Los rayos de sol de la mañana chocaron mi rostro y solte un quejido mientras los abria, ¿Qué sentido tenia que fuera fin de semana si me debía levantar temprano?, contemple la idea de volverme a dormir cuando mi celular comienza a vibrar con mensajes. Suspire con pesadez estirando mi mano para agarrar el aparato, entrecierro mis ojos observando la pantalla.

"Hola hermanito, tal vez quieras bajar en diez minutos"

Me senté de golpe en la cama, fregué mis ojos hinchados y volví a releer el mensaje unas tres veces, me levanto sacando las sabanas de mi cuerpo mientras buscaba algo rápido que ponerme, me calce los pantalones y una remera, me coloque las zapatillas moviéndome por los pasillos bajando de manera torpe las escaleras.

—Wow, Reggie, ¿Dónde esta el incendio?-escucho que pregunta Paul quien estaba sentado en el otro extremo del sillón, salí de la casa bajando los primeros escalones cuando veo un auto estacionarse, y solo en cuestión de segundos baja la persona que estuve esperando por muchos días.

Mike tenía el cabello negro un poco mas largo que yo, era atlético a simple vista por todo el tiempo que llevo entrenando en su vida, y su piel era unos tonos mas oscuras, le gane de altura en los últimos años pero eso no parecía tan importante. Me sonríe mientras se acercaba a mi con sus brazos extendidos.

—¡Hola hermanito!.—dice Mike y lo abrazo apenas terminamos nuestra distancia, Mike palmea mi espalada con cuidado mientras rodeo mis brazos alrededor suyo.—Wow, estas mas alto de cuando te vi, ¿eh?

—Te extrañe—murmure abrazándolo. 

—Y yo a ti—-dice separándome de su cuerpo y me analiza de todos los ángulos.—Bueno, se ve que ese hospital te hizo bien, ¿no?

Tenia miedo de que Mike ya descubriera mi mentira, que no estuve alimentándome de nada en todo este tiempo, que llevaba escapándome en cada una de las comidas. Mike podía descubrirlo aun mas fácil que mamá, así que solo le sonreí mientras palmea mi mejilla.

—Estaba pensando, ¿Qué tal si vamos a almorzar? Podemos comprar unas cosas que necesites y luego volvemos, te ayudo a empacar y me sigues en el auto.

—¿Vas a regalarme tu viejo auto?

—Claro que si, ¿para que lo querría?—dice él y sus ojos se desvían por encima de mi hombro.—¿Vas a presentarme a tus amigos?

Me volteo y estaban todos los de la casa amontonados en la puerta. Paul y Ronnie apoyados de manera despreocupada en el marco de la misma, detrás de ellos, se encontraba Tucker mientras que Laurie intentaba colarse entre los adultos para mirar. 

—¿Qué tanto miran?—se escucha la voz interna de Florence en la casa, miro a mi hermano y este me devuelve la mirada antes de caminar acercándonos a ellos. 

Todos nos observaron a medida que nos acercábamos.

—Bueno, ellos son Tucker, Paul, Florence, Laurence...y ya debes conocer a Ronnie.

Mike saludo amablemente a todos, Laurence miraba a Mike con los ojos entrecerrados como si estuviera analizándolo y pensando seriamente en algo, no fue hasta que se detuvo frente a Ronnie que las cosas parecieron volverse algo tensas.

—Oh...hola...em...

—Ronnie.

—Si, eso.—dice él.—Si que has cambiado desde la ultima vez que te vi.

—Eso pasa cuando te pones a un tratamiento de hormonas y te haces pechos.—dice ella, Paul fingió una tos donde oculto su risa, Tucker le dio palmadas demasiado fuertes a nuestro amigo.

—Claro...tu madre me dijo que estabas en esas movidas.

—¿Movidas?

—¿Ya nos vamos?—le pregunte a Mike.—¿No querías ir a almorzar?

