Capitulo 21
—Vamos Reggie, ¿quieres tu six pack o no?
Mire directo hacia la cámara de Tucker mientras que este me grababa en la cara en el medio del gimnasio. Deje la maquina mientras me agachaba a agarrar mi botella de agua, le doy un trago y cuando creo que Tucker le esta haciendo zoom a una gota de sudor, hago el ademan de tirarle un poco de agua haciendo que proteja su preciada cámara.
—Tu también deberías hacer ejercicio.—dije jadeando agotado. El castaño se encoge de hombros mientras sigue grabándome viéndome a través del lente.
—Yo ya me rendí, en su lugar hago un documental de la actividad física y tu cambio brutal, la verdad que tu ejercicio y tu alimentación estas teniendo un cuerpo que honestamente me da envidia.
—Bueno, Thian prometió que tendría un six pack.—dije y Tucker ríe.—¿No estas nervioso?, pronto tienes tu trabajo importante para una beca.
Tucker deja de grabar y lo veo jugar con la cámara. En su universidad se había presentado una tarea única, grabar un gran documental y asi tal vez ganar una beca para estudiar un par de meses en una de las universidades de cine mas prestigiosa del mundo.
Estaba nervioso, todos en la casa lo estábamos por él.
—Tengo algo de miedo honestamente.—dice viéndome.—Si no quedo, me quedare muy triste y decepcionado y se que me perfeccionare para ganar...pero...¿y si quedo? Deberé irme por largos meses...y aquí están ustedes.
—Y Florence.
—Florence fue clara desde el principio, ella no quiere que tenga algún tipo de atadura, porque el lugar de ella es aquí.
—No tienes porque pensar en esas cosas Tucker, debes elegir tu camino y lo mejor para tu futuro...se que amas a Florence y ella te ama...pero ella prefiere que sigas tu camino que quedarte sentado esperando en un quizás.
Tucker hizo una mueca y decidió ignorarme observando los videos que había grabado, yo suspire bebiendo un trago de mi botella de agua antes de levantarme e ir en busca de Paul. Pero no lo vi por ningún lado, él se había ido a las caminadoras dejándonos a mi y a Tucker en las maquinas.
Me muevo por los pasillos del gimnasio hasta ir al baño de chicos y usar las duchas.
—Oh vamos putito, ¿acaso no le pagas al entrenador porque le chupas la pija?
Me detengo en seco al escuchar eso y frunzo el ceño siguiendo a la voz.
—No se de que hablan.—dice la voz de Paul que ocultaba un leve tembleo.
—Sabes perfectamente, los maricones como tu dan mucho asco, ¿Qué acaso estas en las duchas para masturbarte?
Podía ver perfectamente a Paul parado contra la pared y delante de él había tres chicos mas altos que él. Me atrevería a decir que un poco mayores.
—Solo quería usar un baño, ¿Qué acaso no puedo?
—No aceptamos maricones como tu, el baño de señoritas es el otro, ¿Qué acaso quieres chupar pollas? ¿cobras por eso mariquita?
—¿Sucede algo?—pregunte ingresando mientras me abría paso hasta colocarme al lado de Paul, mi amigo se pone cabizbajo. Los tres sujetos dejan de hostigarlo para mirarme directamente, el que estaba adelante tenía el cabello rubio y un corte en la ceja, demasiadas pecas en su rostro y una barba corta. Los otros dos eran castaños, de ojos oscuros y se mantenían un poco mas atrás.
—Tranquilo hermano, solo hablábamos con el mariquita aquí.
—Lo están molestando.
—¿Qué eres tu?, ¿acaso eres el novio?—pregunta el rubio clavando sus ojos cafés en mi, le sostuve la mirada mientras me cruzaba de brazos viéndolo.
—Es mi amigo, asi que déjenlo en paz, ¿te quedo claro "hermano"?—pregunte, agarre del brazo de Paul tirando de él para alejarlo.
—Ey, a este lo conozco.—escucho que habla uno de los del grupo.—¿No es el que anda con la ex fenómeno de John?, ¿se acuerdan que John nos dijo como anduvo con esa chica que al parecer le estuvo mintiendo todo el tiempo?
—Oh...¿el hombre que quiere ser chica?
—Entonces a ti también te gusta que te la pongan, ¿tu mejor amigo te ayuda con el trabajo de tu novia fenómeno?—rie—¿Ninguna chica real te presta atención gordito?
Comencé a respirar agitadamente y deje de escuchar la voz de Paul llamarme cuando me abalance hacia esos tres tipos. No hay que ser un genio para saber que estaba perdiendo, ellos eran tres, yo era uno y luego estaba Paul que intentaba alejarme de todo el movimiento.
En cuestión de minutos que parecieron una eternidad, Thian junto a Tucker aparecieron. Tucker se encargo de agarrarme mientras que Thian se interponía entre ambos grupos.
—¿¡Pero se puede saber que es esta actitud en el gimnasio!?, si quieren una pelea vayan a uno de boxeo aquí no esta permitida esa actitud, ustedes tres mejor váyanse antes que decida cambiar de opinión.
