🎄🎄
—Ese erizo es del que me has hablado todo este tiempo —hablaba Scourge sin creer lo que su amigo le contaba.
Shadow bebía mientras escuchaba música triste y veía a través de la ventana el pueblo. La nieve era más evidente en ese momento.
—Él es mi copito de nieve... no puedo creerlo. Lo he encontrado después de todos estos años...
Scourge se encontraba sentado detrás del erizo moreno. Ambos habían comprado una botella de vino y la tomaban mientras hablaban de sus vidas. Se estiró y suspiro.
—¿Y qué piensas hacer? Siempre quisiste encontrarlo de nuevo —cuestionó viendo de nuevo la foto del erizo.
Shadow tomó un trago de vino y puso la copa en una mesa. Se sentó junto con su asistente.
—No lo sé. Pensé que no le volvería a ver, después de lo que pasó con nuestras familias —su voz se cortaba con cada palabra—, nunca volvimos a saber el uno del otro...
—Parece que te olvidó -se limpió la nariz—, no te reconoció en absoluto.
Para Shadow aquello era un poco doloroso.
—Tuvo un accidente hace mucho, supongo que algo lo afectó... ya no supe nada más de él a raíz de eso —le comenta.
El azabache pasó su mano por sus púas.
—No puedo decirle quien soy... —dijo con miedo—, pensará que estoy loco, ni siquiera me recuerda por lo que veo.
—No tendrías que decirle sabes... puedes empezar de cero —le dice bebiendo de golpe su copa.
—No lo sé Scourge, me di cuenta muy tarde que Sonic no era solo un amigo, era también mi primer amor —se tapó la cara—, a pesar del tiempo no lo pude sacar de mi mente, ni mi corazón y justo encontrarlo destapó todos los sentimientos que tengo por él —le confiesa al borde de la locura— ahora, podría tenerlo...
Shadow se sirvió otra copa y siguió hablando.
—Y precisamente en estas fechas, odio la navidad... la detesto desde el día en que me separaron de él —espetó muy afectado con los recuerdos, pues su padre fue el que lo alejó de su amado amigo.
Scourge nunca había visto tan deprimido a su amigo, más que trabajo, él había logrado ser un apoyo para Shadow. Una loca idea se le vino a la mente.
—¿Y si lo enamoras? Es decir, enamorarlo antes de navidad supongo —dijo imaginándose a su amigo feliz—, demuéstrale que cambiaste, quizá en algún momento él te recordará.
Shadow le vio un poco confuso.
—Aún no entiendo ese odio que sientes, pero si estar cerca de Sonic te pone feliz, te ayudaré —dijo decidido y poniendo su mano en el hombro del azabache—, pero quiero que ese álbum esté terminado.
Shadow sonrió, solo de imaginarse al lado de su amado Sonic, le traía una sensación agradable en el alma.
—Por eso te elegí como mi asistente —bromeó Shadow—, quisiera que me perdonará por dejarlo —confesó terminando de beberse la copa—. Nunca lo hubiera hecho...
—Faltan seis días para navidad, si te lo propones, puede que así sea —aclaró Scourge—. ¿Qué dices Shadow? ¿Lo tomas o dejas? —le vio retador.
Shadow recordaba al pequeño erizo azul jugando con él, riéndose, abrazándose y estando juntos para navidad. Cogió la foto nuevamente y sonrió. Recuperaría el amor que perdió.
—Lo tomo —añadió viendo la foto—, y está vez no lo dejaré de nuevo.
[…]
Sonic esperaba paciente en el parque, mientras sus mejillas estaban levemente sonrojadas por el frío y claro, por la pena que le daba saber que saldría con un fotógrafo reconocido.
—"Pero no es una cita, solo trata de enmendar su error, quizá solo lo hace porque sabe que debe aparentar ser bueno" —pensó.
Rápidamente batió la cabeza. Estúpidos pensamientos pesimistas, odiaba cuando le daban ideas erróneas.
—Será lindo pasar tiempo con él, se ve que es muy caballeroso y además apuesto —se sonrojó de nuevo recordándole.
Shadow caminaba por el parque mientras llevaba su maleta. Llevaba lentes negros con detalles dorados. A lo lejos vio al erizo azul, Sonic se miraba distraído. Con una sonrisa se acercó.
—Hola —pronunció sacando de sus pensamientos al otro.
Sonic se asustó.
—Hey, hola —le saludó nervioso.
—Lamento haberte hecho esperar mucho, pero estaba buscando mi cámara especial —se disculpa con mucha pena.
