El día estaba caluroso, el predio deportivo estaba desbordante de gente. El equipo de Samy se encontraba en un costado de la cancha pre-calentando, aunque Samy no jugaría de igual forma se preparo con sus amigos. Hunter ocuparía su puesto, no era mal jugador solo le faltaba alguna que otra habilidad, mas allá de eso se defendía bastante bien en el deporte.

Samy  no mostró signo de enojo ni tristeza, aunque por dentro se moría por jugar, tenia ganas de gritar y llorar por no estar en el partido que mas importaba.

-Maldito viejo, por tu machismo no podre jugar, ojala le de una colitis, así cuando salga corriendo al baño pueda entrar a jugar.- Dijo Samy mientras veía como los delegados se acomodaban en sus lugares. 

-Oye, deja de hablar sola. Pareces una loca- Se burlo Hunter dándose cuenta que maldecía al delegado.- Desde acá el viejo no te oye, ya deja de renegar y sigamos practicando.-

El silbato sonó para que los jugadores se prepararan, fueron al vestuario a cambiarse y tenían quince minutos para salir al campo de juego. 

-Es una lastima que no puedas jugar Sam. Haremos lo posible por ganar.- Dijo Drew uno de los chicos del equipo.

-Hunter estas listo?- Pregunto Nick, quien era el capitán del equipo. Hunter asintió.- Sam igual quiero que estés lista para entrar a jugar, por si tenemos que hacer un segundo cambio, solo tenemos un suplente, pero si necesitamos un segundo cambio no lo tenemos, así que mejor que estés lista.-

-Pero el viejo no me lo permitirá.-

-Al carajo con el viejo, si no esta de acuerdo, entonces que salga el a jugar.- Dijo Nick decidido a todo.- Chicos, quizá este partido sea el único y mas importante de nuestra vida, somos futbolistas frustrados. Dejemos todo en la cancha para mostrar lo que sabemos, para mostrarles de que somos capaces.-

Todos gritaron un eufórico SI, y se abrazaron. Samy no pudo contener la emoción y la rabia de no poder compartir este momento con su equipo. Las lagrimas estaban amenazando con caer de sus ojos hasta que sintió los enormes brazos de Hunter rodeando su menudo cuerpo.

-No te preocupes mas, daré todo por defender tu camiseta y tu puesto. Jugar en tu lugar me llena de orgullo, admiro tu pasión y haré que tu esfuerzo valga la pena.- Le susurro al oído.- Ve pensando en todo lo que tendrás que hacer a partir de mañana. Estoy ansioso por verte limpiar mi cuarto.-

-Que idiota, seré tu esclava, pero no limpiare la mugre de tu cuarto. Mas te vale que te concentres en el partido.-

Los dos equipos salieron a la cancha. La gente gritaba y cantaba, era una multitud y entre ellos se encontraban la madre de Samy, sus hermanos, Emma y los padres de Hunter. Aunque Samy busco rápidamente con la mirada a su padre, no lo encontró. Era muy raro, ya que el no se perdía ningún partido, y no se perdería justamente este que era tan importante.

Justo antes de empezar el juego, los jugadores se acercaron a los delegados a firmar y saludar. Cuando Samy llego hasta ellos, el hombre que había rechazado la inclusión de un jugador femenino al equipo, la saludo con un apretón de manos y le pregunto por su padre. Samy quedo algo sorprendida, y le dijo que aun no había llegado.

-Es una lastima.- Fue lo único que dijo el hombre negando con la cabeza.

El partido fue bastante difícil y parejo, el nivel de los jugadores era casi increíble, por ser jugadores aficionados. Ninguno de aquellos jugadores eran profesionales, todos jugaban por gusto y amor al fútbol.

El primer tiempo termino dos a cero en contra del equipo de Samy, el segundo tiempo logran empatar el partido a los veinte minutos, pero luego del empate, un planchazo derriba a Hunter, quien corría a toda velocidad para lograr un gol mas. Se le cobra falta, el defensor del equipo contrario es amonestado, pero Hunter no podía ponerse en pie. Con todo el dolor latente pidió al representante que lo asistieran. No podía siquiera apoyar el pie, e inmediatamente hizo cambio con Jony, quien seria encargado de patear el tiro libre. Mientras Hunter era asistido, Samy no tardo en llegar a su lado, sintiéndose culpable.

-Lo siento Hunter, no debí haberte insistido, de verdad lo siento.- Samy se abrazo a el y este la rodeo con una mano y con la otra tomo su mentón instándola a que lo mirara a los ojos.

-Hey, no es para tanto, te he visto incontables veces en la misma situación y no ha sido tan grave. Todo saldrá bien, no te preocupes. Tengo una hermosa esclava que cuidara de mi por tres días.- Dijo sonriendo maliciosamente.

Cuando Samy quiso contestar, se escucha el silbato y el festejo de todos. Jony había anotado el gol de tiro libre, quedando el partido tres a dos a favor de ellos. Gritaron contentos y eufóricos, se abrazaron  fuerte y Samy se quedo a su lado hasta el final del partido.

