Capitulo 14
Cuando era adolescente, era muy diferente a lo que soy en la actualidad. Vivía en un pequeño pueblo al norte de Nueva Zelanda cerca de las montañas, sus colinas verdes eran lo que mas me gustaba ver, y si me preguntan, es lo que mas extraño. Solo ese lugar. Vivía en una pequeña casa de un horrible color verde con un enrejado en el patio delantero, mi mamá, mi hermana y yo. En un barrio donde se podía ver fácilmente la vida económica de las familias.
Vengo de una familia donde los embarazos jóvenes podrían considerarse una maldición. Primero mi abuela, con diecisiete, luego mi madre quien se embarazo de mi hermana a los dieciséis y de mi a los dieciocho. Mi hermana, tuvo su primera hija a los dieciséis y luego llegue yo, la mas joven de todas ellas, solo con quince años, un record de cual no podía estar feliz.
No era una familia feliz, era mas que obvio. Era una familia envuelta en alcohol, los cigarrillos y los vicios. Una familia de poco dinero, poco amor y poco trabajo. Y aunque yo era buena para la escuela, para el resto de las cosas, bueno...era un desastre si somos honestos.
Conocí las escapadas nocturnas a los once, el cigarrillo a los doce años, el alcohol a los trece, y me enamoré profundamente del chico mas lindo del pueblo a los catorce años. Fui descuidada, fui idiota y me divertía, fui todas las cosas que mi abuela, mi madre y mi hermana eran. Y lo que yo no quería ser, no me quería convertir en ellas. Pero de una forma inconsciente simplemente era como ellas.
Cuando me hice mi primera prueba de embarazo mis manos temblaban, mis ojos se llenaron de lagrimas mientras iba corriendo con mi madre. No sé que esperaba con ir corriendo a sus brazos, tal vez un abrazo, una caricia en el cabello que me tranquilizara, las palabras de "vamos a superar esto porque somos familia" algo para calmarme, porque estaba asustada. Pero no pasó nada de eso.
Al día de hoy recuerdo cuando se lo dije. El lugar olía a cigarrillo, nuestra televisora vieja que apenas andaba pasaba una telenovela, ella estaba sentada en la mesa de nuestra cocina, con el cabello rubio atado de una forma desastrosa encima de su cabeza, vestida con una remera escotada sin corpiño y jean, un cigarrillo en mano y el vaso de vino vacío encima de la mesa junto a una botella también vacía.
La hija de mi hermana, mi sobrina, estaba jugando de manera desinteresada en el suelo con unas botellas de plástico y Barbies que le faltaba una parte del cuerpo. Porque nadie nos molestaba en comprarle juguetes de verdad.
—Estoy embarazada.—dije con un nudo en la garganta mientras mi madre me veía sin siquiera importarle que yo estuviera llorando y temblando. De fondo la telenovela llenaba el silencio que se creo, mientras que mi sobrina hablaba entre balbuceos jugando.
Mamá suspiro, se levanto y fue a la cocina, la escuché remover algunas cosas, escuchaba el cristal chocando entre si, volvió segundos después con otra botella de vino y un vaso nuevo que me lo puso al frente.
—Bueno, vamos a brindar por lo zorrita que me has salido.
—¿Br-brindar?—dije.—¿Brindamos que estoy embarazada?
—Vamos, Florence, no te comportes asi. De tal palo tal astilla. Eres igual a esta familia, ¿Qué acaso creiste que serias diferente?, ¿Que tú misión sería romper el ciclo? Desde que empezaste a juntarte con esos muchachos sabía lo que estabas destinada a ser, despierta niña , nadie se salva de romper el ciclo que su familia tiene por años. Es lo que te toca, seras como tu abuela, yo y tu hermana, luchando para sobrevivir...lo que si me sorprende es que seas tan zorrita con solo quince años.—comenta ella antes de ver a su nieta.—Esperemos que esta sea mas inteligente de todas.
