CAPITULO 10
La relación entre Samy y Hunter, no había cambiado en nada. La única diferencia a la bella amistad que tenían, era que se amaban, se necesitaban y no podían estar el uno sin el otro. Sin un nombre especifico a aquel romance, siguieron adelante. Las clases habían terminado y ambos habían pasado al ultimo año de secundaria.
Hunter sabia lo mal que hacia en no pedirle a Samy que fuera su novia formalmente, si bien todo el mundo sabia que andaban en algo, nadie se arriesgaba a preguntar, ya que Samy, a veces solía negar su romance con furia. El día anterior al cumpleaños de ella, Hunter estaba decidido a terminar con esta relación fantasma. Quería decirle a todo el mundo que ella era su novia, quería evitar a los chicos que constantemente se le tiraban encima.
Los dos últimos meses, Samy no había vuelto a vestir como chico. Se deshizo de todo su pasado y con el, toda la ropa en la que se escondía. La belleza de Samy era algo fuera de lo común, si bien no buscaba llamar la atención. Su exótico cambio había vuelto locos a muchos hombres. Hunter era celoso, pero tenia plena confianza en ella. Todo lo contrario de Samy, quien lo celaba todo el tiempo, y al mas mínimo movimiento en falso, terminaba regañado, golpeado y siempre arrepentido, ya que odiaba estar peleado con ella, no le gustaba verla enojada. Cuidaba esa delicada relación por que, al no tener nombre, pendía de un hilo.
Hunter había estado todo el día pensativo. Mientras caminaban hacia el trabajo de Samy, ella le hablaba de lo que tenia pensado hacer para su cumpleaños, el había escuchado a medias todo lo que hablaba Samy, y le dio gracias a dios, por haber llegado a MELODY. Apresuradamente se despidió de ella con un beso fugaz en los labios y emprendió su fuga. Ya tenia pensado lo que le regalaría para su cumpleaños esa misma noche.
Fue hasta el centro comercial, directamente a una joyería donde había encargado dos alianzas de compromiso, cada una tallada con sus nombres. Era un regalo estupendo, pero...
<Y si no le gusta? Y si no quiere ser mi novia?> Pensaba Hunter con nerviosismo, mientras la empleada de la joyería envolvía la pequeña caja en un hermoso paquete de regalo.
-Disculpe señorita, si mi novia no quiere comprometerse conmigo, se puede hacer una devolución?- Pregunto con seriedad. La muchacha lo miro confundida y luego rió.
-Dudo mucho que rechace a un chico tan hermoso como tu, pero si es así, ven y lo resolveremos.- Dijo la muchacha guiñándole un ojo.
Hunter miro a ambos lado, como temiendo que Samy apareciera de la nada y golpeara a la chica por el atrevimiento. Salio de allí con planes de volver a su casa, pero se freno en una disqueria, en la vidriera estaba la enorme foto del CD que Samy quería comprar. Entro al local y antes de comprarlo decidió escucharlo, ya que tenia demasiado tiempo libre. Mientras escuchaba las molestas y románticas canciones, reía solo por escuchar las letras cursis.
<Esto es muy melancólico, que música tan deprimente le gusta a esta chica>Penso Hunter, mientras una sonrisa aparecía en la comisura de sus labios.
-Que estas haciendo?- Lo sorprendió Anna. Mientras Hunter se recuperaba del susto.
-No me sorprendas así niña, me vas a matar del susto.- Dijo sonriendo.- Solo vine a comprarle esta cosa deprimente a Sam, mañana es su cumpleaños.
-Si, lo se.- Dijo Anna con timidez.-Harry me invito, pero no creo que vaya, seria un desastre si aparezco por ahí.-
-Como van las cosas con el?- Pregunto Hunter.
-No lo se, quiero mucho a Harry, pero Samy da mucho miedo, ella me odia. Como crees que se pondrá cuando se entere que entre su hermano y yo hay algo mas que amistad?-
-Yo hablare con ella, no te preocupes.-Trato de sonar convincente, aunque el también le temía. Porque de solo nombrar a Anna se ponía furiosa.
-Te invito un refresco.- Lo sorprendio Anna, Hunter lo pensó unos segundos y acepto.
Las horas pasaron volando entre charla y risas, Anna era una chica muy simpática, delicada y con sentido del humor, muy diferente de Samy, quien era algo mas dura y sarcástica. Pero también tenia su lado sensible, y aunque era posesiva y celosa, sonaba egoísta, pero eso dejaba claro que lo amaba.
-Me tengo que ir Anny, debo pasar por Sam.- Dijo Hunter poniéndose de pie y dejando un billete de propina a la mesera.
-Caminare contigo algunas calles si no te molesta, vamos para el mismo lado.- Dijo sonriendo la muchacha.
