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Capitulo 28

2013

De regreso a Golden Valley

—Este pueblito es una basura.

—Laurence, por favor, no seas así, mejor baja las cosas para tu habitación.

Laurence rueda los ojos mientras se coloca los auriculares y agarra una caja con su nombre escrita en el, para tener trece años era un muchacho bastante alto, su voz se había echo mas grave y su humor más especial. Le doy un pequeño masaje a Florence en los hombros mientras que ella suspira, la ayudo agarrando las cajas con el nombre de "cocina" escrito en él.

—Hice algo bueno... ¿no? Mudarnos a Golden Valley. —pregunta mientras ella agarraba otra caja.

—A Laurence le gustara, dale tiempo. Aparte, te aceptaron a la primera en el hospital, eso es genial, ¿y sabes que es mejor?

—¿Qué te mudas a una cuadra de distancia?

—Exacto, asi Natalie y tu pueden vivir esa fantasía de cocinar juntas y criticar lo que hago mal.

Florence se ríe, la casa que había comprado era pequeña, pero sin duda con un buen tamaño para ellos dos, de planta baja con un concepto mas cerrado que la casa que dejamos atrás. Decidimos irnos cuando la casa comenzaba a quedarnos grandes y los recuerdos se volvieron sofocantes. Paul se había mudado a la capital cuando le ofrecieron un puesto en una gran empresa tecnológica tras recibirse, y Thian se fue con él.

Entonces solo quedábamos nosotros tres, y aunque intentamos alquilar habitaciones, no era lo mismo. Florence se había recibido, al igual que yo, ambos estábamos de acuerdo que debíamos irnos. Pero alejarnos era como volvernos a romper el corazón. Florence se había convertido en mi mejor amiga estos años, era como una hermana mas, nos refugiábamos en el otro cuando nos necesitábamos.

Estuve ahí para ella cuando vimos una noticia de que Tucker, quien estaba en su estrellato a la fama, estaba saliendo con una de las actrices que había trabajado. Ya no hablaba tan seguido con Tucker como me gustaría, así que solo contaba con ella. Recuerdo haberla abrazado con fuerza ese día mientras que ella solamente podía llorar, y Florence también fue un gran pilar para mi cuando me permitía pensar en Ronnie y me ponía demasiado triste. 

—¿Cuándo viene Natalie? ¿Ella esta de acuerdo de mudarse aquí?—pregunta mientras abre la caja tras dejarla encima de la encimera para comenzar a desempacar. La cocina era pequeña de paredes amarillas, los anteriores dueños no debían tener un buen sentido de la decoración. 

—Dice que le agota la vida en la gran ciudad, aparte de que le pareció un lugar tranquilo cuando venimos a visitar a mamá, básicamente fue su idea.

—Solo quedamos dos—dice luego de un rato soltando un suspiro. Me quedo viéndola y sonrío un poco.

—¿Cómo te sientes?

—Bueno, es la primera vez en años que realmente estaré sola con Laurence y me asusta un poco, nunca creí que echaría de menos la época de los pañales sucios y cuando me buscaba con amor gritando "mami", ahora lo que recibo son gruñidos y muchos...

—¡Ma!, ¿has visto mis libros?

—¡Debe estar en el camión de mudanza, ve a buscarlos!

Un gruñido sale de la garganta de Laurie y atoro una carcajada mientras que ella solo se masajea el cuello.

—Vamos, miénteme diciendo que todo estará bien.—pide mientras su mano sigue en su cuello, le sonrío mientras guardo mis manos en los bolsillos.

—Todo estará bien.

—Okey, ahora se honesto.—dice viéndome de manera sería. Reí acercándome a ella abrazándola por los hombros dejándole un beso en la sien. 

—Todo estará bien, mira, vivo con Natalie a una cuadra de tu casa por cualquier problema que tengas, si necesitas ayuda con Laurence o lo que sea estoy a una llamada de distancia al igual que ella, sin contar que en unos días Paul vendrá con Thian a vernos para ir a la boda de Mike y estaremos todos como antes.

—No todos.—murmura en un tono triste agachando la mirada.

—Si, lo se, pero Tucker enserio no parece que planee volver.

—No solo hablaba de Tucker—dice suspirando—A veces intento no pensar mucho en ella, pero es imposible, ¿sabes?

—Yo también pienso mucho en ella aun cuando no quiero hacerlo...pero esta bien, estaremos bien...traeré mas cajas.