La insulte, pero no le importo, solo se sento a beber con la vista en el televisor y yo fui corriendo a mi cuarto donde me acosté a llorar. Recuerdo que me abrace al vientre y llore tanto hasta que la cabeza comenzaron a doler y mis llantos se convirtieron en sollozos.
Mi hermana había ingresado al cuarto que ambas compartíamos, nosotras con su hija, pero no me dice nada, solo acuesta a mi sobrina en su pequeña cama y se saca la ropa comenzando a cambiarse. Observo como acomoda su cabello castaño haciendo que le caiga suelto en la espalda, se coloca un top con estampa de leopardo y una falda, busca maquillaje mirándome.
—Saldré con Ernest, ¿cuidas a Mel? Tal vez no venga a dormir si todo va bien.
—¿Enserio tu no...no te interesa como estoy?.
—Florence, no hagas esto de reclamarme atención, te abriste de piernas a tu novio ¿y? ahora paga las consecuencias, yo lo hice. Si tanto querias sexo sin consecuencias, hubieras pensado mejor hermanita, aquí solo eres una de nosotras, solo otra zorrita. Bienvenida al club.—dice viéndome—Recuerda que Mel está en la etapa de escupir casi todo lo que le pones en la boca , suerte, mamá también saldrá por cierto, su novio la llevará al casino.
Mi hermana termino de ponerse los tacones y se fue dejándome ahí, llorando, temblando.
No sé cuánto tiempo me quedé acostada mirando el techo de mi habitación, esperando por algo que sucediera como un milagro. Se que los milagros no ocurren, pero desde pequeña te enseñan a creer en ellos. Y fue en ese momento que repare que estaba completamente sola en casa salvo por mi sobrina que dormía, me levanté con cuidado y camine al baño donde me observe en el espejo, el rostro agotado, los ojos cansados las ojeras marcadas. Mi nariz estaba rosada, era una imagen totalmente lamentable de mi misma. Me levanté la remera que tenía puesta para ver mi vientre, en el que estaba habitando un intruso del tamaño de un frijol. Abrí el botiquín del baño sacando un bisturí, lo sostuve entre mis manos acariciando el filo lo apunte en mi estomago, sentí el frio del metal en mi vientre, apreté mis labios.
—Estarías mejor lejos de aquí, te lo prometo, será rápido.—susurre mientras me aferraba al bisturí, estuve por hacerlo, estaba por clavarme el bisturí en el vientre, cuando el llanto de mi sobrina quien acababa de despertar me alerto y solte el bisturí haciendo que haga un ruido en el piso al caer.
Me sentía desorientada, y asi estuve unos segundos antes de recomponerme y correr a mi sobrina. Luego de calmarla y dejarla con unos de los pocos juguetes que tenía viejos, me senté en mi cama observándola, y luego observe mi estomago, me levante la remera para ver aun mi vientre plano.
—Lo siento, está bien tu ganas...intentare ser buena...intentare ser mejor.
Nueve meses después, di a luz a un niño. Lo di completamente sola, Gary estaba de fiesta, mi madre lejos y mi hermana con algún novio. Solo las enfermeras me brindaron consuelo, me tomaron de la mano y la doctora me alentó. Hasta que escuche el agudo llanto de un bebe, lo sostuve en mis brazos y quede completamente enamorada.
Era pequeño y su llanto se calmo al estar apoyado en mi pecho, tenía una nariz pequeña y unos labios delgados. Bese su pequeña mano mientras lo veía, tenía los ojos completamente abiertos , arruga un poco su nariz mientras rio besando su frente.
—Seré la mejor mamá del mundo, Laurie, te voy a amar tanto.—susurre.
Los siguientes años, no la tuve fácil, iba a la escuela e intentaba volver lo mas rápido que podía para ver a Laurence. Mas de una vez lo encontré en brazos de mamá y ella sosteniéndolo con un brazo mientras fumaba encima suyo, no importaba cuántas veces le dijera que no hiciera eso, ella lo hacía porque era preferible que escucharlo llorar , y siempre añadía "lo hacía contigo y tu hermana y funcionaron bien" mis senos dolían y mas de una vez tuve manchas en mi uniforme por eso, noches enteras en vela cuando Laurie lloraba a mas no poder. Y no teníamos dinero suficiente para una cuna así que tuve que improvisar una con los cajones del armario haciéndolo lo más cómodo posible.