El rubio, que al parecer era el líder de ese grupo, solo se encogio de hombros acompañado de una sonrisa engreída. Largo un insulto mas antes de escupir directo a las zapatillas deportivas de Thian y se fue seguido de los otros dos.
El regreso a casa, Paul era el único que hablaba con Tucker explicándole lo que había sucedido en los baños del gimnasio, mientras que yo conducía a la casa, tenía todos los músculos tensos que estaba seguro que en cualquier momento estaría estallando mi puño en la cara de alguien. Llegamos a la casa, tras bajar y entrar a la casa, escucho la voz del niño hablarme.
—¡Reggie, Reggie!, ¿quieres ver el tesoro que encontré?
—Ahora no estoy de humor Laurie.—dije subiendo las escaleras mientras lo ignoraba, suspire entrando al cuarto del baño donde cerré la puerta antes de ir al lavamanos y abrir el grifo del agua fría y me lo eche en la cara suspirando pesadamente mientras fregaba mi rostro.
Saque las manos del rostro mientras me contemplaba en el espejo, era cierto que este tiempo estuve mejorando, o eso estaba creyendo. Todos estaban felices con mi verdadero avance, de recuperar mi peso, del cambio que estaba teniendo mi rostro...¿pero si todo eso era mentira?, ¿si en realidad no avance nada?
—¿Reggie?—preguntan dando unos golpes suaves a la puerta.—Reggie, soy Ronnie...¿puedo pasar?
Solté un suspiro aferrándome al lavamanos antes de separarme y abrir la puerta. Ronnie me mira en silencio, su cabello castaño estaba atado en una coleta de caballo, tenía las medias polares que le gustaba usar en casa, jeans negros y un buzo que estoy seguro que robo de mi armario.
Ella me mira en silencio y la rodeo con mis brazos apoyándome en su hombro, Ronnie acaricia mi cabello.
—Cuidado Reg, eres mas fuerte que yo en este momento.—dice riendo mientras acaricia mi cabello con las yemas de sus dedos.—Ven, vamos a hablar.
Desde nuestro beso en la noche del intercambio de regalos, las cosas fueron lentas entre nosotros, nos robábamos besos en mitad de la casa. Caminábamos de vez en cuando con las manos entrelazadas, la eh besado al acompañarla a la facultad, y casi todas las noches se cuela en mi habitación donde me escucha estudiar y se queda dormida.
Eventualmente supuse que John se estaría enterando de lo que hacía su ex, y que amigos de él lo sabrían. O sabrían de Ronnie.
—Paul me conto de una manera breve lo que paso en el gimnasio.—dice Ronnie, estábamos en mi cuarto, mi cabeza estaba acomodada encima de sus piernas mientras que los dedos de ella acariciaban mi cabello.—¿Qué puedo decirte Reggie?, la gente es una mierda.
—No me gusto que dijeran eso de Paul, o de ti.
—Pero las dirán Reggie, la gente se dará cuenta, John puede a salir a decir miles de cosas de mi y van a creerle. Van a descubrir que a Paul le gustan los hombres y serán tan desagradables como lo fueron...y se meterán contigo dándote el golpe mas bajo de todos, pero somos mejores que eso.
Me gire colocándome de una forma que me permitía ver su rostro, Ronnie me sonríe corriendo el cabello de mi frente y dejando unos besos en la misma.
—Gracias por defenderme, pero debes saber que esas cosas te las diran siempre o la mayor parte del tiempo.
—Eso no me importa.
—Pero va a hacerlo.
—No...nunca.
Ronnie sonríe y acerco su rostro al mío para besarla, fue un beso lento y dulce. Acaricie su cabello castaño mientras que ella enredaba sus dedos en el mio, suspire profundizando el beso para acercarla mas.
—Tengo suerte de reencontrarme contigo, ¿no crees?—pregunta besando mi frente.—Ahora vamos, arriba, Laurie esta muy ofendido porque lo ignoraste, y nadie ofende a mi mejor amigo.
—Cinco minutos.—murmure abrazándola por la cadera apoyando mi cabeza en su vientre. Ella rodea sus brazos alrededor mio mientras que sus dedos acarician suavemente mi cabello.
—Bien, solo cinco.
*
Ronnie y yo fuimos los primeros en salir de clases, entonces compramos unas paletas heladas a pesar de que aquel día hacía un frio de los mil demonios y caminamos hasta la universidad de cine para quedarnos a esperar a que Tucker saliera y nos dijera su grandiosa noticia, todo el futuro estaba detrás de la puerta que ambos estábamos contemplando hace un buen rato.
Era aburrida la espera viendo a los alumnos salir de sus clases mientras estábamos cruzado de brazos, saque un chicle de menta y lo lleve a mi boca, mientras que la observo a mi lado donde se mueve de manera impaciente como si estuviéramos a punto de esperar una especie de diagnóstico importante.
—¿Por qué no te relajas?—le pregunte, sus ojos verdes me miraron como si acabara de hacerle una pregunta sumamente estúpida.—Ni es tu nota.