Florence me da una sonrisa de labios apretados y se voltea para comenzar a desempacar en su nueva cocina, suspire saliendo afuera masajeándome la frente, aun era joven, recién me había graduado en psicología y tenía que acabar unos exámenes antes de recibirme como psiquiatra, pero aun así sentía que la vida iba a terminar por acabarme. Ya había superado mi etapa de bulimia dejando solamente el recuerdo de lo que alguna vez fue, intentaba no pensar demasiado en esas cosas.

Me acerque al camión de mudanza pensando que me encontraría a Laurie ahí, pero fruncí el ceño al no verlo, si ese niño se había escapado juro que iba a golpearlo porque mi paciencia estaba llegando un límite, se había ido con Gary a pasar el verano y si que había vuelto totalmente cambiado. Y por cambiado hablo de que bastante respondón y más malhumorado que de costumbre.

Estaba por buscar a Florence cuando escucho una voz hablar.

—¡Juro que soy buena!, pero había una maldita piedra en el camino...¡cuidado duele!—dice una voz aguda.

—Bueno, usa rodilleras.—replica Laurie con un usual sarcasmo.

—Eso me haría ver estúpida.

Camino a la parte delantera del camión para ver a Laurence agachado frente a una niña de su edad, ella estaba sentada en el cordón de la vereda, usando una remera negra con un short rosa, tenía tenis blancos manchados de barro y su rodilla veo una gran herida de sangre. La patineta estaba tirada a su lado y tenía sticker de pokemon pegados.

Laurie estaba arrodillado frente a ella, podía ver que saco unas cosas del camión, alcohol y curitas.

La niña tenia el cabello rubio platinado, con mechones rosa chicle.

—Las rodillas rotas te harán ver mas tonta.

—Créeme, las rodillas rotas para mi no es nada nuevo...oh, tu papá está aquí. —comenta la niña viéndome, tenía ojos celestes claros, Laurence me mira.

—No es mi papá, es mi tío.

—Ah eso es mejor—dice ella levantándose con algo de dificultad y me estira su mano—Un gusto señor.

—El gusto es mio, veo que tuviste una caída.

—Me distraje, un camión de mudanza es toda una novedad en un pueblo asi, ¿necesitan ayuda?, soy fuerte.

—Claro, a Laurence le haría bien hacer conocidos antes de clases.

—¿A que escuelas iras? ¡tal vez vayamos juntos!, wow eso sería increíble. Puedo presentarte muchas personas que iran contigo, conozco a todo el mundo aquí, y además...

—¿Tus padres no te enseñaron a no hablar con extraños?—La interrumpe.

—Mis padres no les importa que este haciendo—dice ella colocándose la patineta bajo el brazo y sonríe a Laurence—Y no tengo nada mejor que hacer, asi que voy a ayudarte...un gusto tío de Laurence.

—Me llamo Reggie.

—Bueno, un gusto Reggie, me llamo Luna—dice la niña sonriendo y luego se retira siguiendo a Laurence. Los vi alejarse juntos, la chica agarra una caja mas pequeña haciendo un equilibrio increíble y Laurie la mira, de a poco, Laurie emboza la sombra de una sonrisa que luchaba por no salir. Solté un suspiro aliviado, si, sin duda todo estaría bien.

Tras llevar el resto de las cajas dentro y terminar de ayudar a desempacar, con las risas de esa niña rebotando en las paredes alegrando mas a Laurence y su madre, decidí irme a la mía. 

La casa que había comprado ya le había hecho la mudanza hace unas semanas atrás, pero nunca llegue a habilitarla solo del todo, estuve más ocupado movilizándome por todos lados y Natalie iba y venía constantemente, que no me di cuenta lo vacía que puede ser para alguien. Había cajas que aún estaban sin desempacar.

Por fuera era una casa pequeña, bastante bonita. Con paredes pintadas de bordo y flores en la entrada que mamá quiso plantar por mi, al ingresar llegaba al salón con una pequeña puerta donde estaba la cocina. Estando solo, podía escuchar cada ruido de las cañerías de aquella casa. 

