Capitulo 15
-Uno, dos, tres... ¡sonrían! – Un enorme flas nos dejo casi ciegos.
Esta vez habíamos aterrizado en Túnez y para mi alegría no habíamos llegado de noche, sino que se decidió que el aterrizaje fuera en la mañana. Para nuestro primer día estábamos dando un recorrido por la playa.
La brisa del mar, la arena entre los dedos y el aire soplando era lo mas satisfactorio de mi vida. Me quedaría aquí mil años. Por primera vez desde que se inicio el viaje de un mes, nuestros secretarios y guardias se encontraban alejados de nosotros, ya habíamos caminado unos ramos mas lejos de ellos visitando la playa y no se habían acercado para nada.
Como era por protocolo Nicolas y yo debíamos seguir a Carlos a donde fuese mientras estuviera hablando con algún encargado de las áreas que estuviésemos visitando. Un buen rato después de caminar sobre la arena con los tacones en mano fue prudente ir a visitar las tiendas turistas que se encontraban unos metros arriba de la arena.
Las personas al vernos caminar cerca se hacían a los lados, dándonos la libertad de poder ver todo sin problema. El pequeño lugar se parecía a Santorini, Grecia, los locales estaban construidos de madera y pintados de blanco por fuera, uno con otro se unía, no tenían espacios de separación y mucho menos existían colores llamativos, el blanco era muy brillante que daba la impresión de que nunca se manchaba.
Las tiendas iban de restaurantes, de ropa, zapatos hasta artículos para nadar. El presidente de Túnez nos invito a entrar a unas de las tiendas para poder ver lo que ofrecían al público, en un principio pensamos que Carlos declinaría pues esto no estaba en los planes, pero no fue así, aceptó y Nicolas y yo encantados entramos sonriendo para saber que podíamos gastar.
Esta primera vez era una tienda de trajes de baño y cosas de bucear, a los tres el interés fue poco, pues ninguno tenia planes de meterse al océano una vez termináramos este recorrido. El encargado amablemente nos enseñaba los artículos y nos decía sobre la incrementación de ventas en épocas de verano y sobre nuestra famosa presencia, nos pidió una foto juntos, pero de manera educado tuvimos que declinar, la realeza no daba fotos ni autógrafos.
La siguiente tienda fue una boutique de hombre. La empleada nos dio una cálida bienvenida a su local y nos ofreció bebidas refrescantes, bebimos un sorbo solamente por esas cosas de envenenamiento y protocolo. Nicolas identifico unas playeras veraniegas que le encantaron y no dudo en pedirlas. Carlos lo miraba de repente y en movimientos pequeños desaprobaba la decisión de su hermano en comprar cosas.
-¿Eva que te parece este short? Creo que va muy adecuado a las islas hawaianas.
-Me parece que sí, pero ¿Dónde has visto una isla hawaiana si tenemos la mejor vista aquí en Túnez? – Respondí de manera muy formal.
-Aunque es una pena que no podamos disfrutar de las exquisitas aguas allá abajo, me lo compraré.
La empleada se veía muy feliz pues tal vez por primera vez un príncipe le compraba un articulo playero. Sí, eso sería muy llamativo para los próximos clientes.
Al salir de esa tienda por ordenes no dichas de Carlos nos dirigimos a una boutique de mujeres y a decir verdad ahí existían muchas prendas que la corona italiana no me dejaría comprar pero que mi Charlotte interior de Canadá agradecería tener en su closet.
Mientras Carlos hacia lo de siempre y Nicolas le daba sus bolsas a Phill recorrí con la yema de los dedos aquella pequeña tienda. Las telas tenían un toque suave al tacto y eran de colores tan llamativos que no podías dejar de verlos, tenia un enorme impulso de comprarme alguno, pero mi mente me advertía que no era buena idea.
-¿Te gusta tanto? ¿Por qué no lo compras?
