Feliz cumpleaños, Tighnari. 💚

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La estrella se escondió y con ello la noche cayó. Miles de estrellas adornaron el cielo, las nubes se fueron retirando y la luna brillaba fuerte sobre el azul profundo.
Sus peludas orejas se mantenían al m de cualquier sonido: el viento soplar, las hojas moverse, los animales corretear, las personas yendo a descansar. Pero hubo un sonido peculiar que llamó por completo su atención.

Dejo de escribir, frenando el lápiz y dejándolo al lado del cuaderno con versos escritos. Su cola se movió feliz, traicionando su apariencia serena y tranquila, sus orejas no dejaban de moverse nerviosas al sonido de los pies descalzos al pegar contra la madera.

Cyno había vuelto, nada podía hacerlo más feliz.

Escucho sus pasos durante unos segundos más, hasta que ambos pies terminaron afuera de su cabaña. Tighnari suspiró y se levantó de la pequeña silla de madera.

Cyno traía su capa negra, cubriéndole el cuerpo desnudo. El zorro pronto le abrio, dejándolo pasar, mientras caminaban le hizo un pequeño movimiento de manos, intentando que Cyno captara, lo cual resultó positivo. El Generar camino hasta llegar al colchón, más cómodo ahora empezó a quitar todo su equipaje; algunas cosas en el suelo junto a la patilla de la cama, otras puestas sobre la cabecera. El guardabosques se retiró un momento para preparar té por el frío y la humedad, su cola se balanceo con felicidad detrás suyo.

Sabía que Cyno estaba acostumbrado al abrasador calor del desierto, pero no al frío. Así como él estaba acostumbrado al frío y lo húmedo del bosque, pero no al desierto (en gran parte por su raza).

Cuando regresó Cyno estaba normal. Sentado en la cama mirándolo con un cariño excepcional, sus ojos zafiro se movían a donde el guardabosques fuera, siguiendo sus pasos y observando sus actos.

Mientras Tighnari servia el té, Cyno fue el primero en dialogar.

—Tighnari.— Llamó su atención. Las orejas se movieron ante la mención de su nombre.— ¿Cómo ha seguido Collei?

Dejo su tarea por un momento, sus orejas se movieron como respuesta. Mientras seguía sirviendo té en su taza, el humo se degradaba a cierta distancia, sintiendo un suave calor en su rostro, hablo.

—Ella está bien. Cada día aprende más, sin dudas es muy inteligente.

—Me alegro. Siempre pensé que Collei era muy capaz, solo necesitaba los cuidados adecuados.

La habitación volvió al silencio.
El zorro había terminado con el té, sentándose en la silla en dirección al General Mahamatra. Ambos bebieron el té en completa tranquilidad, siendo acompañados por los grillos de la noche.
Se sentía cálido, casi como si siempre hubiera sido así.

Las orejas de Tighnari se movieron en dirección de las hojas cubriendo la cabaña, pequeños pasos se escuchaban.

—¿Maestro?— Se oyó atrás de las hojas que cubrían la cabaña.

—¿Sí, Collei?— Cuestionó.

—¡A-ah! Venía a decirte que termine la tarea e iré a descansar.— Balbuceo por unos instantes, manteniendo su faceta tímida y nerviosa. Aunque habían pasado meses desde que quedó al cuidado del guardabosques, seguía sintiéndose nerviosa y fuera de lugar por todo lo ocurrido y el cariño que recibía diariamente.

—Está bien, Collei. Mañana revisaremos tu tarea, puedes ir a descansar tranquila.

Los pasos se escucharon, anunciando la ida de Collei. Cyno sonrió un poco, dejando la taza en la mesita con cuidado de no derramar o desacomodar los papeles que contenía Tighnari.

Se dirigió a las hojas, yendo hacia afuera. La brisa fresca fue lo primero que sintió, pegando en su pecho desnudo y su rostro, sintiendo leves cosquillas cuando su pelo se movió un poco.

Collei no estaba muy lejos, a tan solo unos pocos pasos. El sonido de la madera bajo el peso del usuario de Electro hizo que Collei volteara el rostro, su expresión angustiada cambio apenas divisó la cabellera blanca y la piel bronceada.

Su expresión se iluminó y volvió en sus pasos. La pequeña se notaba algo nerviosa, pero sobre todo emocionada por volver a verlo.

—¡Señor Cyno! ¿Cuándo volvió?— Su voz fue dulce al pronunciar el nombre del chico, dejando en claro lo mucho que Collei lo apreciaba.

—Sabes que puedes decirme solo Cyno, Collei. Y respondiendo a tu pregunta: hace unos minutos, estaban con Tighnari cuando llegaste, pensaba que estabas dormida y mañana te iría a ver.

—¡Mis disculpas, señor Cyno!— Rió un poco cuando notó que le seguía llamando "señor. Cyno sonrió leve.

—Cambiando de tema. Tighnari me dijo que estás aprendiendo rápido, ambos estamos orgullosos de ti.— Revolvió los cabellos de la pequeña.

Collei no podía estar más roja. La vergüenza la lleno por completo, asintiendo leve mientras miraba el piso y dejaba sus cabellos en las manos del mayor. Un sentimiento cálido la arrullo, como un bebé en brazos de su padre...así se sentía todo esto, casi como si los dos adultos fueran los padres que le hicieron falta.

Ambos platicaron un poco más, siendo escuchados desde adentro por Tighnari, el cual seguía metido en sus libros escribiendo algo sobre el trabajo. Cuando oyó a Collei desearle buenas noches a Cyno y este contarle otro chiste malo, quiso traer del cabello al General.

