Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXIV: Fases del trabajo

Lo había escuchado repetir aquello de que Mina lo acompañara pero, por mucho que tuviera uniforme policial, no iba a dejar que se fuera con él.

Chaeyoung lo vió estirar su brazo, intentando tomar el de la rubia y lo detuvo; envolviendo el pecho de Mina con su brazo y atrayéndola a ella.

— Debe haber un error —aseguró con su mirada fija en aquel desconocido.

— Si ella es Myoui Mina no, no lo hay.

— ¿Dónde está su placa? —le preguntó Chaeyoung y lo vió tragar con nerviosismo. Sin alejarse de la rubia, se estiró hacia el exterior y no vió un móvil policial. Regresó su vista a él y apartó a Mina hacia el interior de la casa— Definitivamente hay un error.

— No, no lo hay —lanzó un resoplido con frustración y agitó su cabeza; Namjoon se acercaba a ella cual titular de una causa y para manejarla a su antojo. Con su saco volado por el viento, su corbata ajustando la camisa y aquel bolígrafo que siempre colgaba en uno de los bolsillos. Chaeyoung se irguió en su lugar y esperó tenerlo frente a ella, ladeando apenas su cuerpo cuando él pretendió ingresar a la casa— No vengo por ti, Chaeyoung. Quiero hablar con tu compañera —le dijo al insistir para avanzar.

— ¿Y para eso armas toda esta estupidez? Es una locura, estás poniendo en riesgo nuestro trabajo.

— Ella quedó fuera del equipo ¿cómo querías que la sacáramos? Inventariamos algunos problemas con la justicia y nunca más la verían por aquí...Myoui, ven aquí.

— No, Mina, no vengas —lo contradijo Chaeyoung y empujó al supuesto policía cuando intentó ingresar— ¿Quién te ha dicho que Mina está fuera de esto?

— Sabes que me gusta mantener nuestro orden. No lo cumpliste esta vez y...—Chaeyoung giró sobre sus talones y tomó del brazo a la rubia, guiándola hacia las escaleras y ordenándole que allí se quedara. Se apresuró a cerrar el bolso con el dinero robado la noche anterior y lo cerró.

— Aquí tienes tu estúpido orden —le dijo a su jefe, arrojándole el bolso contra su pecho— ahora vete o las sospechas comenzarán.

— ¿De dónde sacaste esto? —le preguntó Namjoon— ¿No me digas que vaciaste tu cuenta bancaria para salvar a tu compañera?

— Verifica mi cuenta y respóndete por ti mismo —masculló y cerró con un fuerte portazo. Pasó el pestillo y se recostó un momento contra la pared: no iban a repetir lo de la noche anterior otra vez. Era una locura y podrían salir perjudicadas en el proceso.

Se alejó de allí con brusquedad y caminó hacia la rubia, deteniéndose a unos pasos cuando la miró con dudas, con algo de miedo y su respiración acelerada se lo demostraba.

— ¿Tú sabías que él iba a venir?

— No, Mina.

— No me digas —ironizó la rubia— porque sonó como si ya te lo hubiese advertido.

— Te había hablado de esto antes. Si no avanzamos serás tú o los niños pero los sacará de esto... ¿estás culpándome? —le preguntó acercándose a ella cuando Mina resopló con sarcasmo— ¿Crees que esto está pasando por mi culpa?

— Por supuesto que no, Chaeyoung, no dije eso.

— Pero lo pensaste.

— No digas estupideces ¡por supuesto que no!

— Ay pero miren que adorable —ironizó Nancy desde el barandal de las escaleras— la parejita está teniendo un discusión matrimonial ¿Cuál es el problema? ¿Chaeyoung está teniendo muchas pretendientes y Mina no puede controlar sus celos? —agregó al bajar y acomodándose en el sillón.

— Cierra la boca.

— Uy, Mima pero tranquila —continuó— he escuchado por ahí que tienes a Somi muertita por ti.

— Cierra la boca —la calló esta vez Chaeyoung.

— Está bien —alzó las manos Nancy mientras se ponía de pie— todo lo que tu me ordenes, yo lo haré gustosa, Chaeyoung — le sonrió, le guiñó un ojo y la castaña la vió desaparecer en la cocina.

Volteó nuevamente a Mina y estaba acercándose a ella cuando la joven regresó, bebiendo tranquilamente un vaso de agua.

