Regalo de cumpleaños
El rapero Min YoonGi se caracteriza por su seriedad y su toma de decisiones sin titubear, seguro de sus respuestas; por lo que era muy, pero muy extraño verlo jalarse de la cabellera, con un expresión de exasperación en su rostro mientras daba vueltas dentro de su estudio con pasos torpes. Pero ahí estaba él; no teniendo ni puta idea de qué regalarle a su pequeño maknae. Quién hubiera dicho que meses atrás el planeaba una sorpresa espléndida para su dongsaeng, sin embargo, con el comeback le fue imposible arreglar sus ideas y cumplir su propuesta.
La desesperación contaminaba más su ser al pasar las manecillas del reloj, solo faltaban pocos minutos para que dieran las doce y el primero de septiembre diera inicio.
Y después de tanto pensar, se detuvo en seco y con rapidez buscó su teléfono dentro de sus bolsillos, y con la misma velocidad lo prendió, para luego entrar en la aplicación de Twitter. Escribió un bonito (según su parecer) mensaje para su maknae. Decía así:
“Feliz cumpleaños JungKook—ah ☺ kyareureuk kyareureuk #EsteEsSugaHyung #NoVamosACompartirFotosDivertidas #EsDificilHastaEncontrarFotosGraciosas #SabesQueTeQuieroCierto #NoChu #EstabaEsperandoQueFueranLas12AM”
¡Mentira! Él escribió ese mensaje a las 11:59 pm, solo tuvo que esperar menos de 5 segundos para publicar el mensaje de cumpleaños. Al igual que sería una mentira si digiera que unas horas atrás se acordaba que el cumpleaños de JungKook era el día de mañana y él tenía preparado un regalo para el nombrado.
«—Entonces... ¿Qué le darás a JungKook por su cumpleaños? —preguntó su amigo moreno.
—¿Dar? —respondió con desconcierto el pálido, así dejando de ver la pantalla de su escritorio.
—Mañana es su cumpleaños... ¿A caso no lo recuerdas? —Min dejó ver la sorpresa en su rostro, provocando que viera el calendario de su escritorio y viera que efectivamente ese día era 31 de Agosto; mañana primero de septiembre— al parecer no...
—¡Joder! No puedo creer que se me haya olvidado. —suspiró y cerró los ojos con frustración al mismo tiempo que se dejaba recargar en su silla.
NamJoon negó con la cabeza, pero le miró con comprensión; sabía que YoonGi estaba muy ocupado con el nuevo mini-album como para pensar en cualquier otra cosa. Kim, al ver que su amigo no salía de su trance, decidió ponerse de pie para irse, no sin antes decirle en un murmullo un: “tienes poco tiempo, Min” para luego cerrar la puerta del estudio.
YoonGi reaccionó al escuchar la puerta ser cerrada, y vio la hora; 10:47 pm, menos de una hora y quince minutos para que el cumpleaños de JungKook diera inicio y él sin un regalo; provocando que se pusiera de pie y empezara a pensar que le podría regalar a su Kookie.»
12:17 AM era la hora que marcaba el reloj y YoonGi sin una respuesta en su mente. Él sabe que su pequeño cumplía 21 años, por lo que significaba que ya era un adulto... Pero estamos hablando de JungKook, el chico que es todo un friki, que gusta de los dulces, que sus hyung lo consientan y las galletas... De pronto Min se le formó una gran sonrisa, la cual dejaba a la vista sus rosadas encías; se le ocurrió una idea: darle como regalo de cumpleaños una deliciosas y muy bien hechas galletas... Compradas en una tienda de 24 horas. Nada mejor que unas galletas de paquete.
Y aún con su sonrisa en el rostro, apagó el ordenador, tomó su abrigo junto con una gorra y una tapaboca para salir del edificio e ir a la tienda de la esquina. Bajó por ascensor, pensando que tipo de galletas le comprará a Jeon; si de chispas de chocolate, de vainilla, o de fresa... No lo sabía. Sin embargo, su camino se vio interrumpido por un JungKook enfrente de las puertas del elevador, tropezándose con sus propios pasos, causando que se cayera en los brazos de su hyung. JungKook levantó la cabeza, así viendo los ojos de su hyung, para luego bajarlos a los finos labios del mayor. Se sonrojo de inmediato por tener el pensamiento de que tan suaves serían al contacto de los suyos, y negó con la cabeza.