Collei se despidió con una risa nerviosa, se fue directa a su cabaña, deseando buenas noches para ambos.

Entonces Cyno volvió.

Para ese momento Tighnari había terminado su trabajo. Mientras Cyno volvía a su pose anterior y tomaba el té -ahora helado-, Tighnari se dispuso a guardar todo.
Duro unos cuantos minutos acomodando su escritorio y libros, al final solo debía guardar el juego de té.

Y así empezó. Agarró la tetera vacía y su taza de té cuando alguien llamo su atención.

—'Nari.— Aquel dulce apodo que le había puesto Cyno hacia que su mente se derritiera por algunos segundos. Tuvo que aspirar aire para calmar su traicionera cola, la cual se empezó a mover contenta por el apodo dicho.

El nombrado mascullo un suave sonido, captado por el otro chico.

—'Nari.— Volvió a decir, mirando la cola andar de un lado a otro contenta.— Tengo un regalo para ti.

Lo último llamo su atención. Con la tetera en mano volteo su cuerpo, quedando frente al General Mahamatra.

Las palabras lo hicieron retroceder un poco en el tiempo, justamente la llegada de Collei.

——[✿]——

Cyno había llegado, traía equipada su característica capa color negro, y con él venía una pequeña llena de vendajes, cabello verde y ojos morados.

Él y Cyno fueron buenos amigos en la Akademiya, y a pesar de haber salido de ella, ambos siguieron en contacto. Eran buenos amigos, y sabían que el contrario siempre estaría para el otro si ocurría algo.

Pero no esperaba la llegada de él ese día en especial, menos verlo llegar con la pequeña.

Recordó las primeras palabras que le dijo ese día.

—'Nari.— Dijo el apodo que tanto le agradaba escuchar, otra vez su cola lo traicionó.— Tengo un regalo para ti.

Y con esa..."broma" (¿Se podía considerar broma si acaso?) Para aligerar el ambiente, le explico toda la situación.

Por supuesto que Tighnari acepto, encantado por poder ayudar a la pequeña.

Aunque no quitaba el hecho de parecerle extraño todo eso.

——[✿]——

—Solo espero que no sea otro niño.— Respondió por fin; decidiendo bromear al respecto. Cyno capto el mensaje y sonrió.

—¡Por el momento no!

Tighnari lo miro aburrido por el tono infantil que usó.

—Solo quería darte esto. Es el principal motivo de mi visita.

De su mano izquierda saco una pequeña cajita. Su decoración era bastante simple: un papel de color café junto una tira de un color amarillento claro.

La ceja del zorro se levantó con genuina curiosidad.

Dejó la taza de té nuevamente en su mesa.

Las mejillas de Cyno estaban pintadas con un suave color carmín, sus ojos brillaban y mostraba lo eufórico que se sentía.

Tighnari tomó aquella pequeña cajita en manos; su contenido no era algo tan pesado, ni olía extraño. Tampoco emitía algún sonido, a menos de que se moviera, claro está.

Tighnari desenvolvió el empaque con cuidado, tomándose su tiempo. Sus orejas se seguían moviendo con los sonidos de afuera, pero la mayoría de las veces se mantenían centradas en el crujido del empaque. Su cola se movía de un lado a otro con rapidez, mostrando lo feliz que estaba en ese momento.

Cuando por fin la abrió, dejo ver un pequeño clip para el cabello.

Los colores hacían juego con su cabello y parte de sus ojos. También se notaba costoso.

Pero, lo que más conmovió a su corazón fue la razón.
Cyno debía haberle prestado atención cada vez que Tighnari se quejaba de su fleco, por tenerlo largo y a veces incómodar en las patrullas que daba por el bosque, cuando escribía y demás cosas.

Nunca había comprado uno porque no lo creyó necesario, pero últimamente lo había estado pensando mucho.

Y ahora lo tenía en sus manos.

Con cuidado se lo puso a un lado, recogiendo parte de su cabello.

Podía sentir sus mejillas calurosas, el cosquilleo en su pecho y la sonrisa que amenazaba con hacerse más grande.

¿Pero por qué Cyno se lo había dado? Había mencionado que ese fue su motivo del viaje, ¿Él de verdad había tomado la molestia de venir hasta acá solo para darle eso?

Y antes de continuar vagando por su mente, las preguntas tuvieron una respuesta.

Cyno dejó la taza vacía en la mesa, junto al resto del juego.

Se acercó un poco al zorro, con cuidado llevo la mano hasta el clip, y con una gran sonrisa pronuncio aquellas palabras que él había olvidado por completo.

Pues el reloj había marcado las 12 de la noche, justo un 29 de Diciembre.

—Feliz cumpleaños, Tighnari.

Fin.

Cynonari mis papás.

Originalmente esto iba a ser publicado el mismo 29 (o sea ayer), pero no pude terminar el fic a tiempo.

(Me acabo de quedar sin internet en el momento justo q decidí publicarlo JAJAJAJAJ)
Bennett y yo compitiendo para ver quién tiene peor suerte.

Este es mi primer trabajo de Genshin, espero poder sacar más contenido de este bello ship y de otros que me agradan.

Espero que disfruten la historia tanto como yo disfrute escribirla.

¡Gracias por leer!

️⚠️la idea fue sacada de una imagen que me envió mi amiga. ¡Crédito a su autor original!⚠️

C les quiere. <3