-Carlos ha dicho que no, así que no lo quiero hacer enojar. -Susurré.
-Olvídate de él. Si te gusta cómpralo, no podremos volver aquí hasta dentro de unos cincuenta años, si es que seguimos vivos. ¿Señorita? ¿Puede mostrarle esta falda a la princesa en talla...? – Me tomo de las caderas y me dio vueltas. - ¿Cinco? ¿Siete? ¿Tres? ¿Cero? Ay no sé qué talla sea, pero de le una de cada una.
-Una siete por favor.
Nicolas me guiñó un ojo, mientras su hermano nos miraba enfadado.
-¿Me acompaña por favor princesa?
-Solo Eva.
La encargada me llevo al probador de damas y me entrego una falda larga con abertura a lo alto de la pierna en color naranja con diseño de flores rosas y ramitas de hojas. Mientras me probaba la falda la encargada me entrego un vestido blanco con puntos arriba de la rodilla y me dijo que iba de parte del príncipe, me asomé por la puerta y era Nicolas escogiendo más ropa para mí. Otros dos vestidos más asomaron a mi probador, uno en rojo con puntos blancos y una abertura en el cuello en forma de V con olanes de la misma tela. De igual modo en el mismo diseño me dio uno color verde solo que este era similar al blanco pues tenia las mangas un poco largas (antes de llegar al codo) y tenia un cierre invisible en la parte de atrás.
Un vestido largo en color perla esta vez me entregó la encargada. Este era un diseño de flores por todas partes y se ajustaba en la cintura con una tela del mismo color. Lo único malo para usar en la realeza era que dos tiras de lineas gruesas tapaban los senos y no cubrían la espalda, dejando al descubierto los costados y haciendo una abertura pronunciada en el pecho.
-Creo que este no. ¿Qué le parece si lo intercambiamos por uno cerrado?
-Esta bien iré por otros modelos.
La encargada tardo un poco más en regresar y al tocar la puerta, vi a un Nicolas parado con el vestido no deseado.
-¿Cómo que vas a rechazar este vestido?
-Nicolas, no es apropiado para una princesa.
-¿Cómo de que no?
-No tendremos esta charla en el probador, así que, si no te importa, me voy a cambiar.
-Te lo vas a probar porque digo que te lo vas a probar. Sino le diré a hombre musculoso que da buenas cogidas que venga y te lo ponga, de seguro el si te va a convencer.
-Lo voy a comprar, pero no me lo voy a medir y tu no le vas a decir a nadie que venga.
-Si se lo lleva señorita. – salió victorioso.
Unos momentos después la empleada llego con un jumper color perla con pedrería incrustada en las mangas y en los tobillos. Era completamente liso y en la cintura también lo acompañaba una ligera línea de perlas con figuras, el cuello era redondo y en el lado derecho tenia un cierre invisible que lo hacia ver pegado a la piel. Sin lugar a duda lo compraría por ser mi ultimo viaje.
-¿Les importaría si avanzamos? – Un carraspeo de Carlos nos aviso de que era hora de dejar de jugar.
La encargada se dirigió a la caja con todas las prendas y le dije a Leticia si terminaba la compra, ella de buena manera dijo que sí y me pidió que siguiera con el tour. Hice caso y caminé a donde Carlos nos decía.
La parada en los restaurantes fue corta, porque nuestro tiempo ya se había reducido demasiado. Así que solo Carlos se encargó de hablar con los chefs y Nicolas y yo probamos todos los platillos que estaban a nuestro alcance, cremas, sopas, platos fuertes y postres. Mi paladar no podía con tanto. Nicolas hasta pidió para llevar y Carlos apenas quiso probar un postre, diciendo que nosotros ya habíamos terminado con todo.
El recorrido termino y tuvimos que volver a lo que ya era nuestra segunda casa, el hotel. Como de costumbre comimos casi en silencio, pues Nicolas esta vez solo enviaba indirectas a Carlos sobre su relación sentimental y la supuesta infidelidad de este.