Antes de cruzar la calle donde se encontraba MELODY, los dos amigos se despidieron, y en un intercambio de saludo, no se habían percatado de la presencia de Samy a espaldas de Hunter. Parecía la mismísima hija de lucifer. Su mirada irradiaba odio y ganas de asesinar a alguien.
-Hunter que haces con esta chica? Y no me vengas con que no es lo que parece, por que te haré pedazos.- Dijo Smy mirando a la muchacha de pelo negro con furia. Como si en cualquier momento saltaría encima de ella para golpearla.
-Es que no es lo que parece Samy.- Dijo Anna con el miedo a flor de piel.- Solo nos encontramos de casualidad.-
-Solo me llaman Samy mis amigos, y tu no eres uno de ellos, así que para ti soy Samantha. Y no te pedí que defendieras a este traidor. El tiene boca para darme una puta explicación.- Soltó Samy enrojecida.
-Solo estaba hablando con ella Sam, no seas tonta, acaso has visto algo por lo que debas desconfiar de mi?-
-Que se hayan encontrado de casualidad mientras yo estoy trabajando, no me parece muy convincente que digamos. Escucha Hunter, no tengo porque estar acá pidiéndote explicaciones, haz lo que quieras, pero si no te importo, al menos me lo hubieses dicho y me evito las ganas de romperle el cuello a esta chica.- Anna dio un respingo con temor.
-No seas así Sam, no pienses mal. Anna no tiene la culpa de nada.- La defendió Hunter.
-No tiene la culpa?-Dijo con una sonrisa fingida.- Esta todo el tiempo llamando tu atención. Te entrego una carta que nunca me mostraste el contenido. Se llevan muy bien, incluso ríes mas con ella que conmigo.-
-Eso no es cierto Sam, yo te...- Miro de reojo a Anna- Y se guardo las palabras-Anna no tiene esas intensiones conmigo, y la carta, bueno, es algo privado. Nadie podía leerla.-
-Vete al diablo Hunter, odio que balbucees, parece que me estuvieras tomando por estúpida.-
-Lo que dice Hunter es cierto.- Respondió Anna.
-Tu cállate enana, nadie pidió que hablaras. Mejor desaparece, antes que sea yo la que te haga desaparecer.- Soltó Samy con furia.
-No, no me iré hasta dejar clara esta situación.- Dijo Anna totalmente decidida. A Samy se le heló la sangre.-Yo... estoy enamorada...-
Sin terminar de completar la frase Samy se abalanzo sobre la chica, pero Hunter estaba preparado para tal reacción. Con gran agilidad paso un brazo por delante de ella y la detuvo casi en el aire.
-Cálmate ya, y deja que termine de hablar!- Sentencio Hunter cortante.
-Yo estoy enamorada de tu hermano Harry. Hunter solo me ayudo a llegar a el. Siempre que lo veía pasar se me hacia cada vez mas inalcanzable, un día nos pusimos a hablar con Hunter y le pedí si podía entregarle una carta. Me hizo el favor de no decirle a nadie, incluso a ti, quien era a la que mas temía, pero ya que hemos tirado las cartas sobre la mesa, no me esconderé mas. Así que Samantha, te pido disculpas por haber puesto en riesgo tu relación.- Samy abrió los ojos como plato y luego miro a Hunter quien escuchaba atentamente a la jovencita, mientras el agarre se había convertido en un tierno abrazo.- Nunca me gusto Hunter, pero no te negare que es un gran amigo, y déjame decirte lo afortunada que eres de tener su corazón. El te ama y se nota hasta en el aire, serias una estúpida si te pelearas con el. Tratalo bien, se mas amorosa y menos celosa o un día se cansara y te arrepentirás el resto de tu vida.-
Un silencio se adueño del momento, tanto Samy como Hunter no podían creer todo lo que Anna había dicho. Sam confiaba en Hunter, pero no entendía por que no podía creer a pleno en esa confianza. La pelinegra tenia razón, a este paso ambos se perderían y se arrepentirían por siempre.
-Escucha niña, no te agrandes, nadie me dice lo que tengo que hacer. Y con respecto a mi hermano, trata de no estar cerca mientras yo te este viendo o te sacare los ojos.-
-Samy, deja de asustarla...- Dijo Hunter regañándola, pero Anna rompió el silencio con una tímida sonrisa.
-No hace falta que me amenaces Samy, daré lo mejor de mi para ser feliz junto a Harry, prepárate porque me veras por mucho tiempo cerca tuyo.-
-Oh no, eso quiere decir que mañana estarás en casa para mi cumpleaños?-
-Es muy probable.- Dijo la jovencita guiñándole un ojo y caminando con gracia se alejo de ellos.
