Capítulo 30.
Me he comportado de manera indiferente con Connor y sé que le duele tanto como a mí, pero tengo miedo de hablar de este tema con él, aunque creo que es más vergüenza que temor.
Le pedí el favor a Amy para que me trajera hoy a clases, sé que debería comportarme como una persona madura pero me llamo Daisy Rogers y soy una idiota.
—Sip, eres idiota. ¿Realmente has tenido una semana siendo indiferente con Connor porque mencionó que le gustaría estar contigo en su ducha? ¡Tonta, Daisy, eres una tonta!
—No me hagas sentir mal.
—¡Pero es que tengo que hacerte sentir mal! Connor lo ha estado, se ha acercado a mi cada día para preguntar por su novia porque ella actúa de una manera extraña.
Me encojo más en el asiento del copiloto. Saber que Connor ha estado tan preocupado por mi me hace sentir como la mismísima mierda. No merezco tenerlo como novio.
—No quería hacerlo sentir mal—susurro por lo bajo pero Amy me escucha.
—Pero lo estás haciendo sentir mal, Dai—Ella al ver mi estado hace su voz más dulce, pero eso hace que me den más ganas de llorar. Aparca a un lado de la vía para no congestionarla y luego se voltea a mí—. Él en ningún momento dijo que quería tener sexo contigo.
—Lo insinuó.
—¡Es tu novio! Es normal hacer comentarios picarones... ¡Tú lo hiciste!—exclama apuntándome con su dedo—. Escucha, solo habla con él, dile cómo te sientes, sé que no te juzgará o presionará. Daisy, ese chico realmente se muere por ti y te hace feliz, no dejes que una tonta inseguridad arroje esto por la basura.
No espera que responda, vuelve a la carretera y en un silencio profundo llegamos al instituto.
El tiempo en silencio me ayudó a pensar, así que decidí hablar con él hoy en el parque, ahí estaremos a solas y ninguno de sus amigos lo estarían rondando.
Bajamos del auto y juntas nos dirigimos a nuestros casilleros, aun en silencio tomamos nuestras cosas. Hoy tendré un examen de matemáticas, uno que es muy importante y algo complicado, cosa que me preocupa, no estudié al cien por cien por toda esta situación con Connor.
—¿Ya pensaste que hacer?
—Hablaré con él—le aseguro una vez que cierro el casillero. La envuelve en un fuerte abrazo, Amy es la mejor amiga que una chica pueda tener—. Gracias por decirme lo tonta que soy.
—Fue un placer, para eso están las amigas.
Con nuestros brazos entrelazados nos dijimos al salón de clases para nuestro próximo examen.
Tomamos asiento donde siempre, el profesor aún no ha llegado, muchos están mirando sus apuntes repasando el tema del examen. Saco una hoja y un lápiz para colocar mi nombre en ella.
Por el rabillo del ojo veo a los intocables llegar, siendo Connor el último en entrar con su cabeza algo baja. Ver eso me rompe el corazón y me hace sentir mucho más tonta.
Los chicos pasan a mi lado saludándome con pequeñas sonrisas pero veo en sus ojos un toque de reproche. Eso me alegra, ver como esos chicos siempre están uno con el otro apoyándose.
Para distraerme un poco empiezo a dibujar algunos espirales en la esquina de mi hoja. Un toquecito en mi espalda me obliga a dejar de dibujar, me volteo encontrándome con un Connor de ojos tristes.
—Hola—susurra.
—Hola.
—Emm, ¿me prestas un lápiz?
—No—Una pequeña sonrisa se muestra en mis labios por la absurda escena.
— ¿Por qué no?—me sigue el juego.
—Porque no me lo vas a devolver—respondo lo mismo que aquel día.
—Entonces... regálame un lápiz.
—Eres un tonto, Connor.
No, mentira, yo soy la tonta.
Sé que Amy se está haciendo la loca mientras observa sus apuntes, pero es obvio que está atenta a nuestro intercambio de palabras.
—No sé porque estás molesta conmigo, así que se me ocurrió la idea de recrear nuestro momento—Se encoge de hombros mientras toma una silla y se sienta frente a mí.
¿Dije el parque? Es mejor hacerlo aquí, ¿verdad? A los oídos chismosos de mis compañeros de clases.
—No estoy lista—digo al fin.
— ¿Lista para qué?—se muestra verdaderamente confundido haciéndome sentir aún más tonta.
—Para... tú ya sabes... yo desnuda en tu ducha—Mis mejillas enrojecen, más aun sabiendo que Amy está a mi lado... Incluso puedo escuchar como mi mala amiga se aguanta una carcajada.
— ¿Estás preocupada por el sexo?—sube una de sus gruesas cejas, mis mejillas se encuentran más calientes de lo que estaban.
—Si—susurro bajito.
—Daisy—suspira—, yo no te obligaré a eso, ese comentario fue solo eso, un comentario; algo picarón es cierto pero eres mi novia y pensé que iba a ser normal. Con respecto a lo otro, creo que es demasiado pronto para ambos, cuando estemos listos lo intentaremos y ya, pero debes hablarme, no solo actuar como si estuvieses enojada con el mundo ignorarme, confiemos el uno al otro, ¿bien?
—Está bien—le doy un pico y las burlas de los intocables, que están detrás de mí no se hacen esperar. Incluso Amy celebra con aplausos.
—Te faltan los silbidos amigas—la miro divertida.
—¡Es que ustedes son tan lindos! No puedo evitar pensar que en un futuro seré la madrina de su boda. ¡También la de sus hijos! Exijo que su primogénita se llame como yo.
Connor ríe suavemente y asiente ante el pedido de mi amiga. Amy empieza a chillar de emoción.
—Mi primera hija no se llamará Amy.
—Connor ya dio su palabra—me saca la lengua infantilmente para luego levantarse e ir hacia los intocables, lo más seguro es que vaya a contarles sobre su absurdo sueño de que mi futura hija se llamará como ella.
Miro fijamente los ojos de Connor y abro mis labios para hablar—. ¿Aún necesitas un lápiz?
—A tu lado siempre necesitaré un lápiz.
Río como boba.
—¿Eso qué significa?
—Que pase lo que pase siempre estaré detrás de ti, pidiéndote que me regales lápices, una manera eficiente para conquistarte día tras día... Porque ya sabes, los lápices que se piden prestados no se devuelven, ¿verdad?
—Aprendiste algo después de todo, conito.
—Diría que no me llames así, pero tengo tantas ganas de besarte que esta vez lo dejaré pasar.
Y lo deja pasar, porque me besa, muy profundo.
—¡Pirce, Rogers! Un punto menos en el examen por su muestra de afecto. Nadie quiere observarlos intercambiar fluidos.
2/3
Capítulo dedicado a Nayely <3
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