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Mi preciosa rosa

Este es mi regalo para el día de San Valentín 2023

Dedicado a mi amigo Naiya de dragón

Ship Afrodita x Saga

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-Veo que no me he equivocado- se escucha una voz familiar tras de él.

-¿Cómo me encontraste Afrodita?- preguntó Saga curioso por haber sido atrapado en su escondite.

-Por favor, incluso tras la muerte hay cosas que nunca cambian-

Afrodita se acerco a Saga y lo miro de forma seria

-¿Se puede saber que haces aquí, solo y alejado de todos, el día de tu nombramiento oficial como Patriarca?-

-Yo, bueno- Saga desvió la mirada avergonzado- siento que no lo merezco-

-¿Otra vez con eso? De verdad, ni la muerte puede quitar ese tipo de vicios-

-Lo sé-

-No importa si nuestros compañeros, incluidos Aioros, tu hermano Kanon y el viejo maestro, te consideran el mas adecuado para ser nombrado el nuevo Patriarca de forma "legal" y que tal honor estuviera bendecida tanto por nuestra diosa como por los que alguna vez fueron nuestros enemigos, los santos del milagro, pero en vez responder su confianza y aprecio por ti, les respondes de forma muy grosera al huir de la fiesta hecha en tu honor en la que todos pusimos mucho esfuerzo, incluido yo. Todo para seguir llorando en soledad bajo el cuidado de la luna y las estrellas-

-No quise, es solo que-

-Como dije, hay cosas que ni la muerte puede cambiar- le interrumpió- creo que la melancolía es parte de tu naturaleza, por eso, incluso ahora, sigues siendo el mismo-

Saga lo miro avergonzado, aunque con cierto agradecimiento. Afrodita siempre le decía las cosas claras y por eso lo apreciaba mas que a nadie.

-¿Y bien? ¿vas a volver conmigo a la fiesta antes de que todos se preocupen?-

-No lo sé, todo esto me abruma- agacho la cabeza con pesar.

Afrodita negó con la cabeza con una pequeña sonrisa.

Esa mirada que tenía Saga la conocía muy bien, era una mirada muy común para su amado durante todos sus años de usurpación en el Santuario. Una mirada que nunca dejo que nadie pudiera ver, salvo él, su único confidente en susodichos años.

Afrodita sonrió tiernamente ante ese recuerdo y con eso en mente decidió que lo mejor para los dos era darle un poco de confort para aliviar sus temores.

El peliturquesa estiro sus manos y tomó al mayor entre sus brazos, descanso la cabeza del peliazul en su pecho para que este pudiera desahogarse, como en los viejos tiempos.

-¿A Afrodita?-

Para sorpresa del sueco, el mayor no respondió como esperaba. Saga pareció reaccionar incomodo a su gesto, pese a que en el pasado lo recibía con mucho apreció, especialmente cuando tenía "un mal día"

Afrodita se congeló ante esas palabras, más no se molestó por ello - perdona, no quise causarte algún problema- comentó sereno. Si el mayor ya no deseaba esos gestos de su parte, como en el pasado, él respetaría su decisión.

El sueco estaba deshaciendo el peculiar abrazo cuando Saga, de forma repentina, fue quien los volvió a unir con sus brazos.

-¡Por favor, no!- exclamó el geminiano antes de que Afrodita pudiera decir nada. Pego mas su cabeza sobre el cuerpo del pisciano y se tallo un poco en un intento de estar mas cerca, si era posible, de su querido pez.

-Pensé que ya no deseabas que te abrazara de esta forma- le confeso el menor con tristeza y confusión- no te sientas mal, yo lo entie-

-No, no es eso- interrumpió el peliazul en un grito ahogado- por favor, nunca pienses eso de nuevo, te lo ruego- le suplico con una mirada lastimera, casi a punto de llorar.

-Esta bien- sonrió mientras le acariciaba la cabeza con sumo cariño- vamos, no te pongas así, no estoy molesto en lo absoluto-

-No, no lo está-

Muy bien, ahora Afrodita esta sorprendido por las palabras que salieron de la boca del geminiano.