—No te preocupes, no fue mucho —dijo más tranquilo—. ¿Qué desea hacer primero?
—Quiero aprovechar el día, me gustaría tomar muchas fotos —vio el parque—. ¿Sonic me llevarías a lugares que puedo fotografiar?
—¡Seguro, te llevaré a mis lugares preferidos!
Ambos se incorporaron y caminaron. Sonic llevó a Shadow por lugares en el pueblo. Le llevo a una floristería en donde el fotógrafo tomó fotografías a varias flores que no había visto. Sonic sonreía al ver que Shadow tomaba fotos en diferentes ángulos. En una de esas, Shadow cogió una rosa roja y se la dio a Sonic. El cerúleo aceptó sonrojado.
Luego le llevó a un mirador, en dónde se apreciaba un bosque cubierto de nieve.
—Esto es hermoso —dijo Shadow apuntando y sacando varias fotos.
—Es de mis favoritos, aquí venía con mi mejor amigo de la infancia —dijo triste.
—¿Y qué le pasó? —intento averiguar si Sonic lo recordaba.
—No lo recuerdo —susurró bajando la mirada—, cuando solía sentirme solo, venía y era como si él estuviese a mi lado. Mi madre me contó que solíamos pasar mucho tiempo juntos, pero él se tuvo que ir y no sabía la razón.
Y era verdad, en parte, pero aun así, era grandioso que Sonic recordará aunque sea que le había tenido como amigo. Shadow dejó de tomar fotos y se acercó al cerúleo. Posó su mano en el rostro del chico. Sonic sintió el tacto cálido del fotógrafo.
—No estés triste Sonic, sin tu sonrisa se ve opacada tu belleza —dijo Shadow levantando su mentón.
El otro se sonrojó.
—Sonríe, eres más lindo así.
Sonic se sintió confundido, esa frase le resultaba familiar. Sus ojos verdes quedaron fijos en los rubís que Shadow tenía. El otro ya no soportaba tener tan cerca a Sonic y sus deseos... ¡Por qué no podía besarle y ya!
Sin darse cuenta, el fotógrafo se estaba acercando a su rostro. Sonic estaba perdido en sus pensamientos, recordando esas palabras y sintiendo que ya conocía a Shadow, pero no recordaba de dónde exactamente.
Shadow se detuvo al sentir algo frío sobre su cuello. Nieve, una bola de nieve. Unos niños pasaron riéndose de su maldad y huyeron del lugar. Sonic reaccionó y se avergonzó, acaso él quería besarle.
—Niños... —dijo sacudiéndose la nieve.
Sonic se empezó a reír al ver al fotógrafo cubierto de nieve. Por un momento se le olvidó la situación en la que se había visto.
—Así son todos, pero no lo hacen con maldad.
—¿Y tú te ríes? —sonrió—. Me gusta verte así.
—Ven, te ayudo —le empezó a quitar la nieve.
Por un momento, sus miradas se volvieron a cruzar. Ambas se acariciaban de una forma romántica. El viento mecía sus púas.
—"Esos ojos, yo los he visto, pero no puedo recordar" —pensaba Sonic mientras desviaba la mirada.
Shadow reaccionó y también desvío su mirada con mucha pena. El silencio predominó en el lugar.
—Ya pronto oscurecerá —mencionó Sonic tratando de quitar el ambiente incómodo que se había formado—. Sabes, hay otro lugar que te gustará, pero debemos correr —cogió la mano del fotógrafo.
Shadow se dejó llevar. El cerúleo le guio a una plaza en donde tocaban músicos por unas monedas. Una chica tocaba la guitarra mientras otros la acompañaban con los demás instrumentos. La plaza estaba adornada por luces de colores y unos arbolitos con nieve.
Ambos erizos se quedaron a escuchar la canción. Las demás personas que estaban cerca se agruparon para ver y escuchar a la chica. Shadow cogió su cámara y fotografió a los músicos, y partes de la plaza. Sonic escuchaba la música mientras veía lo que el fotógrafo hacía. En su pecho había algo, que le alteraban las emociones, quería abrazarlo, tenerlo a su lado, y amarlo. Abrió los ojos impactados por el último pensamiento. Sus mejillas se pusieron rojas, debía dejar de pensar en eso.
Shadow volteó a verle por un momento y le sonrió. Esos ojos rojos debían ser de él, verlo solo a él.
—Fue divertido pasar tiempo contigo —comentó Shadow caminando al lado del erizo azul.