Solté un suspiro yendo al cuarto donde futuramente Natalie y yo pasaríamos todas las noches, sus paredes eran blancas pero se que ella quería pintarlas, solamente que aun no decidimos de que color hacerlo. Me acerque a las cajas que estaban a los pies de la cama y comencé a desempacar algo de mi ropa para acomodarla en orden, tal vez podría llamar a mamá y decirle de comer juntos, aunque sospechaba que estaba saliendo con alguien, últimamente cancelaba mis planes por sus "amigas del club de libros", ¿Cuántas veces se juntaría realmente con esas señoras?

Mientras guardaba las cosas, un nudo aparece en mi estómago tras llegar a la última caja, la abro como si no quisiera revelar sus secretos y suelto un suspiro. Porque ahí estaban sus cosas, sus Cds favoritos, la remera gris que tanto usaba, una sonrisa atravesó mi rostro al encontrarme con una fotografía. La que nos tomamos frente a la casa como una familia, con ella rodeándome con sus brazos, tan viva, tan alegre, donde Laurie sonreía tímidamente siendo abrazado por su madre cuando se dejaba abrazar, Tucker rodeándola con sus brazos cuando la amaba más que nada.

Cuando seguíamos siendo la familia más rota que nadie jamás haya visto. Y dolía.

Es increíble como la perdida podía hacer cambiar a alguien, como los cambios en algún momento podían llegar a afectarte demasiado, la forma en que hay personas que sufren todo el tiempo y algunas encontraron otra salida para superarlos. La forma en la que las personas somos diferentes e iguales a la vez por todo lo que nos sucede. Todos tuvimos reacciones diferentes cuando Ronnie se fue de nuestra vida, todos tuvimos sentimientos distintos cuando Tucker se fue a Estados Unidos y no planeaba a volver. Somos vulnerable ante la pérdida, y no siempre debe estar la muerte implicada.

Mi mirada se quedo un rato en la fotografía antes de levantarme e ir caminando al comedor, deje la misma de lado mientras me ponía a buscar en mi mochila hasta sacar mi computadora portátil y abrir un documento en blanco de Word, el cual me quede mirando fijamente. Y luego, de mis dedos brotaron palabras, así que comencé a escribir.

El cuello me dolía horrores cuando abrí mis ojos, la cabeza me palpitaba mientras que mis ojos se clavan en la pantalla de Word con demasiadas palabras escritas, siento el olor al perfume dulce de Natalie y sus labios besando mi mejilla mientras baja a mi cuello, sus manos me acariciaban los brazos.

—Hola bonito, ¿te quedaste dormido en el comedor? —pregunta dejando pequeños besos antes de sentarse, me volteo a verla.

—Eso parece.

—Así que no cenaste...Reggie, sabes que odio que saltees comida.

—Lo siento solo...tuve unas terribles ganas de empezar a escribir, no pude detenerme, mira escribí catorce paginas. Debí dormirme mientras lo releía...—dije y me voltee a verla, tome su mano dándole una sonrisa—Perdona, ¿Cómo estuvo el viaje?

—Oh ya sabes, normal, no veo la hora de comprarme un auto para dejar el colectivo, solo unos cuantos exámenes y estaré recibida pensemos en positivo—comenta acomodando mi cabello y besa mi mejilla—¿De qué trata? Tu libro.

—No...nada, es una estupidez solo...voy a borrarlo.

—Si te pregunte de que trata es porque me interesa. —comenta ella y se estira agarrando la fotografía que deje a mi lado, una sonrisa atraviesa su rostro.

Una de las cosas que amo de Natalie, es que nunca sintió celos de Ronnie, nunca me prohibió que estuviera triste o que no hablara de ella. No era algo que hiciera constantemente, solo en algunas ocasiones cuando salía el tema, pero Natalie le gustaba escucharme.

Tal vez fueron una de las cosas que me fije en ella mientras me iba enamorando, que le gustara escucharme, que nunca minimizamos nuestros problemas. Porque aun ella estando conmigo, yo también estuve para ella en sus momentos difíciles. Hablábamos del pasado porque ambos teníamos una vida del otro, pero también hablábamos de nuestro presente porque estábamos nosotros. 

—Es sobre ella, ¿no?, sobre Ronnie.

—Algo así, es sobre...la perdida, sobre el duelo, es sobre avanzar y volver a amar, sobre rodearte de personas increíbles. —dije viéndola—Tu eres una persona increíble.

—Por Dios me echas muchas flores a algo que no hice.—dice con las mejillas sonrojadas mientras deja la fotografía de lado.

