Capitulo 4
La vuelta a clases, como todas las vueltas a clases, es un gran recopilado de información que debo retener en mi cerebro mientras el profesor se mueve por la sala sin importarle realmente si le estamos siguiendo el ritmo. Me apresuro a copiar todas las cosas importantes en mi cuaderno, mi muñeca comienza a doler pero aun así continuo.
Suelto un pequeño bostezo que, para mi suerte, pasa desapercibido. Parece que deberé acostumbrarme a despertarme con los gritos de Reggie por una que otra broma que Laurie le este haciendo en el momento, yo enserio pensaba que con el tiempo, Laurie se acostumbraría y dejaría de molestarlo. Pero se ve que al niño realmente le hace gracia las reacciones de su nueva victima, por lo que, todas las mañanas antes de irse a la escuela, Laurie hace una de sus maldades. Es su forma de desearle a Reggie su buenos días, o eso quiero creer.
Al terminar la ultima clase suspiro aliviada y masajeo mi muñeca, unas de mis compañeras comienza a hablarme y sigo la conversación en lo que guardo todas mis pertenencias en el bolso. Fuimos juntas bajando las escaleras hasta el ultimo piso donde nos despedimos para irnos a nuestro lado, coloco un auricular en mi oreja dejando que la música me transporte mientras camino por el campus.
El día estaba bastante soleado, quería disfrutar de los últimos días de verano antes de que llegara el otoño, me gustaba sentir los rayos de sol en mi piel mientras seguía caminando. Saludaba a algunos de mis compañeros con los que compartía clase mientras me dirigía a la universidad de tecnología.
Encontrar a Paul no fue difícil, mas cuando veo que tiene dos pares de anteojos, uno en su cabeza y los otros colocados, estaba inclinado junto a un aparato tecnológico mientras que, a su lado, había un chico de rasgos asiáticos observándolo con atención. Me acerco con cuidado como si tuviera miedo de arruinar la imagen perfecta.
Escucho a Paul hablar de cosas tan tecnológicas que no alcanzo a procesarlo, pero el chico asiático a su lado es pura sonrisitas y ojitos con una mirada tierna. Me quedo un rato frente a ellos esperando a que noten mi presencia, aunque por mi, mejor si no lo hacían.
Los ojos grises de mi amigo se giran aterrizando en mi.
—¡Ronnie!—exclama demasiado alto y se sonroja, como si estuviera haciendo algo que no tendría que hacer y lo acabara de ver.—¿Qué haces aquí?
—Casi siempre almorzamos juntos cuando nuestras clases se terminan.—dije viendo el reloj en mi muñeca con dibujos de minny mouse.—Exactamente cinco minutos, hola, soy Ronnie.
—Oh, me llamo Thian.—dice el chico ofreciéndome su mano que no dudo en estrechar, Paul me agarra de la muñeca y le pide un minuto a su amigo en lo que se aleja conmigo, sonreí divertida viendo las mejillas y orejas sonrojadas de Paul.
Observe a Thian quien nos sonríe antes de seguir trabajando.
—Es bastante lindo.—hable antes que Paul.—¿Viste como su cabello parece erizarse en esas puntas?
—No se de que hablas—comenta Paul cruzado de brazos.—Olvide que íbamos a almorzar juntos, tenemos que terminar este proyecto, nuestro profesor se puso muy exigente.
—No me tienes que dar excusas, Paul, puedo ir a comer con John.—conteste encogiéndome de hombros, se que tanto Tucker como Florence tienen sus mañanas completamente agotadas, y lo raro de Reggie es que cuando le dije de almorzar juntos para hablar de su primer día, dijo que me enviaría un mensaje, el cual jamás llego. Y no insisto demasiado con él.
Paul observa a su compañero de trabajo antes de mirarme, sonreí levemente y bese su mejilla.
—Solo avísame si vuelves a casa, ¿si?
—¿Dónde iría?—pregunta frunciendo ligeramente el ceño.
—¿Con Thain?—sugerí encogiéndome de hombros junto a una sonrisa y decidí retirarme cuando me echo una mala mirada, antes de alejarme del todo de la universidad, me volteo para verlos una ultima vez, como Thain achica demasiado sus ojos cuando le sonríe a Paul y como a mi amigo se le sonrojan demasiado las puntas de las orejas, solte un suspiro aferrándome al bolso.
Algún día, Paul y yo tendremos que tener una seria conversación.
John y yo nos conocimos hace un año en una fiesta universitaria de disfraces. Y desde ese momento, quede enamorada de él. Habíamos bailado y reído toda la noche, nos besamos cuando me acompaño a casa, y tuvimos varias citas. Al revelarle la verdad, no se lo tomo a mal, al contrario, pareció no importarle en absoluto.