—Claro...claro...un gusto conocerlos a todos, y un gusto volver a verte, Robbie.

—Es Ronnie.

—Si...eso.

Mike se dio la vuelta comenzando a caminar y lo seguí cabizbajo sin atreverme a voltear a verlos, me subí al auto el cual olía a nuevo, Mike se sube en el asiento del conductor y comenzó a conducir, la radio se encendió dejando que sonara una música punk mientras nos alejábamos de la casa.

Masajee mi frente mientras nos alejábamos y suspire.

—¿Enserio?—pregunte mientras él conducía por la calle al cabo de un rato—¿Llamarla Robbie?

—Bueno, es su nombre.

—No, es Ronnie. Verónica mas bien, ya no es Robert.—dije viéndolo, mi hermano suspira mientras mueve sus dedos en el volante conduciendo.

—No entiendo eso.—dice mi hermano haciendo que lo mire.—Es Robert, ¿Cómo pasas de ser Robert a una chica asi nomas?

—Por todo un cambio asesorado por un medico, siempre fue Ronnie, nunca se sintió como Robert, no es como si lo hubiera cambiado de la noche a la mañana, es algo que le tomo tiempo procesar y seguramente tiempo cuestionándose de lo que la hacia sentir segura y bien consigo misma.—Respondí, mi hermano puso los ojos en blanco mientras conducía.

—Esa universidad tuya ya te esta lavando el cerebro. —dice Mike y fruncí el ceño molesto.—Hermano, como yo lo veo, si tienes un pene ahí abajo sigues siendo un chico, cambiarte el nombre y ponerte senos no te hace mujer si sigues teniendo un pito, eso nos enseñaron en la escuela.

—Bueno, la escuela esta mal. Hay todo un sistema mas complejo por detrás que nadie puede entender todavía, toda una mentalidad diferente y procesos que analizar, las personas trans son...

—¿Fenómenos?—pregunta mi hermano viéndome estacionando frente a un restaurante, lo mire.

—Son personas que vivieron por mucho tiempo desde que nacieron inconformes con quienes son, pocos como Ronnie se atrevieron a cambiar, y otros no se atreven por personas como tu.

—¿Personas como yo?—pregunta alzando una ceja y niega.—Solo olvídalo, Reginald.

Oh genial, decir mi nombre completo solo significaba que lo estaba haciendo enojar como cuando eramos niños. Cuando él abre la puerta del auto, yo me quede sentado cruzado de brazos, él se voltea a verme confundido. 

—¿Qué no vamos a comer?

—No quiero mudarme contigo.

—¿Enserio? Te recuerdo que hace poco me andabas llorando para mudarte conmigo, y ahora no quieres ¿solo porque tengo un pensamiento distinto de opiniones sobre lo que es Robert? 

—Ronnie.

—Es Robert para mi, y lo seguirá siendo.

Bufe masajeándome el rostro sintiéndome exhausto con esta conversación que no nos llevaba a ningún lado. Y si esta era una discusión en la que no me incumbía para nada, ¿Cómo seria cuando se enterara de la verdad?, ¿Qué hago si un día simplemente sospecha que no como bien?

¿Qué hará si un día simplemente es mal educado cuando Ronnie venga de visita?

—¿Eres gay?—pregunta y alejo las manos de mi rostro.

—¿Qué mierda estás hablando ahora?

—Estas defendiendo mucho a Robert y solo puedo preguntar si eres gay.

—¡Es Ronnie maldita sea!, es una chica, en todo caso seguiría siendo tan heterosexual como ahora.

—Si tiene un pito, no es exactamente una "chica" y no eres exactamente "hetero".

Lo mire molesto saliendo del auto y cerré la puerta con fuerza, Mike me estuvo llamando desde el vehículo mientras yo solo comenzaba a caminar. Enterré las manos en el fondo de mis bolsillos mientras seguía caminando por la ciudad, el clima se me hacia demasiado denso aquel medio día con el sol en lo alto.