—¡Pero es mi mejor amigo!, nuestro mas bien.—dice ella y suspira colocándose las manos en sus bolsillos.—Tienes razón, es que solo estoy ansiosa, es como si sus notas fueran mis notas y no estudiamos lo mismo, además estoy mentalizándome que tal vez en unos meses se vaya al otro lado del mundo.
Mastique el chicle sintiendo el sabor de menta en mi boca mientras la observo, ahora su vista estaba puesta en el viejo librero de la universidad con algunos libros de clases que los alumnos dejaran para que otros lo recolectaran. Como una biblioteca demasiado publica que puedes encontrar lo que necesites.
—Hagamos algo para pasar el tiempo, relájate.
Ella me mira.
—¿Que te gustaría hacer antes de morir?
—Por "relajarte" no me refería a que me hablaras de la muerte.—comente observándola.
Ella se ríe moviendo su cabello y abre su bolso sacando un marcador permanente.
—Yo se que me gustaría dejar mi marca en el mundo, ¿a ti no?—pregunta con una sonrisa mientras escribe.—Vamos a dejar nuestra marca para que sepan que estuvimos aquí.
La observe mientras se ponía a escribir en una linda caligrafía, <<Doble R estuvo aquí>>, cierra la tapa de su marcador y espera a que se seque antes de mirarme y sonreír.
—¿Con eso van a recordarnos?—Le pregunte, ella se encoge de hombros observándome.
—No lo se, pero alguien puede verlo y preguntar de nosotros, es mejor tener una buena historia de trasfondo para contar.—comenta ella abrazándome por la cintura apoyando su barbilla en mi pecho mientras me mira. —Todo empezaría cuando Ronnie era una pequeña niña, hija de los amigos de sus padres que conoció a un bebito, y lo quería abrazar y termino haciéndolo llorar.
—Mamá dice que la delicadeza no era lo tuyo.
—Si bueno, yo tenía casi tres años, y tú eras muy pesado...y solo dormías, yo no entendía porque dormías cuando mis padres prometieron que seriamos muy buenos amigos.—dice levantándose en puntas de pie antes de darme un beso en los labios, sostuve sus mejillas siguiéndole el beso, era consciente de las miradas y de los rumores que a poco Johnny estaba dejando ir.
Ronnie nunca tuvo problema con su cambio, pero solo pensaba que era necesario contarles a las personas cercana a ella. No le interesaba que todo el mundo lo supiera, y a pesar de que todos nos miraran, no podía importarme lo mas mínimo. La acerque mas a mi, Ronnie pone las manos en mi pecho empujándome y ríe.
—Calma Reggie, estamos en una universidad, no te emociones.
Pasaron unos minutos mas hasta que la puerta se abrió, de donde salio Tucker con cara de pocos amigos, Ronnie se le acerca con un ligero puchero abrazándolo mientras besaba su mejilla con fuerza. Nuestro amigo suspira abrazándola.
Estábamos caminando los tres a casa.
—Dijo que era "mediocre", de hecho, insulto todos nuestros trabajos diciendo que era mediocre. Lo único bueno es que nos dará una oportunidad para mejorar, si no adiós a la grandiosa oportunidad, tengo unos días de presentar un trabajo digno.
—¡Yo puedo actuar!—dice Ronnie.—¿Qué necesitas que sea? ¿un borracho?, ¿un dragón?, ¿una damisela guerrera?
Tucker sonríe de lado y besa su mejilla.
—Yo también puedo ayudar, aunque no se actuar...puedo ser un árbol si quieres.—comente provocando que Tucker soltara una carcajada.
Al llegar a la casa, solo estaba Florence leyendo un libro de biología, levanta la mirada al vernos y nos sonríe.
—Hola, Paul y Laurie decidieron que cenaríamos pollo frito asi que fueron a comprar sus ingredientes.
—¿Mamá Florence dejo a Paul a solas con Laurie?
—Les forjara el carácter de ambos.—contesta la rubia.—¿Y Tuck?
—Fui mediocre.
Florence deja su libro de lado acercándose a Tucker y agarra su rostro besando su comisura provocando que mi amigo se pusiera todo el rostro rojo, mientras que Ronnie y yo compartíamos una mirada divertida.
—No eres un fracaso, solo no saben valorar el arte, ¿sabes? Solo por contención te dare la ultima rebanada de torta de chocolate.—dice Florence besando su mejilla.—Te ira mejor la próxima.
La rubia sonríe dándose vuelta para irse a la cocina, mientras que los ojos de Tucker la persiguen como un idiota enamorado. Y podía darme cuenta que en ese momento, no le importaba tanto haber perdido, solo le importaba Florence.
Siento los brazos de Ronnie en mi cintura y me volteo a verla donde ella me sonríe.
—¿En que piensas?—pregunta mientras la abrazo.
—En que amo estar aquí.
—Ahora somos una familia...¡Necesitamos una fotografía!, de esas tipos cursis familiares.—dice ella besando mi mejilla, y sonreí.
En ese momento, era completamente feliz.
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