellos estaban desarrollando el comando voz desde que encendías tu dispositivo, como si fuera tu asistente solo que en la computadora se realizaba todo lo que pedias, así como decir "abre Word" y comenzar a decir que deseas que se escriba sin necesidad de tocar el mouse o teclado. Buscaban mejorar mas en ese aspecto y aunque lo estaban logrando necesitaban mejorías.

El tercer piso desarrollaba, pantallas 3D desde dispositivos táctiles, a pesar de que Suecia consideraba que el futuro ya estaba llegando, sus prototipos en este ámbito estaban muy poco desarrollados, pero sin lugar a duda, estaban más avanzados que cualquier otra nación. Me sorprendí al conocer que no solo aquello contaba como un trabajo remunerado para las personas que estaban ahí, sino que esas investigaciones se estaban logrando con el fin de que Suecia fuese el primer país en donde la tecnología fuera el dominante.

Tomamos un descanso entre los asistentes en la sala de reuniones del lugar y los encargados explicaron a detalle el propósito de todo aquello, la robótica buscaba que las discapacidades no fuese un impedimento para nadie, que si algún sueco tuviese una discapacidad y recurriese al lugar se le otorgaría la mejor solución y se le daría seguimiento, así como la vida inteligente no estaba diseñada para ocupar lo que pudiésemos hacer por nuestra cuenta sino que seria mas practica para aquellos con limitaciones (sordera o ceguera) y la parte 3D se desarrollaba para que la educación fuese más útil para todos, para que así como se invierte en buena tecnología igual se pueda invertir en otras ramas pero con sustentos dignos.

Al terminar nuestro descanso, mi tiempo había finalizado por hoy, la reina y el príncipe salimos a poder platicar un rato con la multitud y convivir con ellos, después de todo, por ellos era por quienes seguíamos aquí.

-Fue un gusto pasar esta agradable mañana y parte de la tarde. – Me despedí de ambos con el protocolo.

-El gusto es nuestro, alteza. La esperamos en el palacio para nuestra cena.

-Gracias por la invitación, estaré puntual.

Subí al automóvil y este partió a nuestra habitación en la residencia del primer ministro.

-¿Tendré el almuerzo con el primer ministro? – pregunte al llegar a nuestro destino

-No alteza por este día se han terminado las reuniones, permaneceremos dentro de nuestras habitaciones solo las comidas y cenas serán en presencia del primer ministro.

-¿Y mi cena de bienvenida en el palacio real? ¿No se supone que es hoy? La reina me ha confirmado.

-Alteza, la cena es mañana, aun tenemos cinco días para seguir hospedados aquí, mañana el desayuno lo tomará con el príncipe e irán a un recorrido por hospitales se tiene previsto que termine antes del almuerzo y después de la comida asistiremos a lugares de pediatría especializados con su majestad. Y por último en la noche asistiremos al banquete en su nombre realizado por el rey.

-¿Así que mañana será el día pesado?

-Si alteza, así que por el momento le recomiendo que tome este tiempo libre como descanso porque necesita recargar baterías para mañana.

-¿Entonces podré hacer lo que sea esta tarde?

-Mientras todo sea bajo su dormitorio esta bien, siempre y cuando no arme un escándalo.

-Tranquila ya no esta Nicolas conmigo.

-¿Puedo pedir algunas frituras en mi recamara? Creo que me encargaré por primera vez de solo tomar un día de descanso.

-Buscaré que alguien le traiga algunas, ¿Qué desea?

-Chocolate, palomitas, dulces salados y de preferencia algo local, no lo sé pueden ser dulces que no conozca, pero que no sean picantes, aun no me llevo con ellos.

-Haré lo posible alteza.

Al llegar a la residencia del primer ministro, ingresamos por una puerta discreta y caminé directamente a mi habitación, sin encontrarme a nadie a mi paso y solo enfocándome en lo agradable que seria mi tarde.

-Alteza, iré en busca de sus gustos, regreso enseguida, si necesita algo solicítelo con los guardias fuera de su habitación, no salga por ningún motivo por favor, confiaré en usted.

-¿No tendré a alguien que me vigile por dentro?

-Alteza no creo que sea necesario ha demostrado que puede cumplir con su palabra.

-¿Tampoco en las noches?

-Creo que ya le he respondido. Con su permiso, enseguida regreso.

Y si, me quede sola en la habitación pensando como James y yo podríamos superar este limite al parecer sus servicios de guardia personal ya no iban a ser requeridos.

