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Baby don't cry

Ya no se sentía en casa, se preguntaba si alguna vez lo consideró su hogar.

Odiaba despertar sola, sentía un vacío inmensurable creciendo a pasos agigantados que le hacían sentir una desesperación abrumante durante todo el día, todos los días. Se levantó de su cama quitando la gruesa cobija que la mantenía caliente cada noche y fue directo a buscar una muda para vestirse después de tomar un baño. Prenda por prenda fue descubriendo su delgado y pálido cuerpo, mirándose al espejo del baño; se preguntó que le veían de bueno a ella, no lograba proyectar en su reflejo lo que todos le decían por las mañanas a la entrada de la escuela.

Se sumergió en la tina deseando que el día terminara ya para poder largarse a dormir. Al suspirar un conjunto de burbujas salieron a flote logrando sacar una sonrisa en la pelimorada, resignada procedió a terminar su baño

Cuando lo hizo se secó el cabello y el resto de su anatomía colocando la ropa que estaba destinada a usar. No se recogió el cabello, lo dejó suelto (iba a disfrutar ese viernes sin las normas escolares) admirando su aspecto no sintiéndose satisfecha con el resultado.
Un sonido molesto provino de su celular avisando de un nuevo mensaje de texto.

"Que tengas lindo día Ao-chan. Te amo"

Hace mucho había aceptado salir con Akane, lo había hecho para saber si podía cambiar algo en su monótona vida y, de hecho, fue así por un tiempo —el primer año y medio— los últimos cinco meses y tantos días se le veía desinteresado en esa relación que ahora era ambigua.

Llámame cuando llegues a casa, necesito decirte cosas que no se pueden hablar por teléfono.

Eran vecinos, solo tenían que cruzar unos pasos para verse.
Las gafas solares estaban con ella la mayor parte del tiempo estando fuera de casa, al igual que la gorra que un día su papá dejo de usar. Con eso puesto salió a tomar aire dando una vuelta a la cuadra para despejar su mente, si terminaba esa relación ambos serían libres.

El problema es que se había hecho dependiente de él, no quería que nadie mas estuviera a su lado. Se estaba ahogando, se iba a quedar completamente sola si Nene también se iba de su lado, pero ella era su mejor amiga ¿No? No lo podría hacer eso a ella.

Lo encontró mirando su celular sonriente, tecleando, escribiendo un mensaje. Sacó su celular y su chat no tenía un texto nuevo, de hecho le había dejado en visto. Se extrañó pero llegó a donde estaba él.

—¿Ao-chan? ¿Que haces aquí?.— le saludó con un beso en la frente.— ¿No te ibas a quedar en tu casa?

—Salí a caminar, necesitaba respirar.— se fueron juntos a sus hogares conversando entre ellos.

—¿Que era eso tan importante que tenías que hablar conmigo, cariño?.— sonrió mirando a su hermosa novia (que ahora tenía unas feas bolsas debajo se sus preciosos ojos).

Se quedó de pie y no se movió, su corazón se aceleraba, le diría.

—Te extrañé.— sonrió cerrando sus ojos "sonrojada" (una mentira, había pensado en cosas que amaba; por ejemplo el pastel de fresas y nata que Yashiro preparaba).

—Yo también te extrañé,querida.— besó su mano, siguieron el resto del camino con las manos entrelazadas.

De nuevo, se acobardó aún viendo que esos ojos naranjas ya no la veían con el mismo brillo que antes.

Los chicos y chicas van y vienen, entonces ¿Porqué se aferra? No lo sabe, pero reforzó el agarre de palmas causando preocupación en Akane. Después de todo no eran sinceros.

—¡Nene-chan! No te he visto ni un minuto esta semana. No me gusta en lo absoluto.— abrazó por detrás a su amiga ganándose una mirada represiva por Amane, su otro mejor amigo.— ¿Es por Amane-kun? ¡Déjalo y vámonos juntas!

—¡Aoi-san! La tuviste todos los días, permíteme tenerla unos minutos.— jalo del brazo izquierdo de Nene quién no sabía con quien irse.—

—P-Pero estamos los tres cada descanso, no actúen así.— cansada se sacó de encima a sus dos amigos cercanos.— ¿Que les parece si salimos después de clase?

—Yo tengo deberes con el club de fútbol, mañana con el de astronomía. ¿No se puede posponer para el sábado? Hoy es martes.— propuso el chico.

