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Capitulo 27

Un año después.

—¿Pueden inclinarlo mas a la derecha?

—Ya está muy a la derecha—dije viendo el cartel donde se leía "Feliz cumpleaños", pero Florence no parecía convencida mientras ponía las manos de su cintura. Thian suelta un suspiro, admiraba su capacidad de presentarse como ayudante, pero a la vez podía entender si solo quería tirar las cosas e irse.

La rubia niega.

—Entonces mas a la izquierda.

—Florence, así esta bien.

—En un par de horas la casa se llenará de niños pequeños y madres criticonas, quiero que todo este bien.

Decidimos pegar el cartel, me baje de un salto de la silla antes de abrazar a Florence y dejarle un beso en la frente para asegurarle que todo estaba bien. El cumpleaños de Laurie seria la primera celebración en la que haríamos algo, ya que en las últimas fiestas nadie se sintió con verdaderas ganas de celebrarlo.

Era entendible.

El fallecimiento de Ronnie fue algo que a todos nos golpeó de diferentes maneras, lo sobrellevamos como pudimos, me mantuve concentrado en otras cosas que no fuera en ella, decidí ocuparme de mi salud, también decidí meterme en otra carrera como un nuevo reto. Y en el tiempo de despedidas, al pasar los meses todo estaba cambiando.

Los padres de Paul no se llevaron bien su homosexualidad, fue rechazado por ellos y varios de sus hermanos a excepción de dos. Eso lo mantuvo deprimido por varios días, hasta que decidió dejar de estar triste, seguir estudiando y ser feliz con Thian quien sin duda lo amaba.

Lo peor sin duda fue lo de Tucker, Florence y ella comenzaron lo mas parecido a una relación, pero debieron terminar antes de las vacaciones. Porque Tucker se fue a Estados Unidos tras ganar su proyecto, tuvimos una despedida emotiva, no fue una gran fiesta, solo fue una cena con amigos, abrazos y llanto. Laurence se había molestado con él, fue el único sin despedirse. Florence y él compartieron un momento de promesas y palabras cursis.

—Debo irme, tengo una clase en la facultad de psiquiatría.

—¿Qué? Pero Reggie...

—Tranquila es una clase, solo una hora saldré a tiempo, no tengas miedo—dije riendo y bese su frente—Paul buscara a Tucker, ¿no?

—Yo puedo seguir ayudándote con la decoración—dice Thian, Florence le sonríe y asiente, me volví a despedir de ellos mientras echaba a caminar a la universidad.

Cuando Ronnie falleció tuve sesiones largas con la psicóloga, y no solo estaba triste si no que estaba asustado por volver a mis viejos hábitos. Desde entonces me esforzaba en que eso no sucediera, mantener mi cabeza ocupada al igual que mi cuerpo fueron cosas que iba adquiriendo, por el momento manejaba bien lo de tener dos carreras e ir al gimnasio con los chicos.

Pero en la noche, cuando la casa se ponía en absoluto silencio, o los domingos cuando el cielo se teñía de un color anaranjado, me agarraba una sensación de nostalgia y tristeza. Porque aunque me mantuviera ocupado para no derrumbarme, era difícil, podía verla en todos lados, riéndose conmigo, sus brazos rodearme, los ojos verdes buscándome. Ella estaba en todas partes, y a la vez en ninguna. Su fantasma seguía en la casa, aunque nadie lo dijera en voz alta. Sus libros juntaban polvo en el mueble tal como los había dejado, la remera de su banda favorita seguía en un rincón del armario donde nadie se atrevía a tocarla. Intentaba vivir, porque estar deprimido en la cama no la traería de vuelta, y aunque su fantasma pasea en los pasillos de la casa, sonrio un poco, porque puedo verla.

Camine a mi clase y salude a unos compañeros antes de sentarme en uno de los incomodos bancos en la primera fila, levante la mano para responder preguntas y estuve atento al celular por los mensajes de todos que me iban llegando mientras trabajaba.