Después de tanto sacrificio, por fin tendría un día sola, me desvestí y al buscar en los armarios algo que fuera cómodo, solo pude encontrar pantalones de algodón y blusas básicas. Me puse unos calcetines y los adentré en las sandalias que mi equipo de vestuario se había encargado de añadir, mejor dicho, que metí en las maletas a escondidas, ya que eso no era digno de una princesa.

Mi celular comenzó a sonar sobre la cama y mi tiempo de descanso se veía arruinado Nicolas era el culpable.

-¿Qué se te ofrece?

-Claro, tengo el mejor día de todos, ¿Si me ha ido bien? A que no sabes, he visitado toda Dinamarca y puedo decir que ya regresaré a Italia he hecho una representación diga de la Corona. Gracias por preguntar. Ojalá a la próxima seas amable.

-Nicolas, disculpa mi poca cortesía, ¿Cómo han ido estas horas?

-Prefiero discutir con mi hermano, ¿Si sabes que tu novio se pone pesado cuando quiere?

-No es mi novio entiende y, además, ¿Por qué estas en el palacio si debes estar en la residencia del ministro?

-Porque ya estaba pactado que me quedaría en el palacio por ser ya casi una sola familia por tu compromiso en puerta.

-Entiende que no hay ningún compromiso.

-Eso no dicen aquí.

-Nicolas comienzo a asustarme.

-Deberías, yo te advertí que seguir con este cuento de novios no era buena idea.

-Entiende que Frederick saco de contexto lo que teníamos, habíamos dicho que apenas nos estábamos conociendo y que yo no quería una relación seria.

-Pues si esto no es lo que pactaron, entonces no sé que es. Si no arreglas este asunto hoy en la noche, iré y le contare a hombre buenas cogidas que te estas cogiendo a otro.

-¡Nicolas! Esta bien lo haré hoy después de la comida, espero que ustedes no tengan nada en la agenda.

-Puedes llamar a partir de las cinco, tengo un ultimo compromiso con tu novio después de la comida y termina a esa hora.

-¿Y que se supone que debo decirle? Frederick lo siento, esto no es lo que habíamos acordado ¿O qué?

-Eva eres tan inteligente que se te ocurrirá algo mejor, no me digas que no sabes que decirle.

-Tengo miedo de como reaccione la corona, sabes que no estamos aquí por gusto.

-Dudo que la abuela se entere de este cambio.

-Ella lo sabe todo.

-Pues si no le gusta, no tiene de otra mas que enojarse. Tranquila además esta a miles de kilómetros como para venir y reprenderte. Olvidémonos un rato de esto y mejor cuéntame, ¿Ya has cogido con tu hombre desde que llegaste?

-Nicolas, ¿Tu no vas a cambiar cierto?

-Bueno, ya que yo no tengo actividad nocturna por lo menos me caería bien que me contaras las tuyas.

-Eres un loco, ¿Lo sabias? Como crees que te voy a contar mis intimidades, tendré que pagarte un psicólogo al regresar.

-Eres una aguafiestas, mejor iré a cambiarme porque no tardan en regresar por mí. Te deseo suerte al rato, estaré al pendiente, sino lo haces, ya sabes que pasa.

-Si yo también te quiero, cuídate. Tonto.

-¿Que dices? ¿Qué me regalaras un viaje al terminar este martirio? Lo acepto, necesito escaparme a las playas.

-Te voy a mandarte a una isla sin retorno.

-También te quiero Eva. Besos – Rio antes de colgar.

Las golosinas apenas y las había probado cuando Leticia se encargó de traérmelas a mi habitación. Platicar con Nicolas solo me había puesto los nervios de punta y mi comida con el primer ministro no ayudo mucho, puesto que solo estábamos comparando costumbre y temas demasiado vagos.

Mis pocas horas en la tarde, solo se resumieron en buscar la explicación adecuada para decirle a Frederick que esto no podía seguir en pie y que, si deseaba dejarme mal con la prensa que lo hiciera, estaba dispuesta a redactar mi propio título y todo el drama, con tal de que la monarquía no se encontrara en líos.

5:00 pm. Mi sentencia había llegado, era arriesgarme o dejar que todo esto siguiera y el golpe final iba ser peor. Llamé a Leticia para pedirle prestado su teléfono, ya que nadie más debería saber que he conseguido uno nuevo. En el tercer timbre la otra línea contestó.

-Frederick.

-Hola... Frederick soy Eva. – Fruncí los ojos esperando que no reconociera mi voz.

-Amor, hola, perdón por no notar el número, pero he tenido un día ajetreado, ¿Sabes que ser anfitrión es agotador?

-Si, me imagino lo que debe ser – fruncí los labios – Necesitamos hablar.

-¿Quieres que vaya a Suecia? Tomaré un vuelo ahora mismo.

