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Cerca de un lago por el Reino de la Familia Rapunzel, estaba Shawn nervioso esperando a Astoria.
Después de todo lo que había pasado  con la batalla, ya era hora de vivir en paz, sin problemas ni villanos de por medio.

Con un regalo escondido detrás de su espalda, miraba el horizonte de la Tierra de los cuentos de hadas. De pronto una voz interrumpió sus pensamientos...

-Hola Shawn-

De pronto volteó para mirar a nada menos que Astoria, con un vestido rosa y un buen porte digno de una princesa, sin duda verla de nuevo le robó las palabras.

-A... Astoria, luces mmm muy bien- tartamudeaba un poco, no sabia como comportarse ante semejante belleza.

-Gracias Shawn, vaya no lo puedo creer, ¿Hiciste unos bocadillos para estar aquí en el lago?-

-Si... ven toma asiento junto conmigo- Tomó de la mano a la chica de cabellos rosas y se sentaron en el suave pasto del lugar.

-Oye, no sé porqué te noto extraño, ¿Traes algo en la espalda? Aún no bajas esa mano-.

-Ahhh yo... este.... si ... esto es para tí, espero que te guste Astoria- respondió Shawn entregándole el regalo a la peli rosa.

Astoria lo tomó y le regaló una mirada linda a Shawn, lo fué abriendo poco a poco y en el interior de la caja se encontró con un libro. La curiosidad comenzó a ganarle  y abrió el libro para ver de que era.

Tan feliz se encontraba mirando aquel libro que trataba sobre la Tierra de Los Cuentos, hasta que llegó a la última página...

Comenzó a  leer lo que estaba escrito:

“Un día más, una oportunidad más de amarte, de hacerte feliz. Eres ese amor que siempre anhelé, eres esa persona que se cola en todos mis sueños y que es parte importante de mis planes futuros. Tú, amor eres todo lo que quiero en el mundo”.

De verdad esas palabras bellas eran de -Shawn, esto es lindo... tú... ¿Tú me quieres?-

-Ohh Astoria no sabes cuanto te he amado, desde que eramos unos niños, solo que me ha costado admitirlo pero no tengo nada más que pensar, eres esa persona a la que amo tal y como es, Astoria Rapunzel ¿Quieres ser mi pareja?- preguntó muy nervioso, esperando que la respuesta fuera algo positivo.

-¡¡Shawn... también te amo!!!- gritó Astoria y se abalanzó a su pareja, ambos se acercaron poco a poco, mientras se miraban a los ojos, rozando sus respiraciones y juntando sus labios en un suave y tierno beso que lleva en él muchos sentimientos...

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En el Reino de la Familia Rana caminaba Joy junto con el señor Rana. Desde la batalla contra los villanos, se había acostumbrado a su forma humana, así pasaba más tiempo con Joy.

Ambos llevaban rato platicando cerca de un estanque, pasando el rato entre risas y juegos. Ambos toman asiento bajo un árbol y el señor Rana busca entre los arbustos, algo que escondía desde que llegaron a ese lugar.

De pronto el señor Rana muy apenado saca algo extraño detrás de los arbustos y se lo coloca atrás de su espalda para que Joy no lo viera. Se acercó poco a poco y se arrodilló ante ella, mientras le recitaba algunas palabras:

"Te amo no solo por lo que eres, sino por lo que soy cuando estoy contigo. Te amo no solo por lo que te has convertido, sino por lo que has hecho de mí"

Después de esa confesión Joy no lo podía creer, ella nunca había pasado por algo así. A veces se sentía triste al ver como Astoria, Ling Ling y hasta Rose tenían una conexión especial con los chicos. Pero ahora era una sensación diferente, sentía como su estómago comenzaba a liberar un ligero cosquilleo, sin duda esas palabras la dejaron sin aliento.