Sonic temblaba pero no de frío, sino de nervios.
—Fue agradable, me gustó mucho ayudarte—se limitó a responder.
Ambos caminaban a casa del erizo cerúleo. Durante el trayecto Shadow miraba de reojo a Sonic y este se ponía más nervioso.
—Aquí es donde vivo —susurró Sonic deteniéndose frente a una casa con muchos adornos y luces navideñas.
Shadow asintió, disimuladamente vio la casa y rememoró todos los buenos recuerdos que allí vivió. Y esperaba vivir aún más.
—Supongo que este es el adiós —dijo Sonic jugando con su bufanda.
—Aún no —sacó una cajita y se la puso entre las manos—. Para enmendar mi error.
Sonic muy curioso cogió la cajita y vio incrédulo al fotógrafo.
—Es por lo que arruiné ayer —le recuerda.
—Gracias Shadow —Sonic le sonríe.
Ambos quedaron en silencio mientras las luces navideñas parpadeaban.
—Sonic —pasó saliva por su garganta. Solo rezaba que su amado erizo no le rechazara—. No me malinterpretes, pero me gustaría conocer un poco más de ti —se rascó la nuca— por lo que si no te molesta, quisiera volver a salir contigo mañana, si me aceptas.
Sonic tenía los ojos abiertos, poseían un ligero brillo de emoción.
—Yo... si me gustaría Shadow —aceptó.
El veteado se sorprendió por la pronta respuesta y levantó la mirada llena de euforia y alegría.
Ambos se despidieron como lo hicieron la primera vez, pero Shadow quiso darle un toque más especial. Antes de que sus manos se soltasen, haló a Sonic y le abrazó. Muchas emociones se vieron revueltas y sensaciones familiares. Casi fue como tocar el cielo. Sonic solo correspondió, y en su corazón nacieron los deseos de amar.
[...]
Los días pasaron rápidos, Shadow aprovecho en tiempo que estuvo con Sonic y fotografió varios lugares que ocuparían lugar en su álbum. Cada vez que veía a Sonic le regalaba algo distinto, flores, dulces, pequeños regalos.
Y así se acercaba la fecha que Sonic amaba más, pero para Shadow era una tortura. Navidad.
Un día antes, ambos se reunieron para pasar la tarde juntos como ya se habían acostumbrado. Se encontraban en una cafetería cercana a la pista de patinaje sobre hielo. Sonic notaba que Shadow se deprimía cada vez más y más. Le veía distraído y distante de la alegría.
—¿Shadow?
—¿Si? —le contesta viéndolo.
—Te noto diferente —dijo con pena—. ¿Te sientes bien?
Shadow guardó silencio.
—Tienes algo, sabes que puedes contar conmigo, después de todo somos amigos —dijo dándole una sonrisa reconfortante.
El otro no quería de cierta forma, arruinar las ilusiones de Sonic, ya sabía que amaba más que nada la navidad.
—No quiero ser irritante, pero no me llevo tan bien con estas fechas. Me traen malos recuerdos, porque perdí a alguien muy importante —susurró viendo el café que bebía.
"Alguien importante" esas palabras de alguna forma lastimaron a Sonic. Es que acaso Shadow no tenía ojos para él.
—Shadow... —susurró con la voz entrecortada.
Su cuerpo se puso frío y su mente se perdió entre lo que deseaba y la realidad a la que se enfrentaba.
—¿Sonic, te sientes bien?
Sonic reaccionó y le vio un poco melancólico.
—Solo quiero que sepas, que aunque hayas perdido a ese alguien especial, hay otra persona que tal vez está luchando por estar a tu lado —dijo sonrojado.
Shadow inevitablemente se puso rojo por igual. Estar frente a esa persona especial era demasiada tortura.
—Sonic yo...
El cerúleo veía la pista de patinaje y...
—¡Mira, la pista de patinaje ya está abierta! —le interrumpió levantándose de la silla—. Venga, apuesto a que nunca has patinado antes.
—Pocas veces, pero he olvidado cómo se hace —dijo incorporándose—, creo que solo haré el ridículo.
Sonic cogió las manos del fotógrafo.
—¡Estarás conmigo, yo te ayudaré a recordar!
—Está bien, serás mi maestro.
Y así, los dos fueron a la pista de patinaje. La noche nuevamente había llegado y la pista estaba iluminada por luces de colores. Ambos rentaron un par de patines. Entraron a la pista. Aunque Shadow ya había patinado otras veces, le costaba tomar el equilibro.