El echo de no comer me estaba pasando factura en estos momentos donde me siento débil y ligeramente mareado.

—¡Reginald!, vamos, ¡hace semanas me estuviste suplicando vivir conmigo y ahora por una diferencia de pensamientos no quieres!

—Cuando madures como humano y dejes de tratar a Ronnie como Robert, o a mi como gay hablaremos.

Mike suspira pesadamente trotando a mi lado, maldito chico deportista que es mas rápido que yo.

—¿Enserio te enojaras por esto? ¡Mierda!, no sabia que las personas podían ser tan suceptibles por una opinión en desacuerdo.

—Te equivocas Mike, puedo entablar conversaciones con alguien que diga que la transexualidad es una mierda o alguien que no esta de acuerdo con las parejas homosexuales, pero cuando comienzas a no respetar a la otra persona, eso ya es otra historia, cuando denigras a una persona y no la respetas es cuando quiero alejarme.

—No es que me caiga mal Robert...

—¡Y ahí estas sin entenderlo!, sigues llamándola Robert, ¡es Ronnie, mierda, es Ronnie!.

—¡Y yo sigo sin entenderlo!

—¡Entonces lee un libro Mike!, pero no trates a Ronnie como si sus sentimientos no importaran, no preguntes por ahí si soy heterosexual o gay y me mires con una cara de disgusto como si la idea te produjera nauseas, no insultes mi profesión diciendo que la psicología me lavo el cerebro. Si quieres aprender, bien por ti, pero no puedo ayudarte si no quieres.

Seguí caminando mientras que Mike me seguía intentando que le prestara atención, pero yo a este paso no lo escuchaba mas. Sin embargo, mi cuerpo parecía rogar que me detuviera, me dolía las piernas y el mareo se me hacia mas fuerte.

Camine mas rápido hasta llegar a la casa.

—Ey Reggie, que rápido.—

Me volteo donde Tucker se acerca con su cámara de video y me filma.

—Justo salí a sacar algunas imágenes del panorama, me servira para mi trabajo final y asi graduarme ¿ya vas a empacar?, ¿quieres ayuda?

—¿Puedo quedarme?—pregunte, Tucker baja su cámara viéndome. Siento que mi hermano me jala del brazo y me volteo a verlo.

—Vamos Reginald, no seas idiota.

Me solté de su agarre mientras que Tucker se coloca a mi lado.

—Claro, Reggie, siempre hay un lugar para ti en esta casa.

Mike rueda los ojos negando. Se pasa una mano por su cabello y suspira.

—Bien, haz lo que quieras siempre lo haces, llámame, o no—dice dándose la vuelta. Veo como mi hermano se aleja, toda la alegría que sentí al verlo luego de tanto tiempo se fueron en estos pocos minutos donde solamente discutimos, siento que Tucker pone una mano en mi espalda.

—Ey, tranquilo, sea lo que sea por lo que pelearon puede solucionarse, después de todo, la familia siempre se ama uno con otros—dice Tucker y me volteo a verlo, él me sonríe.—Y aquí somos una familia de brazos abiertos, una familia difusional, a veces sin duda rota...con muchas diferencias...pero una familia al fin y al cabo.

Entré a la casa con Tucker, donde Florence, Paul y Laurie nos observan, les explique a medias la situación. No quería decirles la causa de la pelea, ellos lo entendieron, me sonrieron y volvieron a decirme como siempre tendría una puerta en su hogar ya sea que me quedara o no.

Subí las escaleras, estaba exhausto, todo esto me dejo sin energía y quería dormir mil años. Mire al cuarto de Ronnie y abrí la puerta de su habitación tras tocar, ella estaba acomodando el cuarto mientras tarareaba una canción, me sonríe al verme.

—Hola Reggie, ¿quieres ayuda?

—Al final no voy a irme—dije.—¿Me aceptas de regreso?