-Señor Rana, tu... ¿Me quieres?-

-Claro Joy eres una chica linda que a pesar de  ser un poco tímida, tienes un toque especial que adoro, te amo por tu forma de ser... ¿Qué me respondes Joy?- Dijo el Señor Rana mientras sostenía frente a ella un ramo de bichos.

Joy no supo que decir, miró el detalle que le estaba obsequiando el Señor Rana y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre él y lo besó...

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En otra parte a la par de esta situación estaba Travis llegando al Reino de la Familia Abanico de Hierro, llevaba un algo muy pesado en su espalda, un regalo especial para Ling Ling.

Cuando llegó respiró profundamente, el camino se le hizo agotador por traer aquél regalo desde su castillo.

Tocó el timbre esperando que saliera su adoración... sin embargo no tuvo suerte, quien salió a recibirlo fué la Abuela Abanico de Hierro.

-Oh hola Travis, en unos momentos viene Ling Ling, está terminando de arreglarse ¿Gustas pasar?-

-Oh no, mejor la espero aquí no se preocupe señora Abanico de Hierro- Respondió Travis rascándose la cabeza.

-Bien como tu digas, mi nieta no tarda- Dijo la abuela Abanico de Hierro y caminó para otra dirección.

En lo que Travis esperaba a que  Ling Ling bajara, jugaba con sus manos tratando de controlar sus nervios, después de todo lo que pasaron, ya era hora de confesar sus sentimientos... esperaba que a Ling Ling le guste su regalo.

De pronto la nieta Abanico de Hierro bajó con un vestido azul y detalles brillosos, sin duda se veía espectacular, más radiante que el mismo sol...

Travis quien seguía distraído en sus pensamientos, su mirada se dirigió a la princesa, con ojos de asombro, no podía creer lo que veía... sin duda era bella, tan linda como la misma luna, radiante y brillante en la obscuridad.

-Hola Travis- Saludó un poco nerviosa Ling Ling.

-Ahhh... hola ... Ling Ling- dijo Travis con un ligero sonrojo en sus mejillas.

-Ehh ¿Qué traes ahí?- Preguntó señalando aquel objeto envuelto que estaba a espaldas del nieto La Bestia.

-Ahhh esto, bueno... espero que te guste, te traje un regalo Ling Ling, quítale la envoltura-

En eso Ling Ling no demoró mucho en pensarlo y corrió para retirarle las envolturas a ese objeto extraño. Cuando retiró la última envoltura, se llevó ambas manos a su rostro en forma de asombro...

-Travis esto es... es... Es lindo me encantó- Dijo Ling Ling mientras abrazaba a Travis. El regalo le encantó, era una escultura de ella, hecha de piedra y esculpida por el mismo Travis.

En eso rompe el abrazo cuando notó un pequeño papel doblado entre la escultura. Ling Ling lo toma con cuidado, lo abre poco a poco y comienza a leerlo:

Desde lo más profundo de mi alma, esto es para expresarte cuanto te quiero. Lo que siento por ti podría resumirse en una sola palabra: tú eres mi arte...

-Oh Travis... yo también te quiero de la misma forma- Ling Ling nuevamente abrazó a Travis, quien lentamente la toma del mentón y se acerca para brindarle un dulce beso, ese roce tan tierno en los labios que lleva amor...

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En toda el día, Rose estaba muy nerviosa. A nadie de su familia le contó que en la noche saldría con Hawk, así que esperó que toda su familia estuviera durmiendo ya, para comenzar prepararse.

Después de una lucha interminable con los zapatos, y tomar de atuendo un vestido con tonos rosas, se miraba una y otra vez en el espejo, esperando verse radiante para la cita.

El reloj marcaba la media noche, unos aleteos irrumpieron sus pensamientos, corrió hasta el balcón y ahí estaba Low Ong esperándola.

-Hey Rose ¿Ya estás lista?-

-¿Lista para qué?-

-Para tu cita, mi deber es llevarte con Hawk, Así que sube, tu cita te espera-

Rose no lo pensó más y se subió al dragón, muy nerviosa, por la cita con Hawk.
Volaron por gran parte de la Tierra de los Cuentos de Hadas, la luna iluminaba el lugar, de pronto Low Ong comenzó a descender hasta un lugar del bosque cerca de un lago.