—Vamos Shadow no es tan difícil —decía Sonic mientras se deslizaba junto a él.
El otro estaba agarrado de los barandales que tenía la pista.
—Es complicado —se quejó.
Sonic se rio y le tomó de las manos mientras le ayudaba. Shadow se sujetó fuerte de Sonic y consiguió tener el equilibrio, lentamente se fue soltando hasta patinar por él mismo.
—¡Lo hiciste! —festejó Sonic poniéndose a su lado.
—Es increíble —contestó Shadow moviéndose libre.
Sonic y él siguieron patinando hasta que, en un punto, un niño se le atravesó a Sonic. Al no saber que hacer, esquivó al pequeño, pero chocó contra el azabache.
Ambos cayeron en la cubierta de hielo. Antes de impactar, Shadow abrazó al azulado para evitar que se lastimara. Sonic cerró los ojos, pero sin medirse sus labios, chocaron con algo suave y tibio. Abrió los ojos y se encontró con la mirada roja del azabache. Este solo miraba a Sonic sonrojado.
El erizo rápidamente se separó del fotógrafo.
—¡Perdón, perdón, perdón! —repetía una y otra vez avergonzado.
Sonic se sentó en el hielo.
—No te preocupes ha sido un descuido, además te ibas a caer —le trataba de calmar Shadow mientras se levantaba y se acercaba.
—Lo lamento, fue mi descuido —dijo Sonic muy avergonzado.
—Anda, mejor salgamos de aquí —pidió hablándole el moreno.
Las personas del alrededor les miraban raros y susurraban cosas, menos mal, Shadow consiguió salir antes de que descubrieran quien era.
[…]
—¿Seguro qué estás bien, te duele algo, te sientes mareado? —le preguntaba Shadow muy preocupado, pues Sonic no había dicho nada durante el regreso a su casa, estaba callado.
Sonic permanecía en silencio, las palabras no concordaban en su mente y no podía pronunciarlas, se sentía asfixiado. Su corazón dolía, porque a pesar de que amaba al fotógrafo —que recién lo descubrió—, saber que esa fecha le hacía recordar a esa persona especial y besarlo era un dolor incomparable en su alma.
—Sonic háblame, qué pasa... estoy preocupado —le suplica en espera de su respuesta.
Los ojos de Sonic se pusieron vidriosos, frágiles, demostraban que pronto derramarían lágrimas de amargura.
—Estoy bien, no te preocupes —lo trata de convencer.
Shadow negó.
—Es mentira, se nota que no lo estás —su rostro decae—, por favor dime qué pasa.
Sonic se mantenía con la mirada baja. Se detuvo frente a su casa.
—Solo déjame en casa. Quiero estar solo —pidió con amabilidad.
—¿Acaso estás así por lo que sucedió en la pista de patinaje? —preguntó ya un poco molesto de su negativa.
Sonic negó, sin importarle mucho lo que el fotógrafo pensará, se dio vuelta y caminó hasta la puerta de su casa. Shadow muy molesto, corrió detrás de él y le cogió de la mano, le dio la vuelta para que le viera directamente a los ojos.
—Sonic —lo llama.
—Shadow...
El fotógrafo se acercó hasta besarlo nuevamente. Sonic parpadeó varias veces y trató de alejarse, pero muy en el fondo se rindió y correspondió el beso. Sus manos se pusieron como gelatina y sus piernas temblaban. Permanecieron juntos por un tiempo hasta que el aire se les acabó. Se separaron mientras se veían a los ojos.
—Sonic... —le susurro esperando alguna respuesta.
Los ojos de Sonic se humedecieron. Se abalanzó sobre él y lo aprisionó en un abrazo.
—No puedo... no puedo seguir ocultándolo —se lamentó entre sollozos—. ¡Desde la primera vez que te vi, no pude evitar que estos sentimientos nacieran en mí!
Shadow solo le escuchaba atento. Mientras sentía como el otro temblaba cerca de su pecho.
—Me duele saber que hay alguien más y que cabe la posibilidad de que no te fijes en mí —le vio brevemente—, pero a pesar de todo, me gustas, y aunque no sientas lo mismo yo, te amo de verdad.
Esas palabras eran justo lo que Shadow deseaba escuchar, pero ver llorar a Sonic y que creyera que no podía quererle como deseaba, le lastimaba.
—¿Sonic, qué te hace pensar eso? —preguntó rodeándole con los brazos y estrujándole.
El azul sollozo levemente.