Leticia nos aviso que era hora de volver a las habitaciones y dentro de tres horas aproximadamente nos avisaría nuestra próxima salida a la cena con el presidente de Senegal. Que, a pesar de haber pasado el desayuno con nosotros, tenía un itinerario diferente.
-Voy a dormir estas horas, así que no molestes.
-Pensaba en que fuéramos por unas copas al bar del hotel.
-¿Si recuerdas que no podemos salir de estas habitaciones?
-Bueno que tu hombre buenas cogida nos traiga dos margaritas.
-¿Por qué te empeñas en llamarlo así?
-¿Así lo llamas tu no? – Lo mire extraña.
-No, así no lo llamo. Tiene un nombre y eso es todo.
-Si, como no... no me digas que le dices esas ridiculeces de mi amor, mi vida, mi bebe, mi niño hermoso, mi corazón, mi cosa divina.
-¿Acaso tengo quince años?
-¿Entonces por que no llamarlo hombre buenas cogidas?
-Nicolas, no seguiré discutiendo los apodos sobre mis parejas.
-Aunque te moleste yo digo que si le va bien.
-Mejor ve y dile a la cara a Carlos que tu no fuiste.
-¿No fue qué?
-Carlos, hola. – respondí sorprendida por verlo en mi habitación.
-Ya me largo de aquí.
-Tú no te vas hasta que te lo ordene, ¿Pueden decirme de que hablaban?
-Claro su alteza, o ¿prefiere majestad? – Respondió Nicolas con sarcasmo.
-Nicolas ya dile, nunca terminaremos bien si no arreglan las cosas.
-¿Se pueden explicar uno de los dos?
-Los dejare a solas.
-No Eva, es tu habitación te puedes quedar, además, ¿Qué haces tu aquí?
-He venido a arreglar unos asuntos con Eva. – respondió Carlos.
-Entonces arreglan ustedes primero sus cosas y después me buscan.
-¡Nicolas! Si no le dices le digo yo.
-¿Decirme qué?
Con la vista incite a Nicolas que hablara, pero él se rehusaba. Así que me adelanté.
-Carlos, ¿Podrías mostrarnos la foto que te han enviado de tu novia y Nicolas?
-¿Qué?... ¿Ustedes como saben de mi novia y de la foto con Nicolas?
-Solo lo sabemos y ya, si quieres que te diga la verdad detrás de esa foto muéstrala.
-¿Por qué te tengo que hacer caso? ¿Lo vas a negar?
Ambos estaban muy cerca como para matarse uno con otro.
-Carlos, por favor. – intervine. – si quieres saber la verdad por favor muéstrala.
-No, hasta que me digan que traen entre manos.
-Nicolas no se acostó con tu novia, la foto es un fotomontaje.
-¿Qué estas diciendo? Son mentiras. Eva conozco a Nicolas, ¿Cómo le vas a creer?
-Porque lo conozco te lo estoy diciendo y te estoy pidiendo que me muestres la foto.
Carlos a regañadientes buscó la misma fotografía que James nos había mostrado.
Tome el celular entre mis manos y le enseñe el porque la foto era un fotomontaje. Las mismas conclusiones que tenia sobre la foto inicial eran las que le estaba explicando.
-Eva, como sé que lo que me dices no te lo dijo él.
-Por qué ni el mismo se conoce y si lo quieres corroborar... Nicolas levántate la camisa.
-¿Qué? No, a mi no se me apetece hacer un trio con mi hermano. - Lo miré mal. – Si, si, ya lo hago.
Se desabrocho la camisa color vino y al juntar la fotografía con el torso de Nicolas todo era cierto, Nicolas no era ni del tono del de la foto y mucho menos tenia un abdomen tan trabajado. Y hasta para asegurarnos que no era él vimos que Nicolas tenia un lunar justo al lado del ombligo que parecía más como una huella perruna.