—Siempre te aceptaría de regreso.—dice ella acercándose—¿Puedo preguntar que paso?

Suspire mientras me llevaba una mano a mi cabello.

—Lamento...que Mike te llamara Robbie.—dije, ella me sonríe de manera dulce agarrando mi mano.

—Reggie, tu hermano no es la primera persona negada con la que me cruzo, no me ofendí, si lo admito es algo doloroso que el amigo que hiciste en tu infancia te vea como...como si no te conociera, tal vez por eso siempre fuiste mi favorito.

Sonreí de lado, ella besa mi mejilla antes de abrazarme, rodeé su cuerpo con mis brazos mientras suspiraba, hundí mi nariz en su cuello recibiendo el olor de perfume floral que llevaba puesto.

*

La biblioteca de la facultad era bastante grande y no entraba demasiada luz, las lámparas estaban encendidas y aun así le daban un aspecto algo lúgubre. El lugar entero olía a libro viejo y madera, con las mesas acomodada en lo largo, gente tecleando de manera furiosa los teclados de la computadora de escritorio, y estudiantes ansiosos leyendo sus libros de texto mientras subrayaban los mismos. Maxine estaba inclinada en el libro, y yo intentaba concentrarme si no fuera porque su pierna estaba rozándose con la mía un buen rato, y su pie sin ningún problema acariciaba la pierna.

Si fuera mas experto, podría leer las señales mas que obvias que ella me enviaba, tal vez ella tuviera esa experiencia, ojala fuera bueno...

—Reggie—habla ella y alzo la mirada para observarla, ella me sonríe.—Estabas muy perdido.

—Perdona—dije y me acaricie el tabique de mi nariz. 

—¿En que pensabas?—pregunta divertida acercándose adelante, donde veo como sus senos se asoman tras el escote de aquella remera negra que llevaba puesta, trague saliva, no podía decir lo que pensaba.

—En el examen.

—Oh no te preocupes, nos ira bien—dice guiñándome un ojo, luego mira la hora en su celular—Ya es tarde, ¿vamos a comer?

—Prometí reunirme con unos amigos...—dije, aunque no era mentira, agradecía que los chicos quisieran pasar por mi para comprar ropa para la fiesta.

—Esta bien, será otro día.—dice ella, guardamos todos nuestros útiles mientras salíamos de la biblioteca, Maxine me hablaba de diversos tema que apenas podía concentrarme, cuando salimos de la biblioteca, ella se inclina besando la comisura de mi boca de manera divertida y se aleja guiñándome el ojo acompañado de un "te veo en la fiesta, guapo".

Me quede quieto un rato viéndola alejarse, su cadera se contoneaba mientras caminaba y sus manos buscaban distraídamente en el bolsillo de su mochila hasta dar con unos auriculares blancos, algo me decía que sabía que la estaba viendo. 

—A tu nueva amiga le gustan las demostraciones en publico.—dice una voz y me volteo, Ronnie comía una paleta de fresa mientras que al lado de ella estaba Florence y Paul. Mire a los tres antes de ver a donde Maxine se iba.

—No fue nada.

—Bueno, hay que comprar linda ropa para que Reggie se haga notar.—dice Paul.

—¿Tucker no viene?—pregunte mientras comenzábamos a caminar, Florence pone los ojos en blanco.

—Tucker se fue con una amiga a hacer un "trabajo"—dice ella y bufa.—Lo peor es que lo dijo con una sonrisa, no a todos nos interesan tus verdaderas intenciones.

La voz de Florence salió un poco mas dura, o eso me pareció, la rubia aumento su andar mientras que Ronnie la sigue entrelazando su brazo, me volteo a Paul.

—Ah, no me preguntes, no entiendo a las mujeres.—Dice él y reí un poco.

Yo tampoco llegaba a entender, pero la fiesta pasaron sucesos de lo mas interesantes. 

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