—Es verdad que perdí a alguien, pero de alguna forma, te has vuelto más importante que esa persona. No digas que no te podré amar, porque yo —le limpió los ojos—, te amo más de lo que crees...
Sonic le vio incrédulo.
—¿Me amas? —le pregunta sin poder creerlo.
Shadow le volvió a besar mientras tomaba una de sus manos y la entrelazaba con la de él.
—Shadow... —susurró Sonic cerca de sus labios.
El veteado siguió con otro beso. Sonic se recostó encima de la puerta mientras un nuevo sentimiento se apoderaba de él. Sus brazos atraía más al fotógrafo, no deseaba separarse de él, lo amaba y lo quería más que a nadie. Shadow sentía como todos esos besos empezaban a surtir efecto en su cuerpo, no quería llegar tan rápido a la siguiente fase, pero Sonic insistía con sus caricias.
—Sonic lo siento, me estoy dejando llevar... —le confesó mientras se separaba un poco—. No quiero forzar te a hacer algo que no quieres...
Sonic le volvió a besar y se juntaba más a su cuerpo.
—¿Qué te hace pensar que no quiero? —pidió Sonic colgándose de su cuello.
—Sonic...
—Solo quiero estar contigo, por favor.
Sonic retrocedió sin separarse de Shadow mientras abría la puerta y la cerraba al estar los dos dentro. Valió más ese pequeño acto, Shadow actuó como creyó que era correcto.
Ambos se besaban con más deseo. El veteado recostó a Sonic sobre una alfombra en la sala junto a la chimenea que ardía por las llamas.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó por última vez el erizo antes de perder la cabeza—. No es necesario...
Sonic se veía, majestuoso, divino, un ser perfecto. La luz de las llamas le ponía un detalle más romántico e inocente.
—Si eres tú, estoy bien...
Esas palabras bastaron para que el otro volviera a retomar su tarea con su amado erizo. Los besos eran intensos, y cada vez que sus bocas se encontraban era la mejor sensación de todas.
Amor. Era todo lo que sentían. Lentamente las caricias comenzaron a ser más imprudentes y sus cuerpos exigían alivio del calor que se apoderaba poco a poco. Shadow comenzó a quitarle prenda por prenda a Sonic hasta dejarlo únicamente en ropa interior, mientras él hacia lo mismo con su vestimenta.
—Sonic... —susurró juntando su frente con la del erizo—. Eres mi copito...
Sonic jadeaba, le vio a los ojos y allí fue donde supo que estaría bien.
—Shads... —dijo apenas con un hilo de voz.
El susodicho besó su cuello, mientras sus manos recorrían cada centímetro del cuerpo del otro. Sonic solo cerraba los ojos y sus mejillas se tornan más rojas. De su boca se escapan uno que otro jadeo o suspiro a causa de lo que sentía. Su piel ardía y su corazón latía rápido.
Las caricias continuaron para ambos, Sonic participaba también mordía y besaba el cuello y pecho de su amante. La excitación era evidente en ambos y no podían contenerse por más tiempo.
—¿Es tu primera vez? —le pregunta Shadow mientras suspira.
Sonic asintió con vergüenza.
—¿Y tú? —pregunta con inocencia.
Shadow negó.
—Sé gentil conmigo por favor —le susurró, pues, aunque por mucho amor que sintiese, el miedo le empezaba a dominar—. No he llegado tan lejos...
Y sin demora ambos se entregaron...
«Censurado»
Después de su entrega, ambos estaban exhaustos.
—Sonic... copito —le llamó mientras le abrazaba por la espalda y le acomodaba.
—Shads... —Sonic abrió los ojos y estaban llorosos. Se volteó para verle.
Shadow se asustó al verlo así.
—Pasa algo Sonic...
El susodicho únicamente, le abrazó mientras lloraba.
—Gracias por hacerlo conmigo...
—Lo siento si fui muy brusco...
—No... fuiste cuidadoso.
Shadow empezó a acariciar su cabeza mientras suspiraba. Miles de pensamientos pasaban por su mente, pero había uno en particular que quería que Sonic supiera.
—Copito necesito decirte algo... —estaba dispuesto a contarle sobre su infancia y que lo conocía.
Como respuesta solo escuchó unos leves ronquidos por parte de su amado.
—"Ya se durmió" —pensó.
Haló parte de la alfombra y se taparon. Shadow besó en la frente a Sonic. No quería dejarle, no podía irse de nuevo, lo amaba incluso más que cuando se enteró de sus sentimientos por él.
—No te dejaré mi copito de nieve —dijo cerrando los ojos y durmiéndose.
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