Hunter no había soltado a Sam, aun la tenia rodeada con sus brazos y aprovechando la cercanía beso el costado de su rostro.
-Al fin alguien te pone en tu lugar.- Dijo Hunter riendo, sin darle tiempo a que discutiera, la tomo de la mano entrelazando sus dedos y comenzaron a caminar.
Era la primera vez que caminaban tomados de la mano, parecía que todo el mundo los miraba, pero realmente nadie ponía atención a la pareja. Samy no podía encontrar palabras que describiera lo que sentía en ese momento, estaba sonrojada de vergüenza, porque ya no tenia nada que ver con la furia anterior. Su mano sudaba por el calor que intercambiaba con Hunter y por ratos lo miraba de reojo, como buscando nervios o inseguridad, pero no hallo ni una pizca de nada, solo caminaba tranquilo de la mano de la mujer que amaba, con un semblante alegre y sereno.
Cuando llegaron a sus casas, Hunter se paro frente a ella y paso el dorso de sus dedos por su mejilla, parecía una niña con esa mirada perdida, y era porque situaciones cursis como esa la ponían en ese estado. Se inclino a penas para besarla, y ella se aferro a su cintura para sentirlo aun mas.
-Te espero en una hora en la terraza, quiero ser el primero en decirte feliz cumpleaños.- Dijo sonriendole y pasando un mechón rojizo tras de su oreja. Dejo un beso fugaz en su nariz y se fue.
El corazón de Samy latía a un millón por hora, no entendía el porque. Estar con Hunter era lo mas común del mundo, eran amigos hace dos años, habían llegado a compartir hasta el cepillo de dientes, el la conocía muy bien, y sabia cosas que ni siquiera su madre lo sabia. El miedo a perderlo le había quitado mucho tiempo de estar a su lado. Esa noche se juro que no lo perdería. Se aseguraría de que supiera cuanto lo amaba, cuanto lo respetaba, y lo mucho que deseaba estar con el. Cambiaría por el, había dejado la mitad de lo que era antes solo por el. Estaba decidida a ser una mujer de la cual Hunter se sintiera orgulloso.
Subió las escaleras con nervios, se había comprado un vestido blanco que usaría en su fiesta, pero le dio igual, ya que solo quería sorprender a Hunter. Se planto en el ultimo escalón, pasando una mano por su cabello algo rebelde, aliso su vestido, tomo aire y abrió la puerta de la terraza.
Allí se encontraba Hunter apoyado sobre la mesa de cemento improvisada, tal y como el año anterior, llevaba una camiseta azul y un pantalón corto color beige, aunque estaba sencillo, se veía adorablemente sexy. Hunter quedo casi sin aire al ver la sensualidad que tenia aquella imagen de su chica. Parada frente a el con ese vestido blanco, daban ganas de arrancárselo y hacerla suya en ese mismo momento, en esa terraza, bajo las estrellas.
< Seria maravilloso hacerle el amor aquí mismo.> Penso Hunter desprendiendo una sátira sonrisa que a Samy le causo gracia.
-Estas bellisima.- Fue lo primero que le salio.
-Gracias.- Dijo con una sonrisa tímida acercándose lentamente para besarlo en los labios.
Hunter, casi no podía creer que aquella sexy muchacha fuese la misma Samy que tiempo atrás vestía pantalones anchos, camisetas de hombre y gorra. La que jugaba al fútbol tan bien como cualquier futbolista masculino, la misma que no le temía a nada ni a nadie. En ese momento parecía una mujer delicada, frágil y femenina, de esas que lloran o se desmayan.
El pequeño beso, no colmo la ansiedad de Hunter, por lo que tomo a Samy de la cintura, sintiendo en sus manos la suave textura de la tela del vestido. Era una tela tan resbaladiza que no le costaría nada levantarselo y sentir la suavidad de su piel. Con el miembro excitado a la máxima potencia, se alejo a penas de ella, debía controlarse si quería llegar por lo menos a cenar. Le molestaba la tensión en sus pantalones, por lo cual decidió tomarse un minuto para pensar en algo feo, como la espalda belluda de su tío, o en la comida que preparaba Sam. Se le escapo una pequeña risa de solo recordarlo, y como por arte de magia, su amigo se volvió a dormir.
Cenaron pizza y vino, y aunque Samy aun era menor, Hunter le sirvió media copa solo para brindar. El pitido del reloj de Hunter indicando las doce de la noche, saco a ambos de la conversación en la que estaban.
-Feliz cumpleaños Sam- Dijo Hunter acercándose a ella para besarla y darle un abrazo, le entrego una pequeña bolsita, y mientras Sam se dispuso a abrirla y sacar el CD que tanto había deseado, Hunter se puso en cuclillas para observar la emoción que tenia Sam por ese ridículo CD de música deprimente.-Eso no es todo...- Dijo Hunter sonriendo y abriendo frente a ella otra pequeña bolsa.
