06. Recuerdos
12 abril, seis años antes
—No pienso hacer eso.
—Xingxing... Por favor...
Los labios abultados de Sehun apuntaban al rostro firme de Yixing.
—Hyung... Yo, si yo me paro ahí me voy a morir...
—Hunnie, ¿qué tan difícil es darles las botellas de agua a la última fila? Después de eso puedes ir a maquillarte para la presentación.
—No lo entiendes.
—Me encantaría saber qué es lo que no entiendo.
—Él está ahí.
Una intensa curiosidad azotó la mente de Yixing y su corazón se detuvo un micro segundo al darse cuenta de lo que el menor decía.
—¿ Él ? ¿ Qui-quién ?
—El chico del club de baloncesto, el que me curó el tobillo.
—Wu Yi Fan, ¿Kris Wu?
—Oh...Kris. Sí, se llama Kris aquí.
Yixing observa a Sehun con paciencia. Analiza su rostro y el color rojizo que se expande por la mayor parte de él. Las manos temblorosas tomando con dificultad la botella de agua y sus pies formando una v.
Estaba nervioso.
—¿ Kris Wu ? Espera... Kris Wu... KW... Los poemas que escribes siempre tienen esas iniciales son...
—Kris Wu, él me gusta.
Y ahí estaba, lo que menos quería oír Yixing en toda su vida.
Sehun gustaba de alguien, alguien que no era él.
No podía negarlo, su corazón de hizo añicos en ese momento y su garganta quemó al hablar.
—Con más razón deberías ir allá... Podrías hablar con él.
—A él le gusta alguien más. Kyungsoo me dijo que habla siempre de un chico que conoció de una forma extraña. Hoy se va declarar.
—Ah...
Yixing tomó la caja de botellas y camino a la última fila dejando atrás a un Sehun con expresión de derrota y a punto de llorar.
Yixing jamás había visto a Sehun así, pero sí había visto y leído esos poemas que ahora sabía tenían una dedicatoria especial.
Cada noche, Sehun salía al parque llevando consigo una libreta y un bolígrafo que compró en su viaje a Rusia. Esa libreta era su tesoro. Yixing lo sabía, Sehun escribía ahí poemas, los mismos que durante seis meses se habían vuelto más profundos y puros.
Ahora entendía la razón de que su mejor amigo no dejará de escribir con tanto afán.
Ahora entendía porque Sehun prefería tomar el camino largo por la facultad de negocios para llegar a los edificios de artes. La razón por la que su mejor amigo empezaba a caminar por la universidad como buscando algo y se escondía tras los árboles de forma repentina.
Ahora sabía porque Sehun estaba tan triste en su presentación estelar.
Sehun estaba enamorado, pero no era correspondido, igual que él.
—¡ Hey ! Yixing, ¿ no ?
Kris toma asiento buscando con la mirada en el escenario y se talla los nudillos nervioso antes de tomar la última botella de agua que Yixing le ofrecía.
—Hola, Wu. ¿ Te invitó Sehunnie ?
—No, de hecho Sehun ni siquiera me dijo que tendría el papel estelar hoy. Vine en cuanto lo supe, no podía perderme esto.
—Oí que hoy tenías planes importantes. Quizá por eso Sehun no te invito.
No podía negar la alegría que sentía por ello, Sehun no lo había invitado y eso, lo hacía sentir poderoso.
—Hoy es un día importante. Es el cumpleaños de Sehun...
—Sí, lo es.
—Le gustan las orquídeas azules y las rosas rojas, ¿ verdad ?
—¿ Por qué la pregunta ?
Algo no le agradó a Yixing cuando Kris se privo en un color rojizo y sus palabras dejaron de fluir un instante.
—Sehun...es como magia. Es único como cada orquídea. Es profundo como el azul del cielo y a la vez tan increíble. Sehun es cautivante como el aroma de las rosas, y tan frágil como una. Es alegría y felicidad. Sehun es ...es...
Kris observa el escenario fijamente, sus ojos brillan. Yixing voltea a ver y observa a Sehun señalando un lugar en el techo, algo de iluminación.
—A Sehun también le gustan las moras.
—Lo sé. A Sehun le gusta cada cosa que pueda darle un sabor agridulce.
—Sí...
Kris suspira, suspira tan profundo que Yixing siente como le quita el aire a su alrededor y siente rabia.
Mucha rabia.
— Sehun... Es la persona más hermosa que he visto en toda mi vida.
— ¿ Wu ?
— ¿ No es obvio, Yixing ?
— No soy bueno con las indirectas.
— No te preocupes por eso.
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Cuando Yixing llega a su casa después de haber dejado a Sehun en la suya, sus pies se arrastran y los labios se abren buscando las palabras para dejar salir sus emociones estancadas.
—Idiota.
Es el mejor insulto que se le ocurre darse.
¿Qué habría pasado si hubiese tenido un momento de valentía en aquella época?
Si tan solo...
— Fuiste un cobarde.
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