-No sé que decir.
-Lo siento hermano, he sido una mierda contigo, seré tu esclavo por la eternidad. Sí eso bastaría. - Carlos y yo lo quedamos viendo. – aguafiestas.
-Si hubiéramos sabido de tu enojo desde el principio pudimos evitar esta tortura.
-¿Por qué nunca dijiste que preferías a las rubias? así pude haberte mostrado varias amigas.
-Nos conocimos en una de las fiestas de uno de mis amigos.
-¿Amigos? – respondimos Nicolas y yo.
-Si, ¿De qué se sorprenden?
-Es muy inusual que tengas amigos a esta edad, he vivido contigo en la misma casa y nadie de tus amigos han venido y mucho menos has salido de fiestas.
-No tengo porque decirte que hago y que no.
-¿Entonces yo sí?
-Tu privacidad no me interesa, pero a la corona sí y por ser la cabeza de aquí me incluyen en saberlo todo.
-Oh si claro, solo por ser el futuro rey.
-No me malinterpretes, pero...
-Ya no me interesa lo que digas, solo acepta que te equivocaste de novia y no sabemos quien te haya mandado eso.
-Fue la misma Catlyn dijo que tu la estabas amenazando con estas fotos.
-Se que no es mi problema, pero ¿Por qué ella te mandaría esa foto? ¿No se supone que si alguien quisiera hacerte mal te lo hubiera enviado el que amenaza?
-Pues me dijo que para que esto no se saliera de nosotros dos, porque Nicolas le había dicho que si ella decía algo podía mover influencias y ella quedaría mal ante su estatus social. Así que solo me pedía que le diera la cantidad acordada por Nicolas y unos documentos de la corona oficiales.
-¿Qué? ¿Estas escuchando lo que dices?
-Al principio tampoco creía que Nicolas fuera hacer eso, pero después mis sospechas salieron a flote y pensé que si podía ser real.
-¿Y le diste algo?
-No, me negué primero porque estaba dispuesto a cobrárselas a Nicolas por traicionarme.
-Y es por eso por lo que te has comportado como una mierda. – Nicolas no dejaba de insultar.
-Me porté mal, lo acepto, pero entiéndanme. Catlyn me lo dijo llorando y desesperada y además conociendo la reputación de Nicolas si era coherente.
-¿Cuánto tiempo llevas con tu novia?
-Apenas cumplimos tres meses.
-¿Es de estatus social alto verdad?
-Lo he dicho antes.
-¿Han salido juntos? ¿Le has comprado algo? ¿Cómo se comporta?
-¿Eva a donde quieres llegar?
-Cállate Nicolas, tengo algo en mente y si mis sospechas son ciertas se quien hizo el fotomontaje.
-Hemos salido juntos, pero solo en las noches y con lugares completamente vacíos, no ha entrado al palacio, pero si hemos cenado cerca. Le he comprado obsequios que me ha pedido o por iniciativa propia le he dado. Es muy linda, ambos conectamos a la primera.
-¿Cuánto has gastado? ¿Le has comprado su capricho mas caro?
-En cifras no sabría decirte porque lo ha pagado mi secretario todo, él tiene el numero de las cuentas y sobre lo de su capricho más caro, no lo llamaría capricho, más bien es algo imposible de conseguir.
-¿Cómo qué?
-Quería que en su cumpleaños le regalara la isla en la cual habíamos pasado nuestro primer mes juntos.
-¿Qué? – Respondimos Nicolas y yo.
-¿Fue muy apresurado? Pensaba en llevarla a un viaje por Venecia o los viñedos de la abuela, pero dije que eso no seria un buen regalo.
-A mi me llevaron a una cabaña. – Encogí los hombros.
-Yo fui a un Mcdonalds.
-¿Enserio tu primera cita para celebrar algo fue en un Mcdonalds? – Pregunté.