La hora se me hizo eterna, y un suspiro aliviado salió de mis pulmones mientras juntaba todas mis cosas y colgaba la mochila para marcharme e irme a casa, seguramente la fiesta de Laurie ya estaría comenzando, aun tenía tiempo de buscar su regalo...

—¡Ey, Reggie!

Me volteo ante el llamado de mi nombre y creo que por un segundo la veo, pero no, no era ella. Porque aunque su cabello fuera castaño, tenia unas hebras doradas, sus ojos almendrados eran de un color avellana y su rostro era mas triangular. Mi compañera de trabajos mueve el estuche de mis anteojos frente a mis ojos.

—Te los estabas olvidando.

—Oh...gracias Nat.—dije agarrando el estuche para guardarlo en mi mochila—Tengo la costumbre de sacármelos, aun cuando dicen que debería acostumbrarme a usarlo.

—Me gusta tu chaleco.

Bajo la mirada a mi chaleco, el que ella me había regalado, últimamente encontraba el gusto a usarlos. Le sonreí a Natalie.

—Ey, ¿tienes algo que hacer ahora? Es que no entiendo el tema de neuro y se que a ti te va muy bien en eso, ¿podrías ayudarme?, tomaremos un café yo invito.

—Oh...me gustaría Nat pero tengo una fiesta de cumpleaños.

—Oh, claro entiendo completamente, perdona...otro día.

Natalie me ofrece una dulce sonrisa antes de voltearse, la mire irse y no se que fue lo que provoco que la llamara, pero se voltea a verme alzando sus cejas.

—¿Quieres venir conmigo?—le pregunte mientras me acercaba.

—¿A tu amigo no va a molestarle?

—Lo dudo...cumple nueve.

—Pues si que tienes unos amigos interesantes, Reggie.

Me reí ante sus palabras y fuimos caminando al auto en lo que yo le contaba de toda mi caótica segunda familia con los que vivía. Natalie me escuchaba con una leve sonrisa mientras hacia preguntas. Tras retirar el juguete de Laurie, fuimos a casa.

Estacionamos frente a la misma y mi ceño se frunce levemente.

—Hum, esta algo mas vacío de lo que creí.

—Pueden estar en el patio y haber venido caminando.

Le sonreí con labios apretados mientras bajaba del auto seguido de Natalie, sin embargo, no había nadie mas que las personas con las que convivía en la casa. Laurie tenía una cara de pocos amigos sentado frente a su pastel de cumpleaños, los brazos cruzados encima de la mesa y su cabeza apoyada en la misma, Florence le gritaba a alguien por celular (seguramente a Gary), y Paul bebía cerveza.

—¿Qué ocurre? ¿Y Tucker? Ya debió haber llegado—pregunte, mi amigo suspira antes de voltearse a verme. 

—Otro niño decidió hacer una fiesta el mismo día que la de Laurence y como su padre es no se que persona importante todos decidieron ir a su fiesta, Tucker debió cancelar su vuelo porque su gran proyecto no le permite viajar y Florence esta peleando con Gary...—explica mi amigo, luego mira a la chica a mi lado, le sonríe levemente estirando su mano.—Hola soy Paul.

—Natalie—dice ella estrechando su mano.

—¿Tucker no vendrá?—pregunte viéndolo, mi amigo suelta aire mientras se encoge de hombres. 

—No, pero mando un regalo genial, nada mas que Thian lo esta armando y Laurence esta con cara de tristeza...intente hablarle, pero no quiso oírme, tal vez a ti si.

Suspire acercándome a Laurence, pero apenas apoye una mano en su hombro el niño se alejo y fue corriendo arriba. Mire de reojos a mis amigos, Paul suspira y Natalie hace una mueca mientras se acercaba a la rubia, por mi parte yo subi las escaleras.

Laurence había cambiado su cuarto al cuarto de Ronnie, tomamos esa decisión dos meses después de su muerte cuando siempre lo encontrábamos durmiendo en su cama, abrí un poco la puerta de su cuarto y lo veo guardar ropa junto a algunos libros de Harry Potter junto a sus juguetes. Su rostro estaba rojo, y podía darme cuenta que se contenía para evitar llorar.