La alegría y la locura se apodero de todos, habían ganado el campeonato y no había palabras para describir esa emoción de salir victoriosos. Luego del festejo, improvisaron un podio y entregaron medallas al equipo subcampeón y por ultimo, entregaron medallas al equipo campeón y un trofeo en forma de copa de color dorada. El lugar estaba atestado de personas sacando fotos, y en medio de todo el griterío los delegados tomaron la palabra. Agradeciendo a los participantes, representantes y familiares. 

-Quiero hacer una mención honorable, y es para un jugador estrella. El cual no pudo demostrar sus habilidades en este ultimo partido, pero se destaco en todo el campeonato y se merece una distinción.- Dijo el director de delegados con una placa de vidrio tallado con base de metal en sus manos.- En el reglamento de este torneo, hay una clausula que indica que todos los jugadores tienen que ser de sexo masculino, sin embargo, hubo un jugador que paso desapercibido. Y aunque no fue correcto haber pasado por alto dicha clausula, hemos decidido darle una distinción a una jugadora estrella, Samantha Lares.-

Samy quedo completamente petrificada, con el corazón retumbando en sus oídos. un calor comenzó a subir por todo su cuerpo. No podía moverse, hasta que sintió la voz de Hunter.

-Ve a recibir ese premio, te lo mereces.- Dijo sonriendo. En ese momento reacciono y corrió a recibir el premio y una medalla como todo el equipo. 

Después de la ceremonia, se reunieron nuevamente con sus familiares y amigos. Tenían pensado seguir el festejo en casa de Nick, pero Samy no dejaba de pensar en su padre. Era imposible que se haya olvidado, o que haya preferido hacer otra cosa antes que ir a un partido tan importante para Samy como este.

-Y papa? Aun no llego?- Pregunto Samy a su madre.

-No hija, y es muy raro, el estaba muy emocionado por llegar temprano.- Respondió su madre.

En ese mismo instante, un mal presentimiento se instalo en el corazón de Samy. Sintió como si su cuerpo se desvaneciera de solo pensar que le pudiera haber ocurrido algo, y en ese segundo de pensamiento dijo.

-A mi padre le paso algo.- Dijo con las lagrimas a punto de caer.-Es lo único que le pudo haber pasado para no llegar a este partido.-

-No seas tan pesimista, quizá tuvo un percance en el camino.- Trato de darle ánimos Emma, pero a ella también se le instalo un incomodo temor en su cuerpo.

Al final Samy y su familia decidieron volver a su casa, Samy dejo claro que solo se sumaria al festejo si su padre volvía. Hunter se quedo con ella tratando de levantar su animo. No le gustaba que se sintiera triste y desganada, o que fuera tan negativa, ella no era así. Luego de que se diera una ducha, se quedo un largo rato en su habitación. Se seco el cabello y con su bata rosa se recostó en su cama. El golpe en su puerta hizo que saltara del susto.

Hunter entro a su cuarto, y antes de decir lo que tenia pensado, quedo hechizado por la imagen que tenia al frente, desde que conoció a Samy, jamas la había visto con el cabello suelto y con la piel tan expuesta. Si bien la bata cubría todo su cuerpo, Hunter solo pensó que podía arrancar aquella tela de un tirón y encontrarse con su cuerpo en ropa interior, o con nada. Se le estremeció todo el cuerpo de solo imaginar aquella escena.

-Hey pervertido, deja de mirar así?- Dijo Samy, logrando sacarlo de su ensoñación y dejando una sonrisa en sus labios.

-Lo siento, no fue mi intención, quería saber si necesitabas algo?-

En ese momento, el teléfono de la sala se oyó mas fuerte que nunca. Samy intento correr, pero Hunter no se lo permitió, solo se quedo detrás de ella esperando el final de la llamada. Como si quisiera sostenerla, si es que esa llamada era una mala noticia. Y justamente era eso. Una llamada de la policía, informando que Albert había tenido un accidente automovilístico y que estaba en grave estado. Tal era la gravedad que les habían pedido que fueran urgente, ya que al parecer no tenia mucho tiempo de vida. 

El teléfono cayo de las manos de su madre, y un grito desgarrador cubrió la casa entera, los niños comenzaron a llorar, Samy quedo nula. Como si su alma hubiese abandonado su cuerpo. Fría como un hielo, sintió los brazos de Hunter al rededor de su cuerpo. Solo eso la hizo caer en la realidad y silenciosamente comenzó a llorar. El dolor era inmenso, pero inexplicable.

-No puede ser, no a mi papa. No le pasara nada verdad Hunter? Dime que no le pasara nada.- Grito Samy apretando su mano.

Pero no oyó la respuesta, solo sintió un poderoso beso en su cabeza, mientras sus brazos sostenían su cuerpo,  como si aquello pudiera contestar a su pregunta o simplemente le diera fuerzas para esperar lo peor.

CONTINUARA...

HOLAAA... Gracias a los q siguen esta historia, se toman un tiempo en votar y dejarme su opinión. Amo leer sus comentarios. Sabia que no a muchos les gustaría el fútbol, pero fue aceptada de igual forma y agradezco eso de corazón!!! los kiero mucho y les mando un besote enormeee!!!