Hay seres inteligentes y seres tontos. Los inteligentes crean tecnología. Los tontos lo dejan salir. Puede que yo sea ambos.

Pero no precisamente en ese sentido.

Es algo simple de hacer y arduo de explicar. Como un... rompecabezas. Lo puedes ver, pero hacerlo es complejo. Eso, al revés.

Pues yo soy amable con mis visitantes. Les ofrezco comida y los invito a ver la computadora. No les digo como funciona. Solo son pistas sutiles que van descubriendo. Si tienen suerte, pondrán el código correcto. Si no... bueno, ¿quién soy yo para intervenir con ese destino?

Es un proceso simple, igual que el de la computadora. Si no presionas, te quedas ahí. Si presionas, puede que avances o puede que algún monstruo salga. Y no precisamente los virus que en las habitaciones de enfrente usan para hacerse daño entre sí. Me refiero a verdaderas bestias, contenidas gracias a mi, y que quieren escapar gracias a mi.

Ya no me pueden dañar. He ascendido a un plano superior. Son simples bichos que puedo borrar con solo un movimiento de mano. Un humano, no.

Así que no. No soy esa clase de tonto. Solo soy un simple mortal aburrido que busca algo de emoción y adrenalina. Puede que no escape aquí, pero sí que lo podría hacer allá. En Gaia la tecnología es frágil y temblorosa, más que en el vestíbulo.

Un inteligente sabrá usar la computadora.

Un tonto la usará mal.

Y ese tonto podría desencadenar un apocalipsis. ¿No es eso emocionante?