—Nop ♡︎, Nene solo tiene el día libre hoy. Estamos ocupadas con el club de jardinería los demás días.— río por la mirada de pérdida del Yugi mayor.— Ah... Está bien, solo si me enseñas lenguaje de señas para comunicarme mejor con Tsukasa-kun.

—¡Es un trato Aoi!.— los dos chicos se abrazaron dando saltitos de felicidad siendo observados por la chica de tobillos gruesos.

—¿Que acaba de pasar?.— se preguntó con algo de miedo por las peleas y arreglos casi seguidos de sus mejores amigos.

Cuando el timbre sonó salieron de sus salones para irse a casa, se despidieron de Amane en la salida yéndose únicamente las dos femeninas.

—Mañana es exámen de Literatura, no quiero venir mañana Aoi.— se fue quejando todo el camino hasta la estación.

—¡Es Fácil Nene-chan! Verás que saldremos bien.— la ánimo subiendo y bajando sus brazos.

—Eso espero, no puedo reprobar.— dieron un paso al frente cuando las puertas del tren se abrieron, habían dos asientos disponibles así que fueron a sentarse.

—Nene-chan... ¿Está mal si termino a Akane-kun?.— preguntó con voz baja.

—¿Eh? ¿Porqué la pregunta?.— ladeó su cabeza confundida.

—Siento que... Ya no es lo mismo, no podría explicarlo.

Nene se quedó pensando un par de minutos.

—Si no te sientes cómoda con la relación deberías dejarlo Aoi, no puedes forzar algo que no deseas. Si te hace sentir mal o agobiada ¿No crees que es mejor llorar unos minutos que seguir ahí?.— habló compresiva y con un tono bajo, procurando ser gentil con ella.

—Tienes razón Nene-chan, gracias.— sonrió una vez más antes de mirar que su parada se aproximaba.— Yo bajo en la siguiente estación ¡Nos vemos mañana!

Se bajó del transporte borrando su expresión de alegría cambiándole por una triste y cansada.

Ya no lo soportaba, si fingía sonreír al final se terminaba fastidiando y quería gritarle a todos, se frustraba y terminaba llorando.

Como ahora lo estaba haciendo, sabía que era difícil intentarlo y afrontar el pensamiento. Temía que por su personalidad le apartaran de sus seres queridos, de quedarse sola, tenía mucho miedo de que no estén en sus vidas.

Pero si era por eso, entonces daban igual las lágrimas que derramaba al sentirse inútil.

Hoy lloré por ti ¿Dónde estabas? Últimamente pasas mas tiempo en el consejo estudiantil

Le mandó un mensaje de texto, esperó por su respuesta, a los cinco minutos le respondió

"Hay mucho trabajo Ao-chan, solamente somos dos. Dejando eso de lado ¿Cómo te fue el día de hoy?"

Ya veo, disculpa. Me fue bien ¿Y a ti? Quedé de ir con Nene y Amane el sábado a salir un rato.

Dejó el teléfono y bajó para tomar agua, sus padres aún no llegaban.
El tono en su celular le notificó que su respuesta había llegado, desbloqueó el celular para responder.

"¿El sábado? ¿Que no acaso era nuestra cita por los dos años que llevamos juntos?"

Desconcertada miró el calendario en su celular reiterando que su segundo aniversario era dentro de diez días y no cuatro como decía Akane.

¿Estás confundido? La cita es dentro de diez días

"No es verdad, llevo la cuenta y es el sábado"

Sus ojos no podían mentir que la fecha estaba ahí, era cuidadosa con sua cosas.

No voy a discutir por esto, veámonos el sábado si así lo quieres. Pero será por la tarde.

"Cómo quieras"

Apagó su celular y se acostó boca abajo en su cama.

❣︎

El día llegó, Aoi no sabía que iba a hacer, se la había pasado bien con sus amigos por la mañana/ medio día, pero ahora se encontraba sentada en la fuente por más de dos horas. El tarado de su novio la había dejado plantada, apretó los puños y le mandó por décima vez un mensaje al igual que una llamada (que fue directo a buzón de voz).