—Laurie...¿Qué haces?

—Todos decidieron ir a la casa de Ricky Thompson, todo porque tiene pileta climatizada, ¡hasta Cameron fue y se supone que es mi mejor amigo!, lo odio, y a Ricky Thompson y a sus estúpidos padres...—dice mientras seguía empacando—Odio a Tucker, prometió venir, y es un maldito mentiroso.

—Ey, ya basta, Laurie escúchame—dije intentando detener su acto, pero todo lo que me gane fue un puñetazo en el estomago, claro que su fuerza no era mucha no provoco nada mas que un cosquilleo.

—¡Te odio a ti!, ¡Ronnie no esta por tu culpa!

—Laurie...

—¡Quiero irme con mi papá!, no quiero estar aquí, no quiero esta estúpida fiesta de cumpleaños, tu no eres mi papá, ni Tucker, no quiero estar con mamá, ¡quiero irme!

Me agache a su altura viéndolo a los ojos, tal vez me encerré mucho en mi bien estar que no pude verlo, tal vez Paul estuvo tan ocupado con sus propios problemas que tampoco pudo notarlo. No puedo culpar a Florence de nada cuando todo el tiempo esta en constante movimiento. Pero Laurie estaba sufriendo demasiado.

Sostuve su mejilla viéndolo.

—Yo también deseo todos los días que Ronnie esté aquí Laurence, pero no lo está, y lo sabes. Todos estamos tristes por no tenerla, pero lo intentamos, pero que seamos adultos no significa que no nos equivoquemos, que no nos frustremos...dime que quieres Laurie.

—Solo quiero irme con papá. Quiero que Ronnie vuelva.

Suspire y él camina al escritorio donde se sienta observando a los pececitos, dándome un claro indicio de que no quiere hablar más. Sacudí su cabello antes de retirarme e ir escaleras abajo, veo a Natalie acariciar la espalda de Florence hablándole en voz baja, mientras que Paul y Thian estaban junto al otro agarrándose las manos.

Camine hacia afuera en silencio, saque mi celular del bolsillo y marque su numero mientras miraba el poco trafico pasar frente a la casa. El teléfono sonó tres veces antes de que conteste.

—¡Reggie!, Dios, no sabe la cantidad de trabajo de dirección que tengo aquí, tengo tantos proyectos en mente que quiero hacerlos todo, encima estuve escuchando que puedo tener mas, lo que significa que si todo sale como espero puedo triunfar aquí, ¿Qué tan genial suena eso?, incluso podría firmar contratos, pedir transferencia, ¡oh Dios, estoy viviendo un sueño! ¿y que crees? Estuv...

—Se lo prometiste, Tucker.—lo interrumpí.

Tucker se queda en silencio un buen rato antes de poder hablar.

—Le mande un regalo.

—Laurie no quiere un regalo, te quería a ti. Nos quería a todos...quiere irse con Gary.

—Tal vez estar con su padre no sea mala idea.

—¿Lo dices enserio?

—¿Qué quieres que diga? ¿Qué soy un idiota? Lo se Reggie, soy el mas grande idiota de todos...mira, se que tu y los chicos piensan que la decisión de venirme aquí fue asi nomas, pero no, realmente la estuve pensando, pensé seriamente en venirme a Estados unidos...le dije a Florence que viniera conmigo pero ella fue clara y la entiendo...tiene su vida en Nueva Zelanda, tiene las cosas con Laurie y no puede abandonar todo por mi...y yo...tengo una nueva vida aquí.

—Asi que nos abandonas por tu nueva vida.

Florence dijo que era paciente conmigo, pero no debe serlo...me agobia estar ahí Reggie, me agobia estar en esa casa, en pensar en simplemente estar ahí y que ella no este ¿sabes?, claro que te extraño a ti, y a Flor, a Laurie, Paul...los extraño a todos, pero yo no puedo volver y no lo digo por todo el trabajo aquí...lo digo porque volver es como cometer suicidio para mí...no espero que lo entiendas, y se que quieres odiarme como Laurie debe odiarme ahora...pero la verdad es que tengo veinticuatro, y no se nada de ser un buen padrastro o lo que quiero para mi vida...hablare con Florence, no hoy claro porque por lo que escucho la fiesta fue un fracaso, pero pronto...¿me odias?

—No...solo estoy algo decepcionado.

—Lamento que sea asi, siempre te considere mi hermanito—dice y lo escucho reir.—Cuídala, a ambos.

—¿Qué nunca nos volveremos a ver?

—¿Quién sabe, Reggie? Ni se dónde estaremos parados mañana...

Me despedí de Tucker y suspire sentándome en la entrada mientras masajeaba mi frente, escucho la puerta abrirse y segundos después Natalie se sienta a mi lado ofreciéndome una vaga sonrisa, ambos nos quedamos sentados en silencio.

—Apuesto que ahora el plan de estudiar Neuro no suena mal.

Me reí y ella se rio conmigo.

—Lo lamento, no pensé que seria así

—Reggie, tengo diez hermanos, soy la menor de siete de ellos, y tengo un total de cinco sobrinos por el momento...créeme, no es la primera fiesta que es un desastre.

—¿Diez hermanos?, ¿Cuántos baños?

—Dos—responde con una risa negando.—Las fiestas son todo un desastre.

—Me gustaría verlas.—dije y Natalie me sonríe.

—Hable con tu amiga, Florence...se sintió muy bien de descargarse conmigo asi que podrían darme un titulo por años adelantado...me hablo de Ronnie. Suena como una chica especial, lamento escuchar que murió.

—El año pasado.—murmure y solté aire—Todos intentamos superarlo de diferentes maneras, Tucker dice que volver para él es como suicidio, Paul esta algo apagado, Florence parece una mamá con todos y Laurie...

—Esta enojado, puedo darme cuenta de eso...no podemos culparlo ¿sabes? Es un niño pequeño que perdió a alguien importante.

—Ese niño pequeño se convertirá en un adolescente, y se que prácticamente no es mi problema pero en realidad si...un poco lo es.

—Y estoy segura de como su buen hermano mayor lo vas a ayudar, los niños necesitan ser comprendidos, mas lo que empiezan a la adolescencia, necesitan desahogarse con su enojo...tal vez empezar de nuevo. No todos los cambios significan algo malo.

—Eres sabia para ser mas pequeña que yo.

—Si bueno, diez hermanos, soy mayor que dos y tengo cinco sobrinos, acabo de decirlo.

La puerta de entrada se abre donde sale Paul junto a su novio y Laurie los seguía. Los tres cargaban papeles higiénicos, mientras que Florence acomodaba su bolso, me los quede viendo.

—¿Qué es todo esto?

—Vamos a tirar papel higiénico a la casa de ese tal Ricky Thompson, decidimos portarnos mal—habla Paul.

Florence se encoge de hombros.

—Yo solo buscare las hamburguesas para que comamos mientras ellos hacen sus maldades, no me interesa formar parte. Pero lo bueno es que buscare una película para ver mientras comemos pastel...¿vienen?.

Mire a Natalie y ella me asiente con una sonrisa. Paul, Thian y Laurie tomaron la delantera para ir a casa de ese niño, mientras que nosotros tres íbamos para el otro lado a buscar las hamburguesas y películas. Lleve mi mirada al cielo, y los rayos del sol parecían mas brillantes.

Mi mano rozo la de Natalie quien la toma entre las suyas, me giro al verla y me sonríe.

—No me habías dicho que tu segunda familia era tan genial.

Mi segunda familia no estaba completa, Ronnie se fue y Tucker no planeaba volver, pero aquí estaba. Caótica, destructiva pero éramos una familia. Y tenía razón, los cambios eran solo eso, pero no tenían porque ser todos malos.

Estreche la mano de Natalie con fuerza mientras caminábamos por la ciudad bajo los rayos del sol. 

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Ig: Julxswatt99

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