—Vamos, mocoso, levántate que pesas. —le dijo YoonGi ejerciendo un poco más de fuerza en la cintura de JungKook.
El menor se alejó rápidamente con la cabeza gacha, sintiendo sus mejillas arder, al igual que el agarre del mayor de su cintura.
—Lo siento, hyung. —hizo una reverencia a su mayor, en forma de disculpa.
El mayor chasquió la lengua.
—No importa. —empezó a caminar hacia la salida— Por cierto... —se detuvo y volteó a ver a su menor— ¿Qué hacías aquí?
—Vi-vine a verlo. —respondió con timidez.
—Ya es tarde para que vinieras... Además, dentro de un par de horas, será tu gran día.
—Si... Creo que ya deberíamos irnos. —murmuró, dando inicio a su caminata hacia la puerta del edificio.
YoonGi ya no dijo nada y simplemente se colocó a lado del menor y caminaron juntos hacia la salida. El camino fue silencioso, ninguno de los dos decía algo, cada uno perdido en sus pensamientos; el mayor aún con la incógnita de qué regalarle al menor, pues las galletas ya no eran una opción, y el menor pensando en sus sentimientos hacia su hyung. Al llegar a su departamento, cada uno se fue a su habitación compartida.
[🎂]
A la mañana siguiente, JungKook fue despertado por el canto de sus hyungs con un pequeño pastel en manos. Y el menor, con todo el sueño del mundo, les sonrió en agradecimiento.
—¡Vamos, Kookie, apaga la vela! —animó HoSeok.
Y, después de que JungKook matará la vida de esa vela, cada uno de ellos le dio un abrazo al festejado; primero fue Jin, después HoSeok, luego NamJoon y hasta el último los de la 95 line. JungKook se sintió muy feliz, así mostrando una sonrisa que dejaba ver sus dientes de conejo, pero poco a poco se fue convirtiendo en una sonrisa de labios sellados al percatarse de que cierto hyung no estaba ahí.
—JungKook, te esperamos para desayunar, no tardes. —le avisó Jin, al momento que le daba un beso en la frente— Feliz cumpleaños.
Y se fue de la habitación cerrando la puerta. JungKook suspiró y se dejó caer en la cama, lo único que quería en ese momento era ver a YoonGi.
Y con pereza se levantó de la cama para ir al baño y hacer sus necesidades. Después de salir del baño, se dirigió al comedor del departamento, teniendo de pronto una esperanza de encontrarse con Min. Grande fue su sorpresa de que no estaba ahí. Y con un poco de tristeza se sentó a desayunar con sus demás hyung.
El desayuno no fue para nada silencio, estuvo lleno de sonrisa, chistes y carcajadas. Pero se hizo un silencio cuando se vio pasar al rapero del 93, sin ni siquiera darles la mirada, simplemente abrió la puerta y salió. Todos quedaron desconcertados viendo la puerta, JungKook lo veía con desilusión y se entristeció aún más. El desayuno siguió su curso y al terminar, todos se levantaron para terminar de organizar el cumpleaños de JungKook.
[🐱]
YoonGi caminaba lo más rápido posible, viendo entre las vitrinas de los locales del centro comercial, algo que le pudiera comprar a JungKook, pero simplemente no encontraba nada que fuera de su agrado. Más de dos horas caminando entre la gente y pasando desapercibidos gracias al cubre bocas y a la gorra que cubría su identidad. Ya estaba cansado por lo que se sentó en una banca y se puso a pensar a así aprovechar el tiempo.
Min sabía que los colores favoritos de JungKook son: el negro, el blanco y el rojo y lo único que se le venía a la cabeza con esos tres colores era kumamon, pero JungKook no gustaba mucho de ese oso negro, por lo que descartó la idea. Y de nuevo se puso a reflexionar sobre las cosas favorita de JungKook, también sabía que tenía un gran fanatismo por Justin Bieber, (que en algunas ocasiones le escuchó decir Justin oppa, eso realmente le disgustó, pero nunca lo comentó) y otra cosa que tenía una gran fanatismo era por el hombre de hierro; Iron Man. Sabía que JungKook tenía libretas, pulseras, calcetines e inclusive calzoncillos de aquel personaje, por lo que no le hacía falta nada que comprarle.
