Domingo 19 de Septiembre, 1802 (aproximadamente)
Ninguna Parte

Seguramente será mi última anotación. Pero si algún pobre desafortunado encuentra esta libreta, expreso mis más sinceras condolencias. Todo este librillo está repleto de información recopilada por mi, durante mis exploraciones por el infierno. Así le llamo yo, a estos cuartos extraños. Incluso cuando parece que no hay peligro, sabes que te volverás loco. Y cuando eso ocurra, te encontrarán. Ya pasó eso con Jeremías; creyó que una de las sonrisas en las paredes era su madre. Luego se lo comieron vivo, o eso pensé. No lo sé. Huí.

Y por cobarde, seguramente correré el mismo riesgo. Ni siquiera pude... regresar a casa. Se lo prometí a mi familia. A mi hermosa esposa e hija. Les juré que regresaría para nunca alejarme de ellas nuevamente. Si recoges esto, y de alguna manera logra escapar, por favor entrégales este libro. Colette Wayne, en Londres, Inglaterra. Seguramente tiene 13 en estos momentos. Ay... he comenzado a llorar de nuevo.

Mi preciosa Colette, tu papá está perdido. Creíste que era un héroe, pero solo soy un vagabundo. Un sucio hombre que busca regresar a tus brazos y pedirte perdón por irme durante la noche porque "mi patria me necesitaba". Ojalá me recuerdes como un excelente hombre que crió a una excelente hija, y no como esto. Por ti, y por tu madre, estoy recorriendo este laberinto del infierno, recorriendo épocas del pasado y del futuro. Conocí gente, y me despedí de ellos. Hice amigos y enemigos, pero ninguno es tan memorable como el perfume de las flores en tu habitación. Más de una vez lo olí aquí, si. Pero sabía que era una trampa. Y nunca fui, aunque gritaras mi nombre en la oscuridad. Nunca fui, por ti.

Mi precioso tesoro, papá debe de irse. Pero algún día, le suplico a nuestro señor Jesucristo, pueda verte de nuevo. Ir a pasear por parques de verdad, y no estos bosques de pasto perfecto y falso.

Eso me llama. Seguramente ya me encontró. Viajero, desafortunado, Colette. Por favor, siempre vive y recuerda. Ama intensamente y jamás le des la espalda a aquellos que adoras. No te dejes engañar. No te dejes atrapar.

Hasta aquí he llegado. Me ha encontrado, está en la esquina frente a mi. Ya no hay otro pasillo donde ir, y por donde vine la salida ha desaparecido. Dudo mucho volver a hacer otra anotación. Y espero que tú no tengas nunca que leer o escribir estas palabras.