Y luego, estaba Gary. Gary mi primer novio, el chico más lindo del pueblo, el que pase tan emocionada por tener su atención y que fuera el amor de mi vida. Tonta, tonta, tonta.
Él quería hacerse cargo o esas eran sus palabras. Pero al igual que yo era una niña que debió madurar, él no lo hizo. Gary salía a fiestas, quería que lo acompañara, peleábamos mucho, cargaba al bebe aunque no supiera ni una mierda de cargarlo, nos gritábamos, estoy segura de que alguna vez me a engañado. Y cuando nos separamos él siguió viendo a nuestro hijo, cuando él quería , nunca se lo prohibí. Porque yo no tuve un padre, salvó los muchos novios abusivos de mamá y Laurie merecía tener uno.
Para cuando terminé las clases, comencé la universidad, y buscar donde vivir era difícil. No podía permitirme un departamento yo sola, y estar en casa con mamá, su nuevo novio, al cuidado de Laurence, de mi sobrina o del segundo sobrino que estaba a punto de tener no era buena idea sumando al vago novio de mi hermana que solo se encargaba de verme el culo y hacer comentarios obscenos, no podía soportar seguir viviendo en esa casa con tanta gente. Y a veces lloraba por eso, porque quería ser mejor, porque quería darle a Laurence oportunidades, quería que fuera feliz. Que creciera en un buen hogar, que tuviera una infancia mucho más linda de la que yo tuve.
Pero cuando me llamaba "mamá" y corría a abrazarme con esa sonrisa, sospecho que algo debía estar haciendo bien.
No me considero la mejor madre, eso esta claro, creo que hay muchas mejores madres que yo allá afuera, solo hago un esfuerzo para ser mejor que la mia. Con eso me basta.
Y cuando vi un anuncio de que unas personas aceptaban gente en su casa que los ayudara el alquiler, no dude demasiado cuando fui a la puerta, toque el timbre agarrando la mano de mi hijo de cuatro años, y cuando un chico castaño me abrió, le sonreí. Fue la mejor decisión de todas.
Y el tiempo paso en un parpadeo.
En la actualidad, con Reggie y Ronnie en Golden Valley y Paul en su ciudad visitando a sus padres. En la casa, solo nos encontrábamos Tucker y yo, Laurence estaba con su mejor amigo Cameron siendo cuidado por los padres de este quienes lo llevaron a un espectáculo de un circo.
Estaba estudiando sentada en el sillón, o intentando estudiar, hacia un buen rato que estaba en la misma pagina, mis ojos se desviaban a la escalera, Tucker estaba en su cuarto. Había despertado con un resfriado y decidió descansar, pero no sabia si creerle, desde lo que paso con nosotros, las cosas estaban tensas, sin contar que ahora estábamos solos, y eso solo significaba que había mas tensión.
Cerré mi libro y fui a la cocina a hacer algo de comer. Prepare avena y corte fruta, me debatí unos minutos hasta que decidí llevarle un boul a Tucker. Subí las escaleras y toque la puerta de su cuarto, ingrese cuando me lo autorizo, él estaba acostado en su cama de dos plazas con las colchas de un gris oscuro tapándole la cadera, sus paredes eran pinceladas de diferentes tonos de azules, el escritorio estaba perfectamente acomodado donde veo su caja lleno de Dvds.
—Hola, Florence.—habla él llamando mi atención, me volteo a verlo y sonríe.—¿Qué te trae aquí?
—Lamento molestarte...
—Oh no, tranquila, no le digas a Ronnie pero le quite uno de sus libros—dice mostrándome la portada de Misery.—Me esta gustando.
—Te hice algo de comer—dije dándole el boul.—No bajaste entonces...supuse que tenias hambre.