-Ah no, mi primera cita fue en el club de siempre, pensé que hablábamos de lo que hicimos la semana pasada.
Me golpee mentalmente.
-Bueno creo que nos gana Carlos en las mejores sorpresas.
-¿Fue mucho? – Sonrió a medias.
-Demasiado diría yo. Y por lo que me has dicho, no dudo que tu novia te haya pedido regalos demasiado costosos a la altura de la realeza.
-¿Entonces me estas diciendo que ella es quien hizo todo esto por dinero?
-Para ser la cabeza de este grupo de tres y ser el próximo rey, creo que no eres tan inteligente como parece.
-Hablaré con ella, no me parece justo lo que ha hecho.
-Y a mi no me parece justo que nos castiguen por nada.
-Lo siento Nicolas, lo siento. ¿Cómo puedo enmendar mi error?
-No lo sé... algo se me ocurrirá.
En las visitas a los orfanatos y escuelas de bajos recursos Carlos interactuaba lo mas corto posible con los encargados y aprovechaba el mayor tiempo con los niños, para que estos estuvieran cómodos con él les hablaba en su idioma árabe. Nicolas y yo lo vimos asombrados no pensamos que dominara tan bien el idioma, Carlos nos ocultaba más cosas de las que creíamos.
Los niños estaban encantados que uno de los tres pudiera comunicarse con ellos sin la falta de un traductor o haciendo mímica para tratar de decir algunas cosas. Estaban muy animados por nuestra visita. Carlos se encargo de darles una pequeña clase de ingles para hacer mas grande su vocabulario en ese idioma, aunque en sí ellos ya conocían lo que Carlos les decía.
Jugamos, reímos y hasta bailamos, el tiempo con los niños siempre era tan corto y a la vez tan lleno de recuerdos. Al salir de esos lugares por iniciativa de Carlos saludamos a las personas que se encontraban a unos metros de donde se habían quedado los automóviles, muchos nos alaban por nuestra gran labor de casi toda la semana y por estar muy comprometidos por ver por el prójimo.
Las visitas siguientes consistió en visitar lugares de trabajo en fabricas que albergaban mas de quinientos mil empleos, por parte de la ONU estos tenían un chequeo anual para que las normas se cumplieran y no hubiera explotaciones a los trabajadores, la primera empresa fue una industria de partes automotrices y accesorios metálicos para distintos fines. El equipo de protección cumplía con los estándares básicos y se proporcionaban las herramientas adecuadas para llevar a cabo un ensamblaje. En la empresa no existía la discriminación de género, ya que en varios puestos se encontraban las mismas cantidades de mujeres y hombres, el ámbito laboral si se encontraba armónico y al ser una empresa con requerimiento de trabajo en equipo este no se veía ausente.
La segunda empresa fue una textilería en donde se fabricaban prendas de ropas básicas para ser exportadas a otros países e importadas dentro del mismo. El equipo de cargamento pesado si consistía en hombres y la parte manual, de ensamblaje ya lo tenían al cargo de mujeres y era entendible puesto que en autentico siglo XXI aun las mujeres son quienes desarrollan mejor la habilidad. Grandes mesas de trabajo y telas estaban puestas por todo el lugar, el dueño había comentado que una fabrica adjunta se encargaba del diseño de las telas y la fabricación, así como toda la materia prima y la manufacturera. Sin lugar a duda este albergaba más de 600 mil empleos desde la recolección de la materia prima y el producto final, pues era una cadena de socios que se habían unido para lograr que en Túnez existiera un mejor nivel de vida.
-¿Por qué no han incorporado la sastrería? – preguntó Nicolás a media explicación de lo que se fabricaba por parte de uno de los dueños.
-Somos proveedores en telas de los sastres del país al igual que exportamos algunas telas a otros países. No lo hemos acogido por que las casas de moda masculina tienden más a ser los principales vendedores en el tema.