Pero las cosas no siempre iban como yo esperaba de nuestra relación. Con el pasar de los meses, las cosas eran tensas, discutíamos por la mas mínima cosa, me trataba de zorra por convivir con dos chicos. Y luego del sexo parecía molesto por algo.
No quería perder a John aun así, sea cual sea nuestros problemas, creo firmemente que puedo solucionarlo. No quiero enfrentarme a conocer nuevas personas y que deban amarme como soy, quiero estar con John mucho tiempo. Aun cuando su mal humores demasiado notable.
A veces, a John no le gusta que pasemos mucho tiempo con sus amigos, por eso cuando lo fui a buscar y me dijo de irnos, en realidad me puse feliz, porque al fin podríamos estar solos luego de mucho tiempo en los que siento que estamos distanciados.
El acuario de la ciudad funciona como reserva natural para aquellos animales marinos que encuentran abandonados cerca del mar, algunos estancados y otros heridos. A la mayoría de ellos, una vez que los curan, pueden hacerlo volver al océano donde pertenecen, pero otros simplemente deben quedarse. Mis ojos recorren los diferente acuarios dejándome llevar por los peces de todos colores y las tortugas marinas.
Sostengo la mano de John, pero el parece caminar sin ganas junto a mi, se deja arrastrar mientras que yo parezco una niña pequeña pegando mi rostro en el vidrio. Me volteo a ver a John quien tiene sus manos en los bolsillos y observa con desinterés.
—Ey.—hable haciendo que me vea.—Si pudieras reencarnar en un animal, ¿Cuál seria?
Mi novio frunce el ceño.
—¿Qué clase de estúpida pregunta es esa? No puedes reencarnar en un animal.
—¿Acaso lo sabes?
—No seas tonta Ronnie, no hagas preguntas estúpidas.—dice rodando los ojos comenzando a caminar, me apresuro hasta llegar a su lado observando los acuarios. De los altavoces salían una música tranquila, había varias familias con sus hijos caminando y unos chicos de la escuela que iban a una excursión.
Acaricie mi brazo mientras seguíamos caminando.
—A mi me gustaría un pez.
La risa burlona de John no se hizo esperar.
—¿Por qué querrías ser un aburrido pez?—pregunta él.
—Recorrería todo el océano, o hasta donde se me permita, conocería otros peces...
—Hasta que te pesquen o uno de tus depredadores te coma viva.—habla John mientras niega, decido callarme quedándome a su lado.—Mejor vamos a hacer otras cosas, el acuario es aburrido.
Mi tarde con John fue exactamente como esperaba, pero no como quería que realmente fuera. Se paso un buen tramo de mal humor diciendo que desperdicio dinero en un acuario apestoso, luego caminamos hasta una cafetería donde se puso a pelear con un mozo por no tener lo que el pedía exactamente, cuando intente disculparme en su nombre con el joven mesero me trato como una cualquiera diciéndome que no debía pedirle disculpas a alguien que no sabia hacer su trabajo.
Al volver a casa, no me beso ni espero a que yo entrara, solo se despidió diciendo que luego me llamaría. Lo veo retirarse mientras hago una mueca, seguramente tuvo un día malo y no todo era mi culpa, ¿no?
Ingrese a la casa sintiendo que los sonidos familiares me invadían, escuchaba a Tucker hablar con Florence de lo que él podía hacer de cena en la noche, mientras que mi amiga intentaba concentrarse en su libro de medicina , a su lado, Reggie estaba escribiendo en su cuaderno y Laurie corría por la casa usando su nave espacial.
Laurie me mira y me sonríe antes de correr a mis brazos donde me agacho para estrecharlo con fuerza mientras suspiro.
Laurie tenia cuatro años cuando lo conocí por primera vez, y desde entonces se a ganado mi corazón, claro que también fui victima de sus bromas. Alguna vez un corpiño a desaparecido y veo que lo dejo tirado en alguna parte o me a puesto sal en el café, pero creo que soy su favorita, soy a la que menos broma le hace.
Junto a Florence, pero es porque es su madre.
—¿Quieres jugar conmigo a las naves espaciales? Los otros dicen que están ocupados—pregunta Laurie tras separarse de mi abrazo, lo miro y acaricio su mejilla.
—Estoy algo cansada, ¿Qué tal mañana?—pregunte acariciando su mejilla, Laurie hace un leve puchero debido a que me negué, deje un beso en su frente suspirando.—Serás un buen hombre cuando crezcas, ¿no Laurie? Un caballero.
