— Lo lamentamos.

Bien dicen que después de la calma viene la tempestad, ¿o viene el huracán? Sehun no lo sabe, ni le interesa el maldito dicho. Solamente sabe que su cuerpo está fatigado y el nudo en su garganta se ha hecho tan grande que no logra pronunciar palabras.

— Estará en observación un par de horas, no hemos podido notificarle a su esposo, las llamadas no entrar, tal vez alguien cercano... si usted pudiera darnos sus datos.

El médico parece tan acongojado por la cara que debe estar teniendo.

—¿Señor?

Claro, él debería de estar en un viaje rumbo a ¿Lituania o era Estonia?, la verdad no lo recuerda, sus pensamientos son tan poco hilados que apenas es consciente de que tiene que respirar.

— Zhang, doctor Zhang...

— ¿El doctor Zhang Yi Xing?

Asiente lentamente, se siente mareado que tiene que cerrar los ojos de nuevo.

— Entiendo, no se preocupe, iré por él entonces, le informaremos de su situación. No le molesto más, debe descansar.

No se preocupa en responder. Sus manos tiritan de frío cerca de su vientre. Está en una especie de colapso físico y mental, el frío se extiende cada vez más, aun si la habitación tiene calefacción y la enfermera se ha encargado de mantenerlo abrigado.

Hace tanto frío que se siente vacío.

Abre los ojos mirando el techo, la luz blanca que le pega de forma indirecta se siente molesta, sus sienes palpitan.

Vacío.

— Sehunnie...

La puerta se abre abruptamente que le sobresalta y una parte del nudo en su garganta se desata.

— Hola.

Sonríe, porque ha extrañado a su mejor amigo de la infancia en todos estos años que se fue a su país natal para especializarse. Y aunque Sehun quiere recriminar el hecho de que el otro se haya ido por tanto tiempo, la emoción de verlo de nuevo calma un poco el dolor de su pecho y disminuye el vacío interno.

— ¿Cómo fue posible? ¿Y Kris? ¿Dónde está Wu Yi Fan?

¿Cómo fue posible? Oh, vaya, Sehun piensa que fue después de las piezas que bailaron en su cumpleaños, cuando la noche fría cayó sobre ambos y sus cuerpos danzaron de forma más cercana, como no lo habían hecho en meses.

¿Y Kris?, esa misma pregunta se hacía desde hace varios días.

— Yo...

El vacío se hace más grande y sus dedos tiritantes cubren su vientre.

— Se fue...

Observa como Yixing cambia la expresión de desconcierto a una de angustia y tristeza. De pronto el calor corporal de su amigo lo abraza y deja salir las lágrimas que había estado guardando desde que el médico lo dijo.

— Se fue...

Y no habla de la ausencia de su esposo.

— No lo pude retener...

Sehun llora tan amargamente que las lágrimas saben igual, no sabe cómo encontrar consuelo, cómo llenar el vacío de un hijo perdido.