Capítulo 2 (La profecia se hace presente)
Cenicienta se encontraba caminado en ese momento por su biblioteca en compañía de su hija Clara, tal fue su sorpresa que sus zapatillas mágicas no estaban donde ella las resguardaba, solo estaba un pergamino en su lugar.
Cenicienta decidió ver que decía el pergamino. Lo tomó y comenzó a leerlo... por un momento pensó que había sido alguna mala broma de alguien, pero no fue así, casi se desmaya al leer su contenido.
Hace mucho tiempo atrás, se tuvo la dicha de que el bien gobernara es estas tierras mágicas... Esta ocasión será mucho mayor, ni la misma magia que les he brindado, superará lo que los villanos están creando, tendrán que encontrar una salida, de lo contrario todo perecerá y el mal gobernara.
Cenicienta se quedó paralizada, de inmediato pidió su carroza y que fuera llevada al Reino de Blanca Nieves.
Al llegar, busco a Blanca Nieves, no tardó mucho en llegar hasta su oficina. La encontró con un pergamino en las manos y muy pálida, más blanca que la mismísima nieve, sin poder articular un sonido, de pronto su mirada se dirige a Cenicienta poco a poco.
-Blanca Nieves ¿Estás bien?-Le Preguntó Cenicienta, tratando de tranquilizarla.
-Ve por ti misma- Le entrega el pergamino a Cenicienta con mucho temor.
-Es el mismo que tengo yo- Respondió mostrándole el suyo- A eso he venido, sé que estamos muy distantes desde aquella ocasión pero que hay que hacer algo, esto es un tema muy delicado.
De pronto apareció el hada madrina, muy preocupada, también estaba al tanto de esta situación difícil.
-Veo que también les ha llegado el mismo pergamino, la misma magia que da vida a Tierra de los Cuentos lo ha enviado, sin embargo Merlín y yo hemos visto lo que pasara en el futuro, por eso fue enviado esta profecía- Respondió el Hada Madrina caminando hasta donde estaban ellas.
-De que trata, es como si nos quisieran advertir de algo- Dijo muy preocupada Cenicienta, dirigiendo su total atención al Hada Madrina.
-La tierra de los cuentos pide que sea protegida, es la que nos da vida aquí, sin embargo esta ocasión no serán ustedes los que den batalla, el poder que se está desarrollando en el sitio donde enviamos a los villanos cada vez se vuelve más fuerte y la barrera que les hemos puesto no durará mucho. Llegará el momento en el que se debilitará-
-Si no seremos nosotros esta vez ¿Quién será los que les toque luchar esta ocasión-
El Hada madrina dio un gran suspiro y les respondió:
-Me temo que serán sus futuros nietos, para ese entonces-
-¿Cómo? ¡¡¡ Acaso creen que dejaremos que ellos hagan algo así, no eso no, que tal si les pasa algo, los villanos no se detienen ante nada, los mataran!!!- Bufó algo molesta Cenicienta.
-Me temo que será así, no podemos hacer nada- El Hada Madrina les respondió por última vez y desaparece frente a ellas.
-No sé qué pensar, espero la profecía se equivoque, propongo que no digamos nada llevemos nuestra vida normal, ni una palabra a nadie, solo en los próximos días le avisare a La Bestia, el Dr. Rana, Abanico de hierro y Rapunzel- Ambas princesas se pusieron de acuerdo, quizá para ellas era la mejor decisión que habían tomado...
Pasó el tiempo, cada quien optó por llevar sus vidas normales, sin mencionar sobre aquella profecía.
Los hijos de nuestros héroes tuvieron a sus nietos. Casi no se veían, ni tocaban el tema de la profecía, pensaron que lo mejor era callar y dejar que las cosas llevaran su curso.
Pensaban que si ellos no mencionaban nada sobre ese futuro, llegaría el día en que se acabara todo y al menos sus nietos no sufrirían en una batalla donde ellos terminarían perdiendo, ya que según aquella profecía así estaba escrito, perderían y esta ocasión es el final de la Tierra de los Cuentos de hadas, al final todo acabaría...
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