-Mi idea me parece que, así como las mujeres buscan ropa de calidad y precios económicos de igual manera los hombres, solo que esta vez serian atuendos de calidad.
-El mercado en hombres es muy básico y no se extiende mucho, en el de las mujeres las tendencias de moda son infinitas y tienen la aprobación de llevar puesto lo que sea, mientras que los estándares masculinos son más de prendas básicas.
-No me estoy refiriendo a que los hombres deben usar falda, tal vez si hicieran estampados en las prendas masculinas no vistas nunca y se vendieran a menor precio se pudiese entrar en el mercado masculino.
-He comprendido su idea alteza. Pero nos llevaría años entrar en el mercado, esta textilería tiene más de 50 años en función y llegar al mercado masculino seria iniciar de nuevo.
-Nunca hay las de perder. – Dio por finalizada su plática.
Hablamos con unos empleados y nos involucramos más en el tema de lo difícil que era mantener una fábrica como aquella, ya que en los últimos años el mercado se había extendido tanto que no había país que no fabricase su propia tela y ropa.
-¿Por qué de pronto te intereso que no fabricaran ropa de hombre? – Pregunte en el auto.
-Pensé que, contando con tantas extensiones de tierra y tantos trabajadores, también invertían en ese mercado y mira que los hombres si gastamos en ropa solo que en promedio medio.
-Es tal vez para no pagar a mas trabajadores y ver a futuro por si la empresa quiebra.
-¿Y no crees que invertir seria mucho mejor? La ropa de hombre no es tan barata que digamos y llegar a un mercado neutro con buenos precios seria la razón del éxito. Podría ser competencia para las grandes marcas.
-Creo que has encontrado donde invertir tu dinero.
-No lo había pensado como meta personal, pero ahora que lo pones en otro contexto podría ser una buena inversión para mi futuro.
-Sí, claro que sí.
Al llegar a nuestro hotel y ser ya nuestra última noche ahí Leticia nos mandó a cenar, porque al día siguiente partiríamos a medio día para nuestro ultimo destino, en mi caso Suecia.
-¿Cómo serán los vuelos mañana?
-Viajaremos hacia Suecia primero, después a Dinamarca y por último a Alemania.
-¿Quién se quedara en Dinamarca?
-Su alteza el príncipe Nicolas.
-¿Es enserio?
-Ya estaban destinados a cada país.
-¿Y donde nos hospedaremos?
-Estaremos en casa del primer ministro.
-¿Por qué no en un hotel?
-Porque al ser una visita de estado no podemos quedarnos donde queramos.
-¿Después de una semana partiremos a Italia a descansar cierto?
-Así es alteza.
-Que dios me apoye en esa semana.
-Así que han arreglado sus asuntos familiares. – Cerro la puerta.
-¿No fue lo que recomendaste?
-Creí que no me harías caso. – Me beso detrás del cuello.
-¿Por quien me tomas?
-Siempre fuiste una rebelde ante mis órdenes.
-Todo cambia.
-Puedo dar fe y credibilidad a eso.
Juntamos nuestros labios en un cálido beso.
-¿Te quedaras esta noche?
-Por el resto de mi vida.
-No has descansado desde que aterrizamos, ya llevamos una semana, ¿No crees que hoy debamos solo dormir?
Su garganta emitió una risa ronca.
-Cariño todos los días dormimos.
-No es cierto... bueno sí, pero dormimos después de gastar nuestras ultimas energías.
-Cariño, si no crees que duermo, te aseguro que después de hacerte el amor duermo más que en toda mi vida.
-Me preocupas, cuando me levanto tu ya estas en modo seguridad personal y todo el día me sigues como mi sombra y cuando nos quedamos en estas cuatro paredes aun sigues despierto, ¿Estas seguro que si descansas?
-Te aseguro al cien por ciento que descanso mucho cuando estoy a tu lado y nunca me cansare de estar despierto para ti las veinticuatro horas del día.