Cuando estuvieron en tierra firme, una voz hizo que Rose se girara para ver quien le hablaba.

-Buenas noches Rose... ¿Me permites?- Dijo Hawk extendiendo su mano para ayudar a Rose a bajar del dragón. La chica apoyo su mano en la de él y bajó poco a poco del dragón.

-Bueno, mi trabajo está hecho. Los dejo, que se la pasen bien en su cita- Low Ong  nuevamente alzó su vuelo, se despidió dejando a ese par solos.

-Vaya Rose, luces... tan linda esta noche, ven-

Rose un poco sonrojada caminó con Hawk, quien también lucía muy bien con el traje que  llevaba puesto. Ambos iban tomados de la mano caminando alrededor del lago, hasta que llegaron hasta donde estaba un árbol, el lugar estaba adornado con algunas flores. Rose tomó asiento, mientras Hawk se posicionaba frente a ella.

-Rose, dirás que es esto es repentino, pero... gracias a tí estoy aquí. Si tu no me hubieras despertado del hechizo de la Reina Nieve sin duda estaría congelado por el resto de mi vida. A pesar de que estuve en ese estado, pude escuchar tus palabras y  no hace falta decir algo más, porque tu rompiste el hechizo y eso fué por la razón de que recibí por parte tuya, el beso del verdadero amor. Ese verdadero amor eres tú Rose, en tan poco tiempo lograste cautivarme por tu forma de ser, eres única y diferente Rose... ¿Qué dices aceptas a este chico loco a ser parte de tu vida, por siempre? Prometo amarte y cuidarte con todas las fuerzas de mi corazón- dijo Hawk mientras sostenía frente a ella una cajita. Rose la tomó y la abrió, al ver lo que tenía, no lo podía creer, era un collar en forma de copo de  nieve, con algunos pequeños diamantes incrustados.

-Hawk es tan lindo... en un collar divino, me encantó-

-Bueno también lo hice porque esa ocasión en el pueblo, la primera vez que te vi, choqué contigo, cuando unas locas damiselas corrían detrás de mi. Cuando regresé trate de buscarte de nuevo pero ya no estabas, solo encontré un collar con una letra R. Después recordé que era tuyo, lo guarde pero... con todo esto la batalla que llevamos lo perdí, lo siento-

-Hawk, no te disculpes por algo así  amo este detalle que me das está divino y respondiendo a tu pregunta, claro que quiero estar contigo para siempre Hawk-

En ese momento, ambas miradas brillaban por el momento. Hawk tomó aquel collar y se lo colocó con cuidado a Rose, sin duda se veía muy bien en su pecho.

El reflejo de la luz de la luna, alumbraba el momento, se tomaron de las manos mientras se acercaban un poco temerosos, cada vez más cerca, con los ojos cerrados, sus labios se unieron para probar los contrarios, un beso cargado de sentimientos puro y tierno. Después rompen ese momento por falta de aire.

Abrieron poco a poco los ojos, mientras se veían el uno al otro con un ligero sonrojo.
Después de ese momento tierno, siguieron disfrutando del momento que tenían para ellos. Platicando y comiendo de los bocadillos de manzana que Hawk había preparado para este dulce momento...

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Hola que tal como están, espero que de lo mejor, bueno antes que nada me demoré un poquito con este capítulo, pero estoy editando los capítulos anteriores porque en realidad no sabía como escribir  pero dicen que la práctica hace al maestro y estoy corrigiendo cada capítulo, para que ya tenga mejor formato y así ya que termine la historia estará ya lista para los demás que la lean.

Los espero en el último capítulo, les agradezco mucho y nos leemos en el capítulo final y quizá le meta un epílogo también. Los quiero. 🥰🥰🥰