Suspiró con pesar y tiró su cabeza hacia atrás. Grave error. Solo pudo escuchar el grito de varias fans gritando al unisono: “YoonGi oppa” para después él empezar a correr. Corrió por casi todo el centro comercial, hasta que pudo salir de éste y empezar a correr entre las calles. No sé podía dar ningún respiro pues esas army parecían corredoras profesionales.
Corrió por varía calles y en la suerte de una, pudo esconderse en un callejón. El tiempo aún seguía pasando, provocando que la noche estuviera encima de él, y su celular tuviera muchas llamadas perdidas, al igual que mensajes lo cuáles decían que lo están esperando para festejar el cumpleaños de JungKook. Luego había otro que decía que ya no podían esperar más y los últimos se podía leer un: “JungKook te está esperando”.
Cuando por fin pudo entrar al edificio de su departamento, sintió un gran alivio pero también se sentía muy mal; no pudo estar con JungKook en su cumpleaños y ni siquiera pudo comprarle un regalo. Y con la mira perdida en el suelo, presionó el botón del elevador, pero no en donde estaba su departamento, sino a la terraza del edificio. Cuando las puertas se abrieron, de nuevo pudo sentir el viento frío. Y con paso firme salió del ascensor, con forme más pasos daba, más clara era la figura de alguien sentada en el suelo con la espalda tocando la pared, viendo hacia el cielo. Y cuando estuvo frente a esa persona se pudo dar cuenta que era JungKook y, además, tenía lágrimas resguardando en sus mejillas.
A YoonGi se le quebró el corazón.
—Pequeño, ¿qué haces aquí? —preguntó en un hilo de voz, se le formó un nudo en su garganta.
—¿Dónde estaba? —evadió la pregunta con otra y más lágrimas.
Silencio fue la respuesta para JungKook.
—Entiendo... Cualquier otra cosa es más importante que el cumpleaños de este mocoso... —murmuró con pesar JungKook, teniendo las intenciones que no lo escuchara.
—JungKook, tú si eres una persona muy importante para mí. Lamento el no estar en tu cumpleaños, pero era por... —tomó una gran bocanada de aire y lo soltó— por estar buscando tu regalo.
—Hyung... —lo encaró JungKook— no me importa el regalo, solo me importaba que estuviera con...migo
Se le quebró la voz; no podía creer por algo tan insignificante como un regalo fuera el causante de que no estuviera con él.
—¿Por qué, JungKook? —se le cristalizaron los ojos— ¿Por qué tengo que ser yo el que te haga llorar? ¿Es, acaso todo lo que...?
—Hyung ¿es qué no se da cuánta de lo evidente? —YoonGi cayó y JungKook se levantó ante la atenta mirada del mayor, así quedando frente a frente— Estoy enamorado de usted y lo único que quería el día de hoy era estar con su compañía y que me dijera un: “Feliz cumpleaños, Kookie”
Lo dijo firme y sin rodeos, solo que al final le temblaron los labios, provocando que se le saliera un sollozo. YoonGi reacción al instante y lo envolvió en un abrazo, donde el menor escondió su rostro en el hueco del cuello y hombro. Min aún estaba procesando la confesión de Jeon; no lo podía creer: le gustaba a su pequeño JungKook. Y ese pensamiento fue suficiente para que su corazón latiera más rápido. Entonces tomó el valor suficiente para tomar el mentón de Jeon y quitar con sus pulgares las lágrimas.
—Lo siento, JungKook, tal vez no estuve contigo para acerté compañía en tu día, pero aún falta para que el día acabe y aún tengo que darte tu regalo. —sonrió de lado antes de poder juntar sus labios en un ligero roce, con movimientos lentos.
JungKook se sorprendió por las palabras de su hyung y aún más por aquel beso, pero al final cedió, cerrando los ojos.
—Feliz cumpleaños, JungKook. —terminó de decir el mayor al momento que juntaba sus frentes para ver a su menor a los ojos y apreciar su hermosura.
(...)
Waaahhh, me tarde pero aquí está, un pequeño regalo para mi pequeño JungKook que cumplió años. Mi bebé ya está grande, lo bueno es que YoonGi lo cuida.
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