Dentro de ella, había una paquete cuadrado muy bien envuelto. Rasgo la delicada envoltura dejando a la vista una cajita negra. Los ojos de Samy comenzaron a brillar, y su sonrisa se desvaneció. Sollozo, y dudo en abrirla. Hunter tomo sus manos temblorosas, podía sentir los latidos de su corazón acelerarse rápidamente.
-Sam, no te obligare a nada. Si decides que debemos seguir como hasta ahora te entenderé. Pero quiero que sepas que te amo. Que quiero arriesgar todo por ti, quiero vivir toda mi vida contigo, porque ya intente sacarte de mi corazón y no he podido. No me importa tu carácter, no me importa como te vistas, no me importa que no sepas cocinar, ni que tenga que controlar todo el tiempo que no mates a nadie. Eres la mujer que quiero a mi lado y si me dices que no, el próximo año lo intentare de nuevo y así sucesivamente hasta que te des cuenta que nacimos para estar juntos.-
-Ya me di cuenta de eso, porque no estoy tranquila si no estoy contigo. Te quiero a mi lado todo el tiempo, y si soy posesiva y celosa, es porque quiero que seas solo mio. Me da miedo que alguna vez dejes de quererme.- Soltó Samy mientras luchaba por controlar las lagrimas.
-Eso no pasara. No llores.-
-Quiero ser tu novia pero tengo miedo que no funcione. Y si nos peleamos y nos separamos? Eso me destrozaría, y no quiero perderte.-
-O nos arriesgamos a ser felices, o seguimos juntos sin poder amarnos como realmente deseamos? Tu decides Sam.- Aclaro Hunter.
Samy agacho la cabeza, tratando de esconder el temor y la emoción que se arremolinaban en su interior. Insistía en que el amor era algo estúpido, aun no entendía a las personas que decían que el amor era maravilloso. Que diablos le veían de bello el estar enamorado? Las parejas parecían embobadas, y cuando se peleaban lloraban y sufrían como si se les hubiese muerto un pariente. Se debatió entre ser feliz o seguir una vida insignificante, al lado del hombre que amaba y no poder tenerlo.
-A la mierda todo.- Dijo Samy limpiando torpemente su rostro.- Si quiero ser tu novia, quiero que estés cada minuto conmigo, quiero casarme y tener hijos, quiero ser feliz, y soportare lo que sea por intentar ser la mujer que te mereces.-
Hunter no dudo un segundo en lanzarse a su boca, desesperado, ardiente, apasionado. Sonrió como nunca lo había hecho, estaba mas que feliz. Esa pelirroja con mirada de asesina lo volvía loco, lo tenia hechizado. Lucharía toda su vida por hacerla feliz y conservarla a su lado.
Samy abrió al fin la caja donde descansaban dos alianzas de plata, ambas con sus nombres grabados, Hunter se sentó en la mesa de cemento y atrajo a Samy para sentarla en su regazo, allí intercambiaron las alianzas y los besos se hicieron cada vez mas exigentes.
-Sam, tu diminuto vestido me esta volviendo loco, o te lo quito aquí mismo, o vamos a mi cuarto y lo hago allí?- Pregunto Hunter sin dejarle muchas opciones.
Samy lo miro sorprendida, el no era de decir ese tipo de cosas, pero en ese mismo instante se dio cuenta de algo muy importante. Ya no eran amigos. Hunter era su novio, y tenían todo el derecho de aprovechar cada segundo de intimidad. Sintió que la sangre bullía por sus venas, dejando a su paso un rubor visible en su piel. Que la condenen si no aceptaba esa tentadora propuesta.
-Vamos a tu cuarto.- Dijo decidida, sonriendo de una manera que Hunter jamas había visto.
-Prometo conservar esa hermosa sonrisa en tu rostro Sam, regalame cada día una sonrisa de esas, y seré el hombre mas feliz del mundo.-
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Queridos lectores, Espero hayan disfrutado esta novela!!! Quiero agradecer el apoyo de siempre, sus votos y comentarios me llenan de felicidad y valor para seguir esforzándome. Espero x lo menos llenar 1/4 de sus expectativas. Pongo lo mejor de mi en cada historia. Gracias a los que siguieron esta historia de principio a fin, gcias x su tiempo, el cual valoro mucho.
Solo queda el EPILOGO, de esta historia. Y soy muy feliz de concluir con una nueva novela. Para nosotros los escritores aficionados, culminar una historia es todo un LOGRO. Les dejo un besazo y un fuerte abrazo de oso!!!
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