-Yo...solo lastimo a los que amo, de una u otra forma, solo causo dolor a quienes quiero. Soy un veneno que corroe todo lo que toca-

-Saga-

-Tú eres la única excepción Afrodita- confeso con cierta vergüenza- la única, maravillosa y preciosa excepción. Por eso, por eso me partiría el corazón que tú tambien te alejes. Se que lo merezco, pero no quiero quedarme sin ti-

-Oh Saga, no digas eso- le hablo el sueco mientras levantaba su rostro con una mano para que lo mirara a los ojos- tú mas que nadie, no deberías subestimar mi amor por las rosas venenosas-

Saga lo miro sin entender que quería decir su compañero.

-Tú dices que eres un veneno, pero yo siempre te he visto como una de mis amadas rosas reales demoniacas. Su belleza no tiene comparación a ninguna otra flor debido a su preciosa contradicción. Por un lado; son bellas, su aroma es dulce y sus pétalos son tan suaves como la caricia mas dulce del mundo; por otro lado, sus espinas y ese dulce ahora, tienen el veneno mas poderoso de todos, incluso yo, el caballero de piscis, que se entreno toda su vida para poder soportar tal poder, no soy inmune a su gran fuerza. No por nada, se dice que tal tipo de rosas son un regalo divino que se nos entrego en los tiempos mitológicos- Afrodita, estaba abriendo su corazón al hombre al que más amaba y admiraba en todo el universo.

Saga, en cambio, contemplaba embelesado a Afrodita. Que lo perdone su diosa Athena por tal blasfema, pero ni ella se podía comparar al peliturquesa en esos momentos, cuando recitaba los soliloquios de su justicia, de su ferviente deseo por proteger a la tierra bajo su mandato y de estar a su lado incluso tras recibir el castigo de los dioses por tal crimen.

Esa devoción que tenía Afrodita por hace lo que él siempre considero correcto era una de las cualidades que mas le gustaban del pez dorado. Desde niño, siempre se mostro fiel a sus convicciones, incluso cuando eso significo ser tachado de traidor por todos en el Santuario por toda la eternidad. Menos mal, la muerte no se llevo esa virtud de su alma tras su fallecimiento.

-Lo que quiero decir- dijo al ver que Saga se estaba perdiendo en sus pensamientos- es que tu eres como mis rosas Saga, tienes esa contradicción que te hace perfecto a mis ojos. Tan bondadoso como un ser divino y tan implacable como el demonio. Tú mano de la justicia puede ser tan gentil con los débiles, y tan despiadado con quienes obran en contra de la paz en la tierra. Es por eso que yo caí rendido ante tus pi...-

Nuevamente, el peliazul interrumpió sus palabras, solo que esta vez fue con un beso en los labios. Un beso que transmitía toda la admiración, el cariño, el amor, e incluso la pasión que esa rosa despertaba en él desde hace años. Cuando Afrodita dejo de ser ese lindo niño que llego al Snatuario y paso a ser ese hombre que no parecía ser humano. Un ser tan magnifico no podía haber nacido como él, debía tratarse de una creación o un hijo de la diosa con la que compartía nombre. ¿Tal vez un hijo de la diosa del amor y el dios de la guerra que heredo lo mejor de cada progenitor? No podía existir otra explicación para la existencia de un hombre como Afrista de piscis. No se equivocó cuando se refirió a él como un guerrero de belleza, brillante y orgulloso entre el cielo y la tierra.

Como deseaba resguardarlo para sí mismo en una esfera de cristal, tal como el Principito de Antoine de Saint- Exupéry hizo con su propia rosa para protegerla y cuidarla de su mundo. Claro que, Afrodita no le permitiría una cosa como esa. El peliturquesa tambien era una rosa orgullosa, más no vanidosa. Su pez no se dejaría encerrar solo para conservar su belleza y ser idolatrado por el mundo. No, él entraría al barro, a la porquería, con tal de pelear por la justicia y por la gente de la Tierra. Eso era lo que lo hacía tan sublime a sus ojos.

-Lo lamento- hablo Saga tras romper ese beso.