Me abrazo e inhale su perfume a través de la tela.
-¿Viajaras conmigo mañana a Suecia?
-Claro que sí, de ahora en adelante soy tu guardia personal.
-¿Hablas enserio? – Lo mire con los ojos abiertos.
-Aun falta que la reina firme el contrato, pero lo he enviado.
-¿Has enviado qué? Espera.... ¿Mi abuela sabe que estas aquí?
-No exactamente cambié documentos con mi hermano y por ahora estoy usurpando su identidad.
-¿No es eso un delito?
-Cariño nadie se dará cuenta, mi historial y el de mi hermano están tan limpios que nadie se da cuenta de que existimos. Además, cuento con un gran personal de informática como para que tu abuela no sepa la verdad.
-¿Has hackeado el sistema del palacio?
-Les falta tener nuevas tecnologías y códigos, hasta un bebe lo puede hacer.
-¡Diamond!
-Estoy diciendo la verdad – levanto las manos en rendición.
-¿Qué pasara cuando regrese a Italia? ¿Vivirás en el palacio?
-No, regresando a Italia pienso que tú y yo vivamos juntos en otro país. Te quiero solo para mí, soy tan egoísta que no te quiero compartir.
-James es muy arriesgado.
-Es mas arriesgado lo que estoy haciendo yo. Y no me quejo, si esta a mi alcance seguirte hasta el más recóndito lugar lo haré porque no pienso volver a perderte.
-Tengo que arreglar muchas cosas a mi regreso.
-Las arreglaremos juntos.
-James, ¿Por qué sigues aquí a sabiendas que lo nuestro no puede ser por la corona?
-Porque una vez te perdí y me dolió tanto que me jure no volver a perderte y enfrentarme a cualquier barrera que se nos encuentre. Esta vez no eres tú, no soy yo. Somos nosotros. Un equipo.
Lo bese con intensidad.
-No se que hice para merecerte y tampoco tu cambio repentino sobre el amor, pero en verdad me estas gustando demasiado.
James me acostó sutilmente en la cama y no dejo de besarme. Sus manos recorrieron lo largo del vestido y con caricias suaves me erizó la piel de arriba abajo.
-Eva, ¿Ya sabias a donde me van a mandar?
Nicolas entro de improviso a mi habitación y James y yo nos levantamos rápidamente.
-¡Nicolas!
-Pero vaya que espectáculo tenemos aquí. Buenas noches, señor buenas cogidas.
-Señor Reynolds. – James le devolvió el saludo.
-Si quieren yo puedo volver a la hora que hayan terminado, no hay problema.
-Ya estás aquí ¿Qué necesitas? – Lo miré mal.
-Me retiro, debo tener mis maletas listas. – James me beso la frente.
-Amigo, acomódate el pene, no se vayan a alarmar los guardias.
James se rio y nos dejo a solas.
-¿Cómo entraste? Y sabes que debes tocar siempre ¿No?
-La puerta tenía seguro, pero no hay imposibles para Nicolas, lo aprendí de Gio. A la próxima por lo menos pongan el cerrojo.
-¿Y tu punto es?
-¿Si sabias que yo tengo que aguantar a tu novio un niño mimado?
-Nicolas ya te he dicho que no es mi novio y no lo sabía, también me lo han dicho hoy.
-¿No podemos cambiar destino? Ya así aprovechas y le dice que ya deja de ser tu novio porque tienes al hombre de buenas cogidas.
-Entiende de una vez, Frederick no es mi novio y deja de decirle a James "hombre de buenas cogidas"
-Niégame que no te da las mejores cogidas de tu vida.
-No te tiene que importar mi vida sexual.
-Bueno no lo negaste. ¿Si cambias?
-No Nicolas, lo que menos quiero es verlo y que se haga ilusiones de lo que no es.
-¿Entonces yo si debo aguantarlo?