— A mí Somi me parece sexy —murmuró al regresar al sillón— tiene un cuerpo de modelo y su rostro tan apetecible como pocos ¿A ti, Mina?

— Pues si tanto te gusta ve y búscala — masculló la rubia.

— ¡Por favor! Babea litros y litros por ti. No habría manera de que se fije en alguien más. Tengo entendido que estás soltera, Mina, tal vez le diste a entender algo y por eso le gustas ¿no crees?

— No, no lo creo —la tajó Mina, cruzándose de brazos y moviendo su mandíbula de un lado a otro.

— Bueno...pero que tienes algo de culpa, la tienes —siguió Nancy luego de darle otro sorbo a su vaso— vas a las prácticas de futbol con ropa muy corta o ajustada y Somi tiene hormonas. Y está contigo todo el tiempo en esos días ¿segura que no haz...

— ¡Dije que no! Ya cierra la maldita boca y hazme un momento feliz al no oírte hablar —le escupió Mina entre dientes. Estaba cansada de esa niña y aquel plan de chantajear a Namjoon por echarla a cambio del dinero ya se había ido por un caño. Iba a tener que soportarla obligadamente un tiempo más. Sin embargo, no terminaba de entender qué significaba su estadía allí ¿solo observar esos detalles estúpidos de Somi y exponerlos frente a Chaeyoung? ¿O solo vigilarlas y molestarla a ella en el proceso?— Solo mantente callada, tú no me agradas y yo no te agrado a ti así que...evitémonos ¿no te parece?

— Me parece perfecto —sonrió Nancy triunfante y caminando hacia ella— solo que no estoy aquí para hacerte feliz ni un solo minuto. Pero empezaremos por evitarnos, tenemos algo en común —terminó y dejó el vaso sobre la mesa ratona. La chica le dio una última mirada a Chaeyoung y se alejó de allí, caminando a la puerta y abandonando la casa finalmente.

— Es grandioso cómo puedes intervenir a veces —murmuró Mina con ironía y Chaeyoung frunció las cejas.

— ¿No te parece que estás culpándome de muchas cosas por hoy? ¿Qué querías? ¿Qué le dijera algo y hacer lo nuestro obvio? Le dirá a Namjoon y...

— Namjoon, Namjoon, Namjoon estoy hasta el techo de tu jefe ¡estoy cansada de él!

— Créeme que yo también, Mina pero puedo asegurarte que él no es así. No lo ha sido nunca conmigo, solo está sorprendido por mi cambio y tal vez tenga algo de miedo. No puedo juzgarlo por eso.

— ¿Miedo? ¿Miedo a qué?

— Miedo a que me enamore de ti —se lo dijo con seguridad y sin aviso. Mina estaba nerviosa por lo pasado minutos atrás y la entendía, pero no iba a permitirle que la siguiera culpando de cosas que escapaban de su manejo. Se detuvo frente a la rubia y le acomodó aquel mechón de cabello que la invadía también cuando le hacía el amor; cuando Mina gemía bajo ella y el sudor lo pegaba a su frente. Acarició su mejilla y le sonrió, el miedo de Namjoon solo era miedo de él. Porque a ese paso iba a terminar enamorándose de la persona frente a ella.

— ¿Y vas a evitárselo? —le susurró Mina y ella se inclinó para besarla. Pudo rozar su boca cuando la pantalla tras ella, sobre una mesa en una esquina, comenzó a emitir señales y el sonido las ensordeció un momento.

Se separaron y caminaron hacia el computador: Somi aparecía frente a sus ojos de manera dificultosa hasta que la señal comenzó a emitirse de manera casi perfecta.

— Anoche, en el banco, tomé una tarjeta de su padre —murmuró la castaña con sus ojos sobre la pantalla—lo investigué en la madrugada. El tipo solo es dueño del banco de aquí.

— ¿Entonces?

— En su sueldo anual había demasiado ceros, Mina ¿cómo los consigue si solo tiene una fuente de trabajo?. Y además ¿hay información de él pero no de su hija?

— Exacto ¿cuál es la diferencia? En su historial hay viajes de vacaciones, dinero derrochado en casas, joyas, empleados y otros gastos completamente inútiles. Además, cada cuenta bancaria inscripta en su banco está segura, no le falta dinero a ningún cliente y es de total confianza —dijo Chaeyoung volteando a ver a Mina.