-¿Ahora por qué? ¿No te gusto besarme?-

-Oh cielos, todo lo contrario- le respondió Saga agitado. Claro que le había gustado, hacía años que lo deseaba. Sin embargo, no pudo evitar sentirse sucio por haber manchado con su veneno al humano que mas amaba de esa forma- es solo que no debí-

-¿Haberme robado un beso?- ahora era turno del sueco interrumpir a su acompañante, solo que el pisciano lo hizo con un tono divertido.

Encontraba muy tierno que Saga lo tratara como si no fuera digno de sus muestras afectos cuando él sentía lo mismo hacia el peliazul. Ambos miraban al otro como un ente demasiado bueno para amarse como el resto del mundo hacia con su pareja. Ya era hora de cambiar esa dinámica entre ambos.

-Mi querido Saga ¿Cuántas veces debo repetírtelo? ¿acaso la muerte si te llegó a borrar mis palabras del pasado?-

El peliazul parpadeo un par de veces confuso.

-Tú nunca me has obligado a nada, si tú has podido hacer conmigo, es porque yo te lo he permitido- le sonrió de una forma altiva y coqueta mientras se acercaba para volver a besarlo.

Saga sonrió aliviado y acepto el nuevo beso con gusto.

El beso se volvió en una serie de besos, el abrazo en caricias y el miedo en amor, amor erótico y pasional.

-¿Todavía quieres volver a la fiesta?- pregunto Saga cerca del odio de su amado tras darle un beso en el cuello.

Afrodita no respondió inmediatamente, sino que se tomo unos segundos en silencio, mirando a diferentes direcciones.

-Depende-

-¿Depende de qué?-

-Depende de tu respuesta claro- le contestó en un tono serio que asusto al mayor por un segundo- si vas a seguir lamentándote de algo que ya no puedes cambiar, entonces si, quiero que vuelvas a la fiesta y pases un buen rato. En cambio, si tu idea era que pasáramos tiempo juntos y siendo "traviesos" entonces no tenemos porque regresar- le dijo con una sonrisa seductora y mirada atrevida.

Saga se sonrojo a mas no poder. Afrodita si que podía seducir sin esfuerzo alguno.

-¿Y bien?- preguntó al ver que el geminiano no respondía, aunque su expresión ya era una señal muy clara de que opción escogería.

-Vamos a tu templo-

-¿A mi templo?-

-Créeme, nada me haría mas feliz que llevarte a mi templo y hacerte mío allí, pero-

-¿Pero?-

-No quiero que Kanon llegué y nos interrumpa-

-Awww que tierno, casi estoy celoso de él-

-No lo digo por eso-

-¿Entonces?-

Saga se acerca al rostro de afrodita y lo vuelve a besar

-No quiero darle la oportunidad, ni a él ni a nadie, de contemplar tu bello cuerpo. Solo yo y nadie mas puede apreciarte como te mereces. Mi preciosa rosa- le acaricio el rostro con su mano con sumo cuidado.

-Si tu lo dices- dijo el pisciano con una sonrisa- mi preciosa rosa real-

Saga sonrió con ese apodo y soltó una risilla..

-Me alegro, ya estaba sintiendo celos de tu hermano-

Saga negó con la cabeza- él y yo nunca hemos sido tan cercanos-

-Que alivio, me hubiera decepcionado descubrir que tienes "gustitos raros"-

-¿Qué? No, por favor no pienses cosas raras- le dijo llorando, aunque esta esta vez de forma cómica, casi caricaturesca mientras se abrazaba de la cintura de Afrodita, quien encontró divertida esa reacción de parte de su pareja.

Esa noche no había empezado bien para Saga, pero su principito azul llegó para cuidarlo y hacer que termine bellamente.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Bueno, hasta aquí la historia

Espero que les haya gustado. Es la primera vez que escribo sobre este ship, así que espero haya quedado bien.

Tambien, díganme que les parece, quiero saber sus honestas opiniones.

Si te gusta la historia no olviden votar y dejar sus comentarios (dudas, quejas o sugerencias).

Nos vemos en otra de mis historias. Adiosito.

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