—Esta rico, Florence—comenta tras darle un bocado, luego lo deja en su mesa de noche mirandome.—¿Tu no comes?
—Tengo mi plato abajo.
—Ah okey...
Ambos nos miramos y me di la vuelta para irme, tras agarrar el picaporte suspire dándome la vuelta para verlo quien ya había agarrado el libro de nuevo.
—¿Por qué estas enojado conmigo?—pregunte y me mira.—Fue sexo, Tucker...nunca me has dicho que te gusto y de la nada esa noche me confiesas todos tus sentimientos de golpe y...¿y esperas que yo solo te los acepte así nomas? La verdad es que no haces un buen trabajo si quieres que te corresponda.
Tucker me mira dejando el libro y el plato de avena en su mesita de noche mientras se sienta mejor en la cama apoyando su espalda en el respaldo.
—No esperaba que me correspondieras.—dice él negando.—Si no sientes lo mismo que yo no voy a obligarte, solo queria que fueras honesta, que me lo dijeras a mi no a Ronnie.
—Me estas diciendo que...¿por esa conversación quisiste alejarte de mi? ¿acaso la escuchaste completa?
—Eh...que no estabas para noviazgos y que...
Por la forma en la que Tucker estaba tartamudeando algo me decía que escucho la parte finalizada de la conversación. Suspire.
—Esa noche, la que nos acostamos, fue la primera vez en mucho tiempo que me sentí amada, deseada que me sentí...yo y no como una madre.—le explique.—Me embarace con quince años, Tucker...y me prive de muchas cosas que en ese entonces me gustaba, y no me quejo volvería a privármelas por el bien de Laurie porque es mi mundo entero. Luego te conocí a ti...siempre tan bueno, tan dulce, pero eres joven Tuck, tenemos la misma edad y me doy cuenta que tú no estás para esto, no estas echo para la vida de una persona que tiene un hijo.
—Pero no me importa. Quiero a Laurence como un hermanito, te quiero a ti como algo mas.—Tucker suspira y palmea la cama, me acerco a él gateando hasta que Tucker me agarra de la cintura y me termina poniéndome encima suyo haciendo que nos veamos a los ojos.—Cuando te vi por primera vez, cuando estabas buscando un lugar donde vivir, no me molesto la idea de que tuvieras un demonio de cuatro años contigo.
—Es un niño travieso, no le digas demonio a mi bebe.—dije haciendo que se ría.
—Los quise a ambos cuando llegaron a mi vida, me empezaste a gustar cada día mas, cada día que te veía...pero sabía que tenias problemas con Gary todavía, entonces fui ese mejor amigo...y aun lo soy, solo...intento alejar mis sentimientos por ti.
Acaricie las mejillas de Tucker mirándolo a los ojos, roce mi nariz con la suya dejándole un beso en los labios. Y luego, el beso se convirtió en mas besos, mi cadera comenzó a moverse encima suyo mientras nuestros cuerpos reclamaban mas cercanía, las manos de él se situaron bajo mi remera acariciándome mientras nos besábamos.
—No puedo corresponderte, Tucker...no ahora.—susurre apoyando mi frente con la suya.
—Bien, entonces te estaré esperando.—dice besándome.
—No mas chicas.
Eso provoco una risa de él mientras asentía.
—Lo prometo, me reservare para mi Florence.
La primera vez que vi a Tucker, era un muchacho de lo mas amable y dulce. Siempre el blanco principal de las bromas de Laurie, pero siempre al que Laurie también buscaba como cómplice, Tucker estuvo conmigo en varios momentos, me a ayudado en varias situaciones. Me dio un lugar en su casa en las vacaciones cuando yo no e querido volver a la mia.
Me gustaba como era, me gustaba que fuera gentil conmigo. Me gustaba que besara con tanta dulzura y que sus manos me tocaran de una forma suave, me gustaba cuando suspiraba mi nombre y cuando me veía a través de sus largas pestañas. Dijo de esperarme, pero honestamente no se cuanto le duraría, pero mientras me besaba y me acariciaba, mientras nuestros movimientos se volvían exigentes, sabía que tal vez, no tendría que esperarme por tanto.