— Entonces robarles a ellos está descartado... ¿Y qué tal si lo hace su hija por él?

— Es lo que estaba pensando —murmuró regresando su vista al monitor— o tenemos que conseguir algún indicio dentro de la casa que nos diga que Somi es de alguna asociación policiaca y de seguridad. O entonces está aquí por lo mismo que nosotras.

— Jennie dijo que lleva más de cuatro años aquí ¿por qué se tardaría tanto?

— Si no forma parte de nuestro negocio, entonces es parte de la otra opción.

— ¿Y qué ganaría siendo policía encubierta? —preguntó Mina y ambas se miraron un segundo; como si la respuesta estuviese en el pensamiento de ambas y la obviedad no les permitía decirlo en voz alta. Regresaron la vista a la pantalla y allí estaba Somi, acomodando unas bolsas sobre la mesada y un bolso oscuro dentro de una de las alacenas— ¿Qué hace?... ¿Qué es ese sonido?

— Hay algo que nos interesa allí dentro — murmuró Chaeyoung refiriéndose al contenido que acababa de esconder— Beom-gyu conectó el micrófono a nuestro detector portable —agregó señalando el aparato de mano que descansaba sobre la pantalla— Cada vez que dinero, gas o algo metálico pase cerca de sus 20 metros cuadrados, escucharemos el sonido por el que acabas de preguntar.

— Ese niño es un genio en tecnología.

— En realidad fue mi idea —aclaró Chaeyoung recibiendo un golpe en el hombro— ¿Qué crees que haya allí dentro entonces?

— ¿Por qué guardaría algo metálico? Está casi escondiéndolo y vive sola... ¿es dinero?

— Vamos a tener que averiguarlo y controlar sus próximos movimientos. Si Jeon Somi está metida en nuestro negocio también, va a ser un gran problema para nosotras, Sana. Un problema en todo sentido.

5 meses y 2 semanas; ese era el tiempo pasado ya desde que se conocieron y comenzaron este nuevo trabajo.

Chaeyoung acomodó el cuello de su camisa y prendió los botones de sus mangas. Se observó una vez más en la pared metálica del ascensor y revoloteó un poco su cabellera. Regla número 33 de su trabajo: aquello que estés a punto de lograr y solo falta un empuje, lógralo con efectos secundarios.

Tomó el maletín del piso y le sonrió a una muchacha que subía los pisos junto a ella. El ascensor se detuvo y estiró su brazo para cederle el paso. La escuchó reír avergonzada y supo que nunca iba a dejar de aprovechar esa cualidad que su porte físico le regalaba.

Caminó hasta el final de un largo pasillo y se detuvo frente a una puerta bien pulida. Golpeó, se aclaró la garganta y pasó cuando se le dio el permiso.

— ¡Chaeyoung! Estábamos esperándote, adelante, ven que te presentaré —Taehyung estiró su brazo y ella lo saludó con una sonrisa. La gran mesa de junta en su mayoría eran hombres, mayores y solo dos mujeres de similar edad.

Se presentó cómo solía hacerlo y su decisión al hablar llamó la atención de todos así como los planes que comenzó a relatar minutos después. Taehyung tenía pensado abrir un pequeño negocio en Santa Bárbara dedicado solo a los productos de Chaeyoung.

Si a la gran mayoría de sus socios le agradaba la idea, un nuevo contrato terminaba firmado con ella y otro casillero avanzado en su negocio.

Uno de los presentes era el único que, pasado el tiempo de decisión, no presentaba la de él. Chaeyoung lo observó; era el único acompañado por su hija, una jovencita que había descubierto mirándola más de una vez. Se acercó a ellos mientras los demás murmuraban sobre los nuevos y futuros planes y se acomodó al lado de la muchacha, sonriendo internamente al verla aspirar su perfume sin vergüenza alguna.

Solo minutos fueron necesarios para que la chica convenciera a su padre y finalmente su deseo allí se viera cedido: tomó un bolígrafo y, bajo la atenta y brillosa mirada de los demás, acabó por firmar un nuevo negocio.

Mina bajó la velocidad de su trote diario y sacudió sus brazos mientras llegaba a la puerta de casa. Abrió y de inmediato recibió los ladridos de un Oliver más crecido y exigiéndole algo más que un poco de cariño.

— ¡Nancy! —gritó hacia el segundo piso y segundos después la vió asomarse al barandal.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro