Capítulo 17.
Cuando mi hermana no sale con su novio siempre se queda en casa pululando por los rincones de la casa, la mayoría del tiempo molestándome. Christie no tenía amigas, tenía compañeras de clases pero no era de esas que le confiaban mil y un secretos a una chica. Christie no tenía una Amy, lo más cercano a una Amy para ella era yo, su hermana. Lastimosamente Mitchell era su única compañía, eso me preocupaba un poco porque no quería ni pensar si Mitchell y ella terminaran, Christie quedaría destrozada y por más fastidiosa que pueda ser mi hermana pues sigue siendo mi hermana, no me gusta verla triste.
Arrojada sobre mi cama Christie se toma algunas selfies con su móvil, en unas posa con su bonita sonrisa y luego las fotos se arruinan cuando coloca la horrorífica boca de pato.
—¿Estas imaginando que chupas un spaghetti o algo?—no puedo controlar mis palabras.
Realmente pienso que es ridículo que las personas frunzan sus labios de esa manera para una foto. ¡Sonríe! ¡No sonrías! ¡Saca la lengua! Pero por favor señores, ¡no pongas la boca de pato!
—¿Algún problema?
—¿Por qué no vas al cine e invitas a alguna de tus compañeras de clases?—respondo con una pregunta que está fuera del tema de las fotografías—. Me preocupa que no tengas amigas con quien contar chismes jugosos.
—¿Y? Te tengo a ti, no necesito a nadie más.
Eso en vez de enternecerme me preocupa aún más.
—¿Estas segura de que quieres contarme como te acuestas con tu novio cuando vas a su apartamento? No quiero traumarme.
—Nunca te contaría mi intimidad con Mitchell—comenta seriamente—. En realidad, no se lo contaría a nadie, eso es privado.
—Pues estoy segura de que Mitchell si habla de ti con sus amigos.
—Él no haría eso.
—Y pensaba que la inocente era yo.
Christie toma la almohada de la cama y me la arroja fuertemente.
—Por qué mejor no dejamos de hablar de mí y me cuentas sobre el bonito castaño que me pidió tu número.
—Nunca te perdonaré eso.
—Sí, ajá, ¿has hablado con él?
—No me ha escrito.
—¿Por qué lo tiene que hacer él? ¡Hazlo tú!
—Ni loca.
Y mucho menos luego de que me invitara a salir, me daba vergüenza el no haberle respondido en ese momento. La cosa es que... Connor me sorprendió y realmente no estaba segura de aceptar su invitación. Obviamente no le dije nada a Christie, la muy metiche habria sido capaz de tomar mi móvil para escribirle a Connor aceptando la invitación sin yo haber dicho sí.
Mi hermana siguió presionándome para que llamara a Connor pero finalmente la persuadí al empezar a hablar sobre qué le regalaría al idiota de Mitchell.
Asuntos desesperados requieren medidas desesperadas señores.
El lunes era un día más, un dibujo más y... lo más seguro, un lápiz más que regalar.
He tratado en lo posible olvidar la invitación de Connor. Estuve todo el fin de semana sin un mensaje por parte de él y fue muy extraño, de cierta manera, ya me había acostumbrado a los molestos mensajes de Connor dirigiéndose a mí como señora lápiz. Pero este fin de semana, no obtuve ninguno y estoy segura de que fue por no responder su pregunta.
Aun no sé cómo reaccionar. De verdad, Connor Pirce realmente me invitó a salir.
Entro arrastrando mis pies por la entrada del colegio, busco mi casillero y tomo los libros que necesitaré el día de hoy. Me dirijo hacia el salón de matemáticas, clase que comparto con Connor. Me adentro en el salón y recorro todos los asientos con la mirada, sorpresivamente, ya todos los miembros de los intocables se encuentran aquí. Y es sorpresivo porque ellos siempre llegan tarde.
Muevo mis pies rápidamente, sentándome en mi puesto. Siento las miradas de los chicos en mis espaldas pero una de ellas es como si estuviera acuchillándome. Escucho una silla arrastrarse y me coloco más nerviosa de lo que estaba, el asiento de al frente alguien lo toma y lo coloca mirando hacia mí.
Connor está aquí, me observa fijamente como si me estuviera examinando.
—Hola—digo en voz baja y sin mirarlo.
—Hola, señora lápiz—sonrío, casi por inercia. Irónicamente, estrañé ese estúpido apodo.
—Yo... emm...
—Te lo preguntaré otra vez, ¿bien?
— ¿Qué cosa?—digo haciéndome la boba.
—¿Quieres salir conmigo, señora lápiz?
—¿A dónde?—pregunto ahora yo. Al menos tengo que darle una oportunidad, ¿no?
— ¿Qué tal a ver una película?—responde con una pregunta—. Anda, Daisy. Seré una gran compañía. Lo prometo.
Lo pienso por unos minutos, hay muchos pros y contras sobre salir con Connor, me atrevo a decir que más contras.
Pro, quiero ver esta nueva película de romance que ha hecho llorar a más de una persona.
Contra, ¡es romance! Lo más seguro es que haga un movimiento.
Pro, tal vez me divierta un poco con Connor, él es gracioso.
Contra, ¿es una jodida cita, verdad? Eso significa que va a querer besarme luego de que me lleve de vuelta a casa, ¡no puedo permitir eso!
Pro, será una de esas pocas ocasiones en la que veré a Connor y no me pedirá un lápiz, o eso creo, sería raro si lo hiciera.
Contra, ¡Es Connor Pirce!
Pro, no hay más pros, ¿verdad?
Contra, es que debo repetirlo: Es. El. Jodido. Connor. Intocable. Pirce.
—Está bien—Acepto casi sin pensar.
—Pero nos diver... Espera. ¿Dijiste que si?—Connor parece asombrado.
—Sí, Connor. Pero más te vale que la película sea buena—digo tratando de que mi nerviosismo no se haga notar.
—Gracias, señora lápiz.
— ¿Por qué?
—Por aceptar—El profesor hace su entrada y Connor lo mira—. Ahora emm... ¿Me regalas un lápiz?
— ¿Tú no cambiarás, verdad?
¡Hola, hola!
Como ya les había dicho antes quise incursionarme más en la relación que Daisy tiene con su familia, en especial con Christie <3 Hay muchas cosas nuevas en este capítulo así que disfrútenlo :)
Ya tengo a las personas para las dedicaciones de los próximos 4 capítulos, este será para Yuyi <3 Espero que lo hayas disfrutado.
Nos estamos leyendo Intocables <3
P.D. Acabe de publicar el prólogo del primer libro de Four Chips, ¡Por fin! Si desean pásense por ahí <3
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