Decir que estaba enojada era poco, tanto drama para que al final resultara así le molestaba demasiado.
Sin contestación por parte de él se marchó del lugar, se comió la tarta de crema quemada que hizo para calmar su coraje. Caminando mientras comía, observaba a las personas a su alrededor, a los niños que iban de la mano de su madre, incluso a los gatos que paseaban por ahí.

Daban igual las palabras, si estaban arriba o abajo, quería salir de esa patética relación.

Sin darse cuenta estaba enfrente de su casa.

No, eso no era un hogar, no cuando despertaba completamente sola sin recibir los buenos días de su progenitora, o de su padre. No cuando salía de su habitación y el silencio era tan escalofriante que encendía la radio fuertemente para combatir el ambiente solitario.

Era suya, pero estaba en espera cuando siempre había sido su prioridad, no podía tocarlo por el teléfono. En cuclillas en su cama tenía puesta la camisa que Yashiro había dejado hace una semana que se quedó a dormir, aspiró su aroma y se sonrojó por lo bien que seguía oliendo, se enamoró de su mejor amiga.

Pero sabía que sus sentimientos no eran correspondidos,  estaba enamorada de esa linda chica del grupo de a lado y ella estaba con el talentoso vicepresidente escolar.

Aún cuando la peli plateada le trató de manera fría ese martes, ella tenía puesta su camisa. No había visto a Akane por su ventana y no le gustó, no había llegado. Recordaba lo que pasó por la tarde y la furia regresaba rápidamente.

¿Dónde estás?

Volvió a mandar un mensaje, pero a diferencia de los otros ahora sí le llegó una respuesta.

"Perdóname Ao-chan, no pude llegar. Estaba en casa del presidente y se me hizo tarde"

¿Qué hacías ahí?

Aunque ya temía la respuesta.

"Necesitamos hablar"

A

cordaron que en quince minutos Akane llegaría a su casa para charlar.

Dando vueltas a la situación  el tiempo pasó rápido, cuando se dió cuenta el timbre sonó y bajó para abrir la puerta, estaba de pie con los cabellos naranjas desordenados y un brillo en los ojos, que no era para ella.

—¿Puedo pasar?.— Aoi asintió dejándole el paso libre, el chico se sentó en un sofá individual. La chica enfrente de él en el sofá grande.

—¿De que quieres hablar?.— cuestionó sabiendo bien lo que estaba por pasar, y a pesar de tener el rostro serio estaba feliz.— ¿Vamos a tener una charla de ruptura?

—No lo digas de esa forma.— evitó su mirada violeta.

— ¿Porqué? ¿Porque hiciste lo mismo a Minamoto senpai que a mi? ¿Porque no valoras lo que me haces?.— mentira, estaba mintiendo hasta el final.

—No quise que esto pasara.— confesó arrepentido (aunque no tanto)

—Estoy cansada, esto no era una broma para mí, no juegues de esta manera conmigo. No después de tantos intentos tuyos por confesarte a mi persona.

—Lo lamento Ao-chan.

—¿Eres feliz con él?.— preguntó una vez más, con los ojos un poco aguados. Una cosa es que la terminaran y otra a aceptar que la estaban engañando.

—Lo soy.— afirmó con sus ojos decididos, no había mas que decir.

—Vete por favor, da igual si lloro o las palabras que te diga. Sé feliz con él, Akane-kun.— juntó sus manos y se dirigió a la puerta para abrirla.

—Gracias por todo Ao-chan.— salió por la puerta con un peso menos en su conciencia.— ¿Podemos seguir siendo amigos?.— la miró con su mirada ligeramente triste.

—Si.

Cerró su puerta y se aguantó las ganas de llorar. Se sentía horrible.

Pero de alguna manera logró reponerse y respirar hondo. Marcó a su mejor amiga contándole lo que pasó, no se lo esperaba.

No puedo creerlo, voy en media hora. No te salgas por favor, llevaré a Amane.— murmuró Yashiro por  llamada

—Los espero Nene-chan.

Cuando esos dos llegaron creían que Aoi estaría hecha un mar de lágrimas, se sorprendieron cuando no fue así y estaba tranquila. Salieron al techo del hogar de Aoi y miraron las estrellas, siendo el guía el único chico de ahí.

Cuando Amane explico donde se encontraba la constelación de Aquarius , las dos chicas se miraron a los ojos y se sonrojaron.

Tal vez... Y solo tal vez, era correspondida un poco.

No sé que fue, igual luego le cambio el final JJJ

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