-Pide el cambio con tu hermano porque es el futuro heredero.
-No quiere, ¿No crees que hice eso antes de venir contigo?
-¿Y entonces que quieres que yo haga? Si eso esta fuera de mis planes.
-Pensé que serias mas considerada. Gracias por no ayudarme.
-Nicolas, yo no dije a donde nos debían mandar. No tengo la culpa.
James volvió a la habitación.
-Ya no importa yo si tengo que aguantar el infierno. Ojalá y no puedas cogerte a hombre buenas cogidas.
Abrió la puerta.
-¡Nicolas! – le aventé la almohada pero esta golpeo con la puerta al cerrarse.
-¿Estaban hablando otra vez sobre mí?
-Mas bien Nicolas estaba deseando que tu y yo ya no durmiéramos juntos.
-Creo que eso será imposible.
La mañana antes de abordar el vuelo para partir a Suecia consistía en un desayuno con el presidente de Túnez y todo su ejercito de seguridad. James ya estaba vestido y listo para sus siguientes días como mi guardia. Me terminé de cambiar y esta vez decidí usar el jumper blanco que Nicolas y yo habíamos comprado al inicio de este viaje.
-¿Sabes con que iría perfecto ese atuendo? – James se acerco por detrás.
-¿Se le ocurre algo señor?
-Creo que mi regalo de cumpleaños iría muy bien.
-James... no es porque no quiera ponérmelo, pero sabes que aquí todos pueden sospechar, por lo mismo lo tengo muy bien guardado.
-Comprendo, debemos ir con cuidado.
-Cuando regresemos a Italia y tengamos una vida normal no me lo quitare.
-Bueno, entonces me conformare con que te lleves este celular.
Me mostró un nuevo celular, el mas nuevo en el mercado.
-¿Acaso sacaste lo del collar para que aceptara este celular?
-¿Cómo crees eso de mí? Este celular solo tiene mi número y será para que nos contactemos en cualquier momento.
-¿No estarás conmigo en Suecia?
-Es probable que vayamos en vuelos distintos y aun no me han dicho si me quedare cerca o nos rentaran un hotel.
-Está bien, esconderé el celular lo más que pueda y te llamaré cuando sea necesario.
Nuestro desayuno con el presidente de Túnez fue todo un éxito hablamos sobre la importancia de la seguridad y como aquel país invertía mucho en eso porque si el país es seguro sus ciudadanos serán mejores personas y responsables con sus empleos.
Al salir de ahí con el estómago lleno y contento partimos al aeropuerto en donde nos esperaba nuestro vuelo para nuestros últimos países. Como era costumbre nos acompañó el presidente en la despedida y una parte de su cabildo. Nos despedimos de todos con formalidad y los fotógrafos de los periódicos y revistas no perdieron el tiempo para capturar cada momento y el final de nuestro viaje por África.
Esta vez los tres íbamos en el mismo avión y mi corazón no podía estar mas feliz pues Nicolás y yo podíamos volver a hacer de las nuestras y Carlos dejaría su lado amargado por un rato.
-Alteza, ¿Le gustaría cambiarse de ropa? Muy buena elección de atuendo.
-Gracias Leticia por los cumplidos y si, me gustaría cambiarme por el pijama o algo cómodo.
-Enseguida se lo dejo en la habitación. – Leticia fue en busca del equipaje.
-Vaya veo que decidiste cerrar con broche de oro el viaje.
-Pensé en que los haría sentir orgullosos saber que escogí un atuendo hecho en su mismo país.
-Me gusta, aunque hubiera sido mejor el vestido que te escogí.
-Nicolas no empieces sabes que ese no era acorde a la ocasión y mucho menos me será permitido ponérmelo.
-Esta bien. Pero aun así te vez hermosa.
Me dio un beso en la frente y ambos nos abrochamos los cinturones porque el avión estaba a punto de despegar y por fin terminaríamos con este martirio de viaje.
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