Nos acostamos desnudos en la cama un par de horas, nos besamos y hablábamos de tantas cosas. Me acercaba a su cuerpo donde me abrazaba y acariciaba mi cabello, pero debía volver a la realidad de alguna forma. Y asi fue cuando escuche el timbre, suspire mientras comenzaba a vestirme y baje las escaleras encontrándome con Dominique junto a Laurence quien tenia una espada de luz con un caramelo.
—¿Cuánto te salio eso?—pregunte.
—Oh vamos, Flor, es un regalo, se portaron muy bien. A parte los payasos del circo lo daban muy baratos.
—¡El papá de Cameron estuvo en uno de sus trucos!..¡Y Cameron vomito la manzana con caramelo!
—¿Esta bien?—pregunte viéndola.
—Si...solo es un empacho, debe descansar—dice ella y acaricia el cabello de Laurie.—Nos vemos Laurence.
Me despedí de Dominique mientras que Laurence me contaba todo lo del circo, lo escuche hablar mientras lo ayudaba con su abrigo. Él hablaba contándome todos los detalles, desde los trapecistas, hasta el mago, los payasos y los trucos de una chica que podía doblar muchas de sus extremidades. Sonreí abrazándolo acercando su cuerpo al mío comenzando a besar varias veces su mejilla provocando su risa y que me empujara suavemente diciendo "mamá", era algo que dice mucho desde que aprendió a hablar y hago eso.
—Oh miren, el gran Laurence.—dice Tucker bajando las escaleras usando pantalones deportivos (aunque no hace deporte ni para caminar a la esquina) y un buzo negro, suelto a Laurie quien va con su amigo a abrazarlo y le muestra su espada de luz.
—¿Solo seremos nosotros?—pregunta Laurence viéndonos.
—Si, por eso pensaba, pizza y películas, y helado.—dice Tucker, Laurence asiente varias veces.—Ve con mi caja de Dvds agarra las que mas te gusten.
Laurence corre arriba, me acerque a Tucker.
—¿Toda esa comida? Ya comió dulces en el circo va a enfermarse, pensaba en hacerle algo con verduras.
—Estará bien. La pizza es sana porque tiene jamón, y queso, esas cosas son sanas para el crecimiento.—dice él, lo mire dudosa mientras que Tucker me abraza por la cintura para acercarme a su cuerpo dándome un beso.
—No te tomes tantas libertades en hacer eso.
—Hum.—dijo dejando besos en mi cuello.—Solo un poco, se que dijiste que no me corresponderías pero yo intento conquistarte.
—¿Y unos besos me tendrán a tus pies?—pregunte divertida.
—No—dice viéndome y besa mis labios.—Pero es un logro.
Por las siguientes horas, fuimos nosotros tres. Tucker y Laurie se debatieron en jugar con sus espadas de juguete, y mas a la hora de cenar, comimos pizza y vimos una película animada de Disney. De echo vimos varias, colocamos el sillón como un sofá-cama, nos acomodamos los tres ahí, y en algún momento, Laurie se quedo dormido apoyado en el brazo de Tucker y él junto al niño.
Los observe unos segundos, y me incline besando la frente de Laurie y la mejilla de Tucker. Amaria tener esto, amaría ser asi pronto. Era una imagen sacada de un sueño, lo que yo quería de esto.
Pero la burbuja de mi fantasía es rota cuando escucho un tan familiar caño de escape de un auto, me levanto y calzo rápido mis zapatillas saliendo de la casa antes de que a Gary se le ocurriera tocar.
Me enamore de Gary cuando era bastante joven, era atractivo, a todas las niñas del pueblo le gustaban. Y no se porque yo queria tener su atención, creo que me gustaba ser la atención de un chico tan lindo como lo era Gary, que me viera, me dijera que era suya, me gustaba ser todo para él. Para el gran hijo del oficial del pueblo.
—Hola Florcita—dice Gary, para variar no estaba borracho. Me cruce de brazos viéndolo. —¿Esta Laurence?