-No, no. Creo que lo que tengo que decirte es corto y preciso.

-No me gusta por donde va esto.

-Frederick, creo que has malinterpretado todo.

-¿Pretendes dejarme por una llamada telefónica? Me parece muy descortés de tu parte.

-No te estoy dejando, porque esto nunca fue una relación consensuada. Frederick, habíamos dicho que íbamos a ser amigos y si se daba algo ambos debíamos estar conscientes. Pero creo que tu fuiste el único que se hizo ideas erróneas.

-Eva ambas casas sabían que teníamos un noviazgo y que estamos próximos al compromiso.

-¡Tu fuiste el que hizo que todos pensaran eso! Frederick yo siempre te dije que lo nuestro estuviera en secreto, que nadie debía enterarse. Pero todo lo hiciste mal.

-¿Pretendes culparme de tus desgracias desde que te enamoraste de tu profesor y a pesar de la desaprobación de la reina aun sigues con él? Que bajo has caído Eva. – su voz era de molestia.

-No te permito que me quieras insultar Frederick, te consideraba mi mejor amigo en esta nueva vida, tú sabias que mi comienzo en la realeza no había sido tan favorable y pensaste que eso me llevaría a una relación contigo, pero no fue así, lo siento no me puedo enamorar de ti.

-¿Estas con él ahora mismo cierto? ¿Te ha convencido que tendrás mejor vida fuera del palacio?

-No, por supuesto que no Frederick, ¿Cómo te atreves a pensar cosas así?

-Me parecías mas inteligente Eva. Pero creo que con unas cuantas veces te ha logrado dominar.

-No te permito que me insultes y menos de esa manera, ¿Qué hice para que seas así conmigo? Cuando siempre te dije los límites que tendríamos tú y yo.

-No pienso seguir gastando mi tiempo contigo y no pretendas buscarme más, solo espero que lo puedas resolver con tu abuela y si esto nos lleva a problemas de diplomacia recuerda que eres quien lo ha creado.

-Frederick no puedes... - Colgó - hacer esto. 

Le entregué su celular a Leticia y no tardo en llegar un mensaje.

-La reina desea hablar con usted.

-¿Y como haremos eso? No tengo como comunicarme con ella.

Salió de mi habitación y en cuestión de segundos tenia un iPad en la mano, la puso en la mesita y me ordeno sentarme, segundos después la videollamada estaba en pantalla.

-Eva, ¿Por qué no has avisado de tu decisión?

-Majestad lo lamento, además no era una decisión, nosotros no manteníamos ningún tipo de relación.

-Ya no importa qué relación mantenían Nicolas esta con ellos y si me llega un comunicado a media noche o mañana por la mañana esto quiere decir que estaremos en problemas, nunca se ha suspendido un viaje a la mitad.

-Majestad le aseguro que mi intención no era afectar a terceros, debía resolver esto pronto, no podía seguir mintiendo.

-Espero que no nos estés ocultando mas cosas, porque si no esto será un problema mayor.

-Majestad le aseguro que ya no tengo algo mas que decir, solo no podía seguir viviendo con esta mentira creada por Frederick y si lo desea seré quien de la cara por el lio si lo llega a saber la prensa.

-Si la prensa da un comunicado con referencia a esto deberemos hacer acto de presencia, pero no de manera compulsiva, debemos pensar lo que se debe hacer.

-¿Nicolas se quedara en Dinamarca o será enviado a Italia?

-Aun no lo sé, espero que todo marche bien, después de esta semana podremos determinar lo que sigue si aun no hay problemas.

-Lo lamento su majestad.

-Solo espero que tu decisión no tenga nada que ver con el señor Acker, porque si es así tendremos un problema mayor. Termina tu agenda de la semana y regresas a Italia.

-¿Mis padres aun no saben nada cierto?

-Los pondré al día después de esta llamada.

-¡Abuela no puedes hacer esto!

-Necesitan estar advertidos de lo que puede suceder.

-¿Qué es lo peor si no cometí un delito?

-Somos la monarquía Eva, ya deberías haberlo entendido, no funcionamos igual que las personas ordinarias, somos una institución con mucho poder y si la relación entre casas reales se rompe no entraremos en guerra de muertes, sino de diplomacia, esto es aun peor.

-¿Entonces que pretende que yo le ruegue a Frederick de volver a algo que no teníamos?

-Pudiste analizar tu situación y tomar una mejor decisión.

-¿Qué me esta queriendo decir?

-Mañana volveré a comunicarnos para ver que nada se salga de control.

Colgó y mis ánimos se vinieron abajo. Algo me decía que esto podía empeorar.

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