—Si, lo seré.—dice asintiendo, sonreí besando su frente antes de levantarme, salude a mis amigos sin demasiadas ganas mientras caminaba arrastrando mis pies a mi cuarto. Retiro mis zapatillas en la entrada quedándome con mis medias con el dibujo de "mi vecino totoro" y camino hasta mi cama donde me acuesto.
Suspire pesadamente sintiendo mi cabeza dar vueltas, contemplaba la idea de dormirme cuando veo un par de piernas frente a mi cuarto, unas reconocibles tenis negras con manchas de barro.
—¿Por qué debo sacarme las zapatillas para entrar?—pregunta Reggie, suspire.
—¿Ves mi piso?—pregunte señalando la loza, la mirada de Reggie se dirigió al suelo comenzando a examinarla con atención.—La casa venia con este piso de alfombra, ¿sabes lo horrible que es limpiar un piso de alfombra?, entrando descalza me doy cuenta que no debo limpiar tanto el piso.
Reggie no dice nada, pero termina por quitarse las zapatillas revelando sus medias, sonreí viendo que eran blancas con dibujos de patos amarillos. Reggie camina y lo veo arrodillarse hasta quedar en mi altura. En la cercanía me daba cuenta de los largas que eran sus pestañas, pero no solo eso, me daba cuenta de la ligera sombra oscura bajo sus ojos cafés y como sus mejillas parecían mas ahuecadas de cerca.
El Reggie de la niñez tenia mejillas regordetas que amaba aplastar.
Estiro mi mano a su mejilla y hundo mi dedo en la misma.
—¿Por qué luces triste hoy?—pregunta él.
No sabia como comenzar, estaba agotada de no entender que le sucedía a John, eso saco todas mis energías. Un lado de mi estaba triste porque Paul no parecía querer ser honesto conmigo, solo estaba agotada y quería dormir una larga siesta.
Suspire sentándome en la cama y cruce mis piernas, Reggie se queda arrodillado en el suelo.
—Solo fue un agotador primer día, los profesores ya me lanzaron textos eternos de largos que leer, y oraciones que debo analizar. Ug y no me hagas hablar de las fechas de los exámenes—dije provocando una sonrisa en el chico.
—Si, te entiendo, a mi también me paso.
—¿Cómo fue tu primer día? ¿Ya eres popular?—pregunte sintiendo curiosidad.
—Aun no, pero hice dos amigas.—comenta encogiéndose de hombros mientras se levanta.—Tucker me agarro como ayudante de cocina, me escucho hablar con Florence de que no se cocinar y estoy obligado...
—Suerte, Tucker no tiene mucha paciencia...con algunas cosas.
Reggie me sonríe de lado.
—¿Segura estas bien?—pregunta sin dejar de verme.
—Nunca mejor.—dije con una leve sonrisa, Reggie asiente caminando a la puerta colocándose sus zapatillas, antes de que se fuera mencione su nombre haciendo que me mire.—Si...si tu pudieras reencarnar en un animal, ¿Cuál seria?
Reggie se cruza de brazos apoyado en el marco de la puerta, estaba preparada para su "no hagas preguntas tontas, Ronnie", estaba preparada para algún insulto o lo que quisiera decirme.
—Un Búho. -dice y lo veo, él me sonríe pareciendo avergonzado.—Son animales muy hermosos.
—Si, la verdad lo son-comente.
—¿Y tu?
—Oh...—susurre y mire hacia Simba quien nadaba en su pecera.—Me gustaría ser un pez.
—¿Cómo Simba?
—Preferiría uno de mar.—comente antes de verlo.—Los peces Barbo Tigre son mis favoritos.
Reggie me mira asombrado.
—Nunca vi uno.
—El acuario esta lleno de ellos...podríamos si quieres.
—Claro, me gustaría...
—¡Reggie! ¡Deja de hablar con mi preciosa amiga Ronnie y ven a ser ayudante de cocina!.—grita Tucker de abajo, veo a Reggie poner los ojos en blanco con diversión mientras sonrío ligeramente en lo que él se va.
Al quedarme sola, suspire, camine hasta mi escritorio tomando asiento y apoye mi barbilla en mis manos observando a Simba nadar, salvo por un pequeño cofre que largaba burbujas y plantas no tenía demasiada decoración. El pequeño animal solamente nadaba de un lado al otro. Me quede un rato observándolo en silencio.
—¿Alguna vez te preguntaste que tan infinito seria el mar?—susurre.
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Nota: no estén con un John
Ig: Julxswatt99
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