—Esta dormido, Gary.
—Mira, quería disculparme.—dice acercándose a mi.—Estuve mal, en venir borracho y gritarte yo...lo lamento.
—¿Y por eso no buscaste a tu hijo a un campamento que le daba mucha ilusión ir? ¿preferías emborracharte?
—Igual habíamos cancelado el campamento, problemas con mi estúpido cuñado.—dice él negando, se pasa la mano por el cabello castaño que de a poco iba desapareciendo de su cabeza.—Me llamo vago, cuando estoy progresando en mi negocio y me están por aceptar en la policía, yo, vago, ¿puedes creerlo Florcita?
—Deja de decirme Florcita—dije con los brazos cruzados.
—Te gustaba cuando te decía asi, ¿recuerdas?—dice con una sonrisa de lo mas desagradable.—¿Recuerdas cuando te follaba en mi auto, cuanto me rogabas y me decías que eras mi florcita?
—¿A que vienes?, ¿A recordar cosas del pasado?—pregunte viéndolo.—Laurence duerme y no lo despertare para nada de tus locuras.
—Solo quería disculparme con el niño, podríamos ir a un campamento de verdad, él, yo...tu, seriamos una familia Florcita. Estaríamos los tres.
Trague saliva viéndolo, a Laurence le encantaría un campamento, le encantaría estar con su padre un rato. Pero yo estoy en esa ecuación, Gary quiere que vaya, y la idea de estar a solas con Gary no era de lo mas atractiva.
—Bien, pero rompes esa promesa, o vienes borracho, drogado o lo que sea, olvídate de verlo.
—Ey, estoy limpio hace días—dice él, hace el amague de tocarme pero me aparto, su mano aun asi tocan mi cabello mientras evito verlo.—Sigues estando guapa, Florcita, que lindos recuerdos me trae verte asi, te juro que te veo y se me pone...
—¿Algo mas, Gary?
—No...avísame cuando iremos.—dice él y besa mi mejilla antes de voltearse. Me quedo parada hasta que escucho el horrible ruido del caño de escape y el auto yéndose. Suspiro ingresando a la casa, me quedo de piedra al ver a Tucker esperarme de brazos cruzados, Laurence ya no estaba dormido en el sillón.
—Lo lleve a su cama.—dice él.—¿Qué quería Gary?
—Ir de campamento.—dije.—Con Laurie...y conmigo.
—Ni hablar, no ira contigo.
—Pero a Laurence le encantaría ir.—dije viéndolo.—Y la verdad, si yo voy, estaré mas tranquila por la seguridad de él. Gary es un idiota, le dio dinero cuando tenia tres años y lo hizo cruzar a la calle solo para ir al kiosco a comprar algo de sus cigarrillos...no sabe de niños y no esta con Laurie mas que unas horas...debo ir. Será una linda experiencia, casi nunca puedo llevarlo a esas cosas.
—Bien.—dice Tucker al cabo de un rato clavando sus ojos cafés en mi.—Pero yo también iré. Creo que toda la familia debería ir.
—¿Qué...?
—Una gran salida, yo, Paul, Ronnie, Reggie, y ustedes.—dice él encogiéndose de hombros.—¿Por qué no?
—Odias a Gary.
—Pero te quiero a ti, y quiero a Laurie. Tu quieres la seguridad de Laurie, yo quiero la de ambos....y alguien debe vigilarme para que no mate a Gary prendiéndole fuego en el fogón.
Me reí antes de abrazarlo, los brazos de Tucker me estrecharon con fuerza mientras que su rostro se ocultaba en mi cuello. Acaricie su cabello y bese su mejilla varias veces, Tucker y yo éramos amigos, amigos que se gustaban. Y las cosas en un campamento, pueden hacerte cambiar.
Porque así fue. Toda la familia fue de campamento. Y fue un completo desastre.
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Un capi especial de Florence🌼
Al siguiente no se preocupen que volveremos .
No sé olviden de votar.
Ig: Julxswatt99
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