—Hiciste mucho...yo empecé psiquiatría porque quería tener mi cabeza siempre ocupada...pero en las noches, o los Domingos que no tenia nada que hacer me agobiaba...y te conocí, te hiciste mi amiga—dije entrelazando los dedos con ella—Siempre me dejaste hablar de Ronnie, y siempre quisiste escuchar, como yo que escuchaba todo lo que tuvieras para decirme...y aunque la echo muchísimo de menos, porque es inevitable que no lo haga, a veces pienso que...esto sonara horrible.

—Tienes toda mi atención Reginald.

—Bueno, ¿recuerdas cuando el primer día de clases que no encontrábamos el aula y éramos dos estudiantes nerviosos en nuestro primer año de esa carrera buscándola?, lo que no te conté es que todo me había salido mal ese día, desde que mi despertador se apago, hasta que mi auto no arranco...a veces pienso que si las cosas hubieran salido bien yo hubiera llegado mas temprano, habría encontrado el aula...y nunca hubiera conocido a la chica que se me acerco nerviosa y asustada porque no sabia a donde ir.

—Así que crees...¿Qué ella lo hizo?

—No se si fue Ronnie o que yo solo soy un desastre...pero si lo hizo, me envió a unas de las mejores personas para salir.

Natalie ríe encantada antes de besarme los labios.

—Tal vez haya sido Ronnie. O tal vez fue la vida. Podemos llamarlo como quieras...tu me dijiste que la banda favorita de Ronnie era Led Zeppelin, bueno...recuerdo que luego de conocerte, cuando volvía a mi casa, en el auto del Taxi estaba sonando una canción de dicha banda...Ten years gone creo...asi que si, tal vez fue ella...o el destino.

Me incline besando sus labios, Natalie acaricia mi cabello.

—¿Qué tal si hago algo de comer mientras tu escribes?—pregunta sonriendo acomodando mi cabello.

—Hum tengo una mejor idea—dije besando su cuello desabrochando los botones de su camisa, aunque Natalie se quejo, no tomo tanta resistencia mientras la besaba, la alce llevándola al cuarto y la tire en la cama donde continuamos besándonos.

Ella entierra los dedos en mi cabello mientras íbamos sacándonos la ropa.

Para cuando terminamos, Natalie se había quedado dormida, con el cabello castaño cayéndole encima del rostro. Corrí los mechones con cuidado y bese su frente con ternura para taparla mejor mientras me levantaba comenzando a vestirme dejándola dormir.

Camine hacia el comedor viendo la computadora, guarde el archivo y luego decidí poner la radio mientras seguía desempacando las cosas para nuestro nuevo hogar, en eso una melodía demasiado conocida comienza a reproducirse y miro hacia la computadora donde tenía puesta la radio como si pudiera estar ahí.

La primera vez que la vi después de diez años estuvo completamente cambiada ante mi rostro, pero quiso volver a ser mi amiga, y el recuerdo donde estaba mas viva es en mis pensamientos era en el viaje de auto. Donde me mudaba para mi nueva aventura.

—Did you ever really need somebody

And really need 'em bad

Did you ever really want somebody

The best love you ever had

Do you ever remember me, baby

Did it feel so good

'Cause it was just the first time

And you knew you would

Sonreí levemente, como si ella estuviera ahi cantando todos sus sentimientos. Veo a Natalie caminar hacia mi usando una de mis remeras y me sonríe levemente besándome los labios.

—¿Cenamos pizza?—pregunta rodeándome el cuerpo con sus brazos mientras me mira.

Asentí besándola.

—Te amo, Nat.

—También te amo.

Puedes volver a amar, aun cuando el amor mas épico que tuviste ya no este, eso es algo que aprendí con el tiempo. Porque no me fue fácil volver a abrirme románticamente, pero alguien tenía mucha paciencia ante eso.

Las historias a veces deben acabarse porque otras inician, Natalie me sonríe besando mis labios y se aleja de mi para llamar a la pizzería, mientras que la voz del cantante llenaba nuestro silencio.

—I'm never gonna leave you

I never gonna leave

Holdin' on, ten years gone

Ten years gone, holdin' on, ten years gone

Ten years gone, holdin' on



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Espero que les gustará la novela de Reggie y Ronnie, fue verdaderamente lindo y doloroso para mí escribirla.

Ojalá que lo disfrutaran, pero todo falta